Hace unos meses, tras un golpe de lucidez y un destello de valor, decidí abrir dos redes sociales para lanzar mensajes sobre diversos temas. Por supuesto, prevalecerán los tópicos ambientales y los relacionados a múltiples aristas en torno a la diversidad biológica. El título de esta serie de videos nació de una visión que tuve tras escuchar a alguien que decía que la situación que atraviesa el país se asemeja al lugar donde reside el “Ojo de Sauron”, en el cual pululan diversos tipos de orcos que solo responden a lo que ordena su amo, sin pensar y sin chistar y que son expertos dejando el caos por donde van.
Para no
perder de vista los contenidos propalados en las redes sociales, colocaré
algunos de ellos acá. Tal vez un entusiasta orco, orca u orque desee leerlos.
Brasil ha elegido un mal momento para brillar como anfitrión de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP). En dos
meses, los brasileros acogerán a representantes de casi 200 países en la ciudad
amazónica de Belém. Pero, el gobierno de Lula da Silva se enfrenta a una serie
de problemas que podrían convertir la cumbre en un desastre. Faltan 18 000
camas para alojar a los 50 000 participantes previstos. Los precios de
alojamiento privado se han disparado, con habitaciones precarias a miles de
euros.
Se pensaba ofrecer cruceros como alojamiento adicional. Pero los precios
son astronómicos. Una noche ahí puede costar 600 dólares; y el simbólico lugar
en la selva amazónica se contradice con los cruceros que consumen mucha
energía. Además, el aeropuerto de Belém no está preparado para el creciente tráfico
aéreo; y llegar por tren es imposible. Algunos países deberán reducir el tamaño
de sus delegaciones; y los países más pobres no van a poder cubrir los costos.
Y los de a pie, que ya planeaban “celebrar” una cumbre en un país
democrático para, entre otros, manifestarse libremente, también está teniendo
dificultades para llegar. Como se sabe, las tres últimas cumbres climáticas se
celebraron en estados autocráticos (Azerbaiyán, Emiratos Árabes Unidos y
Egipto), donde no se pudo “reclamar” mucho.
Incluso se sabe que algunas delegaciones habrían solicitado oficialmente
que la cumbre se traslade a otra ciudad por todo lo expuesto. El periódico
francés Le Monde tuvo acceso a una encuesta de la ONU de mediados de agosto que
señala que solo 18 países han reservado alojamiento, predominantemente naciones
industrializadas; y el 87% de los estados aún no sabe dónde se alojará. Todo
está caro y escaso.
Pero Lula se mantiene fiel a Belém, enfatizando el significado simbólico de
la región amazónica. A estas alturas, podría ser demasiado tarde para un plan
B. Pero los brasileños también tienen problemas de fondo: no hay nada que
decidir. Las reglas más importantes del Acuerdo de París —desde los objetivos y
los planes de emisiones, hasta los inventarios y los objetivos de financiación
climática— ya se han adoptado. Esto plantea una pregunta existencial para las
reuniones anuales: ¿de qué sirven los eventos si hay poco para negociar?
Estamos frente a nuevos
vientos en las conferencias sobre el clima. Ya no se negocian los fundamentos;
ahora se trata de saber cómo demonios se implementa lo acordado. En esta fase,
actores como Estados Unidos ya no son tan decisivos. Trump está feliz. Por eso,
es momento para que el Perú demuestre de que está hecho. No solo de panes con
chicharrón vivimos en esta república bananera.
No hay cama para tanta
gente
Seguimos con la COP 30 en
Belem do Para. Como dije en un video anterior, Brasil la tiene complicada, por
un lado, por la parte logística; y por el otro, porque la crisis de identidad
de la COP se ve agravada por el retroceso global en la política climática.
Estados Unidos, con Trump, se retiró del Acuerdo de París. A los
gringos les vale madre las instituciones internacionales y las reuniones de la
ONU y van a seguir con su política de "recarbonización". Ya
suspendieron la financiación climática. China juega a doble cachete.
Avanzan con el uso de energías renovables, pero en el primer semestre de 2025, han
construido más centrales eléctricas de carbón que en ningún otro momento de los
últimos nueve años. India insiste en su derecho al desarrollo, incluso
mientras invierte simultáneamente en energías renovables. Rusia y Arabia
Saudí siguen bloqueando el abandono de los combustibles fósiles. La UE
está dividida. Una parte busca el cambio y la otra busca abandonar sus propios
objetivos, como la eliminación gradual de los motores de combustión; y se sospecha
que la UE ha pospuesto sus objetivos climáticos en favor de la seguridad
energética y el desarrollo militar. Y Brasil es criticado por expandir
su producción de petróleo y gas.
Además, el equipo brasileño de la COP también fue criticado por recibir apoyo
de la firma de relaciones públicas Edelman que trabaja para grandes
corporaciones agrícolas o petroleras como Shell. Según medios británicos,
Edelman ha recibido un contrato por más de 800 000 dólares para
"desarrollar una narrativa estratégica" para la cumbre y suavizar las
crisis de relaciones públicas. Solo unos pocos países han presentado nuevos
objetivos climáticos hasta el momento; y el plazo estaba previsto para febrero.
También preocupa que los gobiernos no hayan reiterado explícitamente su promesa
de eliminar gradualmente el petróleo y el gas desde la COP 28 en Dubái (2023). Muchos
esperan que la ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, tenga la
intención de volver a poner el tema en la agenda.
Me informan mis colegas brasileños que, para lidiar con la limitada
capacidad hotelera en la COP 30 de noviembre, el gobierno de Lula ha reservado
dos cruceros como alojamiento adicional. Ambos armatostes atracarán en el
puerto de Belém durante la reunión y ofrecerán 6000 camas. Igual se ve
complicada la logística.
Mientras tanto, el Perú, potencia mundial climática, se esfuerza para
campeonar en el mundial de desayunos. ¡Qué COP, ni qué carajo!
¡No se dejen sorprender!
Orcas, orcos, orques, hace poco salió un reportaje en un portal de noticias
online que “denuncia” la pérdida de bosques amazónicos en
proyectos de bonos de carbono en Madre de Dios. En resumen, el acucioso informe alardeaba que, tras una
sesuda investigación, la concesionaria Maderera Río Acre S.A.C. (más conocida
como MADERACRE y que es del grupo comercial Wong) es la causante de la pérdida
irreparable de más de 3000 hectáreas de bosques dentro de su concesión
forestal, como resultado de sus proyectos de bonos de carbono.
Su medio de verificación son unos mapas satelitales, donde se ven “huecos”
en todo el bosque. Según el medio de prensa, los malos de la concesión
arrasaron con los bosques vírgenes del Perú. Lo que no saben (pero ya deberían
saber a estas alturas del partido) es que esos huecos en los mapas son los
caminos que se ha debido implementar para sacar la madera. En total son 1350
hectáreas y no “más de 3000”. Pero ojo, como dice Augusto
Mulanovich, “la Unidad de Manejo Forestal de MADERACRE abarca
alrededor de 270 000 hectáreas de bosque de producción permanente.
Es decir, se habría afectado, por necesidad, cerca del 0,5 % de toda la UMF”. Pero ojo, lo
importante es analizar la lectura que le dan mis colegas a esos mapas y a la
información que habrían obtenido y que los llevó a lanzar esa tan cuestionada
afirmación. Ya luego podemos discutir sobre las concesiones forestales, como
herramientas efectivas para la preservación del recurso forestal y de fauna
silvestre a través de una gestión sostenible.
Un señor, llamado
coincidentemente, Fernando Angulo, comentó que las imágenes mostradas por el
medio, han sido interpretadas por ellos mismos como áreas deforestadas, cuando,
con algo de conocimiento, se sabe, por un lado, que los ríos tienen su
“deforestación natural” porque están en constante movimiento y erosionan el
suelo. Por otro lado, la deforestación real para un camino y patio de trozas de
la operación maderera, que es algo “normal y necesario” (y no ilegal) no es más
de una hectárea, pero estos señores la contabilizan por 15. Y claro,
extrapolando, llegan a cifras muy superiores, buscando seguramente satanizar a
la concesión forestal.
Miren el mapa. En el círculo rojo, el área en cuestión. Miren cómo está
bastante degradado lo que está fuera de la concesión forestal. Saquen sus
conclusiones. Como dice, Mulanovich, “Al
poner en contexto el porcentaje afectado dentro de la UMF (0,5 %), el
panorama cambia: no se trata de una destrucción masiva del bosque, sino de una
huella inevitable asociada al aprovechamiento selectivo y temporal. ¡No se
dejen sorprender por reportajes escasos de análisis! Es una orden.
Setiembre 2025
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