Pingüino de El Cabo (Spheniscus demersus). Foto: AFP. |
Hace varios meses que quería escribir sobre
estas lindas y tiernas criaturas del Señor. Por diversos motivos fui
postergando esta empresa. Sin embargo, hace unos días vi unas fotos que me
hicieron retomar este esfuerzo. Y es que en el colmo de la desfachatez de
algunos mal llamados conservacionistas, tenemos un lugar en el Perú,
específicamente en Puerto Eten (Lambayeque), donde se estaría intentando
“recuperar” la población del Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti)
mediante su crianza en cautiverio y posterior liberación (a propósito qué esperan las autoridades regionales para nombrar de una
vez el Área de Conservación Regional Humedales de Puerto Eten). Pero antes
de ver ese tema (del cual, espero que
las autoridades y la opinión pública tomen nota), revisemos un par de
puntos sobre los pingüinos. Estas aves no voladoras son tan famosas que incluso
tienen diversas películas y series animadas. No obstante, detrás de ellas hay
algunos aspectos que deberíamos conocer.
Quizás no les suene el nombre de George Murray
Levick (1876 – 1956). A mí tampoco me sonaba, hasta que descubrí que este
caballero británico estudió por tres años la vida de los pingüinos y que parte
de los resultados de su investigación estuvieron 98 años censurados y sin ser
publicados. Sus descubrimientos sobre la vida sexual de los pingüinos dejaron
atónitos y ruborizados a los científicos de su época. Murray Levick formó
parte, entre los años 1910 y 1913, de la expedición a la Antártida de Robert
Scott, la cual tuvo un trágico final. El expedicionario inglés fue uno de los
cinco sobrevivientes de una de las brigadas que en el año 1912, bajo
condiciones extremas de frío, hambre y cansancio, logró refugiarse en una
caverna de hielo y sobrevivir.
Producto de lo anterior, Murray Levick escribió,
en el año 1915, un detallado y completo estudio sobre la vida y conducta de los
Pingüinos de Adelia (Pygoscelis adeliae).
Y tuvieron que pasar 98 años para que el estudio original (escrito a lápiz) fuese
encontrado por un miembro de la Heritage Trust de Nueva Zelanda entre los
documentos oficiales de la expedición del Capitán Scott [1].
Tras el hallazgo, los resultados completos han salido a la luz, ya que la
versión que fue publicada en 1915 era una versión censurada. El capítulo sobre
el comportamiento sexual de estas aves no voladoras fue dejado de lado.
El mismo Murray Levick había decidido de
antemano que los detalles sobre la vida sexual de los pingüinos no fueran
publicados y además apuntó en griego todos los datos tomados en campo sobre
este aspecto. De esta manera, el expedicionario habría “ocultado” o codificado sus
resultados para no herir susceptibilidades, pues él mismo había quedado en
shock después de todo lo que vio.
¿Aves
perversas?
Los principales hallazgos de Murray Levick fueron
los siguientes: necrofilia, dado que los machos jóvenes intentaban tener sexo
con hembras adultas muertas; ataques de adultos a juveniles por una conducta
motivada por el sexo; posible conducta sexual de autocomplacencia;
homosexualidad; y una actividad sexual que no solo cumple una función
reproductora, sino también de placer. Todos estos descubrimientos eran, para la
época, un escándalo y dejaron impávidos al aventurero inglés y a sus colegas.
Así, dado lo “retorcido”, inmoral y
antinatural de estas conductas en los pingüinos, Murray Levick no encontró
explicación para esta situación. Hoy en día, estas conductas pueden ser
interpretadas y explicadas. Sin embargo, para el inglés no fue posible separar
la observación científica de su susceptible moralidad. Para él, lo que vio era
simplemente “abominable” y “malo”. Y creo que no es su culpa, pues el
expedicionario británico era un científico con una alta carga moral y religiosa
propia del Siglo XIX y de principios del Siglo XX.
Murray Levick anotó que “las atrocidades que
hacen le pertenecen a un género que no debería tener cabida en este libro. No
obstante, es interesante anotar que donde la naturaleza les ha otorgado algunas
ocupaciones por realizar, estas aves se comportan como humanos que por pereza
se empiezan a degenerar”. Es decir, donde no hay disciplina, no hay orden, por
lo tanto se instala un comportamiento anti natural. Estas aves que de lejos
parecen pequeños hombres vestidos como caballeros, al parecer, no lo son tanto.
Ya de regreso en Inglaterra, Murray Levick publicó
su estudio “Natural History of the Adélie Penguin” en el cual describía a estas
aves como seres con una vida sexual casi inexistente, por lo menos en lo que
respecta a sus “perversiones”. Posteriormente, el inglés publicó un corto
“paper” denominado “Sexual Habits of the Adélie Penguin”, del cual solo fueron
impresos 100 ejemplares que repartió a mano a un grupo selecto de expertos. El
trato era leer el estudio y luego destruirlo. Al parecer, solo sobrevivieron
dos ejemplares de estos estudios “pornográficos” de los pingüinos.
De esta manera, Murray Levick se intentó
proteger de ser tildado también de depravado y de alterar la moral de sus
renombrados y moralistas colegas. En los siguientes 50 años, el trabajo del
expedicionario inglés no fue nombrado ni citado en estudio alguno sobre un
tópico similar. Sin embargo, un tal Douglas Russell descubrió uno de estos
manuscritos en las profundidades del archivo del Museo de Historia Natural de
Inglaterra [2]
y junto a otros colegas escribió un artículo en el magazín “Polar Record” [3]
sobre el trabajo de Murray Levick. Así, poco a poco fueron saliendo a la luz
sus resultados.
Rescatando
pingüinos en Sudáfrica
Tras algunos dramáticos derrames de petróleo
en el sur de África, la población del Pingüino de El Cabo (Spheniscus demersus) estuvo muy cerca de sucumbir. Sin embargo, su
crianza en cautiverio está dando buenos resultados. Estas aves son criadas a
mano y tras su liberación se adaptan muy bien a su nuevo hábitat. Se ha
reportado incluso la formación de nuevas colonias. La recuperación de la única especie
silvestre de pingüino en África está a cargo de un equipo de científicos
sudafricanos y británicos de la Universidad de El Cabo [4].
Los científicos pudieron determinar que los
pichones que fueron víctimas de los derrames petroleros, tras ser limpiados y
criados por el hombre “a mano”, pudieron regresar sin dificultad a su hábitat
original. Así, mediante este tipo de crianza en cautiverio, los pichones que
fueron abandonados prematuramente por sus padres, debido a que estos estaban
mudando de plumaje y no podían zambullirse en el mar para obtener alimento y
que por lo tanto terminaban abandonándolos condenándolos a una muerte segura; y
otro grupo de pichones que fueron rescatados después de algún derrame,
recibieron una segunda oportunidad.
Los científicos recolectaron entre los años
2006 y 2007 más de 1300 pichones que fueron llevados a una estación especial y
fueron criados cerca de mes y medio “a mano”. En cautiverio, estas aves estaban
expuestas a enfermedades respiratorias y a otras como la malaria y a infecciones
en los pies, pero estas fueron tratadas a tiempo con medicamentos. Posteriormente,
los científicos liberaron el 91 y 73% del total de pichones en los dos años de
captura respectivamente. Muchas de las aves liberadas fueron marcadas y hasta
finales del año 2012, se pudo registrar en la naturaleza al 13% de los
pingüinos marcados.
Incluso, se ha logrado observar que muchas de
las aves liberadas lograron tener descendencia; y que más de la mitad de ellas,
lo hicieron en sus colonias de origen. Finalmente, se ha podido determinar que
la cuota de supervivencia de los ejemplares silvestres comparada con la de los
ejemplares criados a mano es casi igual. De esta manera y en vista del descenso
en la población de estos pingüinos sudafricanos, este método de crianza es una
herramienta poderosa para frenar la posible extinción de esta especie.
Sin embargo, la comunidad científica ya está
buscando otros métodos para rescatar a aquellos pichones que son dejados de
lado en las colonias naturales sin tener que alterar a los otros miembros. Y lo
más importante ─ ¡tomen nota! ─ es que se está trabajando arduamente en
asegurar que al momento de liberar a los individuos criados en cautiverio estos
no lleven consigo alguna enfermedad a las poblaciones sanas. Este factor es
sumamente importante. Pongo énfasis al respecto, debido a lo que viene líneas
abajo, no sin antes mencionar que sí existen iniciativas serias para “devolver”
a especies amenazadas a su entorno natural. Lamentablemente en nuestro terruño
estas pueden ser contadas con los dedos.
Pingüinos
en el infierno
En Puerto Eten, lugar ubicado en la costa
lambayecana a 30 minutos al sur de Chiclayo, existe una playa llamada Media
Luna y ahí está ubicado el “Centro de Rescate” del mismo nombre. Este presunto
centro de rescate está manejado por la Asociación Tu Tierra [5]
y tiene la intención de “salvar” al Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti) de la extinción mediante la crianza en
cautiverio y su posterior liberación. No obstante, por intermedio de varios observadores
de aves, expertos y público en general que ha estado en la zona, es evidente
que ese lugar es una aberración en lo que se refiere a poner en marcha un
esfuerzo serio a favor de nuestra fauna.
El estado de abandono y de precariedad es
alarmante y en su historial este cuchitril tiene una serie de hechos que
demuestran que las cosas andan muy mal por ahí (basta revisar las noticias
pasadas). Les recomiendo consultar en la Superintendencia Nacional de Aduanas y
de Administración Tributaria (SUNAT) [6],
el RUC: 20487580296 para saber quién es el representante legal de esta
asociación sin fines de lucro. Muchos ya lo conocen. Y algo que también salta a
la vista es el hecho de que esta iniciativa es financiada por un zoológico
francés [7].
No entiendo realmente qué es lo que se quiere mostrar en este lugar.
Vergüenza nacional. Centro de Rescate Media Luna. Foto: Fernando Angulo Pratolongo. |
Tal vez los financistas quieran “venderse” en
su tierra como los “salvadores” de pingüinos y jalar agua para su molino
(donaciones) con la complicidad de algunos compatriotas. Habrá que investigar
más a fondo este tema, pues no es posible que esta pocilga de pingüinos sea
promocionada como un centro de rescate (basta ver las fotos, estas me hacen
recordar a la poza de los delfines Yaku y Wayra en Lima). Además, hay algunos
puntos para tomar en cuenta. Según los expertos, no existiría un sitio
apropiado para formar una colonia de estos pingüinos en esta parte del país.
Así también, es bastante probable que las crías y algunos individuos liberados
mueran de hambre o sean víctimas fáciles de depredadores, dado que no han
atravesado un proceso de reintroducción serio, mediante el cual aprenden a
alimentarse y a defenderse en estado silvestre.
Además, el Pingüino de Humboldt no está en un
estado de conservación tan grave, el cual avale y justifique esta iniciativa.
Más efectivo sería combatir las presuntas causas que propician la disminución
de su población en la costa peruana. Y por último, ¿existirá un plan de
reintroducción avalado por el Estado?, ¿tienen permiso para este tipo de
actividades?, ¿qué dice la comunidad científica al respecto?, ¿existen ya
resultados para mostrar?, ¿se hace o se hará algún tipo de monitoreo y
seguimiento a lo que allí se pretende realizar?, ¿tienen un plan de salud
animal? Sin lugar a dudas, hay otras preguntas para más adelante.
Y para terminar, a ver si el Gobierno Regional
de Lambayeque declara de una vez por todas a los humedales de Puerto Eten como
Área de Conservación Regional, antes de que este valioso lugar desaparezca. De
paso sería bueno que sus funcionarios se den una vuelta por la playa Media
Luna.
Marzo 2015
Artículo publicado en la versión online de la Revista Rumbos:
[1] Ver: http://www.radionz.co.nz/news/national/257379/restored-notebook-goes-home
[2] http://www.nhm.ac.uk/about-us/news/2012/june/penguin-sex-habits-study-rediscovered-at-museum110510.html
[3] http://journals.cambridge.org/action/displayAbstract;jsessionid=4765EC21F30B907B258CEA0829129FAE.journals?aid=8693309&fileId=S0032247412000216
[4] http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0110794
[5] http://peru21.pe/actualidad/tratan-salvar-extincion-pinguinos-norte-peru-2143143
[6] http://www.sunat.gob.pe/cl-ti-itmrconsruc/jcrS00Alias
[7] http://www.bioparc-zoo.fr/en/our-nature-projects/our-engagement/
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