miércoles, 13 de marzo de 2013

¿POR QUÉ VOTARÉ POR EL NO?


Me he tomado el trabajo de soplarme y escuchar —más de un par de veces— al tinterillo de Marco Tulio Gutierrez y a un par de sus secuaces. Empecemos por el primero. Este abogaducho tiene el perfil del típico peruano “criollazo” que se presta a cualquier jugarreta sin importarle el resultado final, sino solo cuánto va a cobrar y cómo puede salir beneficiado. Esa mala costumbre peruana puede ser descrita en lo que nos sucede a menudo en este país de criminales. La frase típica es: “Señor, ¿tiene tal cosa, o brinda tal servicio?, “Sí tenemos o sí lo hacemos” (nunca delinquen solos), te dicen descaradamente, luego de haberte mecido un rato. Luego te das cuenta de que no tienen o que realmente no brindan el servicio que deseas. Sin embargo, te aseguran con toda la concha del planeta que a través de un conocido o familiar te pueden conseguir o hacer lo que necesites. Claro, para esto surge la famosa frase: ¿Cómo es? o ¿Cómo haríamos? O te advierten inmediatamente del gasto “extra” que supone hacerte ese favor, como si fuese un favor.

Y de los otros secuaces, no hay mucho más que decir. Estos son unos zoombies hambrientos de carroña y basura para sobrevivir que se venden —como el primero— al mejor postor. Les apuesto que si los llamo y les ofrezco el doble de plata para apoyar una causa distinta o contraria a lo que vienen apoyando, aceptan. Son unos buitres de la política carentes de principios. Todo esto hace que esta gente, bendecidos y financiados por Castañeda, actúen cumpliendo un papel perfectamente delineado por el mudo y por los mafiosos que lo acompañan, teniendo a la vista los millones de dólares que se vienen ejecutando y ejecutarán para el bien de Lima (por lo menos así espero que sea) y a los que con artimañas podrían acceder con el visto bueno de otros corruptos.

No es cuerdo apoyar este capricho y el mal uso de la herramienta democrática llamada revocatoria dirigida por personas de espantosa procedencia, aunque urge reformular su existencia, su aprobación y su uso en general en este país de tan débil estructura social y política. No puede ser posible que estos atorrantes hayan puesto en jaque a esta ciudad que ya de por sí está por sucumbir ante la mafia de las combis, los delincuentes, la improvisación, la informalidad y ante la falta de educación y civismo de sus ciudadanos.

Votaré decididamente por el NO, pero debo decir también lo siguiente: no estoy del todo acuerdo con la manera como Villarán conduce la comuna limeña. Tampoco apoyo a personas como Marisa Glave, fundamentalista roja que, pese a su figurita de limeñita regia, es, para mí, un lobo disfrazado de oveja. Me jode que la alcaldesa se haya confiado y haya pensado que una ciudad tan caótica puede cambiar tan solo con la buena voluntad de personas que quieren imponer algunas ideas de marcada tendencia. Rodearse de gente que no es técnica y que piensa más en ofrecer espacios de encuentro y armonía, no me parece la mejor opción para esta sucursal del infierno, por lo menos, no por ahora. Se han creído capaces de “gerenciar” el infierno y se han dado cuenta que eso no es tan fácil.  

De hecho, tampoco es necesario llenarse de tan solo tecnócratas que trabajan indiferentes a lo que la gente necesita y que solo están interesados en cumplir con sus metas y sus resultados por actividades. Por supuesto que no, pero una mezcla sensata, bien pensada y sin favoritismos, creo que es lo mejor para Lima. No estoy de acuerdo con pactar alianzas con radicales que manejan diversos discursos para diferentes escenarios. Además, no me gustan las argollas.

Sin embargo, todo esto no justifica para nada que vote por el sí. Capricho inútil que, sin ningún sustento claro y técnico, pregona el pobre diablo de Marco Tulio con una banda de impresentables como Pacheco, Luna, Tudela y gente de la peor calaña que, luego de hacer números y especular cuánto les caerá por su participación, siguen demostrando que este país está infesto de ratas inmundas a las que no les importa el bien de los peruanos y peruanas. Su cinismo es asombroso, pues aducen estar preocupados por el bienestar de los suyos y el de la ciudad. ¡Mentira! Están pensando en cómo sacar rédito a esta exposición mediática y cómo invertir en lo que han cobrado, ¿o alguien piensa que todo esto es gratis?

Como uno de los deportes principales del peruano es el criticar y al toque ponerle la cruz a alguien que no es de su agrado o que sí sabe o que sí chambea (o que es honesto), me enferma ver a todos estos débiles mentales justificando el sí y el caos por un revanchismo malintencionado. Estos descerebrados ya han demostrado que no tienen argumentos para detener el trabajo que se viene haciendo en Lima. Y, repito, la alcaldesa y su gente deben hacer mucho mejor las cosas y bajar al llano. Les espera días apocalípticos y muy duros. Susana no seas sobrada ni te dejes engatusar por algunas posiciones muy idealistas. Aplastar a estos revocadores es la primera parte de tu misión. Ya luego reordena tus fichas y tu gente. Comunica lo que haces, asesórate bien y no limites tu colaboración a un par de regidores con ideas recicladas y radicales.

Finalmente, me da curiosidad saber cómo será el orden político tras esta aventura para una presumible “unión” de fuerzas de diversas orientaciones por un bien común. Me parece muy bien que prime la inteligencia y las ganas de hacer algo por la ciudad, pero veamos también qué viene. No todo es gratis en la política.

Marzo 2013 

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