jueves, 28 de septiembre de 2017

LA PAVA ALIBLANCA, 40 AÑOS DESPUÉS DE SER REDESCUBIERTA

¡No! No es la señora de las cuatro décadas. La homenajeada es mucho más que eso. Para los despistados, el 13 de setiembre de 1977, la pava aliblanca (Penelope albipennis) fue redescubierta en Lambayeque, luego de estar 100 años considerada como extinta para la comunidad científica. Sin embargo y felizmente, este crácido siempre estuvo ahí. Y en un santiamén, han pasado 40 años desde ese entonces. Para bien, esta emblemática ave se resiste a desaparecer de nuestros golpeados y olvidados bosques secos del noroeste. No obstante, el futuro que le espera no es nada promisorio. Su existencia ha estado y está amenazada por varios factores. El peor de ellos es el hombre. De estos, hay los que aportan, pero también hay los que nos venden gato por liebre.

El 13 de setiembre de 1977 tenía cinco años y no tenía la menor idea de su existencia. Seguramente, en el nido al que iba, me mostraban figuritas de águilas y otras aves del hemisferio norte, así como de animales africanos, lobos, alces y otros ejemplares del reino animal de territorios bastante alejados del Perú. Los profesores no tenían la culpa, pues seguramente tampoco sabían de la existencia de la pava aliblanca. Así, 40 años después, el 13 de setiembre del 2017, me encontraba ultimando detalles para la presentación de la Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre en el Perú 2017 – 2022 y su Plan de Acción 2017 – 2022. En estos ocho lustros, como se imaginarán, ha corrido bastante agua bajo el puente. He visto varios ejemplares silvestres de esta seria candidata a ser nombrada Ave Nacional y he seguido y apoyado muy de cerca todos los esfuerzos realizados para su conservación.

Sobre esta ave endémica de los bosques secos de Piura, Lambayeque y Cajamarca he escrito bastantes líneas (1); y además aparece seguido en mis escritos. Como muchos saben, es parte de mi familia, sobre todo por lo que han realizado un tal Fernando Angulo Pratolongo y una tal Fabiola Riva Melofiro. Sin duda, me atrevería a decir que sin el aporte, sobre todo, de ellos dos y de varias personas más que se tomaron en serio la urgencia de hacer algo por la pava aliblanca, esta ave habría quedado tal vez confinada —en estado casi doméstico y sin amenazas— a unos bosques secos ralos en Lambayeque. Es decir, posiblemente hubiese podido desaparecer en estado silvestre.

Y la historia —resumida— es esta. El primer ejemplar de Penelope albipennis fue colectado por Jean Stolzmann (1876) en el delta del río Tumbes y fue descrito por primera vez en 1877 por el científico polaco del Museo de Varsovia, Ladislao Taczanowsky. Durante un siglo no se tuvo ningún reporte sobre su existencia y distribución; y por consiguiente se la creyó extinta, dado que se trató de localizarla en Tumbes, donde se la ubicó por primera vez, sin ningún resultado. Sin embargo, en la década del 50 del siglo pasado, la ornitóloga alemana María Koepcke, que trabajaba en ese entonces en el Museo de Historia Natural Javier Prado en Lima, planteó que la especie no estaría extinta y que se la podría ubicar en el departamento de Piura.

La doctora Koepcke contactó casualmente al señor Gustavo Del Solar Rojas, agricultor, cazador deportivo y conservacionista de Olmos, Lambayeque y lo animó a que buscara a la pava aliblanca por esos lares. Durante ocho años, Del Solar indagó sin resultados, hasta que uno de los pobladores de la zona, don Sebastián Chinchay, le informó haber visto un ave negra con alas blancas semejante a las pavas criollas. Posteriormente, Del Solar y el Dr. John P. O’Neill, ornitólogo norteamericano, fueron a comprobar si los “pájaros” que Chinchay mencionó eran efectivamente pavas aliblanca. El 13 de setiembre de 1977 pudieron divisar efectivamente una pava aliblanca en la quebrada San Isidro, en Olmos. Ese mismo día divisaron ocho ejemplares más. Tuvieron que pasar 100 años para ello. La reaparición de un ave eventualmente extinta se convirtió en un acontecimiento científico mundial. Este hecho, ampliamente difundido, hizo eco en los círculos conservacionistas y en el público interesado de todo el mundo, mientras que en el Perú pasó casi desapercibido y causó mucho asombro que un evento de este tipo causara tanta atención y entusiasmo en el ámbito internacional (2).

Motivado por lo anterior, Del Solar (3) fundó en 1978 el Zoocriadero Barbara D'Achille en Olmos, con el objetivo principal de estudiar a esta especie, así como de reproducir y criar especímenes en cautiverio, con el fin de obtener ejemplares que sean reintroducidos en su hábitat silvestre. El Zoocriadero obtuvo su primer gran éxito el 01 de junio de 1986. Ese día nació el primer polluelo en cautiverio, incubado y criado por sus padres. A eso, en 1995, se inició la ejecución del "Programa de reproducción en cautiverio", así como del "Programa de reintroducción" de la pava aliblanca.

De esta manera, el 23 de setiembre de 2001, se produjo la primera liberación de ejemplares de pava aliblanca en los bosques secos de la Comunidad Campesina Santa Catalina de Chongoyape. Para tal fin, se logró seleccionar 16 ejemplares del Zoocriadero que fueron sometidos a un proceso de adaptación en el área de reintroducción. Además, se les colocó anillos de diversos colores para ser reconocidos y radiotransmisores para monitorear su ubicación, así como sus rutas de desplazamiento. El 10 de abril de 2002 nació en Chongoyape la primera cría en estado silvestre de padres criados en el Zoocriadero. Más adelante nacerían muchos más polluelos en libertad (4).

Mientras tanto, debido a su importancia como ave emblemática del Perú y orgullo de todos los peruanos, el Congreso de la República promulgó el 01 de agosto de 2003 la Ley N° 28049, que declara a la Pava Aliblanca como "Ave de Interés Nacional", y que considera "… de interés nacional la reproducción y conservación de la Pava Aliblanca…". Dicha ley ofrece las garantías dentro de su marco constitucional para reforzar la ardua labor de conservación de esta especie críticamente amenazada. Según tengo entendido es la única ave que tiene ese reconocimiento, por lo que debería destronar al gallito de las rocas o tunqui (Rupicola peruvianus), nombrado inútilmente como “Ave Nacional”.

“La máquina de hacer pájaros (5)”

La población liberada de pavas aliblanca en los bosques secos de Chongoyape, específicamente en un área de conservación privada, pasó a vivir en semi cautiverio para alegrar a algunos turistas. Estas pavas se lograron reproducir exitosamente, debido a que no tienen casi enemigos naturales y que disponen de abundante alimento. Es decir, este conjunto de pavas aliblanca puede ser considerada como una población aislada. En conclusión, si esta desaparece total o parcialmente, el hecho no tiene ninguna repercusión para las pavas aliblancas en estado silvestre.

Debido a ello, se decidió liberar ejemplares en el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa para que haya un contacto con poblaciones silvestres. Así, el 08 de febrero de 2007, se liberó ocho ejemplares en la quebrada Negrahuasi. Desde ese entonces, la población ha ido aumentando y se mantiene en buen estado de conservación. Y si debemos nombrar otro lugar donde las pavas aliblanca tienen una población bastante estable, ese sitio es el Área de Conservación Regional Salitral – Huarmaca. Además, este lugar guarda una gran sorpresa para los interesados en la biología y conservación de la pava aliblanca.

No todo lo que brilla es oro

Y para terminar, como muchos saben, el Área de Conservación Privada (ACP) Chaparri ha sido, en los últimos meses, protagonista de varias noticias, debido a problemas con invasiones y traficante de tierras. Tal vez haya que repensar si las casi 35 000 hectáreas que esta comprende, deben ser conservadas bajo las actuales circunstancias y condiciones. Asimismo, se podría evaluar si lo realizado en ese espacio, en cuanto a la conservación de la pava aliblanca, ha generado algunos avances. Sugiero leer el artículo: Vegetación de la Quebrada Pavas (Lambayeque, Perú) para la reintroducción Penelope albipennis de Marco Alcalde Cunningham, Carlos Reynel Rodriguez y Fernando Angulo Pratolongo, publicado en la revista Zonas Áridas 12(1), 2008 (http://www.lamolina.edu.pe/zonasaridas/za12/pdf/art%2003ZA12.pdf).

Además, recomiendo revisar: Linares-Palomino, R. & S. I. Ponce-Alvarez. 2009. Structural patterns and floristics of a seasonally dry forest in Reserva Ecológica Chaparri, Lambayeque, Peru. Tropical Ecology 50:305-314 (http://www.tropecol.com/pdf/open/PDF_50_2/J-11.pdf), artículo en el cual se menciona, como parte del resumen, lo siguiente: “(…) Estos resultados muestran que la parcela de bosque en Chaparri constituye una versión empobrecida de los bosques estacionalmente secos en la región y que es más similar, tanto en composición como en estructura, a los bosques estacionalmente secos localizados en las pendientes bajas occidentales de los Andes del norte del Perú”.  

Finalmente y al margen de este último trago amargo, querida pava aliblanca ¡Felices 40 años de haber sido “redescubierta” por tus peores enemigos! Déjate celebrar en todo el país (en especial, en Chiclayo) y ojalá te puedas quedar para siempre en este planeta. Te lo mereces más que todos nosotros. Por eso, perdona a esos seres de dos patas que se hacen llamar seres humanos y que se definen como “pensantes”, pero que en realidad no hacen más que perturbarte.

Por último, intentaremos hacer que seas reconocida de una vez por todas como “Ave Nacional del Perú”. Y por supuesto, estamos luchando para poder implementar tu Plan Nacional de Conservación. Lo justo.

  
(1)   Para los interesados en leer gran parte de lo que he escrito sobre esta ave, buscar bajo la categoría “pava aliblanca” en mi blog, Mi Tambor de Hojalata: http://mitambordehojalata.blogspot.pe/ 


Setiembre 2017 

4 comentarios:

  1. Interesante tu información. Es una buena historia como para armar un reportaje... De otro lado, ¿es cierto que tienes la autógrafa de Grass en El Tambor de Hojalata? pago por ver.

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  2. Claro, este caso es sumamente interesante para entender qué esta pasando en el país en torno a la diversidad biológica. y sí, sí tengo un libro firmado por el mismo Grass el 01 de diciembre de 1995 en Heidelberg, Alemania.

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  3. Acabo de recordar que estuve en Olmos hace algunos años y llegué en mototaxi hasta el zoocriadero..

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