Hace unos meses, tras un golpe de lucidez y un destello de valor, decidí abrir dos redes sociales para lanzar mensajes sobre diversos temas. Por supuesto, prevalecerán los tópicos ambientales y los relacionados a múltiples aristas en torno a la diversidad biológica. El título de esta serie de videos nació de una visión que tuve tras escuchar a alguien que decía que la situación que atraviesa el país se asemeja al lugar donde reside el “Ojo de Sauron”, en el cual pululan diversos tipos de orcos que solo responden a lo que ordena su amo, sin pensar y sin chistar y que son expertos dejando el caos por donde van.
Para no
perder de vista los contenidos propalados en las redes sociales, colocaré
algunos de ellos acá. Tal vez un entusiasta orco, orca u orque desee leerlos.
¿Sabían que la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora
Silvestres, la CITES, ha incluido (en noviembre de 2025) en su Apéndice II a
dos especies de perezosos de dos dedos?: Choloepus hoffmanni y Choloepus
didactylus. Ambas especies son las únicas de su género; y están
distribuidas exclusivamente en América del Sur y Central. Y como se sabe, viven
prácticamente en las copas de los árboles; y son de movimientos lentos, aunque
no se les debe subestimar porque pueden reaccionar de forma rápida y violenta.
Además, “C. hoffmani
cumple con los criterios para su inclusión en el Apéndice II de la CITES, y es
necesaria su regulación internacional para evitar que se incremente el tráfico
ilegal y sus poblaciones disminuyan. Choloepus didactylus se comercia de
forma nacional e internacional en los diversos países en los que habita, y es
una especie casi idéntica a C. hoffmani, tanto así, que en cautiverio se
requiere análisis genéticos para diferenciar a las dos especies. O sea, en las
inspecciones oculares de aduana no se puede diferenciar las dos especies a
simple vista. Por lo anterior cumple con los requisitos para ser incluida como
especie semejante”.
Recordemos que la CITES se
concentra en la amenaza que podría ser el comercio nacional e internacional
para la flora y fauna silvestre; y dado que, para estos mamíferos, además de la
pérdida y fragmentación del hábitat, el comercio es una amenaza, se regula esta
actividad comercial. Ojo, no se prohíbe. ¿Qué implica que ambas especies estén
en el Apéndice II? Allí están las especies que, sin estar actualmente en
peligro de extinción, podrían llegar a esa situación, a menos que su
comercialización esté sujeta a una reglamentación estricta. (Ej. shihuahuaco,
tahuari, tortugas taricayas y matamata).
En el Perú, que yo sepa,
nadie maneja a estas especies, es decir, no hay de dónde “sacar” de forma legal
individuos de perezosos. Su crianza es complicada, eso desalienta a cualquiera,
entonces, ¿de dónde salen?
Me parece que algunos por
estos lares deben estar algo mortificados con esta medida. ¡Qué dirán ahora!
Seguimos con los
perezosos
¿Cómo llegamos a esto? Según
la CITES, en el año 2023, en Perú, las autoridades peruanas detuvieron en
Iquitos la salida irregular de 30 osos perezosos que tenían como destino Dubái,
en los Emiratos Árabes Unidos. Se iban para allá a través de un vuelo chárter privado
que una empresa peruana habría alquilado y la cual pagó $ 5200 por los
mamíferos. Otro dato: la Autoridad Regional Forestal y de Fauna Silvestre de
Perú, en este caso el Gobierno Regional de Loreto, incautó entre los años 2015
y el 2025, 112 ejemplares de C. hoffmanni y 88 de C. didactylus.
En Facebook se seguiría
ofreciendo ilegalmente individuos de C. hoffmanni y del perezoso de tres
uñas Bradypus variegatus por paquetería a todo México con precios que
oscilan entre $ 4500 y $ 5000 por individuo. La CITES comenta que, entre 2013 y
2017, se exportaron 570 productos que tienen como insumos total o parcial
partes de C. hoffmanni (pelo, piel, cráneos, especímenes, colas) cuyo
origen procedía de especímenes confiscados o incautados. En resumen, según la
CITES, “la elevada extracción ilegal de C. hoffmanni para el mercado de
mascotas nacional e internacional y su uso como atractivo turístico para la
toma de fotografías, en prácticamente toda su área de distribución, presenta
una amenaza que se suma a la fragmentación de su hábitat”.
Recordemos: la CITES
regula el intercambio comercial internacional de especies amenazadas incluidas
en sus Apéndices en más de 180 países para que esta actividad no sea una
amenaza para la supervivencia de las especies. En el Perú entró en vigor en el
año 1975 y sus decisiones tienen rango de ley. La CITES no prohíbe el comercio,
intenta regularlo.
Finalmente, la CITES sentencia
que C. hoffmanni cumple con los criterios para su inclusión en el
Apéndice II de la CITES, una vez que su comercio debe ser regulado para evitar
un uso incompatible con su supervivencia. La demanda internacional por mascotas
exóticas fomenta n el tráfico ilegal, afectando negativamente la población silvestre
de C. hoffmanni. La regulación internacional es esencial para garantizar
un comercio sostenible, proteger los ecosistemas donde habita y prevenir una
disminución significativa de la especie en su hábitat natural.
Con esto, queda claro que
el comercio ilegal de esta y otras especies es una amenaza para su
supervivencia. Entonces: no compres fauna silvestre de origen ilegal. ¡Colabora
pe mascota!
Árboles semilleros
Seguiré insistiendo en
poner en vitrina el modelo de concesiones forestales como una herramienta para
aprovechar de manera sostenible los bosques; y con ello, contribuir a su
preservación. Una de las “obligaciones” que tienen los concesionarios es
asegurar el manejo de los árboles semilleros, es decir, árboles seleccionados
por sus características fenotípicas (o sea, por las características externas
que se pueden ver) y/o genotípicas (su material genético) que, en su conjunto,
son superiores, en comparación con otros arbolitos de su especie. Se les
protege con el fin de asegurar la producción de semillas y germoplasma de
calidad, para la restauración de bosques, y para el manejo o regeneración
natural. O sea, estos árboles plus o semilleros son como los “sementales” en el
bosque. Mejoran la raza.
Son altos, de copa grande
y densa y sus fustes, o sea la parte más gruesa y robusta del tronco, son
fuertes, de modo que su producción se puede prolongar por varios años. No están
muy inclinados (crecen casi derechos); y están en lugares donde las semillas
dispersadas tienen mayores posibilidades de germinar y sobrevivir. No tienen
enfermedades fitosanitarias (hongos) notorias o severas; y no presentan partes
podridas o agujeros muy grandes en el tronco.
Generalmente, se les deja
en pie hasta que se caigan y mueran. Mantener su presencia es vital para
asegurar la continuidad de la especie. Por eso, durante el aprovechamiento
forestal autorizado y supervisado se les debe preservar para garantizar la
regeneración natural y asegurar la disponibilidad de especies maderables
comerciales en los bosques tropicales sujetos a manejo de árboles de diversas
edades. Este último detalle diferencia a un bosque natural de una plantación
forestal.
En cristiano, un buen manejo forestal debe asegurar que se deje unos cuantos árboles “grandes” por hectárea para que suministren semillas que aporten a la regeneración natural después del aprovechamiento. Una vez que se ha establecido “una nueva generación”, los árboles semilleros podrían ser cortados para dar espacio (más nutrientes, luz solar) al crecimiento de nuevos individuos. Según la normativa forestal y de fauna silvestre, durante el censo que se hace en las concesiones forestales se debería identificar y marcar los AS que serán “conservados”. Estos deben representar mínimo el 10% de ejemplares por especie. Todo esto es parte de un manejo forestal serio.
Un maderero ilegal, se los
tumba. Les vale madre que sean semilleros, que sean plus y la … ¿o no?
Diciembre 2025






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