En Piura,
específicamente en el caserío de Limón, la quebrada Frejolillo es un lugar
idóneo y seguro para ver Pavas Aliblanca y disfrutar del bosque seco.
Hace unos días emprendí un viaje extraordinario a una
quebrada piurana para apreciar a la Pava Aliblanca (Penelope albipennis) en estado natural. Para tal fin, estuve
acompañado de cuatro especialistas con los que hicimos de esta pequeña travesía,
una experiencia inolvidable que intentaré describir en estas pocas líneas. Primero,
vayamos a los hechos. El lugar elegido para esta experiencia cautivante y muy
emotiva es la quebrada Frejolillo, ubicada a unos cuantos kilómetros del
caserío Limón en Piura.
Tener enfrente y a pocos metros un ave altamente
amenazada y sobre la cual se pensó que estaba extinta —hasta 1977 cuando fue
redescubierta por Gustavo del Solar y John O´Neill muy cerca de Frejolillo— es
un hito inolvidable para todo observador de aves y para cualquier amante de la
naturaleza. Así, según Dennis Osorio, especialista en aves y Asesor de
Inkaterra, “la quebrada Frejolillo es un lugar excepcional para ver Pavas Aliblanca
en estado silvestre, pues es de fácil acceso, no implica un esfuerzo muy
agotador llegar hasta los lugares idóneos para ver estas y otras aves; y además
está muy bien conservado. Por último, visitar el lugar puede durar un día,
aunque lo ideal es quedarse por lo menos una noche para disfrutar al máximo
este paraje y ver también algunas aves nocturnas”.
Gran parte de la quebrada en mención forma parte del
Área de Conservación Regional (ACR) Salitral – Huarmaca, espacio protegido por
el Estado que fue establecido como tal el año 2011 y que comprende parte de los
territorios de dos distritos del departamento de Piura: Salitral en la
provincia de Morropón y Huarmaca en la provincia de Huancabamba. Esta área de
conservación complementaria al Sistema Nacional de Áreas naturales Protegidas
por el Estado (SINANPE) y administrada —en teoría— por el Gobierno Regional de
Piura limita con el departamento de Lambayeque y tiene una extensión de 49,021
hectáreas. El ACR Salitral – Huarmaca protege una porción bastante bien
conservada de bosque seco de montaña y va desde los 150 hasta los 1300 msnm.
¿Cómo llegar?
Para llegar a este fabuloso rincón del país, uno de
los puntos de entrada se encuentra cerca de la ciudad de Olmos en la antigua
carretera Panamericana Norte (km 113) que une Chiclayo y Piura. Desde ahí se
debe transitar por un camino afirmado (en buenas condiciones, salvo en época de
lluvias severas) por cerca de una hora hasta llegar al caserío de Limón. Una
vez allí; es necesario cruzar un campo de fútbol para llegar a la casa de Lino
Rico, un guía especializado que conoce la quebrada como la palma de su mano.
Con el acompañamiento de Lino o de la persona que él
designe, la garantía de ver Pavas Aliblanca en la quebrada Frejolillo está
asegurada, salvo alguna situación excepcional. Dicho sea de paso, es
recomendable avisarle a alguien del caserío las intenciones de ingresar a la
quebrada y ver la manera de contar de todas maneras con un guía para mayor
seguridad y para evitar malentendidos.
La diversidad
biológica
De hecho, el principal atractivo del lugar es el referido
a la avifauna. Aunque también es un lugar idóneo para conocer la flora y fauna
de los bosques secos ecuatoriales. Y si es posible ir dos veces al año,
recomiendo ir en marzo (después de lluvias) y en la época seca (julio –
setiembre) para conocer la variación del paisaje y entender las complicadas
dinámicas estacionales de este importante ecosistema.
Así, según Fernando Angulo, reconocido especialista en
aves e investigador principal del Centro de Ornitología y Biodiversidad
(CORBIDI), la quebrada Frejolillo “reúne una abundante avifauna típica del
bosque seco y un gran número de especies endémicas de la Región Tumbesina y
amenazadas. Así por ejemplo, destacan el Hoja-Rasquero de Capucha Rufa (Hylocryptus erythrocephalus), el Pecho-de-Luna
Elegante (Melanopareia elegans), el
Carpintero Ecuatoriano (Picumnus sclateri),
el Trogón Ecuatoriano (Trogon mesurus),
el Chotacabras de Matorral (Nyctidromus
anthonyi) y el Zorzal de Dorso Gris (Turdus
reevei). También se puede apreciar a la Paloma de Vientre Ocráceo (Leptotila ochraceiventris), a la
Lechucita de Frente Anteada (Aegolius
harrisii) y al Copetón de Corona Tiznada (Myiarchus phaeocephalus). Por último, también se puede ver especies
de aves raras ya que tienen una distribución muy restringida. Este es el caso
del Águila Solitaria (Buteogallus
solitarius) y del Gallinazo Rey (Sarcoramphus
papa)”.
Así también en este lugar se puede ver con suerte
especies tales como la Macanche (Boa
constrictor ortonii), Puma (Puma
concolor), Vizcacha (Lagidium
peruanum), Sajino (Pecari tajacu)
y otras típicas de estos escenarios de cambiante dinámica como lo son los
bosques secos. Además, se puede apreciar una gran variedad de insectos,
réptiles y de plantas. Para eso, es necesario tan solo estar siempre atento a
cualquier detalle y contar con un buen guía local.
Para Michell León, fotógrafo especializado en
naturaleza, este lugar es “el mejor sitio que conozco hasta ahora para poder
ver y fotografías Pavas Aliblanca en estado silvestre. Esto, debido a las
innumerables pequeñas quebradas que conforman Frejolillo, las cuales permiten
posicionarse en lugares claves para capturar buenas fotos y contemplar la
actividad de la Pava Aliblanca, así como de otras aves y animales típicos del
bosque seco”.
En los días que estuvimos en Frejolillo vimos un gran
número de pavas e incluso algunas parejas con crías. Según nuestro guía local,
Lino, se puede afirmar que en la quebrada habitan entre 40 y 50 ejemplares de
ellas. Así, con el bosque rebosando de verdura y de vida, es imprescindible
tener paciencia y buen humor, ya que a veces, dada la explosión vegetal, el
avistamiento de aves puede ser algo dificultoso, pero nada más reparador que
caminar y detenerse de vez en cuando a apreciar estos bellos escenarios bajo la
sombra de Hualtacos, Frejolillos o de un Palo Santo.
Sin lugar a dudas, Frejolillo es el destino ideal para
traer grupos de “pajareros” que deseen ver a la Pava Aliblanca en estado
silvestre y a todas estas aves; y para que puedan conocer este ecosistema algo
olvidado y poco conocido como lo es el bosque seco. Además, el lugar es seguro
y de fácil acceso.
Los pendientes
Por otro lado, Luis Ríos, Gerente General de Consultores
Asociados en Naturaleza y Desarrollo (CANDES) y especialista en turismo, este
lugar “tiene un enorme potencial para desarrollar un turismo que gire en base a
la avifauna local y a la belleza paisajística. No obstante, para tal fin es
necesario desarrollar aún más esta potencialidad mediante el establecimiento de
reglas claras y de un cobro por el uso del espacio y por un guiado
especializado. Si se capta ingresos económicos para uso de la comunidad, el
lugar puede auto sostenerse y puede ser conservado”.
Adicionalmente, se debe trabajar en temas básicos como
lo son la implementación de una infraestructura básica para alojar y darle
algunas facilidades y comodidades a los turistas; el mantenimiento de los
caminos; instalar una señalización mínima; y en el futuro un centro de
interpretación. Así también, se debería ordenar la actividad ganadera, por lo
menos en la quebrada Frejolillo, pues al turista no le gusta ver ganado por
doquier.
Ahora, si bien el caserío de Limón está ubicado
políticamente en Piura, su conexión real y comercial es Olmos y Motupe en la
provincia de Lambayeque y claro, Chiclayo, capital del departamento de
Lambayeque. Por eso es importante ver también la manera de articular este
destino —especializado por ahora y exclusivo de los observadores de aves— a
otras rutas turísticas. Para esto falta mucho, pero un primer paso es conocer y
valorar la existencia de este lugar de gran belleza.
Limón y la quebrada Frejolillo son lugares seguros
para ser visitados si se toma las previsiones del caso. El camino para impulsar
el turismo especializado y para articular la conservación con el desarrollo
local es largo, no obstante, tras este viaje estamos convencidos de que es
posible lograr este objetivo.
Tramo final
Así las cosas, si del cielo te cae limones, aprende a
hacer limonada. Por eso, los pobladores de Limón tienen una gran oportunidad de
obtener recursos económicos en base a un manejo apropiado y consensuado de sus
recursos naturales. Es importante que en el caserío exista un tejido social
bien estructurado y organizado, mediante el cual se establezca compromisos que
sean asumidos como propios y que, por supuesto, sean cumplidos para su propio
beneficio. Estamos frente a una iniciativa muy interesante donde se debería
demostrar que la conservación, el uso y la promoción de la diversidad biológica
sí pueden dar dividendos económicos que, bien invertidos, pueden mejorar la
calidad de vida de los involucrados directamente y de manera sostenida.
Y por último si visita este esplendido lugar y decide
pernoctar aunque sea una noche, es posible que algunos pobladores locales le pregunten
si ha escuchado o sentido en la noche la presencia o alguna manifestación de
“El Encanto”. Sin embargo, no se preocupe por indeseadas presencias
inmateriales del más allá. El único encanto es estar inmerso en este alucinante
rincón del Perú donde el bosque seco lo envolverá en una imborrable experiencia
que le permitirá gozar de la naturaleza y de una tranquilidad envidiable para
entender por qué el Perú es un país privilegiado.
Abril 2013
Artículo publicado en la versión on line de la Revista Rumbos con fotos de Michell León / CANDES:
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