sábado, 30 de diciembre de 2017

DE CANTOS Y DIALECTOS Y DE CEREBROS MÁS GRANDES EN LAS AVES CITADINAS

Obsesionado con terminar el año escribiendo algo, dado que la producción de artículos ha sido bastante pobre en estos doce meses, decidí inmiscuirme —otra vez— en el mundo de las aves. De un cerro de “papers” arrinconados en mi mesa, me incliné por el que leerán líneas abajo sobre dos aspectos importantes de la avifauna. ¿Y por qué escribir sobre esos dos puntos? No tengo la menor idea. Lo cierto es que ahí va. Y si bien este año que nos deja ha sido bastante “movido” en todos los aspectos (para bien o para mal), no perdamos la esperanza de que el 2018 sea mejor. Y si no es así, no se preocupen ni se depriman, en abril viene Radiohead, en junio, el Perú jugará en el mundial de fútbol en Rusia, en noviembre viene Roger Waters y en diciembre, Maya cumplirá cuatro años.      

Las aves son una caja de sorpresas. Así por ejemplo se ha determinado que algunas aves están a predisposición de los cantos de los de su misma especie, pero bajo determinadas condiciones. Algunos pájaros cantores tienen una marcada preferencia por los sonidos que emiten sus vecinos y cuando se trata de otros tonos ajenos a su localidad, se sienten confundidos e incluso no reconocen algunos cantos. Es como decir que a algunas aves solo les gusta la música local y que no disfrutan de éxitos internacionales.

Es sabido que el canto de las aves juega un rol muy importante al momento de buscar y encontrar una pareja para el apareamiento, con el fin de traer descendencia al mundo y asegurar la continuidad de la especie. Así, dentro de un mismo género se ha identificado diversos dialectos, es decir, diversas variaciones de un mismo canto con un marcado estilo según la localidad. La bióloga Elizabeth Derryberry de la Universidad Duke en Durham, Carolina del Norte en Estados Unidos ha establecido que algunas aves pref
ieren los cantos de sus congéneres locales para el momento del apareamiento. Esto influye en su conducta y en los niveles de reproducción.

Derryberry presentó los resultados de su investigación en la revista especializada “Biology Letters”:  (http://rsbl.royalsocietypublishing.org/content/early/2010/07/31/rsbl.2010.0519.abstract), en base a los estudios en una especie de gorrión originario de Estados Unidos (Zonotrichia leucophrys). En su investigación, la bióloga determinó qué tan exacto y con qué velocidad se dan las diferencias de canto entre poblaciones de diversas localidades. Los machos de este gorrión tienen una misma melodía sin ninguna variación de tono, es decir, cantan siempre lo mismo. Sin embargo, al investigar otras poblaciones se pudo determinar que los tonos siempre son constantes durante décadas, pero el tiempo y la frecuencia varían según las diferentes localidades.

La investigadora grabó diferentes cantos correspondientes a machos de diversas localidades y los repitió en otros lugares ajenos de donde provenían para identificar las reacciones de los otros machos. Para las investigaciones se utilizó cantos de poblaciones alejadas, aproximadamente cada 600 kilómetros, de poblaciones vecinas y de los cantos de su misma población. Adicionalmente, las aves fueron expuestas a grabaciones de sus mismas poblaciones hechas en los años 1970, 1978 y 1996. Se esperaba una reacción violenta de las aves de cada localidad por defender su territorio ante una posible “presencia enemiga” manifestada a través de los cantos foráneos. Sin embargo, el resultado fue que los machos reaccionaron más ante la presencia de los cantos actuales de su propio territorio.

Zonotrichia leucophrys.
Ante los cantos antiguos de la misma zona y ante aquellos de poblaciones vecinas casi no hubo alguna respuesta. Frente a los cantos de las poblaciones de la misma especie alejadas 600 kilómetros, tampoco hubo respuesta. Lo que presume Derrybery es que los machos reaccionan en base a cuánto se diferencian los otros cantos de los propios. La divergencia en los cantos de las poblaciones vecinas en comparación con aquellas de hace 30 años de la misma población no es muy grande, por lo que de eso se deriva que solo hay un cambio con el transcurso del tiempo. Según Derriberry, “los cambios en los cantos se dan en un breve periodo de tiempo que implica de 12 a 14 generaciones en las aves”. Es decir, dichas modificaciones suceden entre 20 y 40 años.

Las aves citadinas tendrían un cerebro más grande que las aves de campo

Científicos daneses y españoles han publicado hace poco en el "Journal of the Royal Society Biology Letters" que, por lo menos en algunas especies de gorriones, aquellos ejemplares que viven en las ciudades, tienen un cerebro más desarrollado que sus congéneres del campo. Dicha afirmación la dieron después de haber estudiado a varios tipos de aves en 12 ciudades europeas y en sus correspondientes alrededores. Al parecer, tener un mayor cerebro proviene de las diversas adaptaciones a los riesgos y a los cambios a los cuales debe adaptarse el ave en las urbes. Al parecer, es más peligroso adaptarse y sobrevivir en la ciudad que en el campo. En el caso de un gorrión, ¿cuál es su medio natural? ¿A cuál debe adaptarse de tal manera que necesita “más” neuronas?

Los investigadores estiman que existiría la posibilidad de que en las ciudades habría una “presión” directa a la selección natural, lo que influenciaría en el desarrollo del tamaño del cerebro de las aves. Si bien para estos experimentos han sido utilizados gorriones en ciudades europeas y en sus alrededores, ya se estaría trabajando con otras aves y en otras regiones para ver si el patrón es general y si es que se da también en otros lugares. Las aves que anidan en las ciudades, por lo tanto, tendrían un cerebro algo más desarrollado que sus paisanos en el campo. Al parecer, hay más peligros y la situación es más compleja, lo que las obligaría a desarrollar más su masa gris.

En el caso de los humanos, ¿se podría afirmar lo mismo? ¿Tendía un citadino un cerebro más grande o desarrollado que el de un poblador rural? ¿Tiene que ver necesariamente el tamaño del cerebro con el desarrollo del mismo? ¿Qué aspecto marcaría la diferencia para afirmar que un cerebro es más desarrollado que el otro? Habrá que investigar más. Si incluimos dentro de los humanos citadinos a algunos políticos, farsantes de la ciencia, animalistas y otros seres similares que supuestamente habrían desarrollado una mayor masa cerebral que otros, esta teoría podría irse al tacho, pues es justamente lo contrario, su masa cerebral va en disminución en proporción a su procedencia. Ya se les llamará para que formen parte de un estudio al respecto.

Y regresando a las aves, me imagino rápidamente a un gorrión en medio de nuestra caótica ciudad luchando para sobrevivir en la selva de cemento, frente a aves exóticas invasoras, a gatos, ardillas, ratas y a la terquedad del humano en su afán destructor; y claro, la teoría tiene lógica. Habrá que esperar más resultados.

Diciembre 2017

domingo, 8 de octubre de 2017

HABRÍA SIDO DESCUBIERTA NUEVA ESPECIE DE GAVILÁN PARA LA CIENCIA: Accipiter enriqueangulidae

Neopalpa donaldtrumpi. Foto: Dr Vazrick Nazari.
Consciente de que las posibilidades de que una nueva especie biológica para la ciencia sea nombrada en mi honor son extremadamente cercanas a cero, no me queda otra alternativa que escribir al respecto para conocer algunos casos emblemáticos y cercanos. Sabemos que cada especie biológica recibe un nombre científico al momento de ser descrita por primera vez para ser anunciada como nueva para la ciencia o cuando finalmente se define su situación taxonómica. La denominación que recibe es como su documento único de identidad y hará que la especie o subespecie se pueda distinguir de otras para que no haya duplicidad, homonimias, confusiones ni ninguno de esos problemas humanos.


Debo confesar que uno de mis sueños es descubrir una nueva especie de gavilán en cualquier parte del planeta y decidir que su nombre científico sea: Accipter enriqueangulisi o A. enriqueangulidae o como sea, pero que mi nombre quede inmortalizado para siempre. No obstante, sé que eso es casi imposible, pero por lo menos intento imaginármelo. El hecho es que la comunidad científica ha perennizado a diversos artistas, músicos, deportistas, políticos, grupos de rock y a sus personajes favoritos a través de los nombres científicos.

Heteropoda davidbowie. Foto: Mark Pajak.
Pese a que la dación de los nombres científicos sigue un riguroso proceso técnico lleno de reglas, es uno de los pocos espacios en la ciencia, en el cual existe una libertad casi “artística”. Si uno llega a descubrir una nueva especie (o subespecie) biológica, la puede nombrar en honor a cualquier objeto de su elección. Algunos otros, les dedican el descubrimiento a sus colegas. No hay límites. Incluso habría algunos que habrían pagado o pagarían para que su nombre lo reciba una nueva especie. Todo esto ha ocasionado también varias disputas y broncas. Por doquier se cuecen habas.   

Así por ejemplo, el biólogo carioca Andre Nemesio nombró a una nueve especie de abeja para la ciencia que descubrió en el Mato Grosso brasilero como Euglossa bazinga, inmortalizando así la conocida frase del amigo Sheldon Cooper de la serie The Big Bang Theory. Nemesio argumenta su decisión indicando que la abeja es “muy inteligente, ya que se hace pasar por otras especies, engañando a otros científicos”. ¿Cómo y para qué lo hace? Vale la pena revisar su hallazgo publicado en el 2013, en la revista Zootaxa.

El actual presidente de Estados Unidos no se salva. Existe una polilla con un “tocado” particular en la cabeza que ha sido nombrada en su honor. Se trata de la especie Neopalpa donaldtrumpi, que, por coincidencia o por cosas del destino, se distribuye en California, Arizona y Nuevo México. El entomólogo canadiense Vazrick Nazari descubrió la especie al revisar y comparar las muestras de polillas colectadas en un museo. En 1998 se había descrito a la especie Neopalpa neonata, sin embargo, Nazari analizó las muestras a nivel de ADN y encontró que estaba ante ejemplares de una nueva especie. Ambas especies de Neopalpa comparten el mismo territorio, pero pueden ser fácilmente diferenciadas.

La nueva especie vive en una zona densamente poblada por humanos, en un espacio que supuestamente está “bien investigado”, no obstante, esta polilla, aunque no parezca, está amenazada. Este descubrimiento demuestra la importancia de la investigación científica que nunca acaba y justifica la conservación de lo poco que queda. Nazari le dio también ese nombre a la polilla para hacer un llamado de atención sobre la poca relevancia que se les da a los insectos.  

Harrison Ford, David Bowie, Adolf Hitler y Barack Obama

Difícil saber qué tienen en común un arácnido de ocho patas con el actor Harrison Ford. Al parecer, en su rol de explorador de las “selvas vírgenes” del planeta como Indiana Jones deslumbró a jóvenes investigadores, como por ejemplo a Norman I. Platnik del American Museum of Natural History, zoólogo dedicado a estudiar arañas. En 1993, Platnik analizó un ejemplar de una especie de araña poco común y la nombró Calponia harrisonfordi. ¿Y cómo así? No es que sea un fan acérrimo del explorador de sombrero ni que la araña se pareciera al también actor que le dio vida a Han Solo. No. El actor estadounidense ha apoyado varias veces el trabajo del museo e incluso prestó su voz para la grabación de un video institucional. Razones suficientes para que su nombre quede inmortalizado.
Calponia harrisonfordi. Foto: Wikimedia.

A inicios del año 2016 nos abandonó uno de los mejores músicos del planeta, David Bowie. Innovador y visionario, Bowie sucumbió ante un cáncer de hígado y nos dejó un gran legado musical. Uno de sus más incondicionales fan, el experto en arácnidos Peter Jäger del Seckenberg Museum en Frankfurt, decidió bautizar a una nueva especie de araña que descubrió, en el 2008, en Malasia usando el nombre de su ídolo musical. Al igual que el músico, esta araña sobresalía del resto por sus colores. Mide 13 centímetros y muerde. Se trata de la Heteropoda davidbowie, una araña gigante que habita en los bosques lluviosos de Malasia, Singapur, Tailandia e Indonesia, los mismos que vienen siendo diezmados, entre otros, por el avance de monocultivos, como el de la palma aceitera.

Jäger ya ha nombrado otras nuevas especies para la ciencia de arañas en base a conocidos artistas europeos, entre ellos, el icono del punk, la cantante alemana Nina Hagen. El fin de ello es, además de rendirles homenaje, llamar la atención sobre las graves amenazas a las que están expuestos los diversos hábitats naturales en el planeta, lo que acelera los procesos de extinción masiva de especies biológicas. En este caso, los llamativos nombres también tienen el cometido de sensibilizar al público en general sobre las arañas y su fascinante mundo. Estos invertebrados de ocho patas son parte de la base alimenticia de otros animales, por lo que son importantes para los ecosistemas donde están presentes.
Tosanoides obama© Richard L. Pyle, Bishop Museum  

¿Cómo juzgará la historia al ex presidente estadounidense Barack Obama? No lo sabemos. Lo que sí se sabe es que taxonómicamente se ha vuelto inmortal. Un nuevo pez coralino recibió la denominación de Tosanoides obama, debido a lo que realizó por la protección de los ecosistemas marinos. En agosto de 2016, Obama amplió en casi 600 000 km2 el Papahānaumokuākea Marine National Monument, ubicado al noroeste de Hawái, el cual es considerado uno de los espacios marinos protegidos más extensos e importantes del planeta. El pez fue descubierto en junio de 2016 por Richard Pyle del Bishop Museum en California y su equipo, justamente al noroeste de las islas hawaianas.

Anophthalmus hitleri. Foto: DPA.
Este pez es la única especie endémica de los corales hawaianos y vive entre los 45 y 90 metros de profundidad en lo que se denomina “corales profundos”. Es bastante colorido, por lo que es muy preciado por los aficionados a los acuarios, pero, para su “suerte” estos espacios marinos aún no han sido muy explorados por el ser humano. Esta no es la única especie nombrada en honor a Obama. Llevan su nombre también una araña (Spintharus barackobamai), un pez de agua dulce (Etheostoma obama), un gusano e incluso un reptil prehistórico extinto (del género Obamadon). No sabemos si todo esto hizo que el penúltimo presidente estadounidense detuviera, poco antes de las fiestas navideñas del 2016, las exploraciones de petróleo en las aguas del Océano Atlántico en el Ártico. Sí fue así, estas denominaciones tuvieron un buen efecto.

Y los grandes dictadores no se quedan atrás. El líder nazi Adolf Hitler tiene un escarabajo a su nombre. El entomólogo alemán Oscar Scheibel nombró a este insecto, en 1937, que vive principalmente en cavernas, en Eslovenia, en honor a Hitler. Anophtalmus hitleri es un escarabajo bastante buscado por los coleccionistas, por lo que la especie está altamente amenazada.

Otros casos

Recientemente, en la frontera entre México y Honduras fue descubierta una nueva especie de mantis religiosa para la ciencia. Se trata de Hondurantemna chespiritoi, con lo cual se le hace un homenaje al magnífico y recordado comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños. Recordemos que uno de sus principales personajes es el Chapulín Colorado, el cual está inspirado en un “primo” de esta nueva especie, un saltamonte, conocido localmente como chapulín. Así también, el investigador ecuatoriano Luis A. Coloma descubrió en Ecuador una nueva especie de rana punteada de naranja al borde de la extinción y la bautizó como Hyloscirtus princecharlesi, en honor al Príncipe Carlos de Gales por sus esfuerzos para proteger especies amenazadas.

En el Parque Nacional Tsingy de Bemaraha en Madagascar, científicos suizos divisaron, en 1990, a un grupo de lémures nuevos para la ciencia. Estos primates fueron bautizados en el 2005 como Avahi cleesei, en homenaje al cómico John Cleese, quien en 1998 participó en el documental “Operation Lemur” y aboga por la protección de estos carismáticos animales. En los bosques nublados de Costa Rica, el entomólogo estadounidense F. Christian Thompson describió, en 1997, una nueva especie de mosca y le puso el nombre Eristalis gatesi, en alusión al fundador de Microsoft, Bill Gates, quien financió estudios de investigación en el país centroamericano.  

Avahi cleesei. Foto: CORBIS.
Existe un diminuto escorpión en Australia de tan solo 5 milímetros y que es confundido con una araña, el mismo que succiona todos los líquidos de su presa. Por ello, los científicos que descubrieron la especie en 1995 acertaron al otorgarle el nombre Draculoides bramstokeri, en honor al autor irlandés Bram Stoker que inmortalizó al Conde de Drácula. Así también, Lou Reed, quien fuera líder de la banda vanguardista The Velvet Underground, recibió su homenaje. Existe todo un género de arañas propias de Zimbawe y Sudáfrica que se caracterizan por tener una apariencia aterciopelada, por lo que sus descubridores no dudaron en bautizar a una de ellas como Loureedia annulipes.  

También tienen “sus especies” Bob Marley, Boris Becker, Jennifer López, Enya, George W. BushDick CheneyDonald Rumsfeld, Arnold Schwarzenegger, Johnny Cash, Jim Morrison, John Lennon, Ozzy Osbourne, Lady Gaga, Marco Polo, Elton John, Michael Jackson, Michail Gorbatschow, Nelson Mandela, Napoleón, Lemmy Kilmister de Motörhead, Mark Knopfler de Dire Straits, Roy Orbinson, Elvis Presley, Orson Welles y hasta Hugh Hefner, entre otros conocidos.

Loureedia annulipes - DPA
Y otros nombres científicos hacen mención a, por ejemplo, Darth Vader, Bambi, Godzilla, Harry Potter, Terminator, Chewbaca, Batmanm, Asterix, Obelix, Bob Esponja, Moby Dick, Peter Pan, la princesa Padme Amidala de Star Wars y varios otros personajes, series, películas, libros, etc. Lo mejor es que existe un género de libélulas denominado Umma y una especie llamada Umma gumma, en clara alusión y homenaje al inmortal álbum doble Ummagumma de la banda británica Pink Floyd.

Y en Perú

Conozco algunos casos en nuestro terruño. En el 2015 fue descubierta para la ciencia una pequeña rana en la serranía de La Libertad (Pataz), cerca al Parque Nacional Río Abiseo. Los herpetólogos que hicieron el descubrimiento, dentro de los cuales está Germán Chávez, decidieron nombrar a la nueva especie: rana pequeña de Valqui (Phrynopues valqui), en homenaje a Thomas Valqui, ingeniero forestal, fundador y presidente del Centro de Ornitología y Biodiversidad (CORBIDI). El homenajeado es además uno de los ornitólogos peruanos más reconocidos del Perú y es autor de libros como: “Dónde ver aves en el Perú”, “Perú: edén natural de aves” y de numerosos artículos científicos.

Epictia-venegasi. Foto: Roy Santa Cruz.
Así también, investigadores de CORBIDI, comandados por el Director de Herpetología, Pablo Venegas, junto a la herpetóloga alemana Claudia Koch y otros, descubrieron tres nuevas especies de culebras ciegas del género Epictia en los bosques secos del Marañón. Una de las especies fue nombrada Epictia antoniogarciai, en honor al ornitólogo peruano e investigador asociado de CORBIDI, Antonio García Bravo, quien lucha por conservar justamente el amenazado ecosistema de donde provienen las tres nuevas especies de culebras ciegas.

Y el género de serpientes ciegas Epictia —exclusivas del Neotropico— sigue albergando más miembros. Claudia Koch y sus colegas descubrieron en el departamento de Cajamarca dos nuevas especies para la ciencia de serpientes ciegas de este género. Se trata de Epictia venegasi y Epictia vonmayi, en reconocimiento a los aportes de los herpetólogos Pablo Venegas y Rudolf von May, respectivamente1. La primera fue descubierta en 2015, en la localidad de Cachachi-Moyan en la provincia de Cajabamba; y la segunda en el 2013, en la localidad de La Granja – Río Tinto, en  el distrito de Querocoto, provincia de Chota.

En el 2008, Pablo Venegas describió a una nueva especie de gecko, el cual recibió el nombre de Phyllodactylus delsolari, en homenaje a Gustavo Del Solar, quien en 1977 redescubrió a la pava aliblanca e hizo mucho la conservación de esta emblemática ave. El reptil fue descubierto en la localidad de Balsas a orillas del Marañón, en el departamento de Amazonas.

Phyllodactylus delsolari. Foto: Roy Santa Cruz.
Existen seguramente ejemplos similares en otras familias y géneros taxonómicos en el Perú. Como ven, por un lado, se sigue descubriendo nuevas especies para la ciencia, lo cual es bueno e importante; y por el otro, se reconoce el trabajo de los “colegas”. Asimismo, en lo referente a aves, se les ha rendido homenaje a diversos personajes conocidos, como Alexander Von Humboldt: (Spheniscus humboldti), pingüino de Humboldt; Antonio Raimondi: (Phytothoma raimondii), cortarrama peruana; Charles Darwin: (Nothura darwinii), perdiz de Darwin; y a otros no muy conocidos como el zoólogo polaco Władysław Taczanowski: (Podiceps taczanowskii), zambullidor de Junín; el naturalista polaco Jan Stolzman (Tachycineta stolzmanni), golondrina de Tumbes; el ornitólogo estadounidense Robert B. Wallace (Capito wallacei), barbudo de franja escarlata; y así varios ejemplos más.

Entonces, cuando alguno de ustedes descubra una nueva especie biológica para la ciencia, tiene las siguientes posibilidades: a) llamarme para negociar el monto a pagar por el nombre científico y con ello que yo pueda ser inmortal, b) honrar voluntariamente a alguno de sus colegas si es que se lo merecen (es de poca elegancia auto homenajearse)  y c) homenajear a quien o lo que malditamente deseen. Si no tienen idea qué nombre utilizar y son peruanos, les doy estas posibilidades: Jahaira, Tongo, Melcochita, Peluchín, Susy Díaz, Florsita Polo, la Foquita, el chato Barraza, el Brayan, la Shirley, Gallese o el Kiko. Ustedes elijan.

1 “Two new endemic species of Epictia Gray, 1845 (Serpentes: Leptotyphlopidae) from Northern Perú”
Autores: CLAUDIA KOCH (1), ROY SANTA CRUZ (2) & HEIDY CÁRDENAS (2)
(1) Zoologisches Forschungsmuseum Alexander Koenig (ZFMK), Adenauerallee 160, 53113 Bonn, Germany.
(2) Área de Herpetología, Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Agustín (MUSA), Arequipa, Perú

Octubre 2017

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA PAVA ALIBLANCA, 40 AÑOS DESPUÉS DE SER REDESCUBIERTA

¡No! No es la señora de las cuatro décadas. La homenajeada es mucho más que eso. Para los despistados, el 13 de setiembre de 1977, la pava aliblanca (Penelope albipennis) fue redescubierta en Lambayeque, luego de estar 100 años considerada como extinta para la comunidad científica. Sin embargo y felizmente, este crácido siempre estuvo ahí. Y en un santiamén, han pasado 40 años desde ese entonces. Para bien, esta emblemática ave se resiste a desaparecer de nuestros golpeados y olvidados bosques secos del noroeste. No obstante, el futuro que le espera no es nada promisorio. Su existencia ha estado y está amenazada por varios factores. El peor de ellos es el hombre. De estos, hay los que aportan, pero también hay los que nos venden gato por liebre.

El 13 de setiembre de 1977 tenía cinco años y no tenía la menor idea de su existencia. Seguramente, en el nido al que iba, me mostraban figuritas de águilas y otras aves del hemisferio norte, así como de animales africanos, lobos, alces y otros ejemplares del reino animal de territorios bastante alejados del Perú. Los profesores no tenían la culpa, pues seguramente tampoco sabían de la existencia de la pava aliblanca. Así, 40 años después, el 13 de setiembre del 2017, me encontraba ultimando detalles para la presentación de la Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre en el Perú 2017 – 2022 y su Plan de Acción 2017 – 2022. En estos ocho lustros, como se imaginarán, ha corrido bastante agua bajo el puente. He visto varios ejemplares silvestres de esta seria candidata a ser nombrada Ave Nacional y he seguido y apoyado muy de cerca todos los esfuerzos realizados para su conservación.

Sobre esta ave endémica de los bosques secos de Piura, Lambayeque y Cajamarca he escrito bastantes líneas (1); y además aparece seguido en mis escritos. Como muchos saben, es parte de mi familia, sobre todo por lo que han realizado un tal Fernando Angulo Pratolongo y una tal Fabiola Riva Melofiro. Sin duda, me atrevería a decir que sin el aporte, sobre todo, de ellos dos y de varias personas más que se tomaron en serio la urgencia de hacer algo por la pava aliblanca, esta ave habría quedado tal vez confinada —en estado casi doméstico y sin amenazas— a unos bosques secos ralos en Lambayeque. Es decir, posiblemente hubiese podido desaparecer en estado silvestre.

Y la historia —resumida— es esta. El primer ejemplar de Penelope albipennis fue colectado por Jean Stolzmann (1876) en el delta del río Tumbes y fue descrito por primera vez en 1877 por el científico polaco del Museo de Varsovia, Ladislao Taczanowsky. Durante un siglo no se tuvo ningún reporte sobre su existencia y distribución; y por consiguiente se la creyó extinta, dado que se trató de localizarla en Tumbes, donde se la ubicó por primera vez, sin ningún resultado. Sin embargo, en la década del 50 del siglo pasado, la ornitóloga alemana María Koepcke, que trabajaba en ese entonces en el Museo de Historia Natural Javier Prado en Lima, planteó que la especie no estaría extinta y que se la podría ubicar en el departamento de Piura.

La doctora Koepcke contactó casualmente al señor Gustavo Del Solar Rojas, agricultor, cazador deportivo y conservacionista de Olmos, Lambayeque y lo animó a que buscara a la pava aliblanca por esos lares. Durante ocho años, Del Solar indagó sin resultados, hasta que uno de los pobladores de la zona, don Sebastián Chinchay, le informó haber visto un ave negra con alas blancas semejante a las pavas criollas. Posteriormente, Del Solar y el Dr. John P. O’Neill, ornitólogo norteamericano, fueron a comprobar si los “pájaros” que Chinchay mencionó eran efectivamente pavas aliblanca. El 13 de setiembre de 1977 pudieron divisar efectivamente una pava aliblanca en la quebrada San Isidro, en Olmos. Ese mismo día divisaron ocho ejemplares más. Tuvieron que pasar 100 años para ello. La reaparición de un ave eventualmente extinta se convirtió en un acontecimiento científico mundial. Este hecho, ampliamente difundido, hizo eco en los círculos conservacionistas y en el público interesado de todo el mundo, mientras que en el Perú pasó casi desapercibido y causó mucho asombro que un evento de este tipo causara tanta atención y entusiasmo en el ámbito internacional (2).

Motivado por lo anterior, Del Solar (3) fundó en 1978 el Zoocriadero Barbara D'Achille en Olmos, con el objetivo principal de estudiar a esta especie, así como de reproducir y criar especímenes en cautiverio, con el fin de obtener ejemplares que sean reintroducidos en su hábitat silvestre. El Zoocriadero obtuvo su primer gran éxito el 01 de junio de 1986. Ese día nació el primer polluelo en cautiverio, incubado y criado por sus padres. A eso, en 1995, se inició la ejecución del "Programa de reproducción en cautiverio", así como del "Programa de reintroducción" de la pava aliblanca.

De esta manera, el 23 de setiembre de 2001, se produjo la primera liberación de ejemplares de pava aliblanca en los bosques secos de la Comunidad Campesina Santa Catalina de Chongoyape. Para tal fin, se logró seleccionar 16 ejemplares del Zoocriadero que fueron sometidos a un proceso de adaptación en el área de reintroducción. Además, se les colocó anillos de diversos colores para ser reconocidos y radiotransmisores para monitorear su ubicación, así como sus rutas de desplazamiento. El 10 de abril de 2002 nació en Chongoyape la primera cría en estado silvestre de padres criados en el Zoocriadero. Más adelante nacerían muchos más polluelos en libertad (4).

Mientras tanto, debido a su importancia como ave emblemática del Perú y orgullo de todos los peruanos, el Congreso de la República promulgó el 01 de agosto de 2003 la Ley N° 28049, que declara a la Pava Aliblanca como "Ave de Interés Nacional", y que considera "… de interés nacional la reproducción y conservación de la Pava Aliblanca…". Dicha ley ofrece las garantías dentro de su marco constitucional para reforzar la ardua labor de conservación de esta especie críticamente amenazada. Según tengo entendido es la única ave que tiene ese reconocimiento, por lo que debería destronar al gallito de las rocas o tunqui (Rupicola peruvianus), nombrado inútilmente como “Ave Nacional”.

“La máquina de hacer pájaros (5)”

La población liberada de pavas aliblanca en los bosques secos de Chongoyape, específicamente en un área de conservación privada, pasó a vivir en semi cautiverio para alegrar a algunos turistas. Estas pavas se lograron reproducir exitosamente, debido a que no tienen casi enemigos naturales y que disponen de abundante alimento. Es decir, este conjunto de pavas aliblanca puede ser considerada como una población aislada. En conclusión, si esta desaparece total o parcialmente, el hecho no tiene ninguna repercusión para las pavas aliblancas en estado silvestre.

Debido a ello, se decidió liberar ejemplares en el Refugio de Vida Silvestre Laquipampa para que haya un contacto con poblaciones silvestres. Así, el 08 de febrero de 2007, se liberó ocho ejemplares en la quebrada Negrahuasi. Desde ese entonces, la población ha ido aumentando y se mantiene en buen estado de conservación. Y si debemos nombrar otro lugar donde las pavas aliblanca tienen una población bastante estable, ese sitio es el Área de Conservación Regional Salitral – Huarmaca. Además, este lugar guarda una gran sorpresa para los interesados en la biología y conservación de la pava aliblanca.

No todo lo que brilla es oro

Y para terminar, como muchos saben, el Área de Conservación Privada (ACP) Chaparri ha sido, en los últimos meses, protagonista de varias noticias, debido a problemas con invasiones y traficante de tierras. Tal vez haya que repensar si las casi 35 000 hectáreas que esta comprende, deben ser conservadas bajo las actuales circunstancias y condiciones. Asimismo, se podría evaluar si lo realizado en ese espacio, en cuanto a la conservación de la pava aliblanca, ha generado algunos avances. Sugiero leer el artículo: Vegetación de la Quebrada Pavas (Lambayeque, Perú) para la reintroducción Penelope albipennis de Marco Alcalde Cunningham, Carlos Reynel Rodriguez y Fernando Angulo Pratolongo, publicado en la revista Zonas Áridas 12(1), 2008 (http://www.lamolina.edu.pe/zonasaridas/za12/pdf/art%2003ZA12.pdf).

Además, recomiendo revisar: Linares-Palomino, R. & S. I. Ponce-Alvarez. 2009. Structural patterns and floristics of a seasonally dry forest in Reserva Ecológica Chaparri, Lambayeque, Peru. Tropical Ecology 50:305-314 (http://www.tropecol.com/pdf/open/PDF_50_2/J-11.pdf), artículo en el cual se menciona, como parte del resumen, lo siguiente: “(…) Estos resultados muestran que la parcela de bosque en Chaparri constituye una versión empobrecida de los bosques estacionalmente secos en la región y que es más similar, tanto en composición como en estructura, a los bosques estacionalmente secos localizados en las pendientes bajas occidentales de los Andes del norte del Perú”.  

Finalmente y al margen de este último trago amargo, querida pava aliblanca ¡Felices 40 años de haber sido “redescubierta” por tus peores enemigos! Déjate celebrar en todo el país (en especial, en Chiclayo) y ojalá te puedas quedar para siempre en este planeta. Te lo mereces más que todos nosotros. Por eso, perdona a esos seres de dos patas que se hacen llamar seres humanos y que se definen como “pensantes”, pero que en realidad no hacen más que perturbarte.

Por último, intentaremos hacer que seas reconocida de una vez por todas como “Ave Nacional del Perú”. Y por supuesto, estamos luchando para poder implementar tu Plan Nacional de Conservación. Lo justo.

  
(1)   Para los interesados en leer gran parte de lo que he escrito sobre esta ave, buscar bajo la categoría “pava aliblanca” en mi blog, Mi Tambor de Hojalata: http://mitambordehojalata.blogspot.pe/ 


Setiembre 2017 

martes, 14 de febrero de 2017

¡SE BUSCA AVE QUE PODRÍA ESTAR EXTINTA! (TRAERLA DE PREFERENCIA VIVA)

¡Se busca!
¿Estás misio? ¿Quieres conocer Nueva Zelanda? ¿Te gustan las aves? Acá te presento una oportunidad de “trabajo” que te puede interesar. En ese lejano y paradisiaco país, una fundación ha ofrecido 3400 Euros al que dé razón o ayude a encontrar, de preferencia viva, a un ave que se cree extinta: el Kokako de la Isla del Sur (Callaeas cinereus). Este paseriforme endémico de los bosques neozelandeses fue visto por última vez hace diez años y se cree que todavía no estaría extinto, pero faltan pruebas. En estos tiempos de persecuciones políticas, fugas y de destapes de todo tipo, convertirse en caza recompensas no es un mal negocio. ¡Anímense! 

La pregunta parece simple: ¿está o no está extinto el Kokako de la Isla del Sur? La manera, al parecer, más simple de saberlo es ir en su búsqueda y determinar si todavía existen algunos ejemplares de esta escurridiza especie alada que, según los entendidos, tiene un canto dulce y muy particular. La última vez que esta ave pudo ser vista fue en el año 2007. Desde ese entonces, no se tiene un registro oficial de su presencia. Es por eso que se le ha puesto un “precio a su cabeza”.

El ave buscada tiene dos subespecies: el Kokako de la Isla Norte  (C. c. wilsoni), del cual todavía habrían cerca de 1000 ejemplares silvestres; y el Kokako de la Isla Sur (C. c. cinereus), el cual se cree que estaría extinto. Para que no se confundan, la especie que deben buscar tiene una carúncula (carnosidad) de color naranja en la garganta, debajo del pico, a diferencia de la otra subespecie que tiene una de color azul. Así que ya saben, si por alguna razón ven algo naranja en los bosques de Nueva Zelanda, no dejen de tomar fotos.

Ahora, no es que tienen que llegar a las oficinas de la fundación que está detrás de todo esto con el ave colectada (de preferencia, vale repetirlo, viva) para pasar por caja. También puedes tener fotografías e información que permitan demostrar que el ave todavía está presente en el planeta y que es posible ir en su búsqueda.
Kokako de la Isla del Sur (Callaeas cinereus cinereus). Se presume
que esta ave estaría extinta. Esperemos que no.   

Lo que ya sabemos

Esta ave que habitaba en grandes números los bosques neozelandeses, no tenía problema alguno hasta que llegó, a inicios del siglo XIX, el mayor depredador del planeta (el hombre, por si no lo saben) con sus huestes no deseados, es decir, con especies animales exóticas invasoras. Asimismo, la fragmentación del territorio y la expansión agrícola y ganadera hicieron también lo suyo para dejarle cada vez menos espacio a esta ave. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), esta especie necesita grandes extensiones de bosque para cumplir con sus necesidades biológicas, por lo que, sus poblaciones fueron disminuyendo significativamente ante la presencia humana. Además, claro está, tiene la mala suerte de habitar una isla, donde sobrevivir puede ser complejo.

En cuanto a las especies exóticas invasoras, a Nueva Zelanda llegaron —como siempre se da cuando hay migraciones y colonizaciones humanas— varios inquilinos no deseados e inevitables como la Rata Negra o de Barco (Rattus rattus) y el Armiño (Mustela erminea). Este último es un mamífero carnívoro depredador originario de Europa que, al igual que las ratas, azota los nidos y se come los huevos y las crías de muchas especies de aves, reptiles e incluso de otros mamíferos. Ambas especies (y otras consideradas en este rubro) se adaptan rápidamente a su nuevo entorno, no tienen depredadores naturales cuando “recién llegan” y se reproducen sin problema alguno, entre otras características típicas de estas “lacras” biológicas. Por ellas se debería pagar recompensa, pero para exterminarlas.

A lo anterior, se le debe sumar la introducción deliberada de la Zarigüeya Australiana (Trichosurus vulpecula) a estos territorios para utilizar su piel en la industria de cueros. Este marsupial endémico de Australia y que incluso está amenazado en su lugar de origen, llegó a Nueva Zelanda y empezó a competir por alimento con los Kokakos y fueron depredando a su vez los bosques originales con su voraz apetito. Además, este mamífero del tamaño de un zorro, no deja pasar la oportunidad para saciar su hambre con pichones y huevos de esta y otras aves.

¿Y para qué lo buscan? ¿Qué delito ha cometido?

No he hablado con los de la fundación South-Island-Kokako, pero asumo que con cada día que pasa es urgente saber si realmente existen todavía ejemplares de esta ave. De ser este el caso, les urge a los amigos neozelandeses poner en marcha inmediatamente estrategias de conservación, tanto ex situ como in situ. Y dado que no existen fotos del ave buscada, cada “dossier” que uno recibe al momento de inscribirse para ir a la caza del Kokako de la Isla Sur contiene una foto digital del ave para saber cómo es que “se le ve”. Por eso, si le tomas una foto, puedes ganar un premio internacional y ¡ganar más plata! y de paso, algo de reputación.
El Kakako de la Isla Norte (Callaeas cinereus wilsoni) ha sobrevivido al
embiste humano,pero tan solo quedan 100 ejemplares silvestres.
 

Pero ojo, en el sobre que te entregarán para tu misión dice: "Wanted. Preferably alive". Así que no vayas a meterle “plomo” a esta ave del tamaño de una paloma. Ten mucho cuidado. Y debes saber que tus hallazgos serán evaluados por un comité y si logras el cometido, recibirás los 4500 Euros libres de impuestos. Anda haciendo maletas.

Este animal emplumado ha cometido el único “delito” de intentar convivir con los humanos y lo peor de todo, ¡intentar hacerlo en una isla! Ojalá que quienquiera que emprenda esta misión, traiga buenas noticias. Así, tal vez eso anime a algunos a hacer lo mismo en el Perú.

Se me ocurre que alguien podría financiar la “búsqueda” de la Perlita de Iquitos (Polioptila clementsi), en los bosques de arena blanca de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana en Loreto; del Batará de Acre (Thamnophilus divisorius), en la frontera con Brasil en el recientemente creado Parque Nacional Sierra del Divisor; del Matorralero de Vilcabamba (Atlapetes terborghi), en la Cordillera del Vilcamba; del Pato Morado (Netta erythrophthalma), en humedales andinos y costeros; y de otras especies de aves en el Perú. Y de paso, a ver quién financia la búsqueda en el país del Pudu (Pudu mephistopheles) y de la Chinchilla (Chinchilla chinchilla) por nombrar algunos ejemplos. Yo puedo aportar algo de billete para la recompensa.

En el siguiente enlace pueden encontrar la información necesaria para empezar a hacer maletas. Revisen bien la página web, porque incluso hay un interesante plan de conservación para la especie.

Febrero 2017


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