jueves, 2 de abril de 2015

¡A MÍ SÍ ME IMPORTA UN PEPINO!: DE PEPINOS MARINOS Y ESPECIES EN EXTINCIÓN

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Los pepinos de mar están altamente amenazados en todo el planeta. Foto: Reuters.
Hace poco me quedé pensando en torno a una caricatura que graficaba lo que “hubiera pasado” si Adán y Eva “hubiesen sido” chinos (o asiáticos). En el dibujo se ve que Adán está friendo a una  serpiente trozada, mientras que Eva espera ansiosa su porción. Se aprecia además que la famosa manzana sigue colgando rebosante en el árbol. Y bueno, para muchos es conocido que en general los asiáticos son bastantes propensos a ingerir animales, plantas e insectos que para nosotros no figuran en el menú. Asimismo, destacan también sus “rarísimos” gustos y exquisiteces culinarias. Sabemos además que como parte de muchas culturas, existe una gran demanda por acceder a productos afrodisiacos, tales como aletas de tiburón, penes de tigre, cuernos de rinoceronte y otros, lo cual hace que se ejerza una creciente y desmedida presión sobre la flora y fauna del planeta. En torno a lo anterior, veamos como ejemplo, qué está sucediendo con una especie animal que pasa bastante inadvertida y que tiene una apariencia algo repugnante para muchos. Además, debemos saber que existen 15 especies de animales que estarían a punto de dejar el planeta. 

A demanda de los sibaritas chinos, las poblaciones de los pocos conocidos pepinos de mar están sufriendo un terrible decrecimiento en todo el planeta. Estos animales —que no son plantas y que son parientes de las estrellas de mar y de los erizos— están distribuidos en todos los mares de la Tierra y cumplen un rol muy importante como “carroñeros” y “recicladores”. Su apariencia no es la más atractiva ni la más llamativa, pues basta con ver sus fotografías para darse cuenta que no destacan por su glamour. Pero así como pasan inadvertidos, su progresiva y abusiva desaparición en todo el planeta también está pasando inadvertida.   

Cuesta mucho imaginar que estos “gusanos” de mar de poco garbo tengan una gran demanda en la cocina de algún pueblo. Pero no contaban con los gustos y sabores de los chinos. Desde hace varias décadas, los pescadores costeros de todo el mundo están arrasando con las poblaciones de los pepinos de mar con un solo propósito: exportarlos a China. En el país asiático, estos animales son considerados como un manjar. Debido a todo lo anterior, la situación alrededor de esta especie es preocupante. De ello da cuenta un artículo científico que informa sobre el caso (1).

Según se sabe, siete de las casi setenta especies comerciables de pepinos de mar están en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido, principalmente, a la gran demanda china. En el caso de estos equinodermos, no existe una regulación (vedas) en cuanto a su extracción, lo que hace que se esté dando una depredación incontrolable. No obstante, en más de 20 países ya se ha prohibido o por lo menos se ha intentado regular su pesca. Eso sucede en Panamá, Samoa, India, Tanzania, Papua – Nueva Guinea y en varios países insulares del Océano Pacífico.

¡A comer pepinos!

En el mercado chino, el  pepino de mar seco alcanza altos precios. Así, existe una especie originaria de las costas japonesas, cuyo valor por kilo excede los 3000 dólares. Por eso, su población ha sido bastante diezmada. Por otro lado, las especies procedentes de los trópicos también son bastante cotizadas y también sufren el impacto de la presión de las cocinas chinas. Su extracción es bastante fácil y lucrativa; y además no requiere de muchos equipos, pues pueden ser capturados con la mano por los buzos, dado que no tienen la menor chance de escapar.

La importancia de estos animales radica en su capacidad de consumir material orgánico procedente de algas muertas o de los restos de las presas de otros organismos y de devolverlos al agua de forma más asimilable para otras especies. Así también, son “comida” para otras especies de flora y fauna marina por lo que forman parte del ciclo natural y mediante su movimiento agitan los fondos marinos y sedimentos permitiendo la oxigenación  del medio y de especies bentónicas. Adicionalmente, se ha detectado que en los corales tropicales, los pepinos de mar fijan el calcio y lo “ofrecen” (al ser alimento) a otros seres para la formación de sus caparazones o esqueletos.

Felizmente, el país de la Gran Muralla ha logrado cubrir un cuarto de su demanda total del pepino de mar japonés mediante la acuicultura. No obstante, esta medida no ha logrado aún que las poblaciones naturales de esta especie se recuperen. Sin embargo, esto ya es un avance para una recuperación a largo plazo. A todo esto debemos sumarle que lamentablemente estos poco agraciados animales no han encontrado un buen “lobby” para interceder por su conservación y aprovechamiento sostenible.  

Los 15 del patíbulo

El proyecto Alliance for Zero Extinction (AZE, http://www.zeroextinction.org/) ha hecho pública una lista de 15 especies biológicas, entre mamíferos, reptiles y aves, que estarían al borde de la inminente extinción. Y es que para su “mala suerte”, los especímenes de estos 15 candidatos a dejar el planeta ocupan hábitats bastante restringidos e intervenidos por el hombre. Además, por la maldita culpa del Homo sapiens, el planeta nos está quedando cada vez más pequeño para satisfacer las demandas de los casi 8000 millones de humanos. Con cada día que pasa, las posibilidades de supervivencia de estas 15 especies (y de otras, sin lugar a dudas) disminuyen a pasos agigantados.

El proyecto AZE ha propuesto esta lista tras haber identificado que las posibilidades de sobrevivir de estas 15 especies son casi nulas. Para nuestra tranquilidad, el Perú todavía no aparece representado por alguna de estas especies, no obstante, así como vamos, me parece que es bastante probable que pronto aparezcamos. La lista está compuesta por diversos tipos de rana en Brasil, albatros de islas remotas, una rata trepadora de México, entre otras criaturitas del Señor que se deben estar arrepintiendo de haber estado trepadas en el Arca de Noé. Como todos sabemos, el hombre es el responsable directo e indirecto de este exterminio.

Así por ejemplo, el tan mencionado cambio climático es el causante de que algunos ecosistemas estén sufriendo cambios irreversibles. ¿Ejemplos? Tenemos la acidificación de los océanos y el derretimiento de los polos y glaciares. Adicionalmente, el hombre, en su afán de ganar terrenos para la agricultura y ganadería e incluso para urbanizar y seguir asentándose en este maltratado planeta, sigue mermando los bosques tropicales y otros ecosistemas. Un ejemplo de ello es la creciente deforestación destinada a obtener terrenos aptos para la siembre de la palma aceitera (en el Perú, esta “moda” se viene con todo). Además, tenemos las amenazas que produce el hombre mediante la contaminación del ambiente en todas sus variantes.

Un claro ejemplo es el excesivo uso del plástico y sus terribles consecuencias para las aves. Y es que muchas plumíferas ingieren residuos sólidos (que confunden con sus alimentos) y luego se sienten llenas y no digieren lo ingerido para finalmente morir de inanición —irónicamente— con el buche lleno (de plástico).

Así, con el fin de obtener la mencionada lista, los científicos de la University of Southern Denmark analizaron los datos de 841 especies que viven en hábitats restringidos. Para ello se creó el Índice de Oportunidades de Conservación para cada especie. Los resultados de esta investigación (2) nos indican que el 39% de las especies analizadas tienen (todavía) un índice alto, lo cual les aseguraría mayores posibilidades de supervivencia. Sin embargo, para 510 especies de las 841, las cosas están color de hormiga.        

¡Hasta luego, Au revoir, ciao, bye, tschüss!

Otro de los resultados de la investigación es que se necesitaría invertir 1300 millones de dólares por año para evitar la extinción de estas especies. El mayor porcentaje de ese dinero debería ir a sus hábitats para ser usados en medidas efectivas de conservación in situ. Otro porcentaje menor debería ser invertido en la crianza de algunas especies ex situ, es decir, en zoológicos o lugares especializados, tales como zoocriaderos o centros de rescate. Esto, con el fin de que exista un “stock” de especímenes disponible para ejecutar cualquier medida de conservación (repoblamiento, reintroducción u otra). Solo para comparar, los Estados Unidos gastan anualmente 500 veces más en temas militares que la cantidad propuesta.

La lista de las 15 infortunadas especies es la siguiente:

Mamíferos

·       Ratón del Monte Lefo (Lophuromys eisentrauti). Es un roedor endémico del Monte Lefo en Camerún.
·       Rata arborícola de Chiapas (Tylomys bullaris). Es un roedor que vive en un pequeño hábitat en México.   
·       Rata tropical de tierras bajas (Geomys tropicalis). Es un roedor exclusivo de Tamaulipas en la región costera del noreste mexicano.

Anfibios

·      Salamandra (Lyciasalamandra billae). Vive exclusivamente en una pequeña zona costera en Turquía.
·      Las ranas Hypsiboas dulcimer, Bokermannohyla izecksohn y Physalaemus soaresi de Brasil.
·       Rana Zorro (Pseudophilautus zorro). Vive exclusivamente en Sri Lanka.
·       Rana (Allobates juanii). Vive únicamente en dos localidades en la selva de Colombia.
Aves

·     Alondra de Ash (Mirafra ashi). Ave que habita una pequeña zona costera en Somalia.
·     Monarca de Tahití (Pomarea nigra). Ave que vive exclusivamente en la Polinesia francesa.
·     Petrel Feira (Pterodroma madeira). Ave que habita únicamente en la Isla Madeira, Portugal.    
·     Petrel de las Islas Reunión (Pseudobulweria aterrima). Su distribución está restringida a un pequeño grupo de islas en el Océano Índico.
·     Gorrión de Wilkin (Nesospiza wilkinsi). Vive únicamente en el archipiélago de Tristán de Acuña en el sur del Océano Atlántico
·       Albatros de Ámsterdam (Diomedea amsterdamensis). Solo habita en la isla de Ámsterdam ubicada al sur del Océano Índico.

Concolón

¿Y a qué vienen los pepinos de mar y esta tenebrosa lista? Ambos temas vienen a colación por el hecho de que, en primer lugar, debemos estar siempre alertas ante los casos de depredación en el planeta y en el país. No podemos restringir nuestra mirada a lo que sucede en nuestro entorno. Debemos ampliar nuestra visión e intentar entender qué está pasando a nivel planetario en relación a nuestros recursos naturales. Un caso a tener siempre en cuenta es el de la nueva e inalcanzable potencia mundial: China. Se imaginan si mañana se impone en ese país la moda de ingerir, por ejemplo, el camarón de río o alguna otra especie animal; o que tal vez se les dé a los nuevos ricos chinos por construir sus casas con la madera de algún árbol amazónico. Eso podría ser la sentencia para una posible extinción.

¿Se imaginan por último que solo el 10% de la población china tenga esos “gustitos”? Estamos hablando de satisfacer el mercado para 130 millones de personas. En segundo lugar, todos los estudios y emprendimientos en relación a la extinción de especies biológicas son aproximaciones y deben ser tomados como referencia. Ninguno contiene la verdad absoluta pues todos difieren entre sí en cuanto a los métodos y resultados. Se debe tomar con cautela lo propuesto y no caer en el sensacionalismo ni entrar en un pánico general.

Y por último, en las propuestas de conservación aparecen por doquier la conservación in situ y ex situ como alternativas. Sin lugar a dudas es lo único que podemos hacer además de disminuir la presión sobre el planeta. Por eso, debemos hacer bien las cosas. De eso depende que podamos seguir disfrutando de los bienes y servicios que nos ofrece el entorno.

Marzo 2015

Articulo publicado en la versión online de la Revista Rumbos:


(1) http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320715000397
(2) http://www.cell.com/current-biology/abstract/S0960-9822%2815%2900080-9

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