Futuro algo incierto. Rioja. Foto: Enrique Angulo Pratolongo. |
Preocupado
por evidenciar un notorio desconocimiento sobre cómo funciona parte del aparato
estatal dedicado a la conservación y al buen uso de la diversidad biológica en
el país, me he visto obligado a escribir estas líneas. Así, reconozco, con suma
vergüenza, que al momento de averiguar sobre estos temas tan complejos para mí,
me di cuenta de que estaba intentando descifrar un mundo muy lejano y complejo
para mis escasos conocimientos. Así también, debo reconocer que todavía ando en
pañales en estos temas ambientales o “ecológicos”, pues es evidente que, como
dijo Spinoza, solo sé que nada sé. Por eso, lo más razonable para salvar mi
honor es ofrecer solo algunas humildes anotaciones. No obstante, pese a esta
vergonzosa situación que desnuda el laberintico “mundito de la conservación”,
es bueno saber que ¿existen? esfuerzos para acercar más al ciudadano de a pie a
esta maquinaria estatal.
Preocupado por no saber por dónde empezar y
cómo ordenar mis ideas, decidí revisar la Ley N° 29763, es decir, la nueva Ley
Forestal y de Fauna Silvestre, la misma que fue promulgada en julio de 2011 y que
entrará en vigencia una vez que su reglamento sea aprobado (¿cuándo? Asumo que
pronto, en los siguientes dos años.). Es decir, todavía rige la Ley Nº 27308,
también llamada Ley Forestal y de Fauna Silvestre. No obstante, la nueva Ley
Forestal y de Fauna Silvestre —a partir de ahora, LFFS— ha sellado, en julio de
2014, la creación del Servicio Nacional
Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), ente que reemplaza a la antigua Dirección
General Forestal y de Fauna Silvestre (DGFFS). Hasta ahí, creo, todo bien. ¡Ah,
me olvidaba! El SERFOR es un organismo público adscrito al Ministerio de
Agricultura y Riego.
Lo que me preocupa es la cantidad de órganos
especializados que emergen de la LFFS (y en general del aparato estatal). Así
por ejemplo, el Artículo 12 me dice que existe un Sistema Nacional de Gestión
Forestal y de Fauna Silvestre (SINAFOR) que es un “sistema funcional integrado por los ministerios y los organismos e
instituciones públicas de los niveles nacional, regional y local que...”.
Ya no pude seguir leyendo. No me quiero complicar la vida. El Artículo 13
indica lo que ya sabemos, es decir, que la Autoridad Nacional Forestal y de
Fauna Silvestre es ahora el SERFOR. Pero además se menciona que el SERFOR es el
ente rector del SINAFOR. Ojo, no lo olviden.
Además de lo anterior, existe la Comisión
Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (CONAFOR) que es la entidad consultiva
del SERFOR (¡De verdad!, ¡Existe! Revisen el Artículo 17). Sigamos. Esto no
queda acá. La LFFS indica también, en el Artículo 18, que contamos en el país
con el poderoso Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna
Silvestre (OSINFOR) que se encarga de “supervisar
y fiscalizar el aprovechamiento sostenible y (...) a través de títulos
habilitantes regulados por la presente Ley”. O sea, fiscaliza (dice) las
concesiones forestales, los permisos y las autorizaciones para usar el bosque.
Es decir, chequea que se cumpla la ley. De esto no estoy muy seguro, pero eso
es otro cantar que habrá que abordar en su momento.
Pero el OSINFOR, por si acaso, ya existía
desde antes, pues este fue creado en el 2008 (ver Decreto Legislativo 1085 de
ese año) mediante la absorción de una oficina que estaba adscrita al ex Instituto
Nacional de Recursos Naturales (INRENA) que solo se dedicaba a la supervisión
de concesiones forestales maderables. Por si acaso, el OSINFOR está adscrito a
la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). Tomen nota.
Y
seguimos
Leyendo el Capítulo IV Unidades de gestión
forestal y de fauna silvestre de la LFFS entre casi en colapso. El Artículo 21
nos dice que tendremos a la Unidad de Gestión Forestal y de Fauna Silvestre
(UGFFS) que es “la organización
territorial regional de gestión, administración y control público de los
recursos forestales y de fauna silvestre (...)”. Pero ahí no queda la cosa,
tendremos también al Comité de Gestión Forestal y de Fauna Silvestre (CGFFS)
que es, según el Artículo 22, “un espacio
de participación ciudadana de los usuarios del bosque, comunidades locales,
(...) que desarrollen actividades dentro de una determinada UGFFS”.
Además y no faltaba más, el CGFFS es
reconocido por la Autoridad Regional Forestal y de Fauna Silvestre (ARFFS).
Dicho lo anterior, no podía faltar la Regencia Forestal y de Fauna Silvestre
(Artículo 23) que “es la persona natural
con formación y experiencia profesional en el área que requiere ser regentada e
inscrita en el registro Nacional de Regentes Forestales y de Fauna Silvestre”.
Con esto, el futuro de los bosques en el Perú parecería que pinta bien. ¿Será? Por
eso, con todos estos actores ya no hay de que preocuparse. Esta última
afirmación se sustentaría en que existirá un Registro Nacional de Regentes
Forestales y de Fauna Silvestre y que también contaremos con un Plan Nacional
Forestal y de Fauna Silvestre que será aprobado por el SERFOR. Ahora sí, ya
está todo solucionado.
Pero esto no queda acá. En la propuesta del
Reglamento de la LFFS se indica que además de todo lo anterior, el país tendrá
un Sistema Nacional de
Control y Vigilancia Forestal y de Fauna Silvestre
(SNCVFFS) que velará por el origen legal de todos los productos forestales y de
fauna silvestre. Adicionalmente, contaremos con el innovador Sistema Nacional
de Información Forestal y de Fauna Silvestre (SNIFFS) que entregará la
información necesaria para asegurar que se cumplan todos los mecanismos de
control en las entidades públicas en lo referido a la verificación del
cumplimiento de las normas vigentes y a los acuerdos internacionales
vinculantes a los productos de flora y fauna silvestre que hayan sido obtenidos
legalmente. ¿Y si son obtenidos de manera ilegal?
Entonces, resumiendo un poco, el SERFOR, con
su órgano consultivo, el CONAFOR, reemplaza a la DGFFS y dirige el SINAFOR y
además vela para que los CGFFS (reconocidos por las ARFFS) realicen sus
funciones dentro de las UGFFS. Además tenemos a las Regencias Forestales y de
Fauna Silvestre que deben inscribirse en el Registro Nacional de Regentes
Forestales y de Fauna Silvestre. Y todo está bajo control porque tendremos un
Plan Nacional Forestal y de Fauna Silvestre. Asimismo, en base a la existencia
del SINAFOR, los miembros del SNCVFFS deben brindar la información necesaria
para combatir la deforestación, según lo que diga el SNIFFS para cumplir con
los objetivos del sistema. ¡Dios santo!
Todo lo anterior funcionará de maravilla
porque además tendremos la cereza sobre el pastel: el Plan Nacional
Anticorrupción del Sector Forestal y de Fauna Silvestre (PNASFFS).
Un
par más y nos vamos
Haciendo una rápida incursión en otros
universos paralelos me topo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización
Ambiental (OEFA), órgano adscrito del Ministerio del Ambiente (MINAM) que
cuenta con un Servicio de Información Nacional de Denuncias Ambientales
(SINADA), el cual le permite al ciudadano obtener información sobre los hechos
que podrían ser infracciones ambientales y a su vez le permite informar y
alertar al Estado sobre los mismos. Así también, dicho organismo cuenta con el
Servicio de Información y Atención al Ciudadano (SIAC).
Y otro de los organismos técnicos adscritos al
MINAM, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles
(SENACE), se encarga de, entre otros, revisar y aprobar los Estudios de Impacto
Ambiental detallados (EIA-d) de mayor envergadura de los proyectos de inversión
pública, privada o de capital mixto. Además, el SENACE es parte del Sistema
Nacional de Evaluación de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) que viene
trabajando, desde el 2001, para incorporar la variable ambiental en los procesos
de gestión pública para que se anticipe y prevengan los potenciales impactos
ambientales negativos significativos derivados de los proyectos de inversión
públicos o privados. El SENACE se encarga también de fortalecer el SEIA y de
favorecer las inversiones sostenibles.
Tenemos también en el país el Sistema Nacional
de Gestión Ambiental (SNGA) que fue creado en el 2004 e integra a las
instituciones y organismos que intervienen en la gestión ambiental. Tiene el
objetivo de orientar, integrar, coordinar, supervisar, evaluar y garantizar la
aplicación de las políticas, planes, programas y acciones destinados a la
protección del ambiente. Este sistema, creo, es la salvación, ¿o no?
Y
acá viene lo bueno
¿Quiénes integran el SNGA? ¡Agárrense! El SNGA
está conformado por el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el
Estado (SINANPE), el cual es administrado por el Servicio Nacional de Áreas
Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), que a su vez es otro de los
organismos adscritos al MINAM; por el Sistema Nacional de Evaluación y
Fiscalización Ambiental (SINEFA) cuyo ente rector es el OEFA; por el SEIA, cuyo
ente rector es el MINAM a través de la Dirección General de Políticas, Normas e
Instrumentos de Gestión Ambiental; por el Sistema Nacional de Gestión de
Recursos Hídricos (SNGRH), cuya rectoría está a cargo de la Autoridad Nacional
del Agua (ANA) y por el Sistema Nacional de Información Ambiental (SINIA), cuya
entidad rectora es el MINAM. ¿Y el SERFOR, SINAFOR, SNCVFFS, SNIFFS y los
otros?
Dicho lo anterior, el SNGA también está
conformado por los Sistemas Regionales de Gestión Ambiental (SRGA), de
responsabilidad de los gobiernos regionales; y por los Sistemas locales de
Gestión Ambiental (SLGA) que deben ser implementados por los gobiernos locales
(provinciales y distritales). Esta es la primera vez que escucho de estos dos
sistemas, ¿existirán? Y por si no lo saben, el MINAM es la Autoridad Nacional
Ambiental y órgano rector del SNGA. Por último, otro de los organismos
adscritos al MINAM es el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del
Perú (SENAHMI). Como ven, estamos llenos de servicios y de sistemas.
Ya no continúo porque no quiero ocasionar
contusiones cerebrales si seguimos abordando el enmarañado mundo de servicios,
sistemas, estrategias, planes y otros en torno al tema ambiental. Lo bueno de
todo esto es que conozco a muchos ciudadanas y ciudadanos que están trabajando
duro para que podamos entender de qué se trata y para qué sirve toda esta
jerarquización de herramientas que parecerían, en algunos casos, disparos al
aire.
Lo más importante en todo esto es contar con
los recursos humanos idóneos, es decir, bien capacitados y que crean en lo que
hacen sin perder el entusiasmo; con los recursos monetarios (¡plata hay,
debemos gastarla mejor!) y con los recursos técnicos para que toda esta
maquinaria funcione y no quede solo en el papel. Yo por lo tanto, los dejo. Tengo
otros planes, no quepo en este sistema, no brindo servicio alguno y no tengo
ninguna estratega que mostrar.
Marzo 2015
Artículo aparecido en la versión online de la Revista Rumbos:
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