lunes, 4 de mayo de 2020

Dr. HANS LANGEWIESE: “UNO AFIRMA QUE NO LE DEN DE COMER A LAS PALOMAS PARA VER SI ASÍ SE REDUCE SU POBLACIÓN; Y LOS ANIMALISTAS YA TE QUIEREN ASESINAR” (Parte 2)

Para el año 2050 en adelante, en los veranos en el Polo Norte ya no habrá capa de hielo alguna. El Polo Ártico dejará de ser
el hábitat de osos polares y otros animales acostumbrados a las condiciones climáticas en el "techo" del mundo. 
Foto: Dirk Notz.
En la segunda parte de la entrevista que le hizo mi amigo Wilfredo Molina al Prof. Dr. Hans Langewiese, Profesor Emérito de la Facultad de Geografía y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Gotinga (Georg-August-Universität Göttingen) de Alemania y gran conocedor de la coyuntura política y ambiental en Europa y América del Sur, sobre lo que nos deja la pandemia, el profesor no se guardó nada. Soltó varias perlas que nos hacen reflexionar sobre lo que estamos viviendo y sobre lo que se nos viene. Y para terminar, le mandó un pequeño mensaje al Perú que añora.  


El Dr. Langewiese afirma que esta pandemia samaquea a la humanidad, “a unos más, a otros menos. Esta situación sin precedente solo podría ser superada por una invasión alienígena o por la caída de un meteorito, eventos que tendrían un impacto tal vez mayor”. Lo más cercano a esta pandemia, según el profesor, “son los mundiales de fútbol, dado que por un mes y cada cuatro años, todo o casi todo el planeta se detiene para ver rodar la pelota sobre el gramado. Después de eso, no hay nada más universal. Sin duda, el virus SARS-Cov-2  le dejará a la humanidad una gran cicatriz. Por más que intentemos borrarla y superarla, eso no sucederá”.

Wilfredo Molina: Profesor Langewiese, ¿Cómo explicar que más de un millón de ciudadanos de la potencia mundial, Estados Unidos de América, están infectados con el Coronavirus y que ya tienen más de 60 000 muertos?


Hans Langewiese: Con un presidente como Donald Trump, lamentablemente no podemos esperar otro panorama. Un político que desprecia la vida humana, que se cree dotado intelectualmente y que transita por un equivocado camino liberal, sin lugar a dudas, no es de confiar. No es posible que opte por una posición tan laxa frente a los efectos del Coronavirus. Lamentablemente, en relación a la pandemia, no está solo. Mira los casos de Brasil y México. Con esa triada de presidentes, a mí como “americano adoptado” se me cae la cara de vergüenza y no puedo defender lo indefendible. Recordemos que el número de muertos en los EEUU por el Covid-19 sobrepasa ya al número de estadounidenses fallecidos en la Guerra de Vietnam. Eso nos dice mucho.

Por otro lado, a los “gringos” se les viene un rosario de problemas. Desde que empezó la crisis sanitaria en el planeta, se ha registrado 26 millones de estadounidenses desempleados (la cifra sigue creciendo). Muchos de ellos no tienen ahorros, el sistema de salud no le llega a todos y el número de infectados sigue en aumento. Por supuesto, los latinos y la población afroamericana son y serán los más golpeados.   

Nueva York: la meca del Coronavirus en los Estados Unidos.
Foto: Mark Lennihan. 
WM: En Alemania se discute en los medios de comunicación sobre una “Öffnungsdiskussionsorgien” (traducción del editor: orgias de discusiones sobre el levantamiento progresivo de la cuarentena). Incluso, la Canciller alemana Angela Merkel afirmó que todavía es muy pronto para cantar victoria. Extrapolando esa discusión a tierras americanas, ¿qué se debería hacer?

HL: Sabemos que en Alemania y en otros países se ha tenido una cuarentena “controlada” que apeló a la responsabilidad individual, a que cada uno sepa qué hacer. Y claro, las cifras le dan un respaldo a lo hecho por el gobierno alemán, pero a su vez, ya se empieza a exigir que se vaya “relajando” las restricciones. Es ahí cuando la canciller pidió y exigió que no se empiece a debatir en vano qué es lo que viene; y menos que se le dé tribuna a las especulaciones. Según sus palabras, “el peligro todavía está presente. No hemos pasado la montaña y el hielo todavía es muy frágil”. Es decir, aún falta para salir de esta crisis sanitaria. A los países fuera de Europa, como el Perú, les esperan todavía tiempos complicados.
El Dr. Langewiese piensa que saldremos de esta pandemia
golpeados, pero fortalecidos. 

Sé que no es fácil seguir exigiendo la cuarentena total, sin embargo, se viene una posible segunda ola que nos podría agarrar confiados y cuyos efectos podrían ser igual o más severos para todos. El asesor científico de Merkel en todo lo relacionado al Coronavirus, el virólogo Christian Drosten, menciona que teme “que tengamos un segundo estallido mortal”. Recordemos que Merkel es científica. La canciller hará caso a lo que arrojen los estudios científicos. Estoy seguro que no va a improvisar ni a hacer necesariamente lo que le pidan el pueblo y grupos de interés particulares. Por eso, mucha discusión y orgías de información en temas de esta índole pueden ser contra productivas e infames. Se debe tomar decisiones en base a información certera. No estamos para improvisar.      

La catedra del Dr. Langewiese se centra en estudios geográficos relacionados a la geopolítica planetaria para poder entender cómo es que la humanidad se desenvuelve y qué es lo que nos espera en los siguientes años. En su trabajo pone especial énfasis en la parte ambiental, específicamente en lo relacionado a la fauna silvestre. El doctor siempre cuenta que deseó ser zoólogo, pero que al final se fue por la geografía porque le pareció “mejor” ver todo “desde arriba y no cara a cara”. Nunca pierde la postura y cultiva el humor como un valor incluso superior al académico. Por eso, siempre cita a la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, una de sus referentes intelectuales y de la que dice que es “una mujer con la que podría reír a carcajadas y al mismo tiempo ‘filosofar’ sobre la vida, intentar entender al complejo ser humano y para ver siempre una luz al final del túnel. No todo es oscuro. 

WM: Dejemos el hemisferio norte y vayamos al hemisferio sur. ¿Cómo ve lo que está sucediendo en el Perú?

HL: Estoy siempre al tanto de lo que sucede en el Perú y me da mucha pena constatar que mis “ex paisanos”, como yo los llamo, están haciendo muchas cosas mal. Sin entrar en el campo político, por el cual no deseo transitar ahora, veo con preocupación que la “raza” peruana empieza a aflorar con la postura ya mencionada de “no pasa nada”, “eso es para los otros, no para mí” y con una irresponsabilidad campante. No voy a generalizar por supuesto, no todo es blanco y negro; pero me confundo a veces porque pienso que los peruanos ya han madurado como clase política y ciudadana, pero me doy con la sorpresa, o mejor dicho, me decepciona constatar que todavía eso no sucede. No quiero ser pesimista y decir que el Perú va a seguir creciendo en todos los sentidos, pero hay aún mucho por hacer. Estoy seguro de que el Perú será una potencia en la región. Eso depende casi en totalidad, de ustedes mismos.

WM: Veamos ahora qué sucede allá afuera. Hablemos de las aves. Comentaba que colegas suyos de Noruega afirmaban que estas estarían desapareciendo más rápido de lo que pensábamos.

El loro gris (Psittacus erithacus) es una de las especie de psitácidos
originarios de África de gran demanda internacional como mascota. 
Foto: Suhami Sulaiman - Getty Images
HL: Así parece. Mis colegas noruegos informan que muchas especies de aves se estarían extinguiendo cinco veces más rápido de lo estimado. Aunque suene apocalíptico, debemos tomar esto con calma, pero sin dejar de pensar que estamos en medio de la sexta extinción masiva de especies, originada, por supuesto, por el hombre. Se ha registrado en el planeta cerca de 11 000 especies de aves. Muchas de ellas están altamente amenazadas. En los últimos 500 años se habrían extinguido 187 especies de aves. Eso nos dice casi todo.

WM: Hablando de aves, en una de sus clases se discutió sobre las palomas y dejó entrever su postura “anti palomas domésticas”, con lo cual regresamos otra vez a esa piedra en el zapato, a la que usted reconoce como los animalistas.

HL: Siempre he maldecido a las palomas (Columba livia) pese a que mis conocidos les parece una actitud totalmente contradictoria con mi forma de pensar, por el amor que le tengo a los animales y especialmente a las aves. Pero no confundamos las cosas. Hoy en día, la humanidad se ha contaminado del amor incondicional a los animales; y muchos no entienden (o no quieren entender) que existen animales domésticos que son un peligro para la fauna silvestre. Por ejemplo, los gatos son unos cazadores empedernidos y cazan aves silvestres si no se les vigila. Otros, llevan a sus perros a espacios naturales protegidos o a lugares donde hay aves anidando. Los perros defecan y pueden transmitir enfermedades a los animales silvestres o interrumpen y atacan a las aves u otras especies terrestres. Otros humanos sueltan o abandonan a sus perros y estos luego se convierten en asilvestrados; los mismo que en jaurías y en zonas suburbanas o ya en espacios naturales, son un verdadero peligro para los animales silvestres. Pero, ¡anda y diles algo! Inmediatamente te tratan de “monstruo”.

Esta pandemia nos permite ver “el regreso” de la fauna silvestre a sus espacios y quedar fascinando con ello; y a su vez, nos permite ver cómo muchos animales “invaden” las ciudades, como lo hacen jabalíes, ciervos, lobos, osos, aves, coyotes, etc. Esto nos permite también conocer y diferenciar entre fauna silvestre, doméstica y asilvestrada; y conocer sobre especies exóticas invasoras. Pero basta que uno afirme que no le den de comer a las palomas para ver si así se reduce su población; y los animalistas ya te quieren asesinar. Para mí, esa gente es un mal. Son otro virus que no entra en razón. Acá en Alemania, en Perú y en Alaska, son un problema.

WM: Una de las señales más claras de los efectos del calentamiento global del planeta es lo que sucede en el Polo Norte. Usted comentó que ya deberíamos asumir que no hay marcha atrás: se perderá los hielos para siempre. ¿Es así?

HL: La situación es dramática. Todo indica que, así la humanidad cumpla su tarea con la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero (lo cual ha sucedido parcialmente con la pandemia), los hielos del Polo Norte estarían condenados a desaparecer. Actualmente, la capa de hielo en el mar del Ártico tiene una superficie de 13,26 millones de kilómetros cuadrados. Es el segundo valor más bajo desde que se mide la superficie de esa parte de planeta con fotos satelitales. El colega Dirk Notz de la Universidad de Hamburgo, Alemania, estima que para el año 2050, el Océano Ártico tendrá varios veranos sin hielos perennes. Ya se imaginarán qué podría pasar con los osos polares y las focas. Con ello queda claro que ya no hay marcha atrás. Solo queda adaptarnos y sobrevivir al cambio climático y al Coronavirus.

El Dr. Langewiese nos recuerda que “el virus que nos ha puesto en jaque no se llama Covid-19. Este es el nombre que recibe la enfermedad que el virus SARS-Cov-2 produce en algunos de los infectados”. Además, debemos saber que “muchos pacientes que van a los hospitales y que tienen otras enfermedades, se pueden contagiar con el virus SARS- Cov-2. Algunos de ellos mueren y al dar positivo al virus, se determina que fallecieron a causa de Covid-19. Pero no es tan sencillo saberlo, menos si no hay necropsia”. Todo esto nos demuestra, según el catedrático alemán “que estamos, en algunos casos, actuando a ciegas con un enemigo que nos confunde, nos aterra, nos somete, nos cambia todo el panorama, nos asfixia, nos hará sufrir y que cambiará nuestra actitud frente a los otros humanos y, ojala para bien, frente al planeta. 

WM: En un seminario a su cargo, una estudiante de la República Democrática de El Congo afirmó que en su país se esperaba una muerte masiva de los grandes simios, debido al Coronavirus. ¿Qué sabe al respecto?

Gorilas en el Parque Nacional Kahuzi-Biega en el Congo.
Foto: 
Cristophe Courteau 
HL: Los gorilas, chimpancés, orangutanes y otros simios mayores podrían sucumbir ante el Coronavirus; y podríamos estar hablando de una muerte masiva. Muchos parques y santuarios nacionales en el África ya han bloqueado totalmente el acceso a humanos para evitar una posible desgracia. Si bien no se sabe con seguridad si los efectos del Coronavirus serían letales para los simios y si tendrían los mismos efectos que tiene el virus en los humanos, se sabe de estudios anteriores que enfermedades que pueden ser leves para el hombre, como los resfríos, pueden ser mortales para ellos. En este caso, más vale prevenir que lamentar y de paso se revisa las medidas de protección a estos animales que están muy amenazados. En Ruanda, Uganda y en El Congo se pide que exista una distancia de por lo menos siete metros con los grandes monos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) exige que sean diez metros. Ya sean siete, diez o más metros, debemos respetar esa medida y extrapolarla a fauna silvestre y a la humanidad.

WM: Así también, nos enteramos por estudiantes de las Islas Maldivas que existen iniciativas para salvar a los corales utilizando una sinfonía musical debajo del agua. ¿Qué hay de cierto en ello?

HL: Los corales son uno de los ecosistemas más amenazados del planeta. El calentamiento global y específicamente el de las aguas marinas, la sobrepesca, el exceso de CO2, en la atmósfera (con la consecuente acidificación del agua marina y la reducción de O2), la contaminación y el turismo mal manejado, han ocasionado que los corales empiecen a desaparecer. Primero se “blanquean”, ya que los microorganismos que allí habitan pierden su color y luego mueren. Al final, los corales parecen cementerios marinos. La consecuencia de esto es que el hábitat de muchos animales y plantas marinas desaparece, con el efecto negativo para este importante ecosistema. Recordemos además que los corales saludables son barreras naturales que evitan que varias islas, como las Maldivas, sean inundadas por el océano. Existe por suerte un buen número de proyectos de conservación de los corales. Así, se ha descubierto que la misma acústica de los corales es de suma importancia para hacer que los peces se instalen en ellos. Por eso, se colocó parlantes subacuáticos en corales muertos de la Gran Barrera de Corales en Australia y se dejó sonar la música: el sonido de un arrecife sano. A los 50 días, la población de peces y otros seres que los habitan era el doble. 
Corales australianos totalmente degradados.
Foto: Kyodo News- Getty Images.

Al concluir la entrevista, el Dr. Langewiese nos aconseja que no caigamos en la desesperación, que mantengamos el optimismo, que no consumamos toda la información que ronda por doquier y que no tiene asidero, ya que “es veneno puro que solo nos confunde, nos trauma y nos hace perder el tiempo”. En estos tiempos, para el doctor, “solo nos queda sacar a relucir la fortaleza, solidaridad y templanza humana y afinar el sentido de la supervivencia, lo demás viene solo”.

Finalmente, el Dr. Langewiese le mandó un mensaje a su añorado Perú, en especial a sus ex “compatriotas charapas” (aunque me dice que ese término no le gusta porque no es el correcto para llamar a los amazónicos): Por favor demuestren que sí se puede combatir un mal universal con acciones cívicas que denoten responsabilidad y ganas de superar este mal momento. No es momento de desafiar la legalidad, ni de hacer como que no pasa nada. Piensen en sus hijos en lo que les van a dejar. No es momento de diezmar a nuestras familias. Esto no es una broma ni un juego.

Mayo 2020

miércoles, 22 de abril de 2020

Dr. HANS LANGEWIESE: “VAMOS A SALIR DE ESTA, PERO MIRAREMOS A TODOS LOS QUE NOS RODEAN COMO POSIBLE ZOOMBIES” (Parte 1)

El Prof. Dr. Hans Langewies alerta sobre lo que viene. 

Entrevista de un estudiante peruano al Prof. Dr. Hans Langewiese, profesor emérito de la Facultad de Geografía y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Gotinga (Georg-August-Universität Göttingen) de Alemania y gran conocedor de la coyuntura política y ambiental en Europa y América del Sur, sobre lo que nos deja la pandemia. Wilfredo Molina estudió un semestre en el país bávaro y fue alumno de Langewiese hasta poco antes de que empezará la cuarentena en el Perú. Le mandó sus preguntas y esto es lo que le dijo su profesor. Le di una mano con la edición.  

Como todos los días desde hace veinte años, el Dr. Langewiese empieza la mañana con un espresso doble sin azúcar servido en una diminuta taza de cerámica. Acto seguido, revisa rápidamente las portadas de los principales diarios del planeta en su respectivo idioma original. Su gran bagaje cultural y el conocimiento de casi todos los idiomas romanos, germánicos y anglosajones se lo permiten. “Con la pandemia, algunos sectores del cerebro humano se han activado por primera vez para hacernos sentir miedo, miedo al vacío de las calles, a saber que nos enfrentamos a partículas invisibles que nos mantienen aislados; y sobre todo, a que en el momento menos pensado podemos pasar de ser ‘normales’ a convertirnos en seres infectados camino a la tumba”.


La ciudad de Gotinga alberga a una de las universidades
de mayor prestigio en Alemania. 
SI bien en su país natal, Alemania, no se ha instalado la cuarentena como en otros países del cono sur, Langewiese afirma que “a pesar de que se critica por doquier la cuarentena ‘obligada’ e impuesta por los gobiernos de turno, sabemos que es lo mejor para evitar que este poco conocido virus nos pase violentamente por encima”. El país germánico apela a que sus ciudadanos limiten sus salidas, guarden su distancia y que eviten toda reunión social. Las cifras denotan que su estrategia funciona. “No quiero alardear de nada, pero para querer salvarse hay que ser responsables, sacrificar varias ventajas del día a día ‘normal’, ser disciplinado y sobre todo, como ya lo dije, querer salvarse. Esto no es un juego, no es una película, no es un simulacro. Es nuestra maldita realidad”.

Durante las dos últimas décadas del siglo pasado, Langewiese viajó innumerables veces por el continente americano, sobre todo por México, Guatemala, Ecuador y Perú. Conoce la idiosincrasia de este lado del planeta; y por eso afirma que “en algunos lugares, como el Perú, es difícil pensar que toda la ciudadanía acatará a rajatabla la cuarentena. Esto por varias razones, porque el peruano es desconfiado hasta que no le sucede una desgracia, porque acostumbra a sacarle la vuelta a la ley; y sobre todo, porque un gran porcentaje de su población vive con poco dinero, tanto, porque no ahorra o no sabe ahorrar y porque vive del día a día. Atarlos de manos en su casas es condenarlos casi al abismo”.

Anguilas altamente cotizadas en la cocina asiática.
Foto: Nick Upton - Nature Picture Library - imago images
El Dr. Langewiese tiene autoridad moral para hablar de la idiosincrasia sur y centro americana. Estuvo casado con una peruana y tuvo una novia guatemalteca con la que vivió casi un lustro en Chiapas y México DF. En el Perú, vivió en Lima (dos meses) y en Iquitos (casi ocho años). Es gracioso escuchar su español con acento “charapa”, que al final, fue el que se impuso frente al acento mexicano. En Ecuador vivió casi dos años entre Quito, Esmeraldas y Guayaquil. Luego pasó casi cinco años viajando por Sudamérica. “Los sudamericanos son indisciplinados, relajados, no creen que haya que hacer caso a las autoridades, ‘no pasa nada’. Yo como alemán y europeo, disfruté mucho ese ‘relajo’ e incluso anulé parcialmente mi ‘chip teutón’ para vivir como americano en los países donde estuve, pero al final, mi formación y mi disciplina ganaron y se impusieron. Siempre me detenía en los semáforos en rojo a toda hora, así no hubiese nadie en la calle y nunca faltaron los insultos”.

Wilfredo Molina: Profesor Langewiese, ¿qué nos espera después de la Covid-19?

Hans Langewiese: Se vienen tiempos (más) virulentos. Desconfiaremos de todos y de todo. Debemos replantearnos cómo nos vamos a relacionar con los demás y con el planeta (y con los animales silvestres). Dejando de lado el tema de la recuperación económica, el cual será una prueba casi sin precedentes para la humanidad, antes de salir de la cuarentena, debemos sacar la cabeza por la ventana y pensar seriamente en cómo afrontar lo que se viene. Ya nada será igual; y está bien que sea así. Acá, o te adaptas y sigues para adelante con un nuevo “chip”, o los que vienen atrás te van a pisotear, muchos de ellos, sin remordimiento alguno. 

WM: El coronavirus nos llegó a través de la fauna silvestre, ¿qué tan peligros es el comercio ilegal de vida silvestre para el ser humano y para el planeta?

HL: Sabemos del terrible impacto —para el entorno natural, para la misma fauna silvestre y para el hombre finalmente— que trae consigo esta actividad ilícita. Sin entrar en detalles, para mí el gran problema es la falta de conocimiento sobre sus consecuencias y la idiosincrasia humana hacia los animales silvestres. Hace poco supimos que un traficante logró ingresar a Asia más de ¡300 millones! de anguilas europeas (Anguilla anguilla), lo que equivale a 62,5 millones de Euros. Entre los años 2015 y 2018, este individuo transportó a estos animales (vivos) desde Londres a Hong Kong, escondidos entre peces congelados. Lo hizo en 16 entregas. Esta especie, muy cotizada en la cocina asiática, está altamente amenazada, pero eso, ¿a quién le importa, además de a un puñado de científicos y a la CITES?

Los bosques tropicales están perdiendo su efectividad como
agentes mitigadores del cambio climático. 
Y así, hay decenas, sino cientos de casos. Estamos pagando las consecuencias del maltrato sostenido que hacemos hacia el planeta. Tampoco debemos irnos a un extremo apocalíptico que prevé que el fin del mundo es después de esta pandemia. Si vemos a nuestro alrededor, la naturaleza es más resilente de lo que creemos. No obstante, en mi percepción, el principal problema del planeta es la humanidad; y eso se cristaliza en la sobrepoblación. La ecuación es simple: a más cabezas que alimentar, más naturaleza por destruir para levantar poblados, sembrar y abastecernos de energía y de oro.

WM: En una de sus clases, mencionó que los bosques tropicales de América y de África están almacenando, actualmente, 30% menos dióxido de carbono en comparación a los años noventa del siglo pasado, ¿cómo así? ¿Qué implicancias tiene ese hecho para el planeta?

HL: Es correcto. La Tierra podría estar ya perdiendo la efectividad de uno de sus principales agentes mitigadores del cambio climático: los bosques lluviosos americanos y africanos. En los años noventa, los bosques primarios del trópico podían retener cerca del 17% de las emisiones de CO2 generadas por el hombre. Actualmente, esa masa forestal estaría reteniendo no más del 7%. Y esto debido a que, de los bosques primarios que teníamos en los años noventa, hemos perdido la quinta parte y a su vez, la emisión mundial de dióxido de carbono habría aumentado casi en un 50%. Y así como vamos, esto no va a mejorar. Cada vez que “abrimos” monte y “sacamos” fauna silvestre, aceleramos este problema y nos llevamos a casa nuevos virus y bacterias. Ya sabemos que puede venir después.

El Dr. Langewiese sale de su casa religiosamente siempre antes de las ocho de la mañana en su bicicleta para la universidad. No se demora más de 15 minutos en llegar. “Cada día pienso obstinadamente en cómo reducir mi impacto sobre la Tierra. He pensado incluso en volverme vegetariano, pero no me perdonaría regresar a Iquitos y no comer cecina con tacacho. Por eso, evito usar el auto, viajar en avión y hago todo lo que esté a mi alcance. Incluso se me pasó por la mente dejar de tomar café porque sé que para su cosecha, en muchos casos, se debe talar el monte”.

WM: Usted disertó en una de sus clases, sobre un mal que aqueja al mundo: los parlanchines. ¿Por qué son peligrosos?

HL: Los parlanchines o aquellos que se creen dueños de la verdad son otro tipo de virus porque muchas veces (a los más despistados) les trastornan el nivel de conocimiento con otro tipo de conocimiento que no siempre es el certero y que no se sustenta en conocimientos científicos. Eso es un verdadero peligro. Transforman tu estructura funcional para que te guíes en torno a especulaciones y a un sentimentalismo que puede llegar a ser absurdo, por ejemplo, en temas como la tenencia y “humanización” de mascotas, Greta, el amor a los árboles, adorar y esperar las COP como eventos que salvarán al planeta y otros tópicos que podrían entorpecer el camino de la ciencia. Debemos cuidarnos de los animalistas. Les tengo pavor.

WM: ¿Cómo nos debemos relacionar entonces con los que nos rodean?

Universidad de Gotinga. 
HL: Cuando termine toda esta historia, seremos una raza fortalecida inmunológicamente y sin duda más resilente, pero seremos también seres vivientes que le han demostrado al universo de qué estamos hechos. Somos cobardes, valientes, abusivos, solidarios, desconfiados, temerosos, osados; y sobre todo, somos tan vulnerables y dependientes de nuestro entorno, que unos seres microscópicos nos han puesto contra la pared. Vamos a salir de esta, pero miraremos a todos los que nos rodean como posible zoombies.

Como mencionó mi colega Carolin Emcke (joven filosofa alemana), “ha quedado a la vista que no se puede negar la realidad, que hay límites a la manipulación del discurso, al delirio narcisista, a la mentira política. Nadie es invulnerable, nadie es intocable, aunque Trump o Putin quieran negarlo”. Esperemos que después de esto, no olvidemos y pensemos en un “borrón y cuenta nueva. Eso sería un grave error.

Esto no se queda acá. El Dr. Langewiese tiene aún varios temas para abordar. La segunda parte de la entrevista que se le hizo por “Zoom” y de manera escrita viene en la siguiente entrega. ¡No se la pierdan! Entre otros, el catedrático alemán nos habla de la posible extinción de algunas especies de aves, de la situación del polo norte, del altamente contagioso coronavirus, de las palomas, de los grandes simios, de los corales; y por supuesto de otras apreciaciones sobre el Perú.

Abril 2020

miércoles, 15 de abril de 2020

CANCIONES PARA MI MUERTE II


En estos días en que la COVID-19 ronda por doquier y que siento que esos malditos seres microscópicos sin vida me están buscando para aniquilarme (porque hasta en mis sueños aparecen tocando mi ventana esperando que les dé una señal para abalanzarse sobre mí) y mandarme al más allá, recordé que tenía pendiente la lista de temas musicales para sumarlos al repertorio que deberá sonar los días que dure mi velorio. La primera tanda de canciones las anoté allá por el año 2009, cuando andaba más preocupado de la muerte que de la vida. Dejo entre mis cachivaches mi obsoleto mp3 con muchas de estas canciones para que las pongan y procedan a tonear, vacilar, beber, fumar, inyectarse algo, ingerir pepas o cristales, aspirar, rezar, reírse, conversar, mandar memes, llorar, contar chistes, etc. Ustedes son libres de hacer lo que les apetezca. Yo, para ese entonces, los estaré mirando desde el cielo.   

Han pasado rápidamente once años desde mi primera lista y siento que la vida se me está yendo a pasos agigantados. Por estos días, el encierro obligatorio en casa puede llegar a ser apremiante, pero para mí, es fabuloso porque así me ahorro tener que socializar con seres humanos. Es increíble que la humanidad haya llegado a este estado de sitio, en el cual luchamos con unos seres invisibles que sin tener cerebro ni ser racionales, son muchos más efectivos que todos nosotros juntos. Si bien al final los vamos a vencer, han hecho que bailemos desnudos al son que nos tocan.

Como se lee por doquier, la humanidad no será la misma cuando salgamos de todo esto (si yo no salgo, repito, no se olviden de poner el set list que viene a continuación). No habrá rincón en el planeta que no se verá golpeado por el famoso COVID–19, pese a que tal vez no haya tenido nada que ver con su origen o que no haya sido invadido por el virus. Lo importante es que lo que nos ha sucedido como nos haga reflexionar sobre qué demonios estamos haciendo con el planeta (pese a que la frase suena —a estas alturas del partido— ridícula y snob) para ver cómo continuamos.

Es posible también que muchas cosas retornen a la normalidad y que evitemos recordar este mal momento. A mi parecer, regresaremos a un planeta golpeado, sobre el cual debemos seguir apostando por la supervivencia en armonía con el entorno. La tregua con la vida silvestre se habrá acabado y veremos si habremos aprendido algo. Al final creo que seguiremos cavando nuestra propia tumba hasta el siguiente virus.

Por eso, acá va la lista para mi velorio. No deben seguir el orden acá propuesto. Eso ya queda a criterio de ustedes, malditos infectados. 
  1.  Holocene / Come talk to me – Bon Iver
  2.  We will never die / Easy – Justin Vernon
  3.  Hoppipolla / Olsen Olsen / Festival (Soundtrack 127 Hours) – Sigur Ros  
  4.  Passage / The Night – Exitmusic
  5.  Mano a mano – Los Titanes
  6.  Sale el sol / Dime por qué – Ismael Rivera
  7.  Lurgee / Fake plastik tree / Let down / How can yo be sure – Radiohead
  8.  Esperanza de amor / Borrachito borrachón – Los Shapis
  9.  A saucerful of secrets / Careful with that axe Eugene / Pink Floyd live at Pompei
  10. Gift / Für immer dein Feind – Tocotronic
  11. Tu cosita mami / Nicolás – Ismael Miranda
  12. There is / I feel so – Box Car Racer
  13. Digital bath / Back to school – Deftones
  14. Mystic River Soundtrack - Tema
  15.  Heaven / Rabbits on your headlight – Unkle
  16. Oiga, mire, vea / Invierno en primavera – Guayacán    
  17. Thinking about you – Cigarreten after sex
  18. Sangrar / Tardes frías de verano – Campo de Almas
  19. Invitación al son / Adivíname y olvídate – Ray Barreto (vocals Adalberto Santiago)
  20. Atoms for peace / All for the best – Thom Yorke
  21. Pueblo Nuevo – Buena Vista Social Club (Rubén Gonzáles)
  22. Fall to pieces / Lovin the alien – Velvet Revolver
  23. 28 Days Later" Soundtrack - In The House, In A Heartbeat – John Murphy  
  24. Wilderwoman / Dont just sit there – Lucius
  25. Ahora me da pena / Ven y baila mi son – Henry Fiol  
  26. I gotta feeling – Black Eyed Peas
  27. Guantanamera Live in África con Héctor Lavoe, Ismael Miranda, Ismael Quintana y Santos Colón / Me gusta el son (Con Monguito Santamaría) – Fania All Stars    
  28. In the lake / Conquistadors – DeYarmond Edison
  29. Wreath / Queen y Grid (live Pitchfork Music Festival 2015) – Perfume Genius
  30. Before wir run / The story of Yo la tengo, live – Yo la Tengo
  31. Over The Hills And Far Away y No Quarter - Madison Square Garden 1973 – Led Zeppelin
  32. Perfect situation / Beverly Hills – Weezer
  33. El acto en Banania / El regreso del Indio – Les Luthiers
  34. Heroin / Sweet nothing / The Velvet Underground
  35. Don´t delete the kisses / Silk - The Wonderwhy live at Glastonbury 2016 – Wolf Alice
  36. Probando / El lápiz – Los Kimbos
  37. Uncast Shadow of a Southern Myth – Parquet Courts
  38. Deja Vu / The last refugee– Roger Waters
  39. Amalia Batista (live) / A mí qué / Rumba y guaganco – La Típica 73 (vocals Adalberto Santiago)
  40. Madness / Exogenesis Symphony – Muse 
  41. El último polvo – Caramelos de Cianuro
  42. Si tú no estás – Futuro Incierto 
  43. Monster (live) / Is there a ghost – Band of Horses    
  44. Caminos verdes / Tarde serena / Sicarios – Rubén Blades
  45. Song for Zula / How far we all come away / Not right, you know – Phophorescent
  46. About today / I need my girl – The National
  47. A different age / My motorcycle – Current Joys
  48. El manicero / El sinaloense (en vivo desde Thornton CA) – Los Cuates de Sinaloa  

Se me han quedado algunos como Cuco Valoy, Travis, Los Morochucos, el Indio Mayta, Camper Van Beethoven, Blink 182, Los Morochucos, Fiesta Criolla, Robert Plant y Jimmy Page, Lou Reed, Diane Coffee, David Bowie, El Cano Estremera, Tommy Olivencia, The J. Geils Band, Big Thief, Traveling Wilburys, B-52, Men Without Hats, Chabuca Granda, Georg Danzer, Blumfeld, Austria 3, Larry Harlow y muchos más

Algunas canciones y grupos ya aparecieron en una lista previa del año pasado en el siguiente enlace y recientemente en este otro artículo de inicio de cuarentena. Muchas de ellas cobran vigencia y son importantes también porque hacen que uno se remonte a momentos especiales y etapas específicas de la vida. El maldito virus podrá asustarnos, hacer que nos recojamos en nuestras madrigueras, que durmamos mal, que afloren algunos traumas y miedos, que nos empecemos a preocupar por el planeta (no todos por supuesto), que dejemos salir algunos demonios internos, que tengamos que cocinar todos los días y cientos de cosas más; pero no debe dejar que sigamos escuchando música, sea cual sea el género que les guste.

Pero eso sí, por favor no escuchar reggaetón. Eso sí es un atropello a todo. No comulgo con el reggae, la bossa nova, nueva ola, rave y otros géneros, pero el reggaetón y todos sus derivados y replicas e imitaciones sí son peor que el coronavirus. De eso no me cabe la menor duda. Con esa cosa asquerosa no tranzo. Prefiero salir y romper todos los protocolos en búsqueda de murciélagos para arrancarles la cabeza y darles curso a ver si le regalo a la humanidad otro virus destructor.      

¿Y por qué 48 canciones? Porque este año cumplo 48 años. Solo por eso.


Abril 2020



lunes, 30 de marzo de 2020

EN DEFENSA DE LOS MURCIÉLAGOS: LA CULPA NO FUE SUYA

Foto: picture alliance/dpa

En estos últimos meses, estos inofensivos mamíferos voladores han sido atacados a diestra y siniestra tras el brote de la pandemia que nos mantiene —a buena hora— recluidos en casa. Se les acusa de ser los “causantes” del COVID-19, ya que al haber sido ingeridos por los chinos, habrían transmitido el virus al hombre. Además han debido sufrir hace poco, en Perú, el iracundo ataque de pobladores cajamarquinos que piensan que transmiten el Coronavirus. Si bien no es la primera vez que se reporta el ataque a estos seres alados por otras razones, es la primera vez que se les ataca por esta “nueva” circunstancia. Mi solidaridad con esos beneficiosos seres alados.


 Aunque no es comparable a lo que le pasó a Bruce Wayne, recuerdo haber entrado hace décadas a una cueva cerca Lima con mi hermano y mi viejo; y tras avanzar varios metros, fuimos testigos de la estampida de cientos de murciélagos que huían ante nuestra presencia. No me traumé, no les agarré bronca, pero sí me quedé fascinado. Es verdad, no pueden competir con los camaleones que son mis animales preferidos, pero sí tienen toda mi admiración y respeto.  


Al grano. Según las autoridades chinas, en el mercado de Wuhan, donde por primera vez se documentó la presencia del Coronavirus, no se encontró murciélagos ofrecidos al público. A eso, informan que los ejemplares silvestres de estos mamíferos (posiblemente del género Rhinolopus) no son “sospechosos”, dado que gran parte de las especies estaban en su periodo de hibernación cuando “saltó” el virus que hoy nos mantiene en vilo. En ese entendido, se asumiría que el virus de esta cepa presente en los murciélagos podría haber saltado a otro mamífero antes de infectar al hombre. ¿Qué animal sería el huésped? Esa es la gran duda. Uno de los principales sospechosos son los extremadamente amenazados pangolines.

Tras analizar el genoma del Coronavirus y compararlo con el que está presente en pangolines, se halló una coincidencia de 99%. No obstante, esto no permite afirmar con total certeza que el pangolín es el transmisor y el culpable. En todo caso el culpable sería el ser humano.

Mercado chino, donde se vende de todo.
Foto: David Stanley. 
Lo que sí es certero es que el genoma de este virus se encuentra en mamíferos. Y dado que algunos rastros del virus fueron encontrados en un sector del mercado de Yuhan, en el cual se vendía animales silvestres, los focos reflectores de la opinión pública apuntaron a los murciélagos. Pero como sabemos, estos no son los culpables. Falta encontrar la bisagra entre los murciélagos y el hombre. Incluso, existirán dudas si el mercado de Wuhan es el verdadero “epicentro” de este mal. Tal vez un infectado proveniente de otro lugar infectó a otras personas.

Un artículo científico[1] (¡del año 2007!) que ha aparecido en estas semanas por doquier, ya alertaba sobre la presencia de un gran reservorio de virus de la familia de los coronavirus en murciélagos. En el manuscrito se afirmaba que este hecho, sumado a la tradición culinaria china, sobre todo en el sur del gigante asiático, de comer mamíferos exóticos eran una bomba de tiempo.

En el estudio nombrado, los científicos analizaban la epidemia de SARS (severe acute respiratory syndrome) que tuvo su clímax en los años 2002 y 2003. Como sabemos, el agente causante del SARS está bastante emparentado con el virus “del momento”, por eso recibió el nombre genérico de Sars-CoV-2. Se asume que también tuvo un origen zoonótico y que el punto de su origen fue un mercado en China. Ambas historias coinciden, según parece.  

Y claro, ante la imparable presencia de este travieso e inquieto y sobre todo desconocido Coronavirus, salieron las primeras voces a vociferar ataques de todo calibre y sin mucho asidero científico contra los chinos y sus costumbres culinarias. Sin duda, me debo incluir en este grupo, pero ahora más tranquilo intento ver con calma este problema. No es difícil echarles la culpa total a los asiáticos, pues estamos acostumbrados a verlos devorar a casi cualquier ser vivo que respire y se mueva, ya sea cocido al vapor, frito, guisado y hasta crudo y sin ningún condimento. O sea, su fama se la han ganado a pulso.

No solo de murciélagos vive el hombre

Hay que decirlo, las recientes pandemias no se han originado exclusivamente en China. Recordemos que a inicios del año 1918, un doctor en Kansas, EEUU, reportó la presencia de una enfermedad que generaba fiebres muy altas y tos severa; y que produjo la muerte de 50 millones de personas: la “gripe española”. Esta potente enfermedad no provino de la fauna silvestre, no. El causante fue un animal doméstico que es parte fundamental de la dieta de muchos países: el cerdo. Y ojo, el foco inicial no fue China, sino se presume que fue el medio oeste en los Estados Unidos. ¿Quién además de los veganos/vegetarianos y de los árabes no come su chanchito?
 
Algunos años después, apareció el virus del tipo H1N1, cuyo agente transmisor fue otra vez el puerco. Así, en el año 2009 el planeta debió afrontar otra pandemia: la gripe porcina.

Entonces, al igual que lo sucedido con la gripe porcina, el primer hombre infectado con Coronavirus debe haber tenido contacto con un animal infectado. No es que haya tenido que haber ingerido un animal silvestre como el murciélago en sopa o habérselo comido crudo con sillao. Entonces, ¿por qué es el murciélago el principal sospechoso? Simplemente porque el “pariente” más cercano al actual Coronavirus fue hallado en una muestra tomada en el año 2014 a un murciélago en una cueva en la provincia china de Yunnan, en el suroeste del país de la Gran Muralla. A propósito, dicha localidad está ubicada a cientos de kilómetros de la hoy tan mentada ciudad de Wuhan.

Entre el genoma del virus encontrado en el 2014 y el del actual COVID-19 existirían miles de mutaciones. En ese sentido, algunos científicos indican que ambos virus tuvieron un “pariente” común hace 30 o 60 años. El gran dilema es dónde estuvo alojado por primera vez.
  
Yo amo a los murciélagos


Y si bien los murciélagos no son los causantes directos del Coronavirus, sí jugarían un rol fundamental en la propagación del mismo. Estos son una especie de “reservorio” natural de muchos virus y a su vez son agentes transmisores. Se conoce más de 200 tipos de virus que pululan entre murciélagos y que “desde ahí” pueden ser transmitidos a otros seres vivos sin que ellos mismo tengan síntoma alguno que los delate. ¿Cómo así no son afectados por los virus? Solo Diosito lo sabe con certeza.

Al parecer su sistema inmunológico es de acero. Eso explicaría también por qué viven tanto. Algunas especies de murciélagos pueden llegar a vivir hasta cuarenta años, lo cual, en comparación con otros mamíferos similares, es una eternidad. Pero regresando a su sistema inmunológico, un estudio científico analiza el importante rol de sus interferones en la obstrucción del avance de virus, en contraparte, por ejemplo, con primates. Y sin duda, los murciélagos les sacan ventaja a los monos; y con eso, a nosotros.

En los murciélagos, las infecciones pueden quedarse mucho tiempo en ellos sin presentar síntomas ni verse afectados; y una vez que los virus saltan a otro animal, ahí vienen los problemas. Por ejemplo, si llegan al ser humano. Pese a que también producimos interferones, los nuestros son un bebe de a pecho, comparados con los de los mamíferos voladores. No somos nada.

Pero ojo, también hay otros animales hospederos y transmisores de peligrosos virus, como por ejemplo chanchos, aves y hasta insectos. Por ende, como sabemos que nada será igual después de esta pandemia, debemos estar atentos a qué comemos y qué vamos a comer en los años venideros. Tal vez si seguimos con las mismas, ya esté en camino el COVID-20 en algún animal, esperando tan solo su momento de fama.

Colofón

En el Perú se ha reportado la presencia de cerca de 180 especies de murciélagos. Debemos tener en cuenta que la mayoría de estas se alimenta de insectos (60% aproximadamente); el resto son nectarívoras (néctar y polen), frugívoras (frutos), carnívoras (peces, ranas, roedores, aves e incluso otros murciélagos) y la minoría son hematófagas (sangre).

Además, sabemos que solo son activos de noche, por lo que no han sido tan estudiados como otros grupos taxonómicos, como las aves o los grandes mamíferos. Por ende, no se sabe mucho de ellos. Sin embargo, sí sabemos que son muy importantes para el entorno porque son controladores de plagas, dispersores de semillas y polinizadores. Algunos incluso afirman que dispersan más semillas por metro cuadrado que las aves. ¿Será?


Marzo 2020

miércoles, 18 de marzo de 2020

CUARENTENA EN EL AÑO DE LA RATA




 Se supone que este es mi año, según el (ahora maldito) calendario chino. El año de la rata traía buenos augurios. No obstante, esta cuarentena parece desmentir lo anterior. Aunque, claro está, la pandemia originada en Wuhan, China, nos coge a todos; y a algunos incluso los intercepta y samaquea con los pantalones abajo. Sea como sea, es tiempo de sentarse unos minutos en casa (aunque suene irónico) a reflexionar qué tan imberbes somos los humanos frente a la infinita grandeza del universo y frente al microscópico mundo que convive con nosotros. Ya ni detenerse a pensar en aquellos humanos que creen que esto es un juego. A ellos (y ellas) solo queda desearles que hagan espacio.

Para empezar, es importante saber que los virus no son seres vivos, por lo tanto, no se les puede matar. Los virus son expertos en duplicar su material genético y en asegurar su permanencia. Estos seres microscópicos apelan a la cantidad y velocidad para conquistar el planeta. En ese sentido, se replican y no se reproducen. Es decir, se multiplican utilizando las  células de su víctima o “huésped”. En eso andan y así es que pasan a ser agentes infecciosos porque alteran la estructura “normal” del ser vivo que atacan. No contento con todo lo anterior, estos seres mutan. No sé si es una estrategia de supervivencia (al parecer sí lo es) para seguir conquistando el planeta o si es este su único “mandato divino”.

No hay nada que un buen tequila
no pueda solucionar. 
Como se dijo, en estos días estamos luchando contra seres microscópicos que no pueden ser “matados” porque no son seres vivos (a diferencia de bacterias u hongos), contra los cuales ya hemos perdido varias batallas. Estos seres “insignificantes” son auténticos parásitos que necesitan de las células para “vivir” y seguir su destino que es multiplicarse hasta el infinito. Por eso, necesitan portadores que los hagan viajar por otros territorios para seguir colonizando y conquistando espacios, sin saber ellos mismos los cambios negativos que originan en sus huéspedes.

Por supuesto, uno de los mejores “hospederos” que tienen a disposición son los humanos, esos seres vivos “pensantes” que se creen superior a todo lo que hay en el universo y que subestiman a fuerzas y seres que están incluso antes o desde el mismo tiempo que ellos en el planeta. El ser humano cree dominar todo, pero nos damos cuenta que no. Estos nano elementos sin vida nos demuestran qué tan vulnerables y cretinos podemos ser si nos lo proponemos. Por otro lado, basta dar una mirada al libro: armas, gérmenes y acero de Jared Diamond (1998) para entender mejor cómo seres invisibles al ojo humano nos llevan la delantera y pueden influir enormemente en el destino del ser humano.

Dicho esto, no me queda más que pasar al día a día de esta tan necesaria cuarentena. Así, al empezar el día y mientras pensamos en qué desayunar, les recomiendo escuchar al rey del soneo, al mejor en esto, al hombre del chacharachá: el Cano Estremera. Con esta buena rumba, uno puede empezar a trabajar duro por el bienestar del hogar.

Cano Estremera – periquito pim pim

Para la media mañana, mientras contemplan el jardín, la calle o la ventana del vecino (buscando a la vecina o para chismear) —y para que no me acusen de machista y para ellas, mientras miran la ventana de la vecina (buscando al vecino o también para chismear)— buscando entender qué está pasando y pensando qué diablos hacen los demás, les recomiendo esta canción:

The National – about today

Claro, a estas alturas del partido, todo esto parece un mal sueño y una cosa que no está pasando, pero sí está pasando y tenemos para rato. Solo nos queda acatar este estado para el cual nunca hemos practicado. Seguirás seguramente dando vueltas y en eso, se aproxima violentamente la hora del almuerzo. Y para animar el momento de cocinar, qué mejor que transportarse a Sinaloa, México, con el firme propósito de echarle unos tequilas y animarnos un poco. ¡No mamen cabrones!  Ahí les va unas canciones chingonas:
Lean a Jared Diamond. 

Los Cuates de Sinaloa – negro y azul

Los Cuates de Sinaloa – el manicero

Los Cuates de Sinaloa – el sinaloense

Ya después de haber digerido el rico almuerzo pre fin del mundo y si siguen ahí parados (o paradas) reflexionando otra vez sobre cómo demonios hemos llegado a este encierro sanitario, no se alarmen ni llamen en su mente los mensajes apocalípticos de las series que han visto sobre zoombies, ataques de virus, apocalipsis y cosas similares. No estamos en esa situación, pese a que estamos en el país de las maravillas, donde cualquier cosa puede suceder.

En realidad, más me preocupa un gran terremoto en el Perú, en Lima, que destruya por completo la Carretera Central y haga colapsar la Atarjea y la distribución de agua potable en la ciudad. Ahí sí vamos a vivir un auténtico ataque zoombie. En otras partes del país podría pasar algo similar. Si falta alimento y agua así de la nada y la situación se prolonga varios días, ahí sí estaremos más cercanos a la desgracia humana. Para acompañar esos pensamientos, escuchen y vean estas propuestas musicales:

"28 Days Later" Soundtrack - In The House, In A Heartbeat by John Murphy

Pero no todo es desgracia. Necesitamos paz y tranquilidad para sobrellevar este confinamiento inesperado que promete dejar muchas secuelas en todos los niveles. Por eso, es importante relajarse y afinar el oído. Propongo que escuchen esta canción:

Current Joys - A Different Age
A punto de convertirme en zoombie. 

Pensemos que esto es solo momentáneo y que al final saldremos airosos y más fortalecidos. Seguramente habrá daños colaterales inevitables que deberemos asumir. No obstante, esta situación debe sacar lo mejor de nosotros para reflexionar sobre lo frágiles que somos frente a fuerzas que nos sobrepasan.

Y antes de acostarse, les aconsejo relajarse y pensar que mañana será un mejor día, claro si es que no nos invaden seres desconocidos de tamaño invisibles o vikingos. Por ello, para calmar los ánimos y llamar al sueño reparador, escuchen:

Fever Ray - If I had a heart

Dulces y apocalípticos sueños. “Nos vemos” mañana.

Marzo 2020

BIENVENIDOS AL NUEVO MORDOR: ¡EL PERÚ! (XIII)

  Hace unos meses, tras un golpe de lucidez y un destello de valor, decidí abrir dos redes sociales para lanzar mensajes sobre diversos tema...