Hace unos meses, tras un golpe de lucidez y un destello de valor, decidí abrir dos redes sociales para lanzar mensajes sobre diversos temas. Por supuesto, prevalecerán los tópicos ambientales y los relacionados a múltiples aristas en torno a la diversidad biológica. El título de esta serie de videos nació de una visión que tuve tras escuchar a alguien que decía que la situación que atraviesa el país se asemeja al lugar donde reside el “Ojo de Sauron”, en el cual pululan diversos tipos de orcos que solo responden a lo que ordena su amo, sin pensar y sin chistar y que son expertos dejando el caos por donde van.
Para no
perder de vista los contenidos propalados en las redes sociales, colocaré
algunos de ellos acá. Tal vez un entusiasta orco, orca u orque desee leerlos.
¿Sabían que los árboles de la Amazonia, en promedio, han crecido en las
últimas décadas más de lo esperado, justamente debido al cambio climático,
producto del calentamiento global del planeta? Y es que, el aumento de la
concentración de CO₂ en la
atmósfera acelera el crecimiento de los árboles, según informan investigadores
en la revista "Nature Plants".
Según el estudio, los árboles crecieron un promedio de 3,2% más por década, lo que los investigadores atribuyen a la concentración de CO₂ en la atmósfera, que aumentó continuamente durante el período analizado, principalmente debido a la quema de carbón, petróleo y gas. El crecimiento fue observado, tanto en árboles grandes como pequeños.
Los árboles de gran tamaño son importantes para el almacenamiento de CO₂, enfatizan los autores. La autora principal, Adriane Esquivel-Muelbert, de la Universidad de Cambridge subraya que «A pesar del temor de que el cambio climático pueda afectar negativamente a los árboles de la Amazonía y dinamitar su efecto de sumidero de carbono, el efecto estimulante del CO₂ sobre el crecimiento persiste, Esto demuestra la notable resiliencia de estos bosques, al menos por ahora».
El estudio también destaca los peligros de la deforestación en la Amazonia.
Los grandes árboles tropicales tienen cientos de años. No podemos simplemente
plantar árboles nuevos y esperar que brinden beneficios similares en términos
de captura de carbono o biodiversidad a los del antiguo bosque natural.
¿El CO2 ayuda a tener
bosques más "robustos"? ¿Y lo de "carbono neutral" y lo de
"compensar las emisiones de CO2"? ¿Para qué? ¡Sigamos haciendo
parrillas para tener más árboles!
Hemos “perdido” una
especie de ave endémica
Lorchas y lorchos, según informa la Unión de Ornitólogos del Perú (UNOP) en su página web, la República Bananera del Perú tiene, a setiembre de 2025, dos especies nuevas de aves. La primera es el colibrí gigante del norte (Patagonas peruviana) que es un pariente del colibrí gigante de los Andes o del sur (Patagonas gigas) que, dicho sea de paso, es (o era) el colibrí más grande del mundo y era el “original”.
Por otro lado, el
pinchaflor enmascarado (Diglossa cyanea) ha sido separado en dos
especies, Diglossa cyanea (Warbling Masked-Flowerpiercer) y Diglossa
melanopis (Whistling Masked-Flowerpiercer). Lo interesante en este caso es
que ambas especies están separadas por el valle del río Marañón. D. cyanea
al sur y D. melanopis al norte.
En ambos casos, los
análisis de ADN y mitocondriales determinaron que era correcta la sospecha que
los individuos del norte eran distintos morfológicamente (plumaje) a los del
sur.
Pero OJO, los números se
mueven permanentemente. Hace unos días se informó, en Facebook y en el grupo
Aves del Perú, que hemos “perdido” una especie endémica: el churrete costero
peruano (Cinclodes taczanowskii) porque ha sido visto en Chile, en el
Humedal del Río Lluta, ubicado a tan solo 12 kilómetros de la frontera (línea
roja), cerca de Arica. Ahora, el país sureño suma una especie más.
Recordemos que las
especies endémicas siempre van asociadas a un lugar o país; y solo se les puede
encontrar en esos espacios. Este churrete era endémico del Perú, ya fue. ¿Por
qué tenemos estos casos? ¿Debemos declararle la guerra a Chile por esta “apropiación?
Así como hemos perdido esta vez, en los últimos años hemos ganado ya varias especies que han venido, principalmente, de Ecuador y Brasil. Pero, ¿por qué sucede esto? Una de las causas es la deforestación, que como sabemos, avanza casi imparable y llega a las fronteras internacionales. Por ello, muchas aves buscan “escapar” de este mal y encuentran “refugio” en el Perú, porque, pese a todo, aún tenemos una cobertura forestal en un relativo buen estado de conservación.
Por otro lado, muchas aves
aprovechan la deforestación y avanzan con esta, es decir usan como hábitat
principal los bordes de bosques, sabanas y áreas agrícolas que suceden a la
deforestación. Y con terrenos “pelados” estas aves salen ganadas y colonizan
nuevos espacios sin problema alguno; y bueno, lo hacen porque es su hábitat
principal. Como ven, la fauna silvestre no conoce de fronteras políticas; y
muchas especies pierden con la deforestación, pero otras salen ganando. Otros
factores, como la degradación del hábitat, obligan a que busquen espacios
saludables. Eso podría haber pasado con el churrete costero (ex peruano).
Urge analizar a dónde
van los fondos económicos para la conservación
En un artículo publicado
en febrero de 2025, titulado: “La financiación global limitada y sesgada
para la conservación significa que la mayoría de las especies amenazadas siguen
sin recibir apoyo”, se muestra los resultados de un análisis hecho
durante 25 años, a 14 600 proyectos de conservación de especies de fauna
silvestre. Existirían sesgos en el financiamiento de muchas iniciativas que
impiden conservar especies o grupos taxonómicos que requieren más apoyo y
atención. Esto, finalmente, impide una conservación eficaz de la diversidad
biológica del planeta.
El artículo menciona que
“los esfuerzos de conservación se concentran principalmente en un subconjunto
reducido de especies, algunas no amenazadas, mientras que la mayoría de las
especies que necesitan protección urgente son ignoradas en gran medida”.
En el texto se exhorta a
que los gobiernos y sociedad civil adopten urgentemente nuevos enfoques para
ayudar a abordar este problema e impulsar una reasignación de las prioridades
de financiamiento, con el fin de girar los focos hacia la conservación de especies
realmente vulnerables y actualmente desatendidas. Se indica además que “la
conservación de la biodiversidad representa un desafío global mientras el mundo
experimenta su sexta extinción masiva. Comprender cómo se asignan los esfuerzos
de conservación es fundamental para proteger eficazmente a las especies
amenazadas”.
Al comparar los estados de
amenaza oficiales de las especies, se apreció que varios grupos altamente
amenazados, como los anfibios, murciélagos, peces y otros, reciben poco apoyo
(o nulo). Dentro de grupos específicos (p. ej., mamíferos y reptiles), el financiamiento
se concentra solo en pocos taxones, lo que deja sin apoyo a la mayoría de sus
especies amenazadas. Se requiere por eso, evaluar los riesgos de extinción de
los taxones desatendidos, especialmente las especies más pequeñas (y actualizar
las listas oficiales).
Paradójicamente, mientras
que aproximadamente el 6% de las especies identificadas como amenazadas
recibieron apoyo de fondos de conservación, el 29% de la financiación se asignó
a especies de "preocupación menor".
En África, se ha
invertido más de 33,4 millones de dólares en la investigación de elefantes
desde 2013, lo cual continúa, pese a que los programas de conservación del
elefante africano han tenido tanto éxito que se ha debido iniciar programas de
anticoncepción para algunas poblaciones, con el fin de prevenir un mayor
crecimiento poblacional.
¿Cómo estamos al
respecto en el Nuevo Mordor? Por ahí siempre surgen los que quieren que “sus
especies” estén en las categorías más altas de amenaza, ¿para qué? para
postular a fondos económicos. Ojalá me equivoque. ¿Qué opinan?
Octubre
2025








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