Con este tercer artículo sobre el Boletín de la Unión de Ornitólogos del Perú (UNOP) cierro esta saga. Así, entre la revisión de los artículos que aparecerán en el Volumen 11 Número 2, escribo estas líneas, convencido totalmente de que pese a todo, esta importante herramienta de divulgación logra los fines para los que fue creada: transmitir información de interés sobre la ornitofauna peruana. Y por favor, lean el editorial cuando salga a la luz un nuevo número. Se los agradeceré eternamente. Recuerden que todo esto nació porque vivo atormentado, debido a que se me ha metido en la cabeza que nadie lee las editoriales que afanosamente escribo y porque me olvidé incluir una de ellas en uno de los números del 2012.
En la entrega anterior abordé los boletines aparecidos
desde el 2010 al 2012, por lo tanto empecemos rápidamente con el 2013. El
Volumen 8 Número 1 apareció en julio del 2013 y tiene diez artículos, dentro de
los cuales está el de Daniel Valle Basto sobre la mortandad de aves en el
Refugio de Vida Silvestre los Pantanos de Villa que me dio algunos dolores de
cabeza al momento de revisarlo y editarlo (me olvidé de decírselo en su
momento). Y es que cada artículo que llega a mis manos implica realizar un
esfuerzo para mejorar la redacción, a fin de que el artículo pueda ser
entendido rápidamente. Muchas veces los autores se enredan en “su laberinto”,
producto, tal vez, del ímpetu al momento de redactar sus textos. La idea es
destrabar lo más que se pueda lo escrito para que la lectura “fluya” y el
mensaje llegue “limpio”.
Para aquel número escribí lo siguiente en el editorial: “Recientemente, ha sido descubierta una nueva
especie ornitológica, el Pájaro Sastre (Orthotomus chaktomuk), en la ciudad de
Phnom Penh, la capital de Camboya, país del sudeste asiático ubicado en una
región con una muy alta diversidad biológica. En dicha metrópoli, situada en la
confluencia de los ríos Mekong y Sap y donde viven 2.3 millones de habitantes,
esta pequeña ave vive en los matorrales ubicados en terrenos de aluvión de una
zona urbana. Como se da cuenta, ningún ornitólogo había reportado su
existencia. Y lo resaltante es que el descubrimiento se da en una ciudad “llena
de gente”. Esto denota e implica varias aristas a tomar en cuenta: posible
desinterés, falta de investigadores, poca accesibilidad, conocimientos
incipientes u otros aspectos. En contraposición, debemos seguir trabajando para
crecer como potencia ornitológica y para tener nuevos registros e identificar
también posibles nuevas especies, como producto del creciente interés, del
aumento del número de investigadores serios y competentes, así como por la
mayor cantidad de conocimientos que estamos produciendo en un país megadiverso”.
Y si no me equivoco, en este número apareció el artículo
más corto de los últimos años en el Boletín UNOP: Marvelous Spatuletail (Loddigesia mirabilis) at Kuelap fortress,
Department of Amazonas de Tino Mischler. Denle una revisada y verán que a
veces se necesita poco para ser partícipe de este esfuerzo.
En el Volumen 8 Número 2 del 2013, aparecido a fines de
ese año, anunciamos el IX Congreso Nacional de Ornitología que se realizó del
20 al 25 de abril de 2014 en Huamanga, Ayacucho; y a su vez publicamos uno de
los números más extensos con 84 páginas: ¡sorry Carolina Ostinelli! (nuestra
diagramadora). En el editorial de ese entonces despotriqué de la siguiente
manera: “… No obstante, pese a este
evidente despunte, el reto sigue siendo cómo incorporar el conocimiento
científico obtenido en las políticas públicas de alcance nacional, regional y
local (provincial y distrital) para definir estrategias que desemboquen en
acciones y tareas concretas para la conservación y uso responsable de nuestra
diversidad biológica. ¿Cómo hacemos para que los funcionarios del Estado (y
también de la Sociedad Civil) logren entender la necesidad de ponerse las pilas
en estos temas, sin tener que lidiar con información “dura” y tal vez
incompresible para ellos? y ¿Cómo hacemos para que los investigadores
científicos busquen trascender buscando la aplicación de sus resultados? Una
opción es que científicos, observadores de aves, aficionados y funcionarios
públicos y privados vayan a “pajarear” juntos ¿Qué piensan al respecto?” Y
bueno, esa es una tarea pendiente.
2014
Ese año cometimos una locura: sacamos tres números. El
Volumen 09 Número 1 salió pocos días antes del IX Congreso Nacional de
Ornitología con ocho artículos bastante interesantes que marcaron una
promisoria antesala a la reunión ornitológica en Huamanga. Mi editorial
anunciaba lo siguiente: “…Si hacemos un
alto y miramos hacia atrás, debemos reconocer que estamos viviendo un creciente
interés por conocer más sobre nuestra avifauna y por desarrollar la observación
de aves como una alternativa de aprovechamiento responsable de nuestra
diversidad biológica. Cada vez sabemos de más gente que se interesa por las aves.
Así también, estamos siendo testigos que, progresivamente, va aumentando la
información que se está generando en torno al tema ornitológico, tanto
información especializada, como aquella que sale en los medios de comunicación.
No obstante, aún debemos lograr que se produzca más información científica para
tener un respaldo técnico de las medidas que podamos y debamos tomar para el
futuro; y que se difunda más el tema para ganar aliados estratégicos”.
A mitad de año, sacamos el Volumen 09 Número 2 con siete
buenos artículos y un “llamado de atención”. Así titulé mi editorial que dice
lo siguiente: “Hemos tomado nota que el
Perú dejó ser el segundo país a nivel mundial en cuanto al número de aves
después de Colombia. Ahora ocupamos el tercer lugar precedidos por Brasil. Sin
lugar a dudas, este hecho es síntoma de lo que viene sucediendo en el país,
dado que nos falta invertir más en investigación científica”. Y pese a que
hubo reacciones positivas desde el Estado, como el hecho de determinar que la
investigación dentro de las Áreas Naturales Protegidas sea gratuita, aún hay
mucho por hacer.
En ese entonces estaba “fuera” del Estado. Meses después entré
nuevamente al universo estatal, primero al Ministerio del Ambiente y luego al
Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) donde todavía sigo
trabajando. Coincidentemente, le dediqué algunas palabras al SERFOR, sin saber
que luego formaría parte de él. “¿Pero
qué sucede ‘fuera’ de las ANP? Ahí la pelota está en la cancha del Ministerio
de Agricultura y Riego (MINAGRI). Esperemos que el recientemente oficializado
Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) también adopte medidas
para el fin que acá perseguimos, en especial en cuanto al acceso y traslado de
material genético para los estudios necesarios en cuanto a la determinación de
nuevas especies y/o subespecies. Y bueno, también es labor de los
investigadores y de los científicos peruanos exigir más apoyo y tocar más
puertas, por ejemplo la de los gobiernos regionales, universidades, ONG y
otros”.
Sin lugar a dudas, doy fe que desde el SERFOR venimos
haciendo todo lo posible para fomentar la investigación en el país mediante,
entre otros, la simplificación de trámites en torno a lo dispuesto en la Ley
Forestal y de Fauna Silvestre, Ley N° 29763. No obstante, aún hay mucho trabajo
por hacer. En eso andamos, pese a limitaciones presupuestales y una agenda
bastante recargada.
Y por supuesto: “En
todo esto, el Boletín UNOP ha cumplido un importante rol en publicar y dar a
conocer diversos estudios que han hecho posible que el Perú aumente su lista de
aves. Por eso, seguimos trabajando en esta potente herramienta de divulgación
científica. Por ahora solo nos queda seguir apostando por el crecimiento de la ‘ciencia’
en el país”.
En el Volumen 09 Número 3 incluimos un artículo que causó
bastante polémica: Pedro J. Hocking
(2014). Criptoaves del Perú. Les recomiendo que lo lean y que saquen sus
propias conclusiones sobre si el Boletín UNOP debe o no publicar este tipo de
artículos. Dentro del Comité Editorial se armó una acalorada discusión y tras
una votación reñida decidimos publicarlo. Por supuesto, las reacciones del
público fueron de todo tipo y de todo calibre, sin embargo, todo eso es parte
de este negocio. Mi editorial de ese entonces no tocó el tema de las criptoaves
en el Perú, sino, hizo referencia a lo siguiente: “… hace poco, investigadores de la Universidad de Oxford publicaron los
resultados de una investigación en la revista “Nature” sobre la conducta de las
aves, tomando como referencia los hábitos del Carbonero Común (Parus major). El
estudio afirma que no solo los hombres y los primates transmiten algunas
tradiciones a las siguientes generaciones, sino también las aves o por los
menos algunos especímenes del Carbonero Común”.
Todo ello para aterrizar en la siguiente conclusión: “Mientras tanto, en el Perú se están dando
cambios bastante bruscos en la integridad de sus territorios, lo que obliga a
muchas especies a tener que adaptarse rápidamente para sobrevivir. Esta
situación implica la adopción de cambios en la conducta de algunas aves. Así,
algunas lo logran, otras no, con lo cual su estado de conservación es cada vez
más crítico. No obstante, sabemos tan poco sobre nuestra diversidad biológica
que muchas cosas quedan en la especulación. Hagamos que eso cambie. Sigamos
fomentando la investigación científica para tomar buenas decisiones en base al
conocimiento”.
2015
En el Volumen 10 Número 1 incluimos 14 artículos. Creo
que ha sido uno de los números con el mayor número de manuscritos. En aquella
editorial escribí sobre el periplo que significa sacar adelante este tipo de
boletines y qué implica la revisión peer
review.
“… hace poco, una
revista especializada anunció que para evitar las largas esperas, los autores
podrían pagar $ 750 y asunto solucionado. En un plazo máximo de tres semanas ya
tienes tu artículo revisado y listo para ser publicado. Por supuesto, la
propuesta de la revista especializada Scientific Reports —que pertenece al
Nature Publishing Group (NPG), al cual también pertenece la renombrada revista
Nature— ha generado gritos y reclamos en el mundo científico. Ante la propuesta
de pago, ya ha habido renuncias dentro de Scientific Reports y muchos
científicos se oponen. No obstante, todos saben que se ha tocado una fibra
sensible. Incluso ya existe el temor de que los investigadores que manejan una
buena cantidad de fondos económicos opten por esta vía, en detrimento de
aquellos que andan “ajustados” con el presupuesto. Con esto, existe también el
temor de que se implante un sistema de dos categorías en lo referido a la
publicación de artículos científicos: los ricos y los pobres, todo ello con un
posible impacto en la calidad de los revisores y del material a ser publicado”.
El Volumen 10 Número 2 apareció en los últimos días del
2015 y con esta edición anunciamos el X Congreso Nacional de Ornitología que se
realizó en mayo de 2016 en Chachapoyas y que fue un éxito rotundo.
Para ese entonces, no tuve mejor idea que comentar que
durante el congreso, al cual finalmente no fui, “… debemos intercambiar tarjetas de presentación, correos electrónicos y
números telefónicos; hacer relaciones públicas y lobby para uno mismo o para un
proyecto o tema en particular; recopilar materiales informativos y diferentes
presentaciones de power point; tomarse innumerables selfies y subirlos, junto a
las fotos grupales de rigor, al Facebook y Twitter; salir a “pajarear” y a
“turistear” un poco; tomar “cafecito” con los amigos y participantes y claro,
como no, tomarse unas “cervecitas” hablando casi exclusivamente sobre aves”.
Y eso no quedó ahí, pues rematé el editorial con lo
siguiente: “No está mal monopolizar
durante cinco días nuestros pensamientos y peroratas en torno a estos
emplumados seres vivos que nos congregan en la bella Chachapoyas, pero, una vez
que se acaba el congreso, nos espera una serie de tareas por cumplir. Les voy
adelantando algunas de esas tareas: leer este boletín, seguir escribiendo y
enviando manuscritos para su publicación; y sobre todo perseverar y seguir
apostando por la investigación científica. Conociendo y valorando nuestra
diversidad de aves y promocionando su observación y la toma de conciencia sobre
su estado actual de amenaza para hacer algo al respecto, estamos contribuyendo
a que podamos tenerlas con nosotros por siempre”. La misma cantaleta de
siempre.
2016
En este año que está por irse, publicamos el Volumen 11
Número 1 en setiembre. Esta edición vino bien cargada de buenos artículos y
denota que la calidad del Boletín UNOP sigue manteniéndose y mejora con cada
nuevo número. Lo hecho hasta la fecha nos deja bastante satisfechos, pues vemos
que cada día el número de “pajareros” e interesados por las aves aumenta y eso
ya es bastante. Además, el creciente número de artículos que tenemos “en cola”
para ser publicados también es un buen indicador que estamos por buen camino.
Lo escrito en lo editorial no podía dejar de mencionar lo
que ocurrió en Chachapoyas y en todo el Perú en mayo de 2016: “Tras la resaca positiva (aunque suene
contradictorio) del X Congreso Nacional de Ornitología celebrado del 16 al 21
de mayo de Chachapoyas y el bicampeonato obtenido en el Global Big Day, el 2016
y los años futuros pintan bien. Nuestro país se sigue consolidando como
potencia ornitológica. Claro, nos falta bastante para llegar a un punto en el
que las aves y todo lo relacionado a ellas sean protagonistas fundamentales de
la conservación y del uso responsable de nuestra diversidad biológica, pero,
sin duda, vamos por buen camino. Así vayamos algo lento en estos aspectos, es
resaltante que cada día nacen y se forman “pajareros” en todo el país y ya eso
es bastante”.
Y lo último escrito en estas insulsas editoriales hace
mención a una duda existencial: “… ¿Hacemos
seguimiento de lo que hemos publicado?, ¿sabemos si nuestra información fue de
utilidad?, ¿podemos afirmar que hemos aportado a generar mayor conocimiento
para aportar a la conservación de una u otra especie o tal vez de un
ecosistema? Al final, todos estamos construyendo los cimientos para tener un
país que conozcas bien lo que tiene, lo que está pasando y lo que puede pasar
si no hacemos algo más. Mientras tanto, sigamos disfrutando de las aves y
sigamos escribiendo”.
Y como se han podido dar cuenta, ha pasado bastante agua
bajo el puente. Sin embargo, seguimos remando para llegar a buen puerto e
impulsar el tema ornitológico en el país. Eso es todo por ahora.
Para revisar los números del boletín de la UNOP del 2006
al 2014, ingresar a:
Y para revisar los números del 2015 y del 2016, ingresar
a:
Este artículo está dedicado a personas que sí merecen ser reconocidas. En
este caso, se lo dedico a todos los que hicieron lo imposible para
contrarrestar y apagar los incendios forestales que se han dado últimamente en
el país. Gracias a su loable e incansable labor a favor de la preservación de
nuestra diversidad biológica, se logró apagar el fuego. Ahora nos toca evaluar,
aprender, mejorar y hacer que no nos agarren otra vez con los pantalones
abajo.
Noviembre 2016