lunes, 30 de diciembre de 2019

¡YA NO ME MANDEN CORREOS ELECTRÓNICOS!


Ya pronto a cerrar el año 2019, me puse a revisar los correos electrónicos almacenados en mis bandejas de entrada, porque me llegó un aviso que anunciaba que ya estaba por alcanzar la capacidad total de almacenamiento. Y en esas andaba cuando, producto de una sinapsis remota en mi masa cerebral, recordé que en algún lugar leí que los e-mails tienen una mala reputación en relación al calentamiento global del planeta. Ya se imaginarán por qué. ¿O no?


Ya recordé. Estaba viendo la repetición de unos partidos de futbol de la liga inglesa y vi algo que me llamó la atención —además de la buena calidad de juego de los británicos—. Me detuve en el slogan de una campaña de la empresa inglesa proveedora de energía Ovo que decía algo así como: “Piensa, antes de decir gracias”. Al final, la campaña se podía resumir en: quien deja diariamente de ser amable, cuida el medio ambiente. Según la empresa inglesa, si cada adulto en Gran Bretaña deja de mandar un correo de agradecimiento, se podría ahorrar anualmente la emisión de 16 000 toneladas de dióxido de carbono (CO2), lo que equivaldría a 80 000 vuelos de Londres a Madrid.

Esta podría ser una mala noticia para aquellos que siempre quieren quedar bien y ser gentiles; o una buena noticia para los que nunca contestan los correos. Solamente en Gran Bretaña, se mandaría anualmente cerca de 64 millones de correos de agradecimiento totalmente prescindibles.

Será que ahora, por flojera y falta de tiempo, me he vuelto más “ecológico” porque contesto menos correos que antes, pese a que soy un maniático y traumado que no puedo permitir que haya correos sin leer en mis bandejas de entrada. Por otro lado, veo a muchas y muchos conocidos que tienen 300, 500, 700, 1000 correos sin abrir. En esos casos, yo estaría al borde del suicidio. ¿Serán ellos más “ecoamigables” que otros por no abrir sus correos electrónicos y por ende, no contestar?  

Energía para todo el mundo

Cuando se habla de temas digitales y de tecnología, pocas veces se toca lo que concierne al gasto de energía detrás de todo ello. Hablamos de los últimos avances, los software, las aplicaciones, los metales raros que se necesita para producir celulares y de una serie de temas, pero nadie se refiere a la cantidad de energía que se necesita para producir y usar todo esto. Es sabido que desde los años noventa, el consumo de energía mundial aumenta cada año; y todo indica que así seguiremos per secula, seculorum, amen.


 
Y eso que muchos artículos eléctricos como los equipos de música con casetes o CD e incluso televisores —ya obsoletos, cuando en mis años mozos eran lo último y lo más avanzado— ya han sido reemplazados por celulares inteligentes, televisores digitales y laptops, equipos que en comparación con los primeros, ahorran bastante energía.

Según la organización ambientalista francesa The Shift Project el crecimiento del uso de energía en la tecnología digital es el que más rápido estaría aumentando. Tanto así que este sector tendría el 4% de la cantidad total de emisiones de CO2 a la atmósfera. Con ello, este rubro liberaría más dióxido de carbono que todo lo que implica el tráfico mundial de aviones comerciales. Y para el año 2025, la organización no gubernamental francesa estimaría que el porcentaje se duplicaría. Bueno, y ahora sabemos por dónde va la cosa en referencia a los correos electrónicos: donde estos son almacenados, existe un gasto de energía.

¡Ya basta de mandar correos (inútiles)!

Dicho lo anterior, creo que es momento de reflexionar sobre qué tantos correos electrónicos mandamos y respondemos. Debemos evaluar si realmente lo que enviamos tiene una utilidad, a cuántos le mandamos lo mismo y si no es mejor utilizar Dropbox o los famosos “drive” de Google para almacenar documentos, fotos y otros, en vez de estar haciéndolos pasear por el universo informático y que deban ser almacenados en distintos servidores con un respectivo gasto de energía. 

Y es que, independientemente de que los correos electrónicos sean almacenados en los discos duros o “en la nube”, para ello se requiere energía. Si colocamos un archivo “pesado”, por ejemplo en Dropbox, por lo menos no estará mucho tiempo en una computadora o en los servidores de las cuentas de los receptores. 

Por supuesto y como debe ser, existen posiciones contrarias o no tan fatalistas ni alarmistas que critican el “ataque” a los correos electrónicos y que exigen prudencia. Algunos afirman que no es lo más estratégico en el combate que libramos frente al calentamiento global del planeta, hacer que la gente tenga la conciencia sucia por mandar un e-mail. Y es ahí, donde algunos dirigen las miradas hacia los correos spam o no deseados. Su llegada a diversos servidores y su posterior procesamiento para eliminarlos o la necesidad de tener que poner filtros implica también el uso de energía. Sabemos que estos no son pocos y que llegan por “toneladas”.

Para estos últimos, el consumo de energía entre alguien que manda un correo de vez en cuando y otro que se la pasa todo el día viendo videos en Youtube varía enormemente. Un “adicto” o un usuario empedernido de las redes sociales estaría aportando más al calentamiento global que el primero; un poco en contradicción con lo que se afirma líneas arriba. Por ende, sería necesario que las grandes empresas que brindan servicios de internet, opten progresivamente por fuentes de energía totalmente renovales para lograr que todo el consumo de energía para el tráfico de datos sea neutral.

Entonces…

El aumento del uso de energía en el mundo digital también se debería a que los costos para el acceso y uso de hardwares eficientes y rápidos han disminuido enormemente. Hoy en día, muchas personas pueden invertir dinero en comprar servicios de almacenamiento “en la nube”, en comparación con hace diez años por ejemplo, en que se debía pagar altos montos para financiar el uso de servidores de almacenamiento. Actualmente, esos costos son comparativamente menores. Eso a su vez origina que al final se gaste más energía en más aplicaciones, equipos, servicios y otros.

En el caso de las aplicaciones, la parte más “problemática” es la de producción. Y es que casi la mitad del gasto de energía se va en “hacer” las aplicaciones y programas. En el caso de los teléfonos inteligentes, su balance es todavía más negativo, dado que el 90% del gasto de energía en todo su ciclo de vida (calculado en dos años) se va antes de que el cliente lo tenga entre sus manos, es decir, cuando es producido.

No obstante, no pretendo crucificar a la tecnología. Eso sería totalmente incongruente de mi parte y de casi todos los que vamos a leer esto y estamos “rodeados” de estos aparatos y programas. Por otro lado, sin tecnología no podríamos intentar frenar y controlar el cambio climático. Lo mejor, creo, es intentar reducir el uso de estos “aparatejos”, “programejos” y demás hierbas; usarlos lo más que se pueda, repararlos, en vez de correr hacia lo nuevo e incluso, se recomienda comprar equipos usados y reciclar. Y si no estás de acuerdo, bueno, anda a la siguiente COP 26 a pie y expón tu caso; o habla con Greta.

Diciembre 2019

viernes, 13 de diciembre de 2019

CONSERVACIÓN Y BANCARROTA (Y NUEVAS LISTAS DE ESPECIES AMENAZADAS)


Sabemos que trabajar con fauna silvestre implica, como casi todo, invertir dinero. A veces se utiliza recursos financieros y humanos en experimentos pomposos, cuyos resultados quedan archivados en cajones o generan conocimientos que no pueden ser aplicados a la realidad por alguna u otra razón. Comento también algunos datos (¿positivos?) sobre la actualización de la Lista Roja Global de especies amenazadas a cargo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y sobre el proceso de actualización de la clasificación de especies de fauna silvestre categorizadas como amenazadas en el Perú, liderado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR).  



Muchos científicos saben que siempre existe el riesgo de que entre a talar un factor imprevisto en la realización de un experimento o de un trabajo en campo, el cual puede ocasionar daños directos o colaterales dramáticos. El siguiente caso me llamó la atención. Científicos rusos han padecido durante una investigación para conocer las rutas de migración del águila esteparia (Aquila nipalensis) desde Siberia a otros territorios asiáticos.

Para ello, los ornitólogos les colocaron a 13 individuos de esta ave rapaz unos transmisores con GPS para que emitan señales a través de mensajes de texto, con el fin de definir las rutas de migración y evaluar sus recorridos. De esta manera se puede identificar posibles amenazas durante el trayecto de las águilas, lugares importantes que deben ser protegidos, así como otros aspectos que garanticen que estas imponentes aves puedan ser conservadas y cumplan su importante rol en la naturaleza.

Hasta ahí todo bien. Sin embargo, al parecer, en la concepción del trabajo de campo se obvió o no se tomó en cuenta un pequeño detalle. Y es que, de las aves usadas, un individuo hembra ─a la que se bautizó como Min─ les hizo la noche a los rusos. ¿Qué pasó? Pues Min alzó vuelo desde Siberia hacia Kazajistán y se quedó ahí cuatro meses, pero resulta que en la región donde Min estuvo, ¡no hay señal telefónica! ¡Pequeño detalle! Por ende, todos los mensajes que “debía mandar” esta señora águila, nunca llegaron a tiempo.

Seguidamente, Min emprendió vuelo hacia Irán, allí, en el territorio donde pasó sus días, no había señal telefónica ni internet. Lo peor vino después. Todos los mensajes almacenados que no pudieron ser enviados, llegaron de una sola vez a Rusia, con lo cual, Min, sin querer, hizo que los costos ocasionados por el “Roaming” fueran bastante elevados, pues se suponía que todos los costos eran por telefonía local, pero no fue así. Esto originó que la cuenta telefónica sea bastante elevada.

La ornitóloga rusa Elena Schneider, líder del proyecto, manifestó que Min hizo que los costos por mensajería de texto (más de 100) elevaran el presupuesto del proyecto de investigación, con lo cual, hubo un sobrecosto sin financiamiento que tuvo que ser compensado a través de una colecta, llamada algo así como: “Recarga el celular del águila”. Esperemos que hayan podido recaudar lo suficiente.
 
En relación a los resultados, de manera general se puede anunciar qué países visitan estas águilas y cuáles son las principales rutas de migración. No obstante, la ruta que siguió nuestra amiga Min fue toda una sorpresa, pues no pudo ser prevista. Tras analizar los datos, ninguno de los otros doce individuos causó tan altos costos, pese a que volaron por Sudán y Paquistán.

¿Buenas noticias?

Al año, la UICN actualiza la Lista Roja Global de especies biológicas amenazadas del planeta. En la última actualización habría algunas noticias positivas. Sin embargo, el balance general todavía es algo desalentador. Esta vez se identificó los casos de diez especies que reportarían avances en su conservación, gracias a diversas acciones destinadas a su protección. La nueva Lista Roja incluye a ocho especies de aves y dos de peces que han “bajado” su rango de amenaza. Esto demostraría que la naturaleza sí se puede “recuperar” cuando se le da la oportunidad. Tal situación es descrita por muchos como un pequeño halo de luz al final del túnel.

Resalta el caso del rascón de Guam (Gallirallus owstoni), ave no voladora que fue considerada como “Extinta en Estado Silvestre” y que ahora ha sido catalogada como “En Peligro Crítico” de extinción. En el año 1987 murió, a causa de la picadura de una serpiente, el último ejemplar silvestre en la isla del Pacífico Guam. Sin embargo, gracias a un programa ex situ de reproducción en la isla vecina de Coco, se logró la reintroducción a su hábitat natural de ejemplares en Guam.

Otro caso ofrece algunas esperanzas para la avifauna terrestre. La cotorra de Mauricio (Psittacula eques) pasó de estar “En Peligro Crítico” a “En Peligro” y su población actual es de alrededor de 750 parejas, con lo cual, podría ser que se asegure su reproducción en estado silvestre, claro, siempre y cuando existan las condiciones para ello. 

73

Por otro lado, 73 especies están hoy “más amenazadas” que hace unos meses. Y es que para muchos animales y plantas, el ocaso sigue rondándolos sin tregua alguna. La Lista Roja Global de la UICN incluye a la fecha, a más de 110 000 especies; y de ellas, más de 30 000 están clasificadas como “En Peligro Crítico”. En julio de este mismo año, las cifras eran 105 000 y 28 000 especies respectivamente. Es decir, las cifras han aumentado en 0,5%.

Rascón de Guam. 
Otro ejemplo de una especie que está más amenazada ahora que hace unos meses es la liebre silvestre europea (Oryctolagus cuniculus), pese a que su población global es alta. Pero, en su lugar de origen y en estado silvestre, es decir, las poblaciones en España, el sur de Francia y en Portugal se encuentran categorizadas como En Peligro Crítico. Un virus mermó la población en estas regiones en un 70%. Este mamífero es fundamental para el mantenimiento del ecosistema, dado que es presa del también amenazado lince ibérico (Lynx pardinus) y del águila imperial ibérica (Aquila adalberti).

Otro punto importante en la actualización de la Lista Roja Global es que cada vez es más evidente que el cambio climático es una amenaza real de la diversidad biológica, según la UICN. Así por ejemplo, en Australia, casi la tercera parte de los peces de agua dulce están amenazados; y de ellos, más de la mitad de especies sufren la amenaza directa por sequía o por el aumento de la temperatura global.

Perú

Y tomando en cuenta los parámetros de la UICN, en el Perú y bajo la conducción del SERFOR, se realiza el proceso de actualización de la clasificación de especies de fauna silvestre categorizadas como amenazadas, para tener claro en qué especies se debe poner énfasis, identificar claramente las principales amenazas y priorizar las acciones de conservación, entre otros fines.

Se debe tener en cuenta que en el Perú, el primero de estos documentos fue aprobado en el año 1977 y en ese entonces se incluyó, en una sola lista, a 104 especies de flora y fauna silvestre categorizadas como amenazadas. Posteriormente, en 1990 se tuvo una nueva lista con 170 especies; y en 1999, se aprobó una lista con 221 especies (86 aves, 77 mamíferos, 44 reptiles y 18 anfibios). Cinco años después, en el año 2004, la lista aumentó a 301 especies (172 aves, 65 mamíferos, 38 anfibios y 26 reptiles). La elaboración de esta última estuvo liderada por el extinto Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA); y las tres primeras por el Ministerio de Agricultura.

La elaboración de la lista vigente, aprobada por el DS 004-2014-MINAG, fue liderada por la también extinta Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre que pertenecía al Ministerio de Agricultura. Poco tiempo después, esa dirección fue sustituida por el actual SERFOR que está adscrito al renovado Ministerio de Agricultura y Riego. En ella se incluyó 535 especies de fauna silvestre y por primera vez, se tomó en cuenta a los invertebrados.
 
Se espera tener la lista aprobada para el año 2020 y con ello, poder contar con información actualizada, verificable y de utilidad para tomar las acciones necesarias de investigación, conservación y aprovechamiento, con el fin de garantizar el uso sostenible de nuestra fauna silvestre. Y sobre todo, se va a tener a las especies amenazadas del país en la categoría a la que realmente pertenecen y no donde algunos (o algunas) quisieran que estén para justificar su accionar o pedir dinero e invertir en actividades para una u otra especie que tal vez no lo necesite con urgencia, con lo que se dejaría de invertir en especies que sí necesitarían acciones inmediatas para asegurar que no desaparezcan.

Por otro lado, el hecho de que cada nueva lista tenga más especies, no necesariamente significa que tenemos más de ellas bajo algún grado de amenaza. Es verdad, es lo que la lógica nos dictaría, pero no, se debe principalmente a que hoy contamos con más información disponible, lo que nos permite ─ahora sí─ evaluarlas. Años atrás no se contaba con los datos suficientes para poder asignarle un estado de amenaza. Y por si acaso, tampoco es serio meter a cientos de especies a la lista y pintar un escenario apocalíptico.

En resumen, se espera una nueva lista para el país. Somos conscientes de que sería “más larga” que la actual, pero sepamos darle lectura y buen uso al esfuerzo de decenas de investigadores(as) peruanos(as) quienes, en conjunción con el SERFOR, el Ministerio del Ambiente y otras organizaciones públicas y privadas, hacen un gran esfuerzo para poder conocer y gestionar adecuadamente lo que tenemos. SI no es ahora, ¿cuándo?


Diciembre 2019

viernes, 6 de diciembre de 2019

LOS PRIMEROS CINCO AÑOS DE MAYA


El 7 de diciembre de 2019 no es cualquier día, es la fecha en la que Maya Meylín Angulo Escudero cumple cinco años. Cada minuto a su lado es la mejor inversión que he hecho en mi vida. Ver y sentir que mi “chibolita hermosa” crece, aprende y que cada día nos divertimos (aunque muy pocas veces se “me achora” y no hace caso), es lo más bonito de la tediosa rutina diaria. Caminar de la mano viendo aves o conversando sobre cómo le fue en el colegio o recordando algún viaje, es disfrutar al máximo su presencia. Siento que tengo la dicha de poder darle a mi hija lo mejor de mí. Cada día es un nuevo reto para seguir adentrándome en su corazón y en su cerebro. Y cada beso que recibo de ella es como una potente descarga de energía nuclear que activa la central energética, ya obsoleta, en lo más profundo del destartalado y decrepito cuerpo de su papito.  

Maya sabe. Sabe perfectamente qué hacer conmigo para lograr su cometido. Cuando quiere que le dé algo o quiere que le ayude o la cargue, me dice “papi”. Por el contrario, cuando no quiere obedecer o algo no le parece, me dice “papá”. Astutamente, cuando estamos de muy buen humor y nos divertimos, me dice Kiko. Esta simple anotación denota que mi hijita ya alcanzó una madurez intelectual muy importante para sus primeros cinco años. Por supuesto que lo anterior es solo una pincelada de todo lo que una niña sabe y debe saber a tan corta edad. Lo interesante es constatar que Maya está forjándose en un mundo caótico que está destinado, tal vez, a no resistir a la humanidad.

Cuando Maya nació, sentí que mi vida dio un giro excepcional. Si bien, el giro fue esperado, por todo lo que conlleva ser padre y mantener a medias una familia, también implicó un giro inesperado porque no sabía qué significaba tener a una bebé recién nacida entre mis brazos y sentir que desde ese momento dependerá de mí, por lo menos una gran parte de su vida. Darle el primer beso, olerla, acariciarla, buscar su mirada y apretarla (suavecito) y sentir que esa pequeña masa de músculos, huesitos y órganos proviene de uno, es algo que hasta ahora, en ocasiones, no me la creo.

Cuando despierto, casi siempre, lo primero que viene a mi mente es: cómo estará Maya, cómo habrá dormido, qué habrá soñado. Y muchas veces, cuando voy a verla y ya está despierta y escucho que me llama, acudo a ella ilusionado para deleitarme cuando me dice: papá, ven, échate conmigo. En ese momento, siento que no hay nada más sublime y hermoso en el planeta que estar al costado de mi hija, dándole todo el cariño que necesita y que ella me lo devuelve con besos y abrazos; y que corona el momento diciéndome que me quiere hasta el infinito. Sin duda me quedaría por el resto del día acurrucado junto a ella, pero la primera en regresarme a la realidad es ella misma porque luego me dice: “ya papá, me voy a cambiar, ándate”.

Dicho esto, aprovecho el pánico para darle un beso gigantesco y decirle que la amo hasta el infinito y más allá y de paso para abrazarla y sentir el calor que irradia, que para mí, no es calor, sino más bien todo su amor que se traslada como energía térmica hacia mi cuerpito y entra a mí por osmosis. Con esa dosis de cariño y los besos que recibí, lo que venga en el día, me vale madre. Y con solo pensar que en la noche le voy a ayudar a ponerse su piyama, la voy a apretar contra mí para desearle que duerma bien y de paso, darle decenas de besos, pese a que me dice. “¡ya papá, mejor cuéntame un cuento!”, hace que cada día trate de estar con ella antes de que se acueste; y que pueda sentirme el más útil del planeta.

Fátima y yo hemos hecho, según mi evaluación nada objetiva, todo lo posible para que Maya crezca en un ambiente controlado, de tal manera que, según yo, se convierta en la futura presidenta del Perú. Este proyecto nada ambicioso va por buen camino. Maya es una chica astuta, inteligente y sobre todo, curiosa e independiente. Me sorprende cada día con sus frases, su raciocinio, su manera de enfrentar retos, su lógica y con todo lo que hace día a día. Es fabuloso poder mantener una conversación fluida con ella y poder explicarle, por ejemplo, por qué las hojas de los árboles se caen y estos se quedan pelados para volver a tener todas sus hojas; o por qué las personas no pueden ser como las sirenas. Y así, debo responder varias preguntas que ponen a prueba mi poder de convencimiento, de disuasión y de poder esquivar preguntas incómodas o difíciles de responder.

Ver cómo crece Maya es un proceso alentador. Me encanta ver cómo se desenvuelve ante los diferentes retos que se le presentan; cómo se alista para ir al colegio, a sus fiestas o para irnos a comprar o a donde sea; cómo pinta con una asombrosa dedicación y cómo duerme sin culpa alguna. Me fascina escuchar sus narraciones y tener que seguir sus órdenes cuando le cuento las historias que me invento y que al final son sus historias, porque yo olvido rápidamente cuál es el hilo conductor y además me quedo dormido antes que ella. Maya me dice siempre: “… e hicieron tal cosa ¿ya?” y luego, “pero no es así, porque no se puede, mejor lo hicieron de esta manera, ¿ya?”. Por supuesto nunca osó contradecirla, salvo algo ya muy salido de la realidad, aunque prefiero dejar que su mente vuele. Total, es una niña contenta que está explorando un universo enorme; y en algún lugar de ese vasto espacio inacabable, sueño con saber que en algún punto debo estar yo. Por lo menos, eso creo y con eso me voy a dormir.

Me encanta llevarla cargada a su cama “como un paquete” porque se quedó profundamente dormida y luego sentir que mi hombro está algo húmedo porque derramó algo de saliva. Me hace tremendamente feliz cocinarle, así como preparar su desayuno y sus loncheras. Esto último lo he tenido que hacer muchas veces al alba, de noche, casi como un espectro o como un zoombie, pero al saber que es para alimentar a Maya, no hay problema, lo hago feliz de la vida. Y claro, a veces me alegro por cosas tan simples y tal vez banales para muchos, como por ejemplo, ver que los tapers regresan vacíos del colegio o cuando escucho que Maya le dice a sus amigas y amigos “… porque mi papá me ha dicho que esa ave es un botón de oro” (y yo creo además escuchar: “… y si él lo dice, es un botón de oro y punto final”).  

Jugaría todo el día con Maya “ritmo a gogo” ─o cómo diablos se escriba ese juego─ para soplarle decenas de animales y hacer que ella me gane. Pero, ojo, un momento. Todo esto no podría ser posible sin el amor que su mamá le da. Frente al amor madre – hija es imposible intentar comparación alguna, tampoco es necesario. Solo debemos admirar esa capacidad maternal de abrazar y proteger a sus hijos. Sin ello no somos nada. Ese nexo sobrepasa todo lo que podemos imaginar. Esa energía ni siquiera es medible. Es todo lo que hace que el universo siga su marcha.    

Pd. Esta no es una oda a tener hijos, pero sí busca, además de homenajear a mi hija, decirles lo siguiente: aprovechen cada minuto con su(s) hijo(s) y/o hija(s). Al final, no lo hagan por ustedes, háganlo por ellas y ellos. Es la única manera de ser eternos.  


Diciembre 2019

viernes, 8 de noviembre de 2019

ERRARE HUMANUM EST: HERRAR ES HUMANO

Debido a algunos sobresaltos en las últimas noches, recordé, no sé cómo, la existencia de un tal Alfonso Reyes Ochoa, mexicano nacido en Monterrey, el 17 de mayo de 1889. “Reviví” a Reyes porque hay algo que me quita el sueño: mis propias erratas. Y tras acordarme de su caso, volví a quedar algo perturbado al pensar en la triste e inútil lucha que sufrió este intelectual contra las erratas. La vida está llena de errores y desaciertos y los textos que escribimos o que nos toca revisar, también. Sin embargo, estos tropiezos siempre han existido y existirán hasta que el ser humano se extinga, después de haber hecho mierda este planeta.

El señor Reyes fue un reconocido hombre de letras y leyes, un destacado diplomático y un gran escritor. Estuvo incluso voceado para recibir el Premio Nobel de Literatura. Además, tuvo entre sus amistades al reconocido filósofo español José Ortega y Gasset y al literato argentino Jorge Luis Borges. Este último le entregó a Reyes el manuscrito de ─nada más y nada menos─ El Aleph para que le dé una opinión antes de su publicación. Reyes falleció el 27 de diciembre de 1959 en la ciudad de México y tuvo la “desgracia” de tener que convivir con el maleficio de los errores involuntarios en sus obras.

Reyes fue miembro de la Academia de Lengua Mexicana y fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura, lo que demuestra que este señor sí sabía lo que hacía. Durante su larga carrera publicó más de una veintena de obras, entre lírica, narrativa y ensayos. Y fue justamente él quien definió a la errata como: “especie de viciosa flora microbiana siempre tan reacia a todos los tratamientos de desinfección”. Y es tan cierto que debido a ello, estoy escribiendo estas líneas.

Pero regresando al señor Reyes, hay varios autores con los que las erratas se ensañan de manera abusiva y despiadada. Conocida es la frase que lanzó Ventura García Calderón sobre uno de los poemarios del susodicho, el cual rebosaba de errores y faltas tipográficas: “Nuestro amigo Reyes acaba de publicar un librito de erratas salpicado de algunos versos”. Esa frase lo lapidó y lo hizo (más) conocido. Debo reconocer que es solo por eso que lo conozco, sino, posiblemente en mi vida hubiese leído algo de él y sobre él.

¿Y a qué viene todo esto?

Releyendo algunos textos míos he encontrado más de un par de errores garrafales que me avergüenzan enormemente y que hacen que me sonroje y que me dé pánico cada vez que pienso en ellos. Mi gran temor es que alguien los descubra y los ventile para burlarse de mí o los use como parte de una venganza maquiavélica. Los podría corregir, esconder e incluso no dejar evidencia de la metida de pata, pero no me atrevo a hacerlo porque iría en contra de la honradez, la tecnología y el trabajo; o en contra de algo que no sé explicar. Me preocupa enormemente que algún envidioso y testarudo hurgue por algunos de mis escritos.

Pero a ese o a esa posible criatura maligna y desconfiada que emprenda esa quijotesca aventura, debo decirle que no la tiene fácil porque los errores que he cometido no son fáciles de encontrar. Estos se confunden entre la verborrea que he plasmado en los textos que escribo desde el 2004 a la fecha. Por eso, les aviso que en vez de perder el tiempo intentando capturar y sacar a la luz algunos de mis tropiezos, dedíquense mejor a buscar los suyos.

Reyes

El amigo Reyes.
Pero sigamos con este caballero ilustre. El mexicano que acá nos reúne y que ha despertado el pavor en mí, decía sobre las erratas: "He ahí el enemigo". Y no le falta razón, ellas son mi peor enemigo y mi mayor trauma. A veces me vuelvo maniático por querer que lo que reviso no tenga algún error, omisión o falta tipográfica. Sin duda, eso hace que lea y relea lo que se pone frente a mis ojos; y con más razón si es un tema laboral o si son los textos que yo redacto. Pocas veces funciona. Pero no hay que frustrarse ni detener todo. Además, como se sabe, la perfección es enemiga de la eficacia. ¡Hay que seguir para adelante! Debemos publicar y perder el miedo a equivocarnos.

El amigo Reyes, en 1940, comentaba que alguna vez, el poeta chileno Pablo Neruda entabló una conversa con Manuel Altolaguirre, impresor español, acerca del poemario de un vate cubano. Acerca del libro, le preguntó:
― ¿Errores?
― Ninguno, contestó Altolaguirre.
Pero al abrir el elegantísimo impreso, se descubrió que allí donde el versista había escrito: “Yo siento un fuego atroz que me devora”, el encargado de la impresión había colocado su obra maestra: “Yo siento un fuego atrás que me devora”.

Harto de las erratas en los y en sus libros, Reyes invirtió un año de su vida para corregir personalmente uno de sus manuscritos. Hasta que envalentonado por tal proeza, en el colofón se animó a escribir con mucho orgullo: “Este es el primer libro impreso en México sin eratas”. Hay que estar poseído y al borde del suicidio para pasar por lo que pasó este intelectual mexicano. Al final de todo, para él, la lógica de las erratas es simple: “La errata se busca con lupa, se caza a punta de pluma, se aísla y se sitia con cordón sanitario... Y a última hora, entre las formas ya compuestas, cuando ruedan los cilindros sobre los moldes entintados, aparece, venida no se sabe de dónde”.

Con todo lo anterior, podríamos afirmar que no existen las publicaciones sin errores. Parecería ser esta, una conclusión lapidaria y hasta simplista, pero cada día creo que es verdadera e irrefutable. A todos nos pasa. A famosos y a desconocidos no les es indiferente el error. Por eso, la única manera de evitarlos es escribiendo. Por eso escribo. Y si encuentran una erata, me avisan.


Noviembre 2019

martes, 22 de octubre de 2019

LA RESERVA NACIONAL TAMBOPATA: PARAÍSO A LA VUELTA DEL INFIERNO


Hace unos días estuve en una de las áreas naturales protegidas más emblemáticas del país: la Reserva Nacional Tambopata (RNT). Esta exuberante parte de nuestro país es más accesible de lo que parece. No obstante, aún falta promocionarla para que sea visitada por el público nacional; y, dicho sea de paso, existen puntos por mejorar, a fin de que pueda ser un punto atractivo que ayude a abrirle los ojos a nuestros connacionales y así podamos conocer y valorar lo que tenemos.    



Cuando escuchaba hablar de la comunidad nativa (CN) de Infierno en Madre de Dios, imaginaba que era un lugar perdido en la “profundidad” de la selva amazónica, al cual era una odisea llegar y en el que vivían compatriotas recientemente contactados. Sin embargo, ahora que estuve por ahí, comprobé que era todo lo contrario. Al puerto de la CN de Infierno, a orillas del río Tambopata, se puede llegar en máximo 45 minutos desde Puerto Maldonado (PEM) por una vía afirmada. Estuve algunos días por esta fascinante zona del país y me llevo los mejores recuerdos. Sin embargo, hay un par de puntos que anotar.

Desde Infierno, se puede surcar el río hacia la RN Tambopata, por ejemplo, hacia el puesto de control y vigilancia (PCV) Malinowski, a unos metros de donde el río Malinowski desemboca en el río Tambopata. Y eso hice. Así, a pocos metros del PCV tuve un asombroso encuentro con, por lo menos, cuatro dragas hidráulicas que operaban alegremente en el río Tambopata. En esa zona, según se me informó, ya estaríamos en los territorios de la RNT. Y al preguntar al respecto, se me dijo que solo estaban ahí por un tiempo y que lo mejor era no meterse con ellos para no afectar el turismo porque pueden estar armados y tienen un prontuario bastante extenso. Ves sus caras y claro, puede ser que tengan razón. Sin embargo, no deberían estar ahí, pues alteran el orden ambiental y sientan un mal precedente.
 
Tras pasar el PCV y seguir surcando el río Tambopata (que nace en Puno) se llega a la colpa Chunchos. Si bien parte de esta colpa está en la orilla del mismo río, si entras a un “cañito” sobre la margen izquierda del río y caminas menos de cinco minutos, llegas a una explanada, desde donde, a menos de 100 metros, puedes divisar otras formaciones rocosas y de arcilla que también sirven de punto de reunión para las tres especies de guacamayos que habitan en el país: Ara chloroptera, A. ararauna y A. macao. Realmente vale la pena visitar este lugar para ver y escuchar a estas maravillosas aves. En el camino pude ver una gran variedad de aves, como el ganso del Orinoco (Neochen jubata), águila pescadora (Pandion haliaetus), rayador americano (Rynchops niger) y muchas más.  

Y justamente, hablando de esta colpa, según observé, es altamente recomendable que la administración de la reserva vea la manera de manejar este espacio con regularidad, a fin de que se pueda seguir disfrutando de este maravilloso lugar. Me refiero a que, como es de esperar, la naturaleza avanza y los lugares a donde los guacamayos y otras especies de loros “bajan” a ingerir arcilla, se van poblando de vegetación. Por lo tanto, los guardaparques deberían monitorear estos espacios para saber cuándo cortar un poco las plantas, de tal forma que las aves sigan utilizando este lugar para “colpear” y no deban migrar a otro lugar, con lo cual, los turistas perderían un sitio de fácil acceso; y con ello, hay que decirlo, los ingresos económicos para esta ANP podrían irse reduciendo.
 
Por otro lado, la zonificación de este espacio protegido y su categoría de uso directo permiten este tipo de acciones de manejo. Se debería mantener este punto como mirador y además habilitar un puesto de información. Asimismo, se debe reforzar la capacitación a los guardaparques para que puedan fungir de guías especializados en conjunción o adición con los guías de los diferentes operadores turísticos. Existe, a mi parecer, un gran potencial que todavía no ha sido explotado en su totalidad sobre todo para el mercado nacional. Todo ello trae consigo, por supuesto, una gran responsabilidad, en lo referido al control y vigilancia; y al ordenamiento de la actividad turística para que no traiga consigo efectos negativos.

Según el Plan Maestro de la RNT 2019 – 2023, aprobado en enero de 2019 por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), en lo referido al componente ambiental y dentro de ello, al punto referido al manejo de colpas, se estipula que se debe evitar la “... perdida de las colpas que es fuente de alimentación de muchas especies de aves y potenciar los atractivos turísticos del ámbito, para concretizar (sic) esta línea de acción se tiene la participación y compromiso de los operadores turísticos que facilitan personal y logística necesaria para el desarrollo de la actividad en coordinación con la Jefatura del ANP”.
 
Es decir que, para bien, este punto es tomado en cuenta en el principal documento de gestión de la RNT. Solo queda asegurar que esto se cristalice y que se pueda mantener y promocionar la actividad turística responsable, la cual es una manera de gestionar nuestra diversidad biológica a través de la valoración y su uso sostenible.

Tres Chimbadas

Visité también el lago Tres Chimbadas, al cual se accede desde el río Tambopata y por un camino que no requiere mucho esfuerzo y más de veinte minutos. Este cuerpo de agua que forma parte de los territorios de la CN Infierno y que está en la zona de amortiguamiento de la RNT, es un espacio maravilloso para ver fauna silvestre y disfrutar de la Amazonía en pleno. Entre otros, pude ver lobos de río (Pteronura brasiliensis), caimán blanco (Caiman crocodilus), hoatzin o shansho (Opisthocomus hoazín), ronsocos o capibaras (Hydrochoerus hydrochaeris), taricayas (Podocnemis unifilis), pava amazónica (Penelope jacquacu), así como numerosos primates, entre los que destacan el mono ardilla (Saimiri sciereus), el mono capuchino (Cebus apella) y el pichico (Saguinus fuscicollis).

En aquel lago, uno puede pasar un buen rato y pescar tranquilamente su pirañita hasta que navegues cerca de un albergue que, según me indican, pertenecería a un tal Luis Alberto Bocangel Ramírez, exalcalde provincial de Tambopata entre el 2007 y el 2010; y acusado en el 2010, junto a su hermano, de ser el dueño de dos dragas hidráulicas para extraer oro. A ello, en marzo de 2012 fue sentenciado por usurpación de funciones públicas. Y según la asociación civil Transparencia, no habría pagado la reparación civil que el Poder Judicial le ordenó.

Bocangel y su familia parecen no entender que este es un espacio privilegiado para la fauna silvestre y que su albergue debería ser administrado respetando el entorno. Al navegar a pocos metros del lodge que administran, escuché música a todo volumen que irrumpía desde muy temprano en la tranquilidad del lugar. Asimismo, se me comunicó que como parte de las actividades que organiza este negocio familiar, se estaría promoviendo el uso de embarcaciones lacustres con motor, lo que contraviene con todo uso responsable de un espacio como este.

Juguemos (con fuego) en el bosque, mientras…

Así también, me comentaron que regularmente asistirían a ese recinto un numeroso grupo de fieles de alguna religión, quienes, iluminados seguramente por la fe y la gracia divina de su Dios, lanzan cánticos y rezos que alteran la paz terrenal y la tranquilidad de las criaturas silvestres que el Señor dispuso que pueblen estos territorios. Entiendo que es un terreno privado y que uno puede hacer lo que le quiera en sus dominios, pero no se puede ser tan inconscientes con el entorno. Solamente espero que estos fieles no sean menonitas. Y es que se ha determinado que este grupo cristiano ya ha deforestado varios miles de hectáreas de bosque primario para sus actividades agrícolas en la amazonia de Perú (San Martín y Ucayali) y de Bolivia.

Se sabe que un elevado número de personas sin arraigo territorial y/o cultural y pertenecientes a nuevos grupos religiosos, pululan por espacios amazónicos “vírgenes”. Se hallan por ahí buscando ocupar territorios para “sobrevivir” y poder instaurarse en la tierra prometida. El mandato de su Dios sería tal vez: “primero el hombre, luego los animales y los bosques”. Por eso, tras los “dantescos” incendios de mitad de este año —que se dieron coincidentemente casi en simultaneo en muchos puntos de la amazonia peruana, brasileña, boliviana y en territorios paraguayos—, sospecho que detrás de las causas humanas y de las condiciones climáticas, habría una mano divina terrenal y religiosa.

Este “negocio de la quema” es, dicho sea de paso, el paraíso para los traficantes de terrenos y el crimen organizado. Debemos tener mucho cuidado. Además, los movimientos religiosos actúan de manera internacional sin fronteras y bajo consignas y designios que no conocemos del todo. Se debería evaluar bien cuál es el rol de este nuevo “driver” de deforestación.

Pese a esto último, visiten la RNT y nuestra amazonia (y todo el Perú). Conozcamos lo que tenemos y valoremos lo que nos ofrece nuestro entorno natural. Ya después se van a Disney y/o a Miami. Justamente una de las maneras de evitar que sigamos perdiendo estos territorios es dándoles un uso responsable que genere ingresos económicos y permita aprovechar lo que tenemos.


Octubre 2019

viernes, 16 de agosto de 2019

JAGUARES VS. TIGRES: 0 – 1



Daniel Pockett - EPA-EFE - REX
No, no es un resultado de la primera liga mexicana de fútbol. Se trata de saber cómo va, por ahora, la disputa de estos dos grandes felinos por sobrevivir en canchas terrícolas. Ambas especies han sufrido y sufren los embistes de la humanidad de forma parecida. Sin embargo, existe una indiscutible amenaza común: China. Es sabida la gran demanda de colmillos, dientes, pieles y de otras partes de estos dos depredadores por ciudadanos chinos y del sureste asiático para fines supuestamente medicinales y afrodisiacos. Esta situación promueve el comercio ilegal de especies de flora y fauna silvestre y tendría como consecuencia una erosión en la diversidad biológica[1] en los territorios donde estos mamíferos son cazados al margen de la ley. Veamos cómo así el tigre llevaría la delantera en la lucha por salir airoso.   

El tigre (Panthera tigris) y el jaguar (Panthera onca) son especies representativas de dos continentes en el planeta: Asía y América respectivamente. El tigre compite con el (rey) león (Panthera leo) en el colectivo mundial en cuanto a popularidad; mientras que, en el continente americano, el puma (Puma concolor) le hace la competencia al jaguar también en lo referido al estrellato. Pese a estas “disputas” triviales, ambos protagonistas libran una batalla terrenal para sobrevivir. Su futuro es algo sombrío. En el caso del tigre, hay buenas noticias, por lo que le llevaría una ligera (y relativa) ventaja al jaguar. Veamos por qué.    

En India, el número de individuos de tigre ha subido este año a 3000. El Primer Ministro Indio, Narendra Mondi, indicó hace poco que esta cifra es un “éxito histórico”. Ya en el 2018, se había registrado la presencia de 2967 individuos; y hace 15 años se contabilizó tan solo 1400 ejemplares de tigres. Para esto, en los años setenta del siglo pasado, el gobierno hindú puso en marcha una serie de programas de conservación destinados a salvaguardar esta y otras especies que han tenido, como se ve, buenos resultados. Y es que, pese a que en el 2004 se había registrado 2226 tigres, esta cifra disminuyó, pero como se ve, se ha vuelto a recuperar.

Hoy, India puede jactarse de ser uno de los países que ofrece hábitats extensos y seguros para el tigre y otros grandes animales amenazados. Se sabe también que no existirían más de 4000 tigres en estado silvestre en el mundo; y que todos ellos están dispersos en diversos hábitats que van desde Siberia hasta la isla Sumatra en Indonesia. Ambos puntos geográficos están separados por más de 10 000 kilómetros.

El tigre saca ventaja

El país asiático sería el último paraíso de salvación para los tigres. Actualmente, alberga las tres cuartas partes de la población mundial de este gran felino. Desde Nueva Delhi[2] y en el Día Internacional del Tigre —que se celebra el 29 de julio[3]—, según Modi, “el resultado del último censo del tigre debería alegrar a cada hindú y a los amantes de la naturaleza”. Y es que en la cuna de “Bollywood” se realiza un censo de esta especie cada cuatro años (¡qué envidia!).

Según Modi también, en India, la extensión de los bosques tropicales ha aumentado en los últimos cinco años, pese a que este país cercano a ser del “Primer Mundo” ha invertido bastante en infraestructura, con los impactos colaterales en el medio ambiente que ello ocasiona. Además, el número de espacios protegidos en India ha aumentado de 692 en el año 2014 a más de 860 en el 2019. A ello, se suma el efecto positivo “en la ecología” que tendrían las llamadas reservas comunales, que pasaron de 43 en el 2014 a ser más de 100 en el 2019. Estos espacios conectarían espacios protegidos ya establecidos y ofrecerían corredores biológicos para estos felinos y otras especies de fauna silvestre.  

Jaguar: el rey de  las Américas.  
Jaguares y tigres: 64 000 contra 4000

Tras analizar el genoma completo de 32 individuos representativos de tigres, los expertos afirman que existen seis subespecies de este felino que se diferencian principalmente en el tamaño, el pelaje y claro, en el hábitat de donde provienen originalmente. Tenemos el tigre real, el siberiano, el de Sumatra, el indonesio, el malayo y el del sur de China. A este último solo se le encuentra en cautiverio. Otras tres subespecies están ya completamente extintas: el tigre del Caspio, el de Java y el de Bali. Entre cada una de las subespecies vivas de tigre existen variaciones genéticas muy pequeñas.

Su historia genética es exclusiva de la especie. Con ello, el tigre se diferencia de los otros grandes felinos como, por ejemplo, del jaguar que es una especie que presenta una evidente y fuerte mezcla entre sus variedades. Los exámenes genéticos muestran que hace dos o tres millones de años, los tigres ya poblaban la Tierra. Sin embargo, las especies actuales existen “solo” desde hace 110 000 años. En ese entonces, la población de tigres era bastante baja y se produjo un cuello de botella genético que “desembocó” en la población original de la especie. Ya con el hombre en la faz del planeta, su historia, sin duda, cambió. 

Por su lado, el jaguar habita desde México hasta el norte de Argentina y en el noroeste de Brasil; y ocupa principalmente bosques con vegetación densa y cuerpos de agua; y áreas pantanosas, pastizales inundables e incluso bosques secos. El también conocido en Perú como otorongo tiene nueve subespecies: el jaguar de pantanal o de Paraná, el de Yucatán, el de Texas o mexicano oriental, el de Panamá, el mexicano occidental, el de Perú, el del norte argentino, el del Amazonas y el de Arizona (que ya estaría extinto).

Uñas y colmillo de jaguar ofrecidos en plena vía
pública en Iquitos. 
Así también, se considera que existirían 34 subpoblaciones de jaguar en todo el continente americano. De ellas, 25 estarían amenazadas y ocho en peligro de extinción. Se asume además que habría, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cerca de 64 000 ejemplares en todo su rango de distribución: y de ellos, la mayor parte estaría en Brasil. A su vez, la región brasileña del Pantanal registraría la mayor densidad de jaguares en el mundo.

Recientes estimaciones poblacionales en el Perú arrojan que tendríamos cerca de 6000 ejemplares, la mayoría de ellos concentrados en el sureste del país. Este gran felino forma parte de nuestras expresiones culturales y es un elemento importante en la cosmovisión de los pueblos amazónicos. El Estado peruano lo considera como una especie Casi Amenazada[4], debido principalmente a la pérdida de hábitat por el avance de actividades humanas y a la cacería ilegal. En los años sesenta del siglo pasado se les mataba para obtener de ellos pieles para la industria de la moda. ¿Qué país sudamericano sería al equivalente para el jaguar, como lo es India para el tigre? No lo sé.  

De China con amor

Una amenaza para ambos felinos es la caza ilegal para usar sus partes en la “medicina tradicional”. En el caso del tigre, el número de individuos disminuyó aceleradamente debido a ello. Se asume que la mayor demanda de sus partes proviene de China y del sureste asiático (¿se imaginan si de los 1300 millones de chinos, solo el 1% “necesita” adquirir estos productos?). Incluso, se presume que, debido al declive de la población de tigres en Asia, los comerciantes ilegales (la gran mayoría, chinos) han virado su atención hacia América para “reemplazar” al tigre con el jaguar. Esto se evidencia en países como Bolivia, Perú y Brasil. 

Un ejemplo es lo que informa un artículo aparecido en la última edición (julio 2019) de la revista Eco Américas[5] que indica que una sola persona habría cazado en Brasil más de 1000 ejemplares de jaguar desde 1987. Además, se tiene un alto número de denuncias en nuestro país de casos similares; y se registra numerosos conflictos entre humanos y grandes animales carnívoros, en los cuales, estos últimos se llevan la peor parte.

EcoAméricas, julio 2019. Cacería ilegal de jagaures en
América del Sur. 
Hay mucho por hacer en esta parte del planeta para aportar a la conservación del jaguar. Se requiere la participación de todos los países comprendidos en el área de distribución de este felino; y también de los países que son los principales destinos de sus partes. Es decir, se debe incidir en reducir la demanda que es saciada por el comercio ilegal de vida silvestre. Un esfuerzo en esa dirección es el pedido hecho por el Perú y otros países ante la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) para tomar acciones más contundentes destinadas a su conservación[6],[7] antes de que sea demasiado tarde.    

Así como vamos, es difícil saber qué pasará con ambos felinos. Lo que sí podemos inferir es que estas y otras especies de fauna silvestre la tienen bastante difícil. Es fundamental atacar la demanda y cambiar mentes. Todavía existen millones de personas que creen erróneamente en que las partes de estos y otros animales tienen propiedades afrodisiacas, curativas, espirituales y otras. Por supuesto, no existe evidencia científica de esto. Lo más complicado es que estas falsas creencias desaparezcan. Es necesario trabajar en la difusión de información sobre el estado actual de la problemática que trae consigo el tráfico ilegal de fauna silvestre y todo lo que está detrás de ello.

Pero no solo eso, también debemos enfrentar otro gran problema: la sobrepoblación del planeta. Para mí, ese fenómeno imparable es la madre del cordero. Mi esperanza es que la nueva generación viene, en su mayoría, con una nueva mentalidad. Por lo menos eso es lo que espero, sino gran parte de los esfuerzos hechos y otros por venir, se irán por la borda.

Agosto 2019




[1] Se habla incluso de la “desfaunización” de los bosques y de otros ecosistemas.
[3] Esta celebración se da desde el año 2010 y se festeja a lo grande en países como India, China, Bután y otros. Su objetivo es llamar la atención sobre el crítico estado de amenaza de este gran felino. ¿Y el Día Internacional del Jaguar? 
[4] Según el DS 004-2014-MINAGRI.

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