sábado, 26 de octubre de 2024

¡MAMÍFEROS COMO CANCHA!

 

Perú, país de ratas.

“Mastozoológicamente” hablando, somos un país de ratas y ratones.

 

Hace unas semanas, mientras revisaba junto a una colega las fotos de diversos individuos de mamíferos que, por un lado, fueron rescatados de los recientes incendios forestales, así como del comercio ilegal de fauna silvestre, tuve que, a sugerencia de una especialista, revisar un artículo de Víctor Pacheco et al. (2021) titulado “Lista actualizada de la diversidad de los mamíferos del Perú y una propuesta para su actualización”, a fin de poder tener más claridad sobre este taxón y conocer más de cerca a estos representantes “peruanos” del reino animal.

 

Pacheco et al. reportan que, a noviembre de 2021, el Perú tiene 573 especies de mamíferos. En él, se evidencia que ocupamos el tercer puesto a nivel mundial. El primero lo tiene Indonesia, con 773 especies; y el segundo, Brasil con 751. El cuarto lugar es de México con 564 especies.

 

Es menester resaltar que las órdenes zoológicas de mamíferos que más aportan a que tengamos estas cifras en el Perú son dos, la de los Rodentia (192 especies), es decir, la que agrupa a las ratas, ratones, ardillas, cuyes silvestres, majaz, capibara, entre otras; así como la Chiroptera (187), o sea la de los murciélagos y vampiros. Los siguientes dos puestos son ocupados por dos órdenes que se arranchan los pelos por figurar y sobresalir en este listado. Con 47 especies tenemos a la Orden Didelphimorphia, es decir, la de las zarigüeyas y comadrejas; y a la Orden Artyodactila (46 especies) que aloja a los camélidos sudamericanos, ciervos, venados, ballenas, delfines, cachalotes, entre otras especies.

 

Y como ven, México nos pisa los talones. No obstante, en este caso, no se percibe que estemos en una lucha eterna, como la que existe entre Colombia y Perú (y Brasil) por el número de especies de aves. Las cifras en cuanto al número de especies de mamíferos no varían tanto como en el caso de los plumíferos. Recordemos que hace pocos meses, el Perú pasó al primer puesto en cuanto al número de especies en aves, tal como quedó evidenciado en el último número del Boletín de la Unión de Ornitólogos del Perú (UNOP). Sin embargo, los colombianos y los brasileros no se deben haber quedado con los brazos cruzados y ya contraatacarán, si no es que ya lo han hecho.

 

Estos “movimientos”, más recurrentes en las cifras de aves, se deben, entiendo yo, a que las aves son más “generalistas” y “pioneras” para ocupar hábitats y acceder a fuentes de alimento. Las aves colonizan rápidamente “nuevos” territorios (transfronterizos) que se generan tras eventos de, por ejemplo, deforestación, incendios forestales u otros. Podemos decir que “viajan” con el avance de, en el caso de la Amazonía, la pérdida de cobertura forestal. Así, “lamentablemente”, nuestra lista ornitológica habría aumentado mínimo en diez especies, debido a que estas habrían “entrado” desde Bolivia, Brasil y Ecuador para conquistar el Perú y ocupar sábanas en nuestra Amazonía y el bosque tropical estacionalmente seco que aún conservamos en el noroeste del país.

 

Por otro lado, la introducción de especies exóticas, producto del comercio ilegal, ha sumado también a que tengamos más especies de aves. Los mamíferos, al contrario, son, en general, más “conservadores” en estos aspectos y requerirían más seguridad alimentaria y hábitats más extensos y específicos para adaptarse a nuevos entornos. Y si bien también son víctimas del comercio ilegal, a través de esta actividad delictiva no habría un aumento significativo en las cifras debido a ello. Ahora, un punto que suma a que en general, en todos los taxones, tengamos más o menos especies, es el que en las últimas décadas se realiza un mayor número de estudios moleculares y genéticos que sugieren cambios en la taxonomía de casi todas las familias biológicas.

 

Es decir, mediante el análisis de ADN de diversas especies o subespecies, se puede determinar, por ejemplo, que una subespecie X de la especie Y es ahora una nueva especie, con lo cual, aumentaría en uno el número de especies. Pero también puede pasar que una especie X y otra especie Y del género Z son en realidad una misma especie, con lo cual, se reduce la lista en una especie. De esta forma, permanentemente ―y últimamente con más frecuencia―, existen aumentos o reducciones en las listas de especies biológicas.

 

Sumas y restas mastozoológicas

 

Un ejemplo, claro de esto es lo que sucedió hace unos meses con el pudú en el Perú. Resulta que, hasta inicios del año 2024, se pensaba que existían en Sudamérica solo dos especies de estos ciervos enanos: el pudú o sachacabra (Pudu mephistophiles) que habita en el norte del Perú, así como en Ecuador y Colombia; y el pudú del sur (Pudu puda), presente en el sur de Chile y Argentina. No obstante, estudios taxonómicos y genéticos recientes demostraron que en realidad existen en el Perú dos especies de pudú. La primera es una endémica, el Pudella carllae que habita exclusivamente en el sur de la quebrada de Huancabamba, en Piura; y la segunda es el ya mencionado Pudu (Pudella) mephistophiles. Ambas especies forman ahora un nuevo género, el Pudella. El pudú de Chile y Argentina queda como única especie del género Pudu.

 

Con ello, el Perú tendría una nueva especie de mamífero y un nuevo integrante de la Familia Cervidae (Orden Artiodactyla). De ocho especies ahora tendríamos nueve. Como esto ha sido en el año 2024, en lo reportado por Pacheco et al. (2021) en el artículo arriba mencionado, no figura este caso. Recodemos que en esta familia zoológica están incluidos el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), la taruca (Hippocamelus antisensis), el venado de cola blanca (Odocoileus peruvianus), entre otros.

Extracto tomado del artículo incluido en 
el texto sobre el género Lontra en 
Mesoamérica. 

 

Un caso similar es el de la nutria (Lontra longicaudis), especie que forma parte de los ocho representantes de la Familia Mustelidae (Orden Carnivora) que habitan en el Perú. Dicha especie tiene tres subespecies reconocidas: Lontra longicaudis annectens (México, América Central y el Noroeste de los Andes -incluido al Perú-), Lontra l. enudris (cuencas del Orinoco y del Amazonas -incluido al Perú-) y Lontra l. longicaudis (cuenca del Paraná y costas orientales de Brasil -no incluye al Perú-). Según estudios recientes[1], la subespecie Lontra l. annectens debería ser reconocida como una especie diferenciada (nueva) de las otras dos subespecies cisandinas (enudris y longicaudis) y debería ser reconocida como Lontra annectens.

 

En este caso, los resultados de los análisis genéticos arrojan que existe una fuerte diferenciación entre las poblaciones trasandinas de este género (México, Perú y Colombia) y las cisandinas que incluyen a las dos otras especies del género Lontra presentes en América del Sur: L. felina (Perú y Chile) y L. provocax (Chile y Argentina), por lo que se sugiere “separar” la subespecie Lontra longicaudis annectens; y como se menciona líneas arriba, hacer que pase a ser una nueva especie.

 

Si esto se da, Perú tendría una especie más en esta familia, ya que a la fecha en nuestro país tenemos solo registrada la presencia de: L. felina y L. longicaudis. No obstante, se debe ahondar en el estudio de su distribución geográfica, para definir con más precisión el rango de distribución de esta posible nueva especie de nutria y saber con claridad si nos “toca” tener esta especie en nuestra lista de mamíferos. 

 

También se da el hecho de que existen muchas especies biológicas “hipotéticas” que no han sido descritas científicamente y que, hasta que no sean “anunciadas oficialmente” a la sociedad mediante un artículo científico, no cuentan en estos listados. Y dado que en las últimas décadas ha aumentado la producción de estos artículos, existen nuevas especies en los listados biológicos que alimentan nuestras cifras como país.   

 

Una nueva especie (no para nosotros)

 

En el Orden Rodentia, el Perú tiene 192 especies; y en la familia Ctenomyidae, tenemos a tres representantes. Estos son: Ctenomys leucodon, C. opimus y C. peruanus. Estos mamíferos son llamados localmente como tucu-tucu. Estos roedores son poco conocidos y no existe mucha información sobre ellos; y habitan principalmente en el Altiplano, entre los 2000 y 5000 metros de altitud. El tercero de ellos, el C. peruanus, es una especie endémica del Perú, es decir, solo se encuentra en nuestro país, en el departamento de Puno.

 

Estos mamíferos que se asemejan a cuyes gigantes viven exclusivamente en América del Sur y tienen hábitos casi exclusivamente subterráneos. Existen más de 60 especies vivientes agrupadas en un solo género Ctenomys. Argentina es el país que agrupa a más representantes del género. Están perfectamente adaptados a su entorno, por lo que tienen cola corta, ojos y orejas pequeños y fuertes y grandes incisivos.

Fuente: Conicet Mendoza.

 

Hace unos pocos días se anunció que, en el departamento de Tunuyán, en la provincia de Mendoza, en Argentina, se descubrió a un nuevo integrante de esta familia de roedores, el Ctenomys uco, en alusión al Valle de Uco en la región central del país gaucho. Esta especie, que es nueva para la ciencia, es endémica de esa porción territorial argentina. Como vemos, las cifras en estos temas no son únicas y absolutas. Esta vez no nos tocó a nosotros. Para la siguiente será. Asimismo, para la siguiente entrega me veré obligado a escribir algunas pinceladas sobre las diversas especies de mamíferos que habitan en el Perú.

 

 

Octubre 2024

 

 



[1] Genome-wide data support recognition of an additional species of Neotropical river otter (Mammalia, Mustelidae, Lutrinae). Journal of Mammalogy, 2024, XX, 1–9.

martes, 1 de octubre de 2024

ORCHIDS: FROM ENGLAND TO OXAPAMPA

 

 

 


Revisando unas lecturas pendientes, me topé con una que me llamó la atención por varias razones. La primera es que del 7 al 11 de octubre de 2024 se realizará el III Congreso Peruano de Orquideología, en Oxapampa, Pasco, Perú. La segunda razón es que, mientras revisaba los últimos dos informes de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES en inglés: Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services), se menciona, entre otros, que las orquídeas conforman uno de los grupos botánicos más amenazados del planeta por la casi irreversible pérdida de la diversidad biológica. La tercera razón es que hace unos días fui testigo de una conversación, en la cual, uno de los participantes afirmaba con una certeza implacable que las orquídeas solo habitan en el Perú porque son especies “exóticas”; y lo peor de todo, porque son “bonitas y únicas y nos representan como país”. Esta última afirmación me dejó al borde de un derrame cerebral.  

 

Pero ¿cuál es esa bendita noticia que me llamó la atención? Esta es: un dentista inglés, aficionado a la botánica, registró en Gran Bretaña una orquídea muy rara de ver en estado silvestre. Desde hace más de quince años, no se tenía registros de esta especie. Lo interesante es que nadie sabe a ciencia cierta dónde crece y cómo es que sobrevive en espacios bastante reducidos y amenazados.    

 

Estamos hablando de la orquídea fantasma (Epipogium aphyllum), una especie que está presente en casi toda Europa y que habita en densos y oscuros bosques. Según la Sociedad Botánica Inglesa e Irlandesa de Orquídeas, no más de cinco personas han podido ver en el Reino Unido a esta orquídea en estado silvestre, por lo que muchos la consideran como la “joya de la corona”.

 

Adicionalmente, lo llamativo es que desde el año 2009 era considerada como desaparecida en todo el Reino Unido, hasta hace unas pocas semanas, que el médico dentista Richard Bale la pudo encontrar, tal como lo informó el diario británico The Guardian.


Poder ver a la mencionada orquídea es sumamente complicado. A ello se suma que, una vez que sale a la superficie, sobrevive solo horas o días porque su presencia atrae a una serie de animales que se la comen, desde caracoles hasta venados. Por eso, se debe tener suerte y saber sobre la biología de esta planta para tener la dicha de apreciarla.

 

Tras este feliz hallazgo, los científicos ingleses se ven en la necesidad de proteger a esta especie, tanto de sus depredadores naturales, así como de los recolectores ilegales de dos patas que andan tras estos especímenes. Además, se le debe tratar con mucha delicadeza, dado que las partes de la planta que permanecen bajo tierra son muy frágiles y sensibles a la perturbación humana. Por todo ello, el lugar del hallazgo se ha mantenido en secreto. 

 

El nombre de la orquídea se debe a su color pálido y marfil; y sobre todo a que vive y florece en oscuros, cerrados y fantasmagóricos bosques europeos. Además, estas plantas no tienen hojas y no producen clorofila, dado que no realizan fotosíntesis. Los nutrientes necesarios los obtienen del suelo, donde pasan gran parte de su vida. Solo cuando las condiciones climáticas son óptimas para la floración, estas particulares orquídeas “salen a la luz”.

 

El primer registro de esta orquídea data del año 1854; y como indican algunos especialistas, fue algo “tarde” para una especie nativa. Pero claro, en base a lo anteriormente nombrado, verla en estado silvestre es casi un milagro del Señor. En esos 170 años desde que fuera vista por primera vez, se pudo ver su floración solo pocas veces.

 

Lo resaltante es que la naturaleza nos demuestra una y otra vez que es más resiliente de lo que creemos. Al final, entre líneas, nos dice, creo yo, aún hay algo de esperanza para proteger lo que queda de nuestra diversidad biológica. Quiero ser optimista, aunque debo confesar que empiezo a perder la fe.

 

¿Y a qué viene todo esto?

 

Como ya ha sido documentado, el cambio climático no es el único problema “ecológico” del planeta. La pérdida ─ya casi imparable e irreversible─ de la diversidad biológica nos está pasando la factura. A nivel planetario, se habría ya perdido el 30% de la cobertura forestal, en comparación a los años anteriores a la Era Industrial. Según el IPBES (2019), ya hemos perdido, a partir del año 1870, más de la mitad de los corales vivos. Y no solo eso, se estima que el 40% de todas las especies de insectos podrían desaparecer de la Tierra; y que más de un millón de especies biológicas registran algún grado de amenaza.

 

A raíz de ese escenario apocalíptico, las Naciones Unidas crearon el mencionado IPBES, tomando como referencia el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), con el fin de revisar, ordenar y unificar la información científica que se tiene sobre este problema mundial. Justamente este conglomerado de científicos ha generado recientemente dos informes sobre la utilidad y necesidad de salvaguardar la diversidad biológica del planeta y sobre el valor y significado que tiene esta para nuestra vida cotidiana.

 

Producto de ello, el IPBES alerta sobre la urgencia de tomar acciones políticas inmediatas para frenar la pérdida de la diversidad biológica terrícola, la cual puede significar a la larga una amenaza a la supervivencia humana. Todos dependemos de los bienes y servicios que nos ofrecen la flora y fauna silvestre planetaria, de la diversidad genética de estos recursos y de los ecosistemas que los albergan. Solo por mencionar algunos ejemplos, tenemos a los bienes como madera, pesca, frutos, semillas, hongos, algas, caza; y servicios, como el uso recreacional que hacemos de nuestros ecosistemas, la regulación del clima, captación de agua y otros. Todos ellos son elementos indispensables para sostener la vida humana.

 

Los informes del IPBES estiman que un tercio de los recursos biológicos del planeta han sido agotados en los últimos 40 años. En especial, en los últimos 20 años, la demanda por estos ha aumentado de manera grotesca. Tal situación no pasa desapercibida, dado que de ello se estima que una gran cantidad de especies de orquídeas, cactus y palmeras podrían desaparecer del planeta en los siguientes años. A ello se suma el comercio ilegal de animales y plantas silvestres, actividad que ahonda la crisis de la diversidad biológica planetaria.

 

Debemos sumarle a esto, el hecho de que aún se tiene muchos vacíos de información para determinar con exactitud qué tan grave es el problema que afrontamos. Incluso existiría un alto número de especies vegetales que ni siquiera han sido descritas para la ciencia, lo que nos demuestra que tenemos una carencia relacionada a la investigación científica. Como leen, aún tenemos muchos pendientes.


¿Qué hacer?   


Los informes mencionados aconsejan que el aprovechamiento (sostenible) que se le debe dar a la diversidad biológica debe incluir políticas de inclusión y participación que aseguren que se tome en cuenta los contextos ecológicos y culturales, tanto en el plano internacional, como nacional y local. Se recomienda también que los costos y ganancias de todo el proceso productivo deben ser distribuidos de manera justa entre todas las partes de la cadena.


Los científicos a cargo del informe subrayan que es importante tomar en cuenta el rol de las comunidades nativas y campesinas, dado que estos grupos humanos pueden aportar conocimientos ancestrales sobre el manejo y aprovechamiento de los bienes y servicios que nos ofrece la diversidad biológica a nivel local, sobre todo en aspectos de recuperación, épocas de veda o restricciones para el uso de determinadas especies biológicas. 


En el segundo informe se hace énfasis en la relevancia de la naturaleza para el ser humano y subraya que la principal causa de la pérdida de la diversidad biológica es el afán de asegurar el crecimiento económico, para lo cual muchas decisiones políticas son hechas a medida de grandes intereses sin medir su impacto en la “ecología”. Estas políticas y decisiones no toman en cuenta el valor y el rol de la naturaleza y son hechas a medida para satisfacer intereses que tienen al dinero como único fin y para promover actividades, tales como un turismo masivo o una industria alimentaria abusiva con el planeta.

 

El segundo informe exige también que de una vez por todas se tome real conciencia de este problema y que se haga un “cambio de chip” urgente. Y ya para finalizar, ambos documentos del IPBES hacen un llamado urgente: ¡ya no hay tiempo para más informes, debemos actuar y tener un plan de acción claro! Las investigaciones científicas deben centrarse en prioridades y no solo dar buenos argumentos para actuar, sino determinar claramente qué demonios debemos hacer para no lamentarnos más adelante.


Esperemos (aunque yo ya no espero nada) que para la 16 COP del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de las Naciones Unidas, a celebrarse, entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024 en Cali, Colombia, haya algo que rescatar. Estamos dejando un planeta destruido, contaminado, caliente y con cada vez más terrícolas a los que les vale madre lo que pase con la diversidad biológica, porque aún no sienten las consecuencias de su pérdida. ¡Espérense cabrones!, aunque ya este año estamos batiendo récords en temperaturas, vemos incendios forestales más frecuentes y prolongados, así como un rosario de efectos del calentamiento global del planeta.


Concolón

Pese a este escenario tremendista, como lo demuestra la orquídea protagonista de estas líneas, la naturaleza es más resiliente de lo que pensamos. Seguramente gran parte de la riqueza biológica del planeta sobrevivirá a los embistes del Homo sapiens. Claro, ustedes y yo no veremos cómo terminará esta historia, pero de hecho espero que termine bien. No quisiera tener que reencarnarme en algún ser vivo y en este planeta herido o en algún otro planeta que la humanidad haya conquistado y esté en camino de la destrucción, para ver con mis propios ojos que de nada sirvió lo que acá comento.

 

Y con respecto a las orquídeas, estas plantas están presentes en todo el planeta, excepto en zonas desérticas y en los polos. Lógicamente, en las zonas tropicales es donde más especies existen, debido a las condiciones climáticas y a la variedad de ecosistemas existentes. Espero que las dos personas a las que escuché debatir sobre las orquídeas en el Perú y que seguramente seguirán pensando en que estas especies son como el ceviche y la Inca Kola, lean estas líneas.

 

No solo en el Perú existen orquídeas. Tengan en cuenta eso. Lo que sí es exclusivo del país es el Plan Nacional de Conservación de las Orquídeas Amenazadas del Perú, un documento de gestión clave para salvaguardar a este fascinante, diverso, multicolor, enigmático grupo de especies vegetales de gran valor. Esperamos que, en el congreso venidero sobre este grupo botánico, y en concordancia con lo que nos dicen los informes del IPBES, no se nos escape esta oportunidad para aterrizar en acciones concretas que contribuyan a cumplir con el plan.


Setiembre 2024

martes, 30 de julio de 2024

SUS PRIMEROS DIEZ AÑITOS DEL SERFOR

 


Recuerdo con claridad cuando entré al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR). El día exacto en el que esta aventura empezó fue el 24 de agosto de 2015. No pensé quedarme tanto tiempo, aunque en realidad, dudo si realmente pensé eso. Sea cierto o no, el tema es que estoy por cumplir nueve años en esta institución que he aprendido a querer y a la que, aún, voy día a día con ganas de aportar, pese, por supuesto, a algunos altibajos y situaciones que a veces me dejan un sinsabor. Pero como un amigo me dijo hace ya más de tres lustros, “si pierdes el entusiasmo, mejor deja de trabajar en lo que crees que te gusta”. Felizmente, ese entusiasmo no lo he perdido aún.

El pasado 26 de julio de 2024, el SERFOR cumplió diez años de vida institucional. Para la Autoridad Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, una década es bastante y poco a la vez. Esa ambigüedad parece contradecirse con el hecho de que, si bien se ha avanzado en construir una normatividad contundente para regir el destino de nuestra flora y fauna silvestre, aún existen vacíos y contradicciones para su correcta aplicación, salen a flote demasiada verborrea y tramitología a las que debemos vencer y a veces nos invade una visión muy “controlista” de nuestro patrimonio natural. Pero estas breves líneas no intentan armar una discusión bizantina sobre el accionar de esta institución. No, por ahora no. Quiero, tan solo, detenerme unos minutos y celebrar el aporte del gran equipo humano que en ella labora.

Creo que fue en abril del 2018 que fuimos a la Reserva 
Paisajística Noy Yauyos Cochas a liberar a
este especímen de cóndor andino.
El chofer fue mi recordado amigo Héctor Cordero (QEPD).

Cuando entré al SERFOR, debo confesar, pensé dos cosas: voy a toparme con mucha gente “antigua” que seguramente viene desde el ex Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) —institución que hasta ahora forma parte del léxico y recuerdo de muchas personas— y de la extinta Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre; y seguro me ahogaré en la burocracia de la que tantas veces reniego y que genera anticuerpos en casi todas y todos los peruanos.

 


Efectivamente, encontré servidores añejos, pero, para sorpresa mía, encontré también bastante “juventud”. Es decir, conocí a muchas y muchos colaboradores jóvenes que impregnaban (y lo siguen haciendo, pese cierto cansancio innegable y a los CAS permanentes —ustedes saben a qué me refiero—) vitalidad, empuje y (asumo) el ya nombrado entusiasmo. Por supuesto también enriquecen a la institución con conocimientos y experiencias previas. Su presencia, en conjunción con las “viejas glorias”, parece ser una buena jugada para pasar a ser la combinación perfecta, la misma que está destinada a sacarle lustre a una institución “nueva” que fue ensamblada y compuesta por partes de instituciones extintas. Si bien, personalmente, creo que ese ensamblaje pecó de mucha “consulta social” y de decisiones políticas discutibles, fue así como, en resumen, nació mi querido SERFOR.

Con la gente brava de Comunicaciones (Lima y ATFFS),
julio 2024. 

 

Laborar en el SERFOR es para mí una gran satisfacción porque, como muchos saben, estoy “en mi salsa”, en esa misma en la que estoy ya más de 20 años o más. Una de las cosas que me gusta es que cada día conozco a más personas comprometidas hasta el tuétano con la causa, pese a diversas carencias presupuestales y al accionar, a veces, kafkiano del aparato estatal. Esa causa que parecería simple, si la plasmo acá como: gestionar inteligentemente (para no decir, como siempre, de manera sostenible) lo que nos queda de patrimonio forestal y de fauna silvestre es bastante compleja de realizar en un país como el nuestro. Debemos evitar las posiciones y miradas muy “parquistas”, “conservacionistas a ultranza”, “animalistas” y aquellas que solo se refieren a la “cosmovisión” de unos como la panacea y la única manera de salvar al planeta.

 

Una de las cosas que me parecen fabulosas del SERFOR es la presencia de especialistas de diversas profesiones, con los que me topo, bromeo y me agarro casi a golpes en discusiones de alto nivel intelectual. Si bien cada uno puede hablar su propio idioma, al final todos caen por un embudo hacia un mismo fin. De esta forma, en las incontables reuniones, en las que he participado y participo, afloran diversas posturas ideológicas (inevitables), argumentos técnicos válidos, experiencia profesional acumulada y una carga subjetiva a veces ya muy evidente. Todo ello en su conjunto enriquece una reunión, pero también puede llevarnos a la nada o a una dilatación cuestionable para la toma de decisiones. No obstante, esa diversidad de opiniones enriquece nuestro accionar y parezca o no, es necesario y útil si se regula. Al final, el balance es positivo.

El camino así es. Lo dije durante la XXI Reunión de la
Comisión Técnico - Administradora del Convenio para
la conservación y manejo de la vicuña, en mayo de 2024.
 

Lo que sí me queda claro y debería ser algo evidente en cada uno de los que estamos en el SERFOR, es el hecho de que, reneguemos o no, somos funcionarios públicos. Es decir, trabajamos para el colectivo nacional. Servimos al país por si a alguien se le olvido. Y es que ¡alguien debe hacerlo! Y bajo esa premisa, me toca a mí y por eso estoy en el SERFOR. No me arrepiento en lo más mínimo ser un funcionario del Estado y recibir golpes de la ciudadanía que nos tilda de “lentos”, “inoperantes”, “corruptos”, “insensibles con los animalitos” y de varias cosas más.

 

Así, otra de las cosas que me gusta y me retiene en el SERFOR, es la extensa paleta de tópicos que veo y atiendo; claro, pese a los temas administrativos y programáticos de los que no puedo escapar. Estas dos últimas tareas pueden ser tediosas, sobre todo porque no son mi especialidad, pero las considero fundamentales e ineludibles. Sin ellas no somos nada. Va mi saludo para todas y todos mis amigos de las oficinas generales de administración y de planeamiento y presupuesto. Me hacen renegar a veces, pero valoro y reconozco sinceramente su trabajo.

 

Con las vicuñeras. Abril 2024.
Un día puede empezar, para mí, viendo asuntos de prensa, para luego revisar textos sobre aprovechamiento de thola y de vicuña en Puno, para ir corriendo a moderar un evento sobre los avances y retos en la gestión del género Cinchona (quina); y luego continuar con la revisión de los “copys” que acompañan a las publicaciones que hacemos en las redes sociales. En el interín, revisé dos notas de prensa, sobre lo que hace el SERFOR en Cusco y en Piura, edité una hoja de créditos de una publicación sobre árboles nativos del departamento de Arequipa y revisé otra publicación sobre la instalación de viveros forestales en Cajamarca.

 

En la tarde, me debo avocar a revisar y mandar mis aportes en torno a la propuesta del Plan de Continuidad Operativa (para afrontar los eventos que pongan en riesgo la continuidad de las operaciones de la entidad y del cual no tenía ni idea que existía), revisar una cartilla para la identificación anatómica de la madera de las especies de los géneros Dipteryx (shihuahuaco) y Handroanthus (tahuarí) en el Perú y la Guía de identificación y cuidados iniciales de animales silvestres decomisados o hallados en abandono, validar un informe sobre la participación de la Oficina de Comunicaciones en un proyecto que financió la Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT o ITTO por sus siglas en ingles) para la “Prevención y Respuesta a Incendios Forestales en Bosques Tropicales y Plantaciones Forestales en Perú”, preparar mi ppt para un taller con los comunicadores del SERFOR, para acabar el día atormentado por revisar más documentos, entre ellos, varias propuestas para las redes sociales. Y así es todos los días, felizmente.

 

No voy a entrar en frases como “Feliz aniversario familia SERFOR”, “Vamos por más”, “Vamos con todo”, “Orgullosos de nuestro país”, “Diez años y qué sean muchos más” y cosas por el estilo. No. No hemos ganado nada aún. Nos quedan muchas responsabilidades por delante. Es cierto, merecemos celebrar. Celebremos, pero no perdamos de vista el importante rol que cumplimos cada uno de los aburridos y burocráticos funcionarios del SERFOR. No perdamos las ganas de seguir aportando beneficios al país; y no dejemos de tener entusiasmos por lo que hacemos. Si no lo tienes, empezamos mal esta siguiente década.

 

Julio 2024

domingo, 26 de mayo de 2024

¿QUÉ POCTA HA PASADO CON LA LEY FORESTAL Y DE FAUNA SILVESTRE?

 

Salía de Iquitos rumbo a un lodge en el río Momón, en el departamento de Loreto. Dejé el hotel y me subí a un bus, rumbo al puerto de Nanay. Tuve que hacerme sitio entre más de una decena de seres humanos que se atolondraban para subir al vehículo. Me senté junto a tres personas que no paraban de hablar sobre lo que estaría pasando en el país, con respecto a las modificaciones a la Ley N° 29763, Ley Forestal y de Fauna Silvestre, que el gobierno de turno impulsa. A continuación, recojo lo poco que pude captar de la conversación, a ver si ustedes sacan algunas conclusiones. Yo, entre que me dormía e intentaba apreciar mi entorno y ver aves, me quedé con la duda. ¿Nos beneficia o nos manda a la pócta esta modificatoria normativa? 

 

El calor era endemoniado. Parecía que estábamos ad portas del infierno. Salí del hotel. El río Itaya se veía a lo lejos. Agarré mis paquetes y me dirigí al bus. Me senté en la parte de atrás. El viaje en este trayecto era corto, pues nos íbamos al puerto de Nanay a tomar una embarcación que surcaría el río del mismo nombre, para luego entrar al río Momón. Escuché de repente que uno de los viajeros lanzó la siguiente pregunta: oe ñañito, ¿qué pócta ha pasado con la ley forestal?

 

Tras ello, se dio inicio a una extensa conversación, de la cual me mantuve como oyente de manera asolapada; y sobre la cual pude captar algunas ideas, pues el fin del viaje era, para mí, descansar. Pese a ello, no pude dejar de intentar retener lo más relevante, a fin de plasmar la información en un texto, como este.

 

El que inició la conversación fue alguien que, a leguas, se notaba, era de la zona y al que llamaremos John. John alzó la voz y dijo: ─ Oe ñaño, ya han aprobado la modificación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre (LFFS) ─.

 

Otro interlocutor, al que llamaremos Peter y que al parecer era limeño, dijo casi riéndose: ─ ¡Sí pues! O sea, ahora van a formalizar a todos los invasores de tierras. ¿Tendrá todo que ver con el rollo del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) para adecuarnos a lo de la Reglamentación de la Unión Europea (RUE)? ¡Y los Contratos de Cesión en Uso para Sistemas Agroforestales (CCUSAF) podrían pasar a la historia, ya que nadie va a querer esa vaina! Mejor invado y me formalizo; y si ya invadí y deforesté, pues que también me formalicen ─.

 

Un tercer interlocutor, al que llamaremos Piero y que también era, sin duda, amazónico, dijo sin chistar y con el típico acento local:

─ Esas áreas invadidas por los agricultores, nunca en su vida, iban a poder ser recuperadas, ñañitos. Ya jueron, ya vuelta ─.

 

Recordemos que la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República aprobó recientemente el dictamen de la ley que busca derogar la Ley 31973, ley que modifica la Ley Forestal y de Fauna Silvestre y aprueba disposiciones complementarias orientadas a promover la zonificación forestal. Este sería un primer paso para derogar las modificaciones que el Pleno del Congreso aprobó por insistencia el 14 de diciembre de 2023.

 

Para muchos, la Ley 31973 “permitiría” que los agricultores que deforestaron parcelas para la ejecución de su actividad puedan obtener títulos de propiedad. Sin embargo, no se dispone de un candado para prevenir futuras deforestaciones. Estas observaciones se comentaron durante la sesión de la comisión, donde algunos congresistas argumentaron que los cambios en la norma no estuvieron sujetos a la consulta previa.

 

John agregó ─ todos los CCUSAF que estaban por salir o que ya salieron, por ejemplo, en San Martín, ya no van a servir, ¿o sí? ─. Y agregó ─ mientras que el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) y el MIDAGRI se pelean por ver cómo solucionar lo de la RUE, el Congreso nos madrugó ─.

 

Peter afirmó seguidamente que ─ también se ha suspendido la zonificación forestal (ZF) y que eso no tendría mucho impacto. Los únicos que saltarán hasta el techo son los del Ministerio del Ambiente (MINAM) ─.

 

Me quedé pensando en eso, ¿será que eso le interesa a alguien?

 

Ya por partir, finalmente, a nuestro destino desde el puerto de Nanay, Piero agregó ─ en estos momentos, todas las municipalidades del país ya deben estar otorgando constancias de posesión a todos los invasores ─. A ello, Peter aseguró que ─ si sale en algún momento una declaratoria de inconstitucionalidad, esta no es retroactiva; y hasta que sea declarada, la norma estará vigente y será aplicable. Ya para ese entonces, todos los invasores estarán formalizados ─.

 

Piero agregó ─ mira el ejemplo de los bosques locales (BL), ahora quieren que su aprobación pase a los gobiernos regionales (GORE), cuando el SERFOR los otorga por cinco años. Que pasen a los GORE ¿cambiará en algo la situación? Ten en cuenta, ya vuelta, que no todo puede ser dirigido desde Lima, cuando allá hay varias personas que están sentadas en su escritorio y no conocen nuestra realidad, ¿te parece eso lo mejor para el sector? ─.

 

─ ¡Uy!, se achoró el selvático ─, respondió John.

 

Piero intervino ─ oe ñañitos, ¿cómo es eso de que ahora los CCUSAF se fueron al tacho, ya que no son obligatorios? Asumo que es porque nadie quiere ser fiscalizado por el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR) y que te den tierras del Estado por un periodo limitado, además no hay incentivos. Mejor colonizo y pido mi título de posesión y tengo derecho sobre mi terruño que además ya está trabajado y en el cual he invertido dinero. Ahora, el riesgo es que haya autoridades que de manera inescrupulosa otorguen certificados de posesión con fechas anteriores a la modificatoria de la LFFS, ¡qué va! ─.

 

John agregó, ─ oe tú sabes que la cesión de uso solo es un mecanismo de formalización y que seguirán haciendo sus actividades agrícolas u otras. No sé si esa es la salida. Más bien, no me extrañaría que de acá a unos años salga una ley para nuevamente formalizar a los mismos invasores que ya habrán invadido nuevas tierras. Lo que se debe hacer es crear modalidades más atractivas o mejorar las que tenemos para tener mecanismos sostenibles de aprovechamiento. He dicho, carajo ─.  

 

John seguía embalado, por lo que vi y dijo también ─ veremos qué impacto tiene esta nueva ley cuando tengamos la cifra de deforestación del 2024. Si a fin de ese año, la tasa de deforestación se mantiene, todo ese discurso de los grupos conservacionistas, de sus ONG y de su prensa habrá sido desmentido. Pero, ojo, esas áreas deforestadas ya están perdidas y difícilmente van a volver a ser bosques o solo una porción de estos, con o sin esa ley. Debemos preocuparnos por los bosques que aún están en pie; y evitar poner tanta traba a los usuarios forestales. Se hace mucho control, pero no se promociona y premia a los que hacen las cosas bien ─.

 

Piero dijo ─ pero hermanito lindo, existen suicidas, perdón, inversionistas, que apuestan por el sector forestal, pero que lamentablemente deben lidiar con una normativa compleja, sin que el Estado les dé garantías y seguridad jurídica, luchando solo contra las invasiones; y lo más bravo, con GORE incapaces. En esas condiciones nadie quiere invertir y lo otro, no tenemos grandes extensiones de tierras para promover plantaciones a gran escala, nuestro territorio está muy fragmentado ─.

 

Me quedé dormido y me perdí por lo menos media hora de una discusión acalorada, que al parecer giró sobre lo que se debe hacer para solucionar los problemas del sector forestal. Entre sueños escuché algo sobre una lancha que se iba, pero que no se sabía cuándo se iba. No entendí. Desperté y ya estábamos surcando el río Momón. Saqué mis binoculares y me puse a pajarear, no obstante, retomé la escucha de la conversa.

 

Después de un silencio que parecía eterno, John lanzó lo siguiente: ─ esa nueva ley habla de las constancias de posesión en propiedad privada y eso es una burrada jurídica o me equivoco. Según mis fuentes de contrainteligencia, el texto original de esa ley era otro; y lo han cambiado, porque arrancaba con predios rústicos, luego pusieron predios privados y ahí empezó el problema si lo ves desde el punto de vista estrictamente legal ─.

 

Piero dijo ─ oe hermanito, pero excepcionalmente los están formalizando a todos hasta la entrada en vigor de esa Ley, después de eso ya no se les debe otorgar títulos o posesiones. Se habla de las constancias de posesión en propiedad privada y eso es una locura, ¿o no? Entiendo que no lo dice textualmente, pero es una excepción que se generó con esa ley. La pócta, ¿o sea ahora se va a reconocer a los menonitas? ─.

 

John, medio adormecido, se lanzó con lo siguiente: ─ bebitas, el artículo 37 de la LFFS prohíbe dar títulos de propiedad en tierras forestales con o sin cobertura y sigue vigente que yo sepa. ¿Cómo pócta van a aplicar esta nueva Ley? Entiendo bebas que la Ley se aplica, lo único que ha cambiado es el término de predios rústicos por predios privados. Si dijese predios rústicos, puede ser cualquier constancia de posesión, pero al hablar de predios privados, la cosa se pone fea. Además, señores, a eso se suma que esa vaina del CUM es un instrumento desfasado que no sirve para nada.

 

Y lo más gracioso es que todos esos que se oponen a la nueva Ley, toman café que viene de tierras de protección, consumen recursos de tierras deforestadas y tragan parrilladas con carne de vacas que también vienen de terrenos que ya han sido pelados. Por eso, si en esa nueva Ley, en esa parte de “Clasificación de tierras y reglas sobre cambio de uso para actividades agropecuarias existentes[1]” estuviésemos en el supuesto de predios rústicos, ahí sí estaríamos en el supuesto sobre el cual todos lloran. Para mi ñañitos, se ha reconocido no más del 5% del problema ─.

 

Piero, mientras comía un par de mandarinas, señaló que ─ así interpretemos la norma tal como menciona la John, si solo fuera sobre predios privados, carecería de sentido excluirlos del CUM, porque esos terrenos ya tienen CUM. ¿Para qué demonios debes exonerar del CUM a un predio privado? ─.

 

Peter estaba comiendo también mandarinas y se animó a decir que ─ o sea, ¿es lo mismo hablar de predios rústicos y de predios privados? La diferencia en su concepto es importante, ¿o no, señores? Para que seas privado es requisito que tengas CUM. Si eso es así, ¿para qué te exonerarían ahora del CUM? Predio rústico es cualquiera que esté en un ámbito rural, por eso, no tiene sentido debatir sobre algo que no está aprobado, sino sobre el texto ya aprobado y vigente ─.

 

John preguntó ─ ¿con o sin propiedad? Analicen pues la norma, incompetentes. Al final, ¿es lo mismo? Sobre eso se ha normado. La regulación es para personas con predisposición de ser privados o con constancia de posesión. Para ellos se aplica esa excepción. En el texto original, te aseguro, decía “predios rústicos”; y hasta ahí, todo ok, pues tenía relación con las constancias de posesión en cualquier punto del país. El texto aprobado dice otra cosa ─.

 

El problema es que con esa Ley se han pasado por encima el CUM, el artículo 37 de la LFFS, investigaciones penales y procedimientos sancionadores ─.

 

Piero se paró y tambaleando por el movimiento de la embarcación se puso a disertar lo siguiente: ─ con esta Ley están formalizando a los que ocuparon tierras, por así decirlo; y en el fondo están diciendo que ellos son formales y que no cometieron delitos ni contravinieron normas, para que así puedan seguir con sus actividades agrícolas. De lo contrario, mascotas, no podrán exportan sus productos conforme lo exige la Unión Europea. En esa Ley dice “constancia de posesión”, eso significa que cientos o miles de personas, antes de la vigencia de esa Ley, ya sacaron como sea su constancia de posesión; y si ya tenían una, se ven beneficiados. El objetivo es formalizar a todes pe chiques. ¡Parecen nuevos calichines! ─.

 

Vi que Piero seguía embalado. Intenté descubrir si estaba tomando algo o es que se despertó lúcido. Continuó diciendo que ─ el MIDAGRI defiende la nueva Ley y la aplicará sin roche, acuérdense. Pero lo que sí creo es que debe salir a explicar bien en qué consisten esos cambios. La gente de a pie no tiene la menor idea de qué está pasando, ñañito ─.

 

Ya estábamos a pocos minutos de llegar a nuestro destino final, según lo afirmaba el guía local. Ya la discusión acalorada de estos tres personajes se iba apagando, Al final, no sé a qué acuerdos llegaron, cuáles fueron sus principales conclusiones y qué es lo que se vendrá para el sector forestal (y de fauna silvestre). Incluyo lo último que pude captar.

 


Señoras, dijo John, ─ se debe haber generado un “encontronaso” entre el MIDAGRI y el Ministerio del Ambiente. No hay que ser adivino para saber que el MIDAGRI tiene como “función” ampliar la frontera agrícola y que de hecho va a respaldar a todos los que viven de la agricultura. ¿Es obvio, o no, ñañas? Y los del Ambiente quisieran que no haya más agricultura o por lo menos, no en nuevos terrenos; y que no se toque a los bosques (cuando ya están, gran parte de ellos, recontra intervenidos) para que vivamos viendo pajaritos y esperando que se conserven solos en base a la cosmovisión amazónica y a los bonos de carbono (y a las ferias sobre la diversidad biológica que se hacen en Lima). Así no es pe causa ─.

 

Piero, resignado, dijo que ─ les aseguro señores que mucha gente sabe que esta Ley tiene cosas buenas porque atiende la fotografía actual, es decir, se aplica a nuestra triste realidad. Si todo siguiese tal cual, miles de agricultores (pequeños) seguirían errando por el monte, haciendo lo que sabemos, talar, quemar, cultivar, cosechar y luego de un par de años, se seguirán moviendo en busca de nuevas tierras. O sea, nada los ancla a un espacio físico y seguirán tumbándose el monte que más es lo que les “estorba”. Por eso, mis broders, no sé qué tan mala o no tan buena sea esta nueva Ley. Lo que sí sé es que igual debemos seguir sacándonos la gran pócta para que conservemos lo que aún queda ─.

 

Peter, mientras guardaba sus cosas y se estiraba tras quejarse de que estaba entumecido y viejo, agregó ─ mi causa en Lima me dateó que varios ex funcionarios del sector, en un consejo de ministros, habrían puesto el grito en el cielo contra la titulación de tierras. Esa gente se opone porque con la titulación, ya no se podrá contar con la opción de otorgar cesiones en uso, lo cual permite que el Estado mantenga la propiedad de esos terrenos. Esa es la pendejada o la realidad. Yo creo que esa Ley al final, puede ser parte de la solución. Pero habría que ver qué candados, restricciones y huevada y media que viene de Lima asegurarán o intentarán que no nos vallamos la pócta de su madre. ¿O qué dicen ustedes señoras? ─.

John y Piero, ya camino a descender de la lancha y lleno de bultos, dijeron casi al unísono: ─ veremos qué pasa huambrillos ─.

Mientras cogía mis cosas para descender de la embarcación, me quedé pensando en lo que podría pasar con nuestros recursos forestales y de fauna silvestre. Al final, no sé qué viene. Ojalá que no nos vayamos a la pócta.


Mayo 2024


[1] ÚNICA. Clasificación de tierras y reglas sobre cambio de uso para actividades agropecuarias existentes

Los predios privados que cuenten con títulos de propiedad o constancias de posesión emitidas por la autoridad competente con anterioridad a la vigencia de la presente ley o que se encuentren dentro de los alcances de la Ley 31145, Ley de Saneamiento Físico-Legal y Formalización de Predios Rurales a Cargo de los Gobiernos Regionales, que no contengan masa boscosa y que desarrollen actividad agropecuaria, son considerados, de manera excepcional, como áreas de exclusión para fines agropecuarios y por tanto están exceptuados de realizar su clasificación de tierras por su capacidad de uso mayor, así como también están exceptuados del cumplimiento de las disposiciones contenidas en el artículo 38 de la Ley 29763. Esta excepción no exime la obligación de reserva mínima establecida en el cuarto párrafo del artículo 38 de la ley referida al treinta por ciento de la masa boscosa en el predio privado, ni de las responsabilidades administrativas, civiles o penales de los funcionarios públicos, personas naturales o jurídicas, que hayan incurrido en delitos relacionados con el tráfico de tierras.

En caso de que el predio privado no cuente con el área de reserva mínima esta deberá ser compensada de manera progresiva con áreas reforestadas o de conservación dentro o fuera del predio. El Serfor deberá establecer los mecanismos adecuados para dicho fin.

 


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