Los pepinos de mar están altamente amenazados en todo el planeta. Foto: Reuters. |
Hace
poco me quedé pensando en torno a una caricatura que graficaba lo que “hubiera
pasado” si Adán y Eva “hubiesen sido” chinos (o asiáticos). En el dibujo se ve
que Adán está friendo a una serpiente
trozada, mientras que Eva espera ansiosa su porción. Se aprecia además que la
famosa manzana sigue colgando rebosante en el árbol. Y bueno, para muchos es
conocido que en general los asiáticos son bastantes propensos a ingerir animales,
plantas e insectos que para nosotros no figuran en el menú. Asimismo, destacan
también sus “rarísimos” gustos y exquisiteces culinarias. Sabemos además que
como parte de muchas culturas, existe una gran demanda por acceder a productos
afrodisiacos, tales como aletas de tiburón, penes de tigre, cuernos de
rinoceronte y otros, lo cual hace que se ejerza una creciente y desmedida presión
sobre la flora y fauna del planeta. En torno a lo anterior, veamos como
ejemplo, qué está sucediendo con una especie animal que pasa bastante
inadvertida y que tiene una apariencia algo repugnante para muchos. Además,
debemos saber que existen 15 especies de animales que estarían a punto de dejar
el planeta.
A demanda de los sibaritas chinos, las poblaciones de los pocos
conocidos pepinos de mar están sufriendo un terrible decrecimiento en todo el
planeta. Estos animales —que no son plantas y que son parientes de las estrellas
de mar y de los erizos— están distribuidos en todos los mares de la Tierra y
cumplen un rol muy importante como “carroñeros” y “recicladores”. Su apariencia
no es la más atractiva ni la más llamativa, pues basta con ver sus fotografías
para darse cuenta que no destacan por su glamour. Pero así como pasan
inadvertidos, su progresiva y abusiva desaparición en todo el planeta también está
pasando inadvertida.
Cuesta mucho imaginar que estos “gusanos” de mar de poco garbo tengan
una gran demanda en la cocina de algún pueblo. Pero no contaban con los gustos
y sabores de los chinos. Desde hace varias décadas, los pescadores costeros de
todo el mundo están arrasando con las poblaciones de los pepinos de mar con un
solo propósito: exportarlos a China. En el país asiático, estos animales son
considerados como un manjar. Debido a todo lo anterior, la situación alrededor
de esta especie es preocupante. De ello da cuenta un artículo científico que
informa sobre el caso (1).
Según se sabe, siete de las casi setenta especies comerciables de
pepinos de mar están en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza (UICN), debido, principalmente, a la gran demanda china. En el
caso de estos equinodermos, no existe una regulación (vedas) en cuanto a su
extracción, lo que hace que se esté dando una depredación incontrolable. No
obstante, en más de 20 países ya se ha prohibido o por lo menos se ha intentado
regular su pesca. Eso sucede en Panamá, Samoa, India, Tanzania, Papua – Nueva
Guinea y en varios países insulares del Océano Pacífico.
¡A comer pepinos!
En el mercado chino, el pepino
de mar seco alcanza altos precios. Así, existe una especie originaria de las
costas japonesas, cuyo valor por kilo excede los 3000 dólares. Por eso, su
población ha sido bastante diezmada. Por otro lado, las especies procedentes de
los trópicos también son bastante cotizadas y también sufren el impacto de la
presión de las cocinas chinas. Su extracción es bastante fácil y lucrativa; y
además no requiere de muchos equipos, pues pueden ser capturados con la mano
por los buzos, dado que no tienen la menor chance de escapar.
La importancia de estos animales radica en su capacidad de consumir material
orgánico procedente de algas muertas o de los restos de las presas de otros
organismos y de devolverlos al agua de forma más asimilable para otras especies.
Así también, son “comida” para otras especies de flora y fauna marina por lo
que forman parte del ciclo natural y mediante su movimiento agitan los fondos
marinos y sedimentos permitiendo la oxigenación
del medio y de especies bentónicas. Adicionalmente, se ha detectado que
en los corales tropicales, los pepinos de mar fijan el calcio y lo “ofrecen”
(al ser alimento) a otros seres para la formación de sus caparazones o
esqueletos.
Felizmente, el país de la Gran Muralla ha logrado cubrir un cuarto de su
demanda total del pepino de mar japonés mediante la acuicultura. No obstante,
esta medida no ha logrado aún que las poblaciones naturales de esta especie se recuperen.
Sin embargo, esto ya es un avance para una recuperación a largo plazo. A todo
esto debemos sumarle que lamentablemente estos poco agraciados animales no han
encontrado un buen “lobby” para interceder por su conservación y
aprovechamiento sostenible.
Los 15 del patíbulo
El proyecto Alliance for Zero Extinction (AZE, http://www.zeroextinction.org/) ha hecho pública una
lista de 15 especies biológicas, entre mamíferos, reptiles y aves, que estarían
al borde de la inminente extinción. Y es que para su “mala suerte”, los
especímenes de estos 15 candidatos a dejar el planeta ocupan hábitats bastante
restringidos e intervenidos por el hombre. Además, por la maldita culpa del Homo sapiens, el planeta nos está
quedando cada vez más pequeño para satisfacer las demandas de los casi 8000
millones de humanos. Con cada día que pasa, las posibilidades de supervivencia
de estas 15 especies (y de otras, sin lugar a dudas) disminuyen a pasos
agigantados.
El proyecto AZE ha propuesto esta lista tras haber identificado que
las posibilidades de sobrevivir de estas 15 especies son casi nulas. Para
nuestra tranquilidad, el Perú todavía no aparece representado por alguna de
estas especies, no obstante, así como vamos, me parece que es bastante probable
que pronto aparezcamos. La lista está compuesta por diversos tipos de rana en
Brasil, albatros de islas remotas, una rata trepadora de México, entre otras
criaturitas del Señor que se deben estar arrepintiendo de haber estado trepadas
en el Arca de Noé. Como todos sabemos, el hombre es el responsable directo e
indirecto de este exterminio.
Así por ejemplo, el tan mencionado cambio climático es el causante de
que algunos ecosistemas estén sufriendo cambios irreversibles. ¿Ejemplos? Tenemos
la acidificación de los océanos y el derretimiento de los polos y glaciares.
Adicionalmente, el hombre, en su afán de ganar terrenos para la agricultura y
ganadería e incluso para urbanizar y seguir asentándose en este maltratado
planeta, sigue mermando los bosques tropicales y otros ecosistemas. Un ejemplo
de ello es la creciente deforestación destinada a obtener terrenos aptos para
la siembre de la palma aceitera (en el Perú, esta “moda” se viene con todo).
Además, tenemos las amenazas que produce el hombre mediante la contaminación
del ambiente en todas sus variantes.
Un claro ejemplo es el excesivo uso del plástico y sus terribles
consecuencias para las aves. Y es que muchas plumíferas ingieren residuos
sólidos (que confunden con sus alimentos) y luego se sienten llenas y no
digieren lo ingerido para finalmente morir de inanición —irónicamente— con el
buche lleno (de plástico).
Así, con el fin de obtener la mencionada lista, los científicos de la
University of Southern Denmark analizaron los datos de 841 especies que viven
en hábitats restringidos. Para ello se creó el Índice de Oportunidades de
Conservación para cada especie. Los resultados de esta investigación (2)
nos indican que el 39% de las especies analizadas tienen (todavía) un índice
alto, lo cual les aseguraría mayores posibilidades de supervivencia. Sin
embargo, para 510 especies de las 841, las cosas están color de hormiga.
¡Hasta luego, Au revoir,
ciao, bye, tschüss!
Otro de los resultados de la investigación es que se necesitaría
invertir 1300 millones de dólares por año para evitar la extinción de estas
especies. El mayor porcentaje de ese dinero debería ir a sus hábitats para ser
usados en medidas efectivas de conservación in
situ. Otro porcentaje menor debería ser invertido en la crianza de algunas
especies ex situ, es decir, en
zoológicos o lugares especializados, tales como zoocriaderos o centros de
rescate. Esto, con el fin de que exista un “stock” de especímenes disponible
para ejecutar cualquier medida de conservación (repoblamiento, reintroducción u
otra). Solo para comparar, los Estados Unidos gastan anualmente 500 veces más
en temas militares que la cantidad propuesta.
La lista de las 15 infortunadas especies es la siguiente:
Mamíferos
·
Ratón del Monte Lefo (Lophuromys
eisentrauti). Es un roedor endémico del Monte Lefo en Camerún.
·
Rata arborícola de Chiapas (Tylomys
bullaris). Es un roedor que vive en un pequeño hábitat en México.
·
Rata tropical de tierras bajas (Geomys
tropicalis). Es un roedor exclusivo de Tamaulipas en la región costera del noreste
mexicano.
Anfibios
· Salamandra (Lyciasalamandra
billae). Vive exclusivamente en una pequeña zona costera en Turquía.
·
Las ranas Hypsiboas dulcimer, Bokermannohyla
izecksohn y Physalaemus soaresi de
Brasil.
·
Rana Zorro (Pseudophilautus
zorro). Vive exclusivamente en Sri Lanka.
·
Rana (Allobates juanii). Vive
únicamente en dos localidades en la selva de Colombia.
Aves
·
Alondra de Ash (Mirafra ashi).
Ave que habita una pequeña zona costera en Somalia.
·
Monarca de Tahití (Pomarea nigra).
Ave que vive exclusivamente en la Polinesia francesa.
· Petrel Feira (Pterodroma madeira).
Ave que habita únicamente en la Isla Madeira, Portugal.
· Petrel de las Islas Reunión (Pseudobulweria
aterrima). Su distribución está restringida a un pequeño grupo de islas en
el Océano Índico.
· Gorrión de Wilkin (Nesospiza
wilkinsi). Vive únicamente en el archipiélago de Tristán de Acuña en el sur
del Océano Atlántico
·
Albatros de Ámsterdam (Diomedea
amsterdamensis). Solo habita en la isla de Ámsterdam ubicada al sur del
Océano Índico.
Concolón
¿Y a qué vienen los pepinos de mar y esta tenebrosa lista? Ambos temas
vienen a colación por el hecho de que, en primer lugar, debemos estar siempre
alertas ante los casos de depredación en el planeta y en el país. No podemos
restringir nuestra mirada a lo que sucede en nuestro entorno. Debemos ampliar
nuestra visión e intentar entender qué está pasando a nivel planetario en relación
a nuestros recursos naturales. Un caso a tener siempre en cuenta es el de la
nueva e inalcanzable potencia mundial: China. Se imaginan si mañana se impone
en ese país la moda de ingerir, por ejemplo, el camarón de río o alguna otra
especie animal; o que tal vez se les dé a los nuevos ricos chinos por construir
sus casas con la madera de algún árbol amazónico. Eso podría ser la sentencia para
una posible extinción.
¿Se imaginan por último que solo el 10% de la población china tenga
esos “gustitos”? Estamos hablando de satisfacer el mercado para 130 millones de
personas. En segundo lugar, todos los estudios y emprendimientos en relación a
la extinción de especies biológicas son aproximaciones y deben ser tomados como
referencia. Ninguno contiene la verdad absoluta pues todos difieren entre sí en
cuanto a los métodos y resultados. Se debe tomar con cautela lo propuesto y no
caer en el sensacionalismo ni entrar en un pánico general.
Y por último, en las propuestas de conservación aparecen por doquier
la conservación in situ y ex situ como alternativas. Sin lugar a
dudas es lo único que podemos hacer además de disminuir la presión sobre el
planeta. Por eso, debemos hacer bien las cosas. De eso depende que podamos
seguir disfrutando de los bienes y servicios que nos ofrece el entorno.
Marzo 2015
Articulo publicado en la versión online de la Revista Rumbos:
(1) http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320715000397
(2) http://www.cell.com/current-biology/abstract/S0960-9822%2815%2900080-9
No hay comentarios:
Publicar un comentario