Hace unos meses, tras un golpe de lucidez y un destello de valor, decidí abrir dos redes sociales para lanzar mensajes sobre diversos temas. Por supuesto, prevalecerán los tópicos ambientales y los relacionados a múltiples aristas en torno a la diversidad biológica. El título de esta serie de videos nació de una visión que tuve tras escuchar a alguien que decía que la situación que atraviesa el país se asemeja al lugar donde reside el “Ojo de Sauron”, en el cual pululan diversos tipos de orcos que solo responden a lo que ordena su amo, sin pensar y sin chistar y que son expertos dejando el caos por donde van.
Para no
perder de vista los contenidos propalados en las redes sociales, colocaré
algunos de ellos acá. Tal vez un entusiasta orco, orca u orque desee leerlos.
Mis colegas alemanes me
han llamado repetidas veces por al siguiente tema. Resulta que la demanda
interpuesta, en el año 2015, por el peruano Saúl Luciano Lliuya contra la
empresa alemana RWE (Rheinisch-Westfälisches Elektrizitätswerk) habría sido
mandada al archivo. Esta empresa alemana distribuye energía eléctrica, gas y
agua en Europa y América del Norte y fue demandada por nuestro compatriota,
porque su casa estaría amenazada por el calentamiento global y sus
consecuencias. El peruano exigía el pago de una indemnización, pero el jurado
alemán habría determinado que no existe un peligro concreto. La sentencia es
irrevocable.
Luciano vive en Huaraz, como se sabe, una urbe en los Andes, ubicada a 3000 metros de altitud y que alberga a poco más de 150 000 habitantes. La capital de Ancash está rodeada de diversos nevados y lagunas. Es sabido que en cualquier momento se puede dar una desgracia, en forma de deslizamientos, huaycos que pueden arrasar con las comunidades locales.
Es por eso que el peruano demandó
a la empresa RWE para que cubra parcialmente el costo de las medidas de
adaptación y mitigación de los efectos climáticos, producto del calentamiento
global del planeta. ¿Pero por qué la demanda es contra la RWE si esta empresa
no tiene una central energética en el Perú? Porque, según Lliuya, RWE es el
principal emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en Europa y responsable
del 0,5% de las emisiones de GEI en el planeta.
Lliuya pidió al inicio 17
000 euros que cubrirían el 0,5% del costo total para proteger a Huaraz, pero en
el transcurso del juicio, dicho monto se redujo a 13 000 euros, porque se
determinó que RWE solo era responsable del 0,38% de la emisión de GEI a nivel
mundial.
Pese al resultado, el demandante y las instituciones que lo han apoyado en este proceso están bastante contentos, pues se habría creado un precedente. Pero la empresa alemana opina distinto, pues para ellos, una empresa no puede hacerse responsable de este hecho. En el año 2022, la Alta Corte Regional de Hamm, Alemania, ordenó una visita al Perú para conocer la zona. Los altos comisionados determinaron que es imposible que la casa de Lliuya se inunde. La empresa argumenta que, si los demandantes crean un precedente, entonces, se podría demandar a cada conductor de auto. Esto se ve poco real. No obstante, creo que habrá más casos similares. ¿qué opinan? ¿a qué empresa alemana demando por haberme hecho tomar la mejor cerveza del planeta y poner en peligro mi hígado?
Al rescate de las golondrinas
marinas
Sabían que, en la costa
peruana, específicamente en ciudades, como Lima, Arequipa, Ica, Ilo, Tacna,
Nazca, Trujillo y otras, todos los años y, sobre todo, entre abril y agosto,
aparecen en techos, patios, jardines e incluso en las calles, y siempre en la
noche, unas aves pequeñas, del tamaño aproximado de una cuculí, que se llaman
“golondrinas de mar”.
¿Y por qué caen? ¿Qué debemos hacer con ellas? ¿Cómo las reconozco? Aguanta, como dijo Jack el Destripador, vamos por partes. Estas aves marinas, de hábitos nocturnos, son pelágicas, es decir, pasan la mayor parte de su vida en alta mar; y solo se acercan a territorios continentales para reproducirse y anidar; y eventualmente, mudar de plumaje. Tras ello, deben regresar al mar desde la costa, pero ante la presencia de luces, muchas de ellas (sobre todo individuos juveniles) se desvían y pierden el rumbo, atraídas por las luces de las ciudades. Por eso, caen rendidas y desorientadas después de haber estado deambulando en el aire. Y vuelan de noche para evitar depredadores.
Las podemos reconocer
principalmente por sus patas palmeadas (como la de los patos) y porque tienen
un tubo nasal encima del pico. Se pueden distinguir también porque tienen un
collar blanco y porque las plumas de las alas son largas. El distrito donde más
se reporta la presencia de estas aves en Lima es Santiago de Surco. Le siguen
Pueblo Libre, San Borja, San Miguel y Chorrillos.
Cuando caen rendidas
corren peligro porque pueden ser atropelladas, atacadas por perros y gatos o
morir de hambre. Por eso, lo principal es primero, reconocerlas y rescatarlas.
Lo mejor es ponerlas en cajas que tengan en el piso toallas o telas (no papel
periódico) y, sobre todo, no les des de comer y avisa a las autoridades lo más
pronto posible. Hay dos caminos: Escribe al WhatsApp de Alerta SERFOR:
947 588 269 o lleva al o a las aves a la Clínica Veterinaria de la Universidad
Ricardo Palma, de lunes a viernes de 9 am a 5 pm; o sábado de 9 am a 2 pm con
los amigos del Proyecto Golondrina de la Tempestad de Collar.
Más sobre las
golondrinas de mar
Como ya se comentó, en
varias ciudades de la costa peruana y principalmente entre los meses de abril y
agosto podemos encontrar en jardines, techos, patios y en la vía pública a unas
aves pequeñas, que entran en la palma de la mano: las golondrinas de mar. Y
OJO, si tienen patas palmeadas y una nariz que es como un pequeño tubo, ¡sí
son! Son ellas. Para bien o para mal, estas aves son dóciles y no atacan, por
lo que se dejan capturar fácilmente.
Estas golondrinas de mar
son las aves marinas más pequeñas del planeta y son parte de nuestra riqueza
ornitológica. Están perfectamente adaptadas a su hábitat. Tienen alas largas,
en comparación a su cuerpo, pueden volar grandes distancias y dormir en vuelo.
¿De qué especies estamos
hablando? Principalmente, de la golondrina de mar acollarada o de tempestad de
collar (Hydrobates hornbyi) y de la golondrina de mar de Markham
(Hydrobates markhami), dos especies de petreles que están consideradas, junto a
otras del mismo género, como las aves marinas (pelágicas) más pequeñas del
planeta. Ambas especies son endémicas del ecosistema del Mar Frío, es decir, de
la Corriente de Humboldt, por lo que la gran mayoría de registros están en Perú
y Chile. Un dato llamativo es que no se conoce, en el Perú, cuáles son sus lugares
de anidamiento. Se sabe sí que anidan en el desierto de Atacama, en Chile.
Y ¿por qué se sienten
atraídas por la luz artificial? Existen algunas hipótesis: las aves asumen que
es luz ambiental; o piensan que es la primera luz que “vieron” en sus
madrigueras desde el nido y se ven atraídas por ella; o asumen que en ella hay
alimento. No se sabe a ciencia cierta el motivo. Pero lo que sí se sabe es que
la fauna marina puede desorientarse por el exceso de luminosidad que las atrae
hacia las ciudades. Al menos 21 especies del orden Procellariformes (albatros y
petreles) se ven afectadas en el planeta por la contaminación lumínica. Se
estima que, en Perú, cada año caen entre 200 y 300 golondrinas de mar,
afectadas, solo en la ciudad de Lima, según reporta el Proyecto Golondrina de la
Tempestad de Collar.
Ya saben orques, ayúdanos
a proteger a estas fabulosas aves. No puedo pedirles que apaguen todas las
luces, pero que por lo menos las ayuden a regresar a su hábitat.
Y recuerda, si las logras
rescatar, escribe y repórtalas al WhatsApp de Alerta SERFOR: 947 588 269
o llévalas directo a la Clínica Veterinaria de la Universidad Ricardo Palma, de
lunes a viernes de 9 am a 5 pm; o sábado de 9 am a 2 pm con los amigos del Proyecto
Golondrina de la Tempestad de Collar.
Junio 2025
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