“Si desaparece el monte, desaparece el aguaruna”
Los aguaruna son el grupo indígena más numeroso de la selva peruana, después de los ashaninka, con más de 50 mil habitantes repartidos en las regiones de Amazonas, Cajamarca, Loreto y San Martín. El nativo aguaruna vive en estrecho contacto y armonía con el bosque. Sus valores espirituales, conocimientos básicos y visión del mundo nacen y se sustentan en la existencia y permanencia de la selva, como un todo omnipresente. Su vida gira en torno al bosque. Todas sus manifestaciones culturales y productivas las incorporan como un elemento inspirador al que se le debe rendir culto y tributo.
Los “otros” pueblan casi toda la tierra y están repartidos en los cinco continentes. Estos sensibles pobladores viven en perfecto contacto con su entorno de metal y cemento. Sus valores culturales, espirituales y sus conocimientos son tan diversos que deberían servir para solucionar varios de sus problemas, sin embargo, no es así. Sus vidas giran alrededor de conseguir una estabilidad económica que les permita llegar tranquilos a los últimos años de su existencia. Ellos le rinden culto a diversos motivos, cada uno distinto del otro, pero en el fondo, parecen ser lo mismo.
La educación que se transmite entre los aguaruna a lo largo de todas las generaciones, busca el manejo correcto y equilibrado del bosque. El nativo de esta zona vive en perfecta armonía con su suelo y comprende perfectamente que si el bosque desaparece, él también desaparece. La interdependencia implica mecanismos complejos indescifrables. Habría que convivir varios años con ellos para entenderlos, sin embargo, aún así, no lo lograríamos, por la simple razón que no pertenecemos a ese suelo. Nuestro suelo es de asfalto y concreto, no lo es el de las hojas caídas y tierra húmeda.
Los “otros” buscan educar a los suyos según el modelo y sistema imperante. Los modelos educativos están programados para brindar únicamente el arsenal mínimo de conocimientos y valores para afrontar lo que pueda venir en el futuro. No podemos afirmar que viven en armonía, de ninguna manera. Basta revisar la historia y los diarios. Si él desaparece, todo desaparece, pues para el “otro”, él lo es todo y no tiene sentido desaparecer él mismo antes que aquello que lo rodea. Es así como en su afán de dominar todo, él está posibilitado de destruir lo que se interpone en su camino, como por ejemplo, miles de hectáreas de bosque.
Los sonidos musicales que producen los aguaruna son una copia de los sonidos del bosque. Asimismo, las letras de las canciones reflejan la vida cotidiana en interrelación con la naturaleza. La fuente de vida para el aguaruna es el Sol, “Etsa”. Este Dios es el sustento de todo lo que lo rodea. El dios mitológico o “nugkui” les enseñó a producir, recolectar, cazar y sobrevivir. Este padre de la producción castiga a quien utiliza mal los recursos. ¿No debería este Dios castigar a “otros” que depredan el bosque?
La música de los “otros” es muy variada. Desde una constante y lineal música de Bali carente de clímax, hasta unos lamentos profundos y desentonadas notas andinas (calificando quizá, una característica de dicha melodía) de Cajamarca. Los mensajes reflejan desgracias, estados de ánimo, quejas y sentimientos desoladores. El arte se presenta a veces para buscar el origen de todo en este universo confuso. Ese origen les ofreció las herramientas para sobrevivir. Una vez obtenido el uso perfecto, sólo le queda satisfacer sus necesidades. Los que van llegando deben acoplarse al sistema ya establecido y deben ver como se las ingenian. Esa adaptación puede durar toda una vida.
La protección que le da el aguaruna al bosque, y en general el indígena amazónico, tiene una finalidad utilitaria de subsistencia. El bosque les provee de alimentos, de protección, de refugio y de un universo con el que ellos viven en conjunción. Grande debe ser la desesperación del aguaruna cuando percibe que los animales del bosque empiezan a desaparecer. Nosotros desde nuestros cálidos hogares nos lo imaginamos muy vagamente. Es necesario vivir y depender del bosque para saber de qué estamos hablando. Otra vez la arrogancia civilizada.
El cuidado y manutención que le ofrece el “otro” a su entorno, es insuficiente. Los sistemas complejos y flexibles requieren energía, y esa energía requiere ser extraída y procesada. Para tales fines utiliza el medio ambiente. La manera de utilizar este recurso es diversa. Solamente cuando se percata que ya es muy tarde, actúa y modera sus hábitos de depredador. Siendo parte de un sistema complejo, es muy difícil entender sus mecanismos de comportamiento.
Batería de interrogantes sin respuesta clara: Los “Otros” contra los Aguaruna
Cómo podemos aplicar todos los conocimientos recibidos en nuestra imperiosa formación académica, si sólo conocemos la teoría y no la verdadera realidad. Cómo mantener nuestras manifestaciones y costumbres ante el avance de elementos foráneos. Cómo reaccionar si un día despertamos y vemos que nuestro entorno está formado por árboles de indescriptibles formas y sonidos desconocidos. Cómo detener nuestra posible extinción. Cómo saber que dependemos ahora de la naturaleza. Cómo saber que existen otros seres semejantes a nosotros que atentan contra lo que es nuestro. Cómo adaptar nuestras costumbres a un entorno distinto. Cómo saber que nuestros organismos son tan vulnerables ante el acoso de virus invisibles. Cómo desenvolvernos en un sistema ajeno al que por soberbia calificamos de simple. Cómo saber que existe el power point y el celular. Cómo entender y subsistir en un sistema que sí es complejo. Cómo saber que nuestras fotos pueden ser escaneadas y enviadas a cualquier parte del planeta. Cómo establecer mecanismos que aseguren una equidad social. Cómo saber que existe la política, el Congreso, las elecciones, el referéndum, la globalización y otros pandemonios. Cómo desarrollar un sistema de manejo racional de recursos naturales. Cómo saber que existen o existieron Diamond, Hunn, Castells, Morin, Bateson, Bodley, Nietzsche u otro de esos barbones que para todo tienen o tenían una respuesta. Cómo entender nuestro verdadero origen. Cómo saber qué quieren los colonos que nos invaden. Cómo avizorar lo que nos espera. Cómo entender ese idioma extraño que es el castellano. Cómo saber si no estamos solos en el universo. Cómo dejar de beber masato. Cómo salir de esta crisis. Cómo dejar que nuevas cosas nos invadan. Cómo tratar a los “no contactados”.
Cómo comprender a estos “blanquitos”. Cómo entender a estos “calatos”. ¿Nos entenderemos alguna vez? ¿Es necesario? ¿Quién sobrevivirá? ¿De eso estamos hablando no? ¿Nosotros o ellos? ¿Nosotros o ustedes?
Ellos miran el mundo desde una perspectiva, nosotros desde otra quizá totalmente distinta. ¿Quién mira mejor el mundo? ¿Desde dónde estamos mirando? ¿Qué cristales facilitan o impiden nuestra visión? ¿Quién impide a quién? Los aguaruna ven y perciben su entorno desde el bosque. El hombre civilizado (porque no decir: nosotros) ve y percibe todo desde un aula, una laptop, un avión o desde un edificio en Kuala Lumpur, Nueva York o Berlín.
La alimentación del aguaruna se basa en la proteína animal. Peces y animales del monte escasean. La principal y quizá única fuente de proteína se agota. ¿Qué les queda o les está quedando? Los aguaruna se ven forzados a introducir en su alimentación el arroz, los fideos y diversas especias. Estos cambios los hacen más débiles, pues sólo se satisfacen y no reciben un promedio de proteínas suficiente para afrontar la fuerte vida de la selva. Quienes más sufren estos cambios dietéticos son como siempre los niños y los ancianos.
El “otro” tiene una alimentación omnívora basada en todo lo que tenga vida y se mueva. Es misión indispensable asegurar las fuentes de alimento. La naturaleza provee, él la transforma. Las economías toman como punto importante el tema de la obtención de los alimentos, sin embargo, millones de personas mueren de inanición. Mientras que en algunos países sobra el alimento, en otros falta. Algo realmente paradójico
El bosque en las manifestaciones culturales de los Aguaruna
Para el aguaruna todo su mundo gira en torno al bosque, todo se inicia y termina ahí. La compenetración del aguaruna con la selva parte de los niveles más ínfimos hasta abarcarlo todo. No hay mucho más allá del bosque. Los matices de dependencia con su entorno con los que convive el nativo, son el motor que lleva a desarrollarse en él y con él. En las manifestaciones culturales de esta etnia se percibe el ingrediente principal que es su territorio. Esta simbiosis es muy fuerte y ha garantizado la supervivencia, además del establecimiento exitoso de los aguaruna. Sin embargo, se están expandiendo diversas epidemias culturales invasoras dentro de los aguaruna. Su cosmovisión empieza a virar hacia otros rumbos contra los que no están preparados. Esto conlleva a transformaciones culturales que están desencadenando conflictos sociales internos.
Estos cambios que se vienen dando, son caldo de cultivo de muchos problemas. Los que más los están viviendo son los hombres, que por su jerarquía tienen más contacto con los “otros” o con la “civilización”. Ya desde niños a los aguaruna se les inculca sus roles en su sociedad. El niño es reconocido como suki (testículo) y la niña como muntso (pecho) esto permite identificar desde los primeros años el tema reproductor y del cuidado de la familia como pieza fundamental de su subsistencia. Si esta relación cambia como se está dando, un nexo importante puede romperse y desbaratar a todo un pueblo que viene siendo amenazado. ¿Podemos estar hablando de peligro de extinción?
Transformaciones culturales, producto de la intromisión de elementos ajenos al sistema
La inmigración local en territorios aguaruna es la portadora de características y patrones de comportamiento ajenos a este pueblo. Estos se van filtrando y asentando en la sociedad aguaruna generando nuevas relaciones familiares, nuevos papeles tanto de la mujer, como del hombre y el eclipse parcial de la transmisión de conocimientos de generación en generación. Asimismo, es portadora también de otro elemento importante que resquebraja los patrones culturales: las sectas evangélicas. En su imparable misión de enrolar adeptos, introducen costumbres y prerrogativas que modifican el estilo de vida de los aguaruna y transforman por completo la cultura local.
La doctrina de los evangélicos ejerce una fuerte influencia en los patrones de comportamiento del aguaruna. Esta plantea la prohibición del uso de plantas medicinales y del consumo del masato . Esta bebida es un elemento importante dentro de las relaciones sociales de los aguaruna. Dicha bebida es producida y administrada por la mujer, confiriéndole el atributo de dominar y regir su suministro. Esta situación fortalece su rol en el hogar y le otorga un papel preponderante en eventos sociales (fiestas y mingas). La mujer aguaruna regula y busca mantener estas tradiciones. Su papel es decisivo, pero cada día pierde más protagonismo y su poder se va desvaneciendo.
Esto genera grietas que se manifiestan en problemas de índole familiar, que tendrán consecuencias en las generaciones venideras. La mujer se haya actualmente en un periodo de transición difícil e inestable. Por un lado, sigue acarreando un pasado tradicional, y por el otro, los nuevos elementos foráneos no le permiten seguir manteniendo su rol natural ya establecido.
Un fenómeno de singular importancia es la alta cuota de intentos de suicidio de mujeres aguaruna en la zona del medio Marañón. Dicho fenómeno encuentra posiblemente su origen en estas transformaciones sociales. Las mujeres sufren más estos cambios, pese a que el hombre tiene un contacto más directo con el nuevo estilo de vida. Aquellos cambios en la sociedad aguaruna deben ser analizados con suma delicadez y entendidos cabalmente para poder establecer el daño que produce la inmigración. Siempre existe una cultura más fuerte que empaña y enajena a la otra. Esto puede y debe evitarse. Para combatir esa problemática se debe frenar la inmigración y para tal fin se deben garantizar posibilidades de desarrollo en la sierra del país y en la misma selva.
Producto de esta intromisión en la sociedad aguaruna es el consumo de la cerveza (que también reemplaza al masato), los productos textiles y la música. Todos estos elementos tan comunes en nuestra sociedad (y quizás hasta necesarios) generan grietas en un sistema complejo. En el caso de la cerveza, ya se ha visto el daño que produce la reducción en el consumo del masato. El consumo de la cerveza y de otros aguardientes está asociado con la música. Las nuevas manifestaciones musicales generan que el aguaruna se vaya desligando de sus propias manifestaciones culturales y adopte nuevos patrones.
En muchas celebraciones de los aguaruna ya no se baila al compás de su música, sino al compás de tecnocumbia y otros ritmos. Los lazos familiares son quebrados poco a poco con la falta de comunicación y de reuniones que impulsan estas “nuevas” actividades culturales. Asimismo, la introducción de productos textiles, genera que las técnicas aguaruna para la confección de sus prendas vayan desapareciendo, ya que no son necesarias. La transmisión oral de estas técnicas se va perdiendo a través de las generaciones actuales y con ellas los vínculos se van haciendo más débiles.
Otro ejemplo claro, es el uso de armas de fuego. El mayor acceso a estas favorece la presión sobre el entorno, que ya de por sí es frágil, sin embargo el aguaruna requiere satisfacer su dieta de proteína animal. Los elementos foráneos también han generado un cambio en los sistemas de caza. El uso de la cerbatana y de las trampas ha desaparecido y ha aumentado el uso de las escopetas de 16 mm y de las carabinas de aire comprimido. El uso de esta última (de menor tamaño y potencia en comparación con las escopetas) indica que es difícil encontrar presas grandes, sin embargo, demuestra que los hábitos de caza aún no han desaparecido y siguen siendo parte de las principales actividades de los aguaruna.
Otros cambios en la sociedad aguaruna, producto del contacto con el Estado, se generan con la actuación de diversas figuras políticas muy cuestionadas por los nativos por su inoperancia. Un conjunto de gobernadores, teniente-gobernadores, alcaldes, delegados y otros forman un grupo de autoridades muy cuestionados por las familias aguaruna. Por otro lado, también existe una falta de liderazgo que genera la elección de alcaldes no nativos.
¿Qué se viene?
Si analizamos lo que denominamos die Weltanschauung de los aguaruna y de nuestra sociedad, encontramos quizá algunas coincidencias pero definitivamente, lo que más destaca es el número de características totalmente distintas y en algunos casos, totalmente opuestas. Sin embargo, de algo podemos estar seguros: el hombre, sea como sea, se adapta al medio ambiente. Para tal fin, debe crear distintos parámetros de conducta que le permitan definir categorías, jerarquías y modelos de producción. Las distintas maneras de lograr una visión total del mundo juegan un papel muy importante, pues son estas las que permiten establecer cómo es que debemos reaccionar ante lo que nos rodea.
La manera de percibir el mundo como un lugar que nos acoge y nos ofrece lo que necesitamos, debe hacernos reflexionar en lo que nuestra conducta puede generar si es que no logramos un equilibrio en los sistemas ya establecidos. Producir transformaciones puede ser saludable y puede traer varios aspectos positivos, no obstante, si no sabemos medir lo que éstas generan para otros sistemas estaremos quebrando una cosmovisión ajena a la nuestra, pero no por eso con derecho a seguir manteniendo sus raíces.
El futuro no es muy alentador. Las sociedades de los pueblos aislados por voluntad propia son un ejemplo. Existen aún muchos de estos grupos humanos que no han tenido contacto aún con la “cultura occidental”. ¿Se les puede obligar a que nos contacten? ¿Debemos contactarlos? ¿Cómo manejar estas interrogantes?
La cosmovisión de estos pueblos es un tema desconocido para nosotros. Para muchos debe ser un tema fascinante. Pero para conocer esa cosmovisión hay que conocer a estos grupos humanos. En este punto surge la controversia ¿Acaso ellos quieren ser contactados? ¿Es posible que se establezca un contacto parcial para poder brindarles algunos elementos que les sirvan (medicina y ropa) o es mejor evitar tal contacto?
Perú, y en especial Brasil, poseen una gran cantidad de grupos aislados por voluntad propia. Es necesario definir estrategias de conservación de zonas que protejan el bosque y a estos habitantes. Si se contactan o no, eso puede ser materia de discusión, pero lo que sí se puede hacer es conservar dichos territorios. En nuestra cosmovisión debe figurar este aspecto, sólo así podremos decir que vivimos en una búsqueda de armonía con nuestro entorno. Estoy seguro que los aguaruna y otras etnias, sí incorporan la conservación de su entorno como algo primordial. En ese aspecto nos llevan una gran ventaja.
Weltanschauung: Puede ser definido como la formación de la concepción general del mundo, o quizás como “World-view” o tal vez como Cosmovisión.
Octubre 2005
Los aguaruna son el grupo indígena más numeroso de la selva peruana, después de los ashaninka, con más de 50 mil habitantes repartidos en las regiones de Amazonas, Cajamarca, Loreto y San Martín. El nativo aguaruna vive en estrecho contacto y armonía con el bosque. Sus valores espirituales, conocimientos básicos y visión del mundo nacen y se sustentan en la existencia y permanencia de la selva, como un todo omnipresente. Su vida gira en torno al bosque. Todas sus manifestaciones culturales y productivas las incorporan como un elemento inspirador al que se le debe rendir culto y tributo.
Los “otros” pueblan casi toda la tierra y están repartidos en los cinco continentes. Estos sensibles pobladores viven en perfecto contacto con su entorno de metal y cemento. Sus valores culturales, espirituales y sus conocimientos son tan diversos que deberían servir para solucionar varios de sus problemas, sin embargo, no es así. Sus vidas giran alrededor de conseguir una estabilidad económica que les permita llegar tranquilos a los últimos años de su existencia. Ellos le rinden culto a diversos motivos, cada uno distinto del otro, pero en el fondo, parecen ser lo mismo.
La educación que se transmite entre los aguaruna a lo largo de todas las generaciones, busca el manejo correcto y equilibrado del bosque. El nativo de esta zona vive en perfecta armonía con su suelo y comprende perfectamente que si el bosque desaparece, él también desaparece. La interdependencia implica mecanismos complejos indescifrables. Habría que convivir varios años con ellos para entenderlos, sin embargo, aún así, no lo lograríamos, por la simple razón que no pertenecemos a ese suelo. Nuestro suelo es de asfalto y concreto, no lo es el de las hojas caídas y tierra húmeda.
Los “otros” buscan educar a los suyos según el modelo y sistema imperante. Los modelos educativos están programados para brindar únicamente el arsenal mínimo de conocimientos y valores para afrontar lo que pueda venir en el futuro. No podemos afirmar que viven en armonía, de ninguna manera. Basta revisar la historia y los diarios. Si él desaparece, todo desaparece, pues para el “otro”, él lo es todo y no tiene sentido desaparecer él mismo antes que aquello que lo rodea. Es así como en su afán de dominar todo, él está posibilitado de destruir lo que se interpone en su camino, como por ejemplo, miles de hectáreas de bosque.
Los sonidos musicales que producen los aguaruna son una copia de los sonidos del bosque. Asimismo, las letras de las canciones reflejan la vida cotidiana en interrelación con la naturaleza. La fuente de vida para el aguaruna es el Sol, “Etsa”. Este Dios es el sustento de todo lo que lo rodea. El dios mitológico o “nugkui” les enseñó a producir, recolectar, cazar y sobrevivir. Este padre de la producción castiga a quien utiliza mal los recursos. ¿No debería este Dios castigar a “otros” que depredan el bosque?
La música de los “otros” es muy variada. Desde una constante y lineal música de Bali carente de clímax, hasta unos lamentos profundos y desentonadas notas andinas (calificando quizá, una característica de dicha melodía) de Cajamarca. Los mensajes reflejan desgracias, estados de ánimo, quejas y sentimientos desoladores. El arte se presenta a veces para buscar el origen de todo en este universo confuso. Ese origen les ofreció las herramientas para sobrevivir. Una vez obtenido el uso perfecto, sólo le queda satisfacer sus necesidades. Los que van llegando deben acoplarse al sistema ya establecido y deben ver como se las ingenian. Esa adaptación puede durar toda una vida.
La protección que le da el aguaruna al bosque, y en general el indígena amazónico, tiene una finalidad utilitaria de subsistencia. El bosque les provee de alimentos, de protección, de refugio y de un universo con el que ellos viven en conjunción. Grande debe ser la desesperación del aguaruna cuando percibe que los animales del bosque empiezan a desaparecer. Nosotros desde nuestros cálidos hogares nos lo imaginamos muy vagamente. Es necesario vivir y depender del bosque para saber de qué estamos hablando. Otra vez la arrogancia civilizada.
El cuidado y manutención que le ofrece el “otro” a su entorno, es insuficiente. Los sistemas complejos y flexibles requieren energía, y esa energía requiere ser extraída y procesada. Para tales fines utiliza el medio ambiente. La manera de utilizar este recurso es diversa. Solamente cuando se percata que ya es muy tarde, actúa y modera sus hábitos de depredador. Siendo parte de un sistema complejo, es muy difícil entender sus mecanismos de comportamiento.
Batería de interrogantes sin respuesta clara: Los “Otros” contra los Aguaruna
Cómo podemos aplicar todos los conocimientos recibidos en nuestra imperiosa formación académica, si sólo conocemos la teoría y no la verdadera realidad. Cómo mantener nuestras manifestaciones y costumbres ante el avance de elementos foráneos. Cómo reaccionar si un día despertamos y vemos que nuestro entorno está formado por árboles de indescriptibles formas y sonidos desconocidos. Cómo detener nuestra posible extinción. Cómo saber que dependemos ahora de la naturaleza. Cómo saber que existen otros seres semejantes a nosotros que atentan contra lo que es nuestro. Cómo adaptar nuestras costumbres a un entorno distinto. Cómo saber que nuestros organismos son tan vulnerables ante el acoso de virus invisibles. Cómo desenvolvernos en un sistema ajeno al que por soberbia calificamos de simple. Cómo saber que existe el power point y el celular. Cómo entender y subsistir en un sistema que sí es complejo. Cómo saber que nuestras fotos pueden ser escaneadas y enviadas a cualquier parte del planeta. Cómo establecer mecanismos que aseguren una equidad social. Cómo saber que existe la política, el Congreso, las elecciones, el referéndum, la globalización y otros pandemonios. Cómo desarrollar un sistema de manejo racional de recursos naturales. Cómo saber que existen o existieron Diamond, Hunn, Castells, Morin, Bateson, Bodley, Nietzsche u otro de esos barbones que para todo tienen o tenían una respuesta. Cómo entender nuestro verdadero origen. Cómo saber qué quieren los colonos que nos invaden. Cómo avizorar lo que nos espera. Cómo entender ese idioma extraño que es el castellano. Cómo saber si no estamos solos en el universo. Cómo dejar de beber masato. Cómo salir de esta crisis. Cómo dejar que nuevas cosas nos invadan. Cómo tratar a los “no contactados”.
Cómo comprender a estos “blanquitos”. Cómo entender a estos “calatos”. ¿Nos entenderemos alguna vez? ¿Es necesario? ¿Quién sobrevivirá? ¿De eso estamos hablando no? ¿Nosotros o ellos? ¿Nosotros o ustedes?
Ellos miran el mundo desde una perspectiva, nosotros desde otra quizá totalmente distinta. ¿Quién mira mejor el mundo? ¿Desde dónde estamos mirando? ¿Qué cristales facilitan o impiden nuestra visión? ¿Quién impide a quién? Los aguaruna ven y perciben su entorno desde el bosque. El hombre civilizado (porque no decir: nosotros) ve y percibe todo desde un aula, una laptop, un avión o desde un edificio en Kuala Lumpur, Nueva York o Berlín.
La alimentación del aguaruna se basa en la proteína animal. Peces y animales del monte escasean. La principal y quizá única fuente de proteína se agota. ¿Qué les queda o les está quedando? Los aguaruna se ven forzados a introducir en su alimentación el arroz, los fideos y diversas especias. Estos cambios los hacen más débiles, pues sólo se satisfacen y no reciben un promedio de proteínas suficiente para afrontar la fuerte vida de la selva. Quienes más sufren estos cambios dietéticos son como siempre los niños y los ancianos.
El “otro” tiene una alimentación omnívora basada en todo lo que tenga vida y se mueva. Es misión indispensable asegurar las fuentes de alimento. La naturaleza provee, él la transforma. Las economías toman como punto importante el tema de la obtención de los alimentos, sin embargo, millones de personas mueren de inanición. Mientras que en algunos países sobra el alimento, en otros falta. Algo realmente paradójico
El bosque en las manifestaciones culturales de los Aguaruna
Para el aguaruna todo su mundo gira en torno al bosque, todo se inicia y termina ahí. La compenetración del aguaruna con la selva parte de los niveles más ínfimos hasta abarcarlo todo. No hay mucho más allá del bosque. Los matices de dependencia con su entorno con los que convive el nativo, son el motor que lleva a desarrollarse en él y con él. En las manifestaciones culturales de esta etnia se percibe el ingrediente principal que es su territorio. Esta simbiosis es muy fuerte y ha garantizado la supervivencia, además del establecimiento exitoso de los aguaruna. Sin embargo, se están expandiendo diversas epidemias culturales invasoras dentro de los aguaruna. Su cosmovisión empieza a virar hacia otros rumbos contra los que no están preparados. Esto conlleva a transformaciones culturales que están desencadenando conflictos sociales internos.
Estos cambios que se vienen dando, son caldo de cultivo de muchos problemas. Los que más los están viviendo son los hombres, que por su jerarquía tienen más contacto con los “otros” o con la “civilización”. Ya desde niños a los aguaruna se les inculca sus roles en su sociedad. El niño es reconocido como suki (testículo) y la niña como muntso (pecho) esto permite identificar desde los primeros años el tema reproductor y del cuidado de la familia como pieza fundamental de su subsistencia. Si esta relación cambia como se está dando, un nexo importante puede romperse y desbaratar a todo un pueblo que viene siendo amenazado. ¿Podemos estar hablando de peligro de extinción?
Transformaciones culturales, producto de la intromisión de elementos ajenos al sistema
La inmigración local en territorios aguaruna es la portadora de características y patrones de comportamiento ajenos a este pueblo. Estos se van filtrando y asentando en la sociedad aguaruna generando nuevas relaciones familiares, nuevos papeles tanto de la mujer, como del hombre y el eclipse parcial de la transmisión de conocimientos de generación en generación. Asimismo, es portadora también de otro elemento importante que resquebraja los patrones culturales: las sectas evangélicas. En su imparable misión de enrolar adeptos, introducen costumbres y prerrogativas que modifican el estilo de vida de los aguaruna y transforman por completo la cultura local.
La doctrina de los evangélicos ejerce una fuerte influencia en los patrones de comportamiento del aguaruna. Esta plantea la prohibición del uso de plantas medicinales y del consumo del masato . Esta bebida es un elemento importante dentro de las relaciones sociales de los aguaruna. Dicha bebida es producida y administrada por la mujer, confiriéndole el atributo de dominar y regir su suministro. Esta situación fortalece su rol en el hogar y le otorga un papel preponderante en eventos sociales (fiestas y mingas). La mujer aguaruna regula y busca mantener estas tradiciones. Su papel es decisivo, pero cada día pierde más protagonismo y su poder se va desvaneciendo.
Esto genera grietas que se manifiestan en problemas de índole familiar, que tendrán consecuencias en las generaciones venideras. La mujer se haya actualmente en un periodo de transición difícil e inestable. Por un lado, sigue acarreando un pasado tradicional, y por el otro, los nuevos elementos foráneos no le permiten seguir manteniendo su rol natural ya establecido.
Un fenómeno de singular importancia es la alta cuota de intentos de suicidio de mujeres aguaruna en la zona del medio Marañón. Dicho fenómeno encuentra posiblemente su origen en estas transformaciones sociales. Las mujeres sufren más estos cambios, pese a que el hombre tiene un contacto más directo con el nuevo estilo de vida. Aquellos cambios en la sociedad aguaruna deben ser analizados con suma delicadez y entendidos cabalmente para poder establecer el daño que produce la inmigración. Siempre existe una cultura más fuerte que empaña y enajena a la otra. Esto puede y debe evitarse. Para combatir esa problemática se debe frenar la inmigración y para tal fin se deben garantizar posibilidades de desarrollo en la sierra del país y en la misma selva.
Producto de esta intromisión en la sociedad aguaruna es el consumo de la cerveza (que también reemplaza al masato), los productos textiles y la música. Todos estos elementos tan comunes en nuestra sociedad (y quizás hasta necesarios) generan grietas en un sistema complejo. En el caso de la cerveza, ya se ha visto el daño que produce la reducción en el consumo del masato. El consumo de la cerveza y de otros aguardientes está asociado con la música. Las nuevas manifestaciones musicales generan que el aguaruna se vaya desligando de sus propias manifestaciones culturales y adopte nuevos patrones.
En muchas celebraciones de los aguaruna ya no se baila al compás de su música, sino al compás de tecnocumbia y otros ritmos. Los lazos familiares son quebrados poco a poco con la falta de comunicación y de reuniones que impulsan estas “nuevas” actividades culturales. Asimismo, la introducción de productos textiles, genera que las técnicas aguaruna para la confección de sus prendas vayan desapareciendo, ya que no son necesarias. La transmisión oral de estas técnicas se va perdiendo a través de las generaciones actuales y con ellas los vínculos se van haciendo más débiles.
Otro ejemplo claro, es el uso de armas de fuego. El mayor acceso a estas favorece la presión sobre el entorno, que ya de por sí es frágil, sin embargo el aguaruna requiere satisfacer su dieta de proteína animal. Los elementos foráneos también han generado un cambio en los sistemas de caza. El uso de la cerbatana y de las trampas ha desaparecido y ha aumentado el uso de las escopetas de 16 mm y de las carabinas de aire comprimido. El uso de esta última (de menor tamaño y potencia en comparación con las escopetas) indica que es difícil encontrar presas grandes, sin embargo, demuestra que los hábitos de caza aún no han desaparecido y siguen siendo parte de las principales actividades de los aguaruna.
Otros cambios en la sociedad aguaruna, producto del contacto con el Estado, se generan con la actuación de diversas figuras políticas muy cuestionadas por los nativos por su inoperancia. Un conjunto de gobernadores, teniente-gobernadores, alcaldes, delegados y otros forman un grupo de autoridades muy cuestionados por las familias aguaruna. Por otro lado, también existe una falta de liderazgo que genera la elección de alcaldes no nativos.
¿Qué se viene?
Si analizamos lo que denominamos die Weltanschauung de los aguaruna y de nuestra sociedad, encontramos quizá algunas coincidencias pero definitivamente, lo que más destaca es el número de características totalmente distintas y en algunos casos, totalmente opuestas. Sin embargo, de algo podemos estar seguros: el hombre, sea como sea, se adapta al medio ambiente. Para tal fin, debe crear distintos parámetros de conducta que le permitan definir categorías, jerarquías y modelos de producción. Las distintas maneras de lograr una visión total del mundo juegan un papel muy importante, pues son estas las que permiten establecer cómo es que debemos reaccionar ante lo que nos rodea.
La manera de percibir el mundo como un lugar que nos acoge y nos ofrece lo que necesitamos, debe hacernos reflexionar en lo que nuestra conducta puede generar si es que no logramos un equilibrio en los sistemas ya establecidos. Producir transformaciones puede ser saludable y puede traer varios aspectos positivos, no obstante, si no sabemos medir lo que éstas generan para otros sistemas estaremos quebrando una cosmovisión ajena a la nuestra, pero no por eso con derecho a seguir manteniendo sus raíces.
El futuro no es muy alentador. Las sociedades de los pueblos aislados por voluntad propia son un ejemplo. Existen aún muchos de estos grupos humanos que no han tenido contacto aún con la “cultura occidental”. ¿Se les puede obligar a que nos contacten? ¿Debemos contactarlos? ¿Cómo manejar estas interrogantes?
La cosmovisión de estos pueblos es un tema desconocido para nosotros. Para muchos debe ser un tema fascinante. Pero para conocer esa cosmovisión hay que conocer a estos grupos humanos. En este punto surge la controversia ¿Acaso ellos quieren ser contactados? ¿Es posible que se establezca un contacto parcial para poder brindarles algunos elementos que les sirvan (medicina y ropa) o es mejor evitar tal contacto?
Perú, y en especial Brasil, poseen una gran cantidad de grupos aislados por voluntad propia. Es necesario definir estrategias de conservación de zonas que protejan el bosque y a estos habitantes. Si se contactan o no, eso puede ser materia de discusión, pero lo que sí se puede hacer es conservar dichos territorios. En nuestra cosmovisión debe figurar este aspecto, sólo así podremos decir que vivimos en una búsqueda de armonía con nuestro entorno. Estoy seguro que los aguaruna y otras etnias, sí incorporan la conservación de su entorno como algo primordial. En ese aspecto nos llevan una gran ventaja.
Weltanschauung: Puede ser definido como la formación de la concepción general del mundo, o quizás como “World-view” o tal vez como Cosmovisión.
Octubre 2005
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