sábado, 4 de diciembre de 2021

MALDITO 2021: TIGRES, GLASGOW Y RUN RUN

He estado estos últimos meses sumamente preocupado, inquieto y lleno de angustia, porque conforme se va acabando el año, siento que debo escribir, aunque sea un artículo más para quedarme tranquilo. Nadie me obliga, nadie lo va a publicar, a nadie le interesa, pero a Gerald sí. Ese enano maldito me atormenta en mis sueños y se me aparece intermitentemente en las noches. Soy el único (creo) que lo ve deambular por ahí con actitud crítica “hacia mi persona”. Le hablo y me queda viendo con cara de “¡ya escribe nomás, pinche cabrón, deja de ver tanta serie en Netflix! Bueno le he hecho caso y acá me tienen frente a una de mis peores pesadillas: la hoja en blanco, el cerebro entumecido, la inspiración cercana a la nulidad y la concentración por los suelos. Además, no puedo quitarme a Run Run de encima. Aparece en cada párrafo como queriendo no perderse de nada.

Pese a lo anterior, pude rescatar algunos temas de diversos rincones flotantes de mi memoria y ponerlos por escrito. Y es que después de tanto Run Run, recordé lo que habían declarado hace poco unos científicos sobre el tigre de Malasia o malayo (Panthera tigris jacksoni).

La comparación suena descabellada, lo sé. Sin embargo, después de toda la parafernalia con Run Run, ya nada me parece extraño. Además, como empecé a escribir esto ad portas del Día Internacional del Jaguar (29 de noviembre) recordé que esta subespecie de tigre tenía, según los expertos, los años contados. Se estima que no debe pasar de quince años, si no se toman medidas urgentes que aseguren su permanencia, para que este gatito se extinga. Y esto no es solo para el tigre y esta subespecie, sino en general, para los grandes felinos (y para Run Run y los suyos).

Según se sabe, no habría más de 220 ejemplares en estado silvestre de este hermoso gran minino, que además es el animal nacional de Malasia. En el caso de nuestros grandes felinos —el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor)—, la situación no es aún tan dramática y apocalíptica. Y en el caso de Run Run y familia, tampoco lo es, ¿o sí?  

La principal causa de la desaparición del tigre malayo es la pérdida de su hábitat, principalmente, por el cambio de uso del suelo. Los bosques tropicales en este país del sureste asiático son talados para dar pase a las plantaciones de palma aceitera. Recordemos que Malasia e Indonesia son los principales productores de aceite de palma en el planeta. La industria en torno a este producto vegetal —tan preciado, necesario, rentable y que cada día se expande más— es considerada un vector importante de la desaparición de extensas áreas de bosques. Ojo, Run Run.

Pero regresando al tigre malayo, esta es una de las seis subespecies de tigre que existen aún, junto al tigre real, al siberiano, al de Sumatra, al de Indonesia y al del sur de China que solo puede ser visto en cautiverio. Tres subespecies ya están extintas: el tigre de Java, el de Bali y el del Caspio. Si seguimos así en el planeta, hasta Run Run va a desaparecer, pero lo bueno es que ya es inmortal y que está en nuestros corazones.

CH4 vs. CO2

Hace poco fue la COP-26 y por supuesto no tengo la menor idea sobre los acuerdos tomados, qué de nuevo se viene para el planeta y menos aún, cuántos años de vida le queda a Run Run en este cada vez más caliente globo terráqueo a punto de colapsar. No espero mucho de estos eventos, así que ni me preocupo en saber más al respecto. De lo único que recuerdo haber escuchado es sobre la decisión de reducir las emisiones de metano (CH4) a nivel planetario.

A nadie le cabe la menor duda de que nuestro peor enemigo no es Run Run y su séquito de defensores a ultranza. No, no lo son. En cuanto a los gases que generan el tan mentado efecto invernadero en el planeta, debido a la gran cantidad que se libera a la atmósfera, el dióxido de carbono (CO2) es nuestro peor enemigo. No obstante, el metano también tiene gran parte de la culpa del calentamiento global de la Tierra en esta disputa gaseosa. El metano es generado cuando la materia orgánica, en un medio con la ausencia de oxígeno, se degrada, por ejemplo, a través de la putrefacción. Las principales fuentes naturales emisoras de este gas son pantanos, marismas y volcanes; y el conocido permafrost cuando la temperatura sube y se empieza a descongelar.

Se calcula que cerca de dos tercios de todas las emisiones de metano no tienen un origen natural, sino que están directamente relacionadas a actividades humanas, tales como la ganadería, el uso de combustibles fósiles, la siembra de arroz y la quema de biomasa. Detengámonos en las vacas. En el estómago de estos rumiantes se genera metano que luego es expulsado a través de ventosidades. Se estima que una vaca libera al día cerca de 300 litros de este gas. ¿Cuánto metano emitirá Run Run?

Pero ¿cuál es el problema con el metano? Las moléculas de este gas retienen a energía solar de manera mucha más “efectiva” que el CO2, de tal manera que esta no pueda abandonar la atmósfera y es “devuelta” a la Tierra. Así, el efecto de una tonelada de metano atmosférico puede ser hasta cinco veces más que la de una tonelada de dióxido de carbono. Por eso, pese a que existe en menor cantidad, el metano es el causante de aproximadamente el 25 por ciento del calentamiento del planeta desde la época industrial. ¿Qué culpa tiene Run Run para no poder regresar a su “hogar”? En este caso, definamos primero qué y cuál debería ser el hogar de este mamífero.

Por eso, algunos desadaptados nos piden no comer tanta carne de res; y también reducir el consumo de arroz. Esto último suena ya a catástrofe mundial en el Perú. Y ¿por qué el arroz?, ¿por qué sufre Run Run? Y es que cuando los terrenos de cultivo son inundados, se genera un medio sin oxígeno, donde proliferan microorganismos que producen metano. Una manera de contrarrestar esto es que, entre cada siembra, se deje secar el terreno. Esto sucede en la costa tal vez, pero al otro lado de los Andes, no necesariamente. ¿Por qué sembrar arroz en la costa donde hay escasez de agua? Mejor en la selva, pero ¡ahí se generaría más metano! Mejor volvámonos vegetarianos y no comamos arroz.

Si es que la maldita humanidad, incluido Run Run, logra reducir la emisión de metano en un 45% hasta el año 2030, el promedio de la temperatura global, en el año 2040, podría reducirse en 0,3 °C. Algo es algo, claro, para el año 2040 ya debo estar generando metano desde mi tumba. Así que ni me importan estas cifras ni me sirven de mucho.

“Felizmente”, en Glasgow, cerca de 100 países se han puesto de acuerdo para poner en marcha una iniciativa de la Unión Europea y de los Estados Unidos de Norteamérica que busca reducir la emisión de metano en el planeta. Para este cometido, se pretende identificar dónde es liberado este gas, con el fin de detener esta acción. En ese entendido, se ha propuesto usar aparatos de medición en aviones, drones y vehículos de transporte vial para detectar “fugas” de metano y mitigar. Incluso, pronto se pondrá en órbita el satélite “MethaneSAT” que detectará dónde existen emisiones de este gas en el planeta que deben ser controladas; y con ello, se le podría poner un chip a Run Run para monitorearlo desde el espacio.

A esta última iniciativa (financiada por una organización no gubernamental estadounidense y otra organización espacial neozelandesa) se le debería sumar un satélite que detecte la emisión de sandeces y afirmaciones inconexas y sin prueba de nada, para poder identificar el accionar de mercachifles, fanáticos, resentidos y parlanchines y poder mitigar sus efectos nocivos sobre nuestra flora y fauna silvestre. Seguramente, desde el espacio se vería varios puntos calientes en el Perú. Run Run lo agradecerá, pues muchos “expertos” en conservación intentan definir su futuro, en base a conjeturas y sentimientos que difieren de lo que se llama manejo de fauna silvestre.

Run Run

El caso del zorro andino (Lycalopex culpaeus), al que sus “dueños” llamaron Run Run, alborotó Lima y fue la comidilla de varios días en el Perú y casi en todo el planeta. Este emblemático caso nos ha dejado muchas lecciones. No me alcanzan ni el tiempo ni el espacio (en realidad, sí me alcanzarían, pero me da flojera) para abordar todo lo referente al impacto que tuvo y tiene este cánido en el colectivo peruano. Sin embargo, lo que me ha quedado claro es que aún nos falta mucho para entender por qué un animal silvestre que fue criado como una presunta mascota, no debería regresar a su hábitat natural.

Recordemos que Run Run fue comprado cuando era cachorro, por ende, fue extraído de su entorno natural, posiblemente a pocos días o semanas de haber nacido. Fue vendido como si fuese un perro y tras un corto tiempo, se escapó y convivió con los perros y la gente brava del barrio. Con estos antecedentes, este espécimen no debería ser liberado para que se “reecuentre” con sus congéneres. Es una bomba de tiempo, pues podría portar enfermedades y regarlas por ahí. Además, dada su cercanía y dependencia con el humano, terminaría regresando a algún centro poblado o acabaría sus días por ahí por no saber valerse por sí mismo.

Pese a todo, Run Run ha puesto en vitrina un tema importante: el comercio ilegal de fauna silvestre. Si deseas tener una mascota, asegúrate que esta tenga un origen legal y que puedas dedicarle tiempo. No adquieras monos, loros, tortugas, iguanas u otros por pena o para ver qué tal te va con ellos. Primero, al hacerlo, estás alimentando la cadena de comercio ilícito de animales silvestres; y segundo, al final estos terminan siendo soltados por ahí o se escapan. Al ser decomisados o hallados por la autoridad, estos animalitos no regresarán a su hábitat natural y deberán ir a un centro de cría. Y ojalá te claven una buena multa.  

En fin, y ya que se acerca el fin de año, les ofrezco un tema para rumbear: "Ay mi zorrito run run", con el cual podrán zapatear hasta la mañana siguiente. Pero si eres reguetonero o has tenido algún accidente cerebral, te recomiendo esta canción. A seguir cuidándose y esperemos que el 2022 sea algo mejor que este maldito año.

P.D. No hay. Iba a poner algún dato interesante, anecdótico, pintoresco, pero la verdad es que no se me ocurre absolutamente nada resaltante. Pero se ve bien que al ir llegando al final del texto haya una nota de este tipo. Te queremos Run Run, qué tengas una Feliz Navidad y un venturoso 2022.

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