Continuando
con la entrega anterior y enlazando el tema con el Birding Rally Challenge Nor Amazónico 2013 paso a abordar algunos
puntos relacionados a la observación de aves. Como ya se ha mencionado, existen
diversos e innegables impactos positivos del aviturismo, sin embargo, es
necesario también revisar algunos impactos que podrían ser negativos si no se
toman en cuenta. Así por ejemplo, como se sabe, muchas aves son muy sensibles a
la presencia humana y al ruido. Es por eso que se aconseja que los grupos de
pajareros no tengan más de diez personas.
Muchos
podrían pensar que con el Rally se viene una avalancha de pajareros que irán
“en mancha” a ver aves. No es así. En esta ocasión participarán seis equipos
(dos de Estados Unidos, uno del Reino Unido, uno de España, uno de Brasil y uno
de Sudáfrica), cada uno conformado por cuatro integrantes. Según la dinámica
del Rally, cada equipo anda por separado con uno o dos guías locales en busca
de la mayor cantidad de registros, por lo que su presencia no es tan invasiva,
es decir, no van todos juntos y en tropel buscando aves. Es importante saberlo para
evitar malentendidos.
En
todo esto, el rol del guía es muy importante. Su experiencia, su conocimiento
del lugar y de la avifauna, su manejo de grupo y hasta su carisma son
fundamentales para minimizar las perturbaciones al hábitat. Un guía que no esté
bien formado y que sea informal e improvisado puede ser un factor perturbador
que debemos evitar y si es necesario, alertar a otros pajareros para que no
vuelva a ser contratado. A veces, por querer quedar bien con el “cliente” se
cometen algunas faltas como abusar de los play
– back, ahuyentar a las aves para que se les pueda ver volar, guiar a más
de diez personas para ahorrar costos y tener otras malas conductas en campo. La
culpa no es solo del guía, sino también de la empresa turística y de los que no
reclaman.
Por
ende, la formación de buenos guías es imprescindible para fomentar el
aviturismo (y el turismo en general) y para consolidarnos como un destino
atractivo. Y es en este aspecto en donde el papel de las empresas turísticas
especializadas, del Estado como ente regulador y de los usuarios mismos es
fundamental. Se debe educar en buenas prácticas, tanto a los guías como a los
turistas, pues estos últimos también, no siempre son conscientes de su propia
conducta en el campo. Adicionalmente, los usuarios deben ser exigentes con lo
que se les ofrece y reclamar (a las agencias y utilizar las redes sociales) en
caso sea necesario. Solo así nos veremos obligados a mejorar.
Código moral
Los
birdwatchers, en general y con
honrosas excepciones, toman en cuenta
algunos lineamientos para reducir impactos y apoyar a las economías locales. Asimismo,
ponen especial énfasis en el particular cuidado que se debe tener con especies
amenazadas y sensibles; en la contratación de empresas certificadas, de
comprobada calidad y comprometidas ambientalmente (y con buenos guías); y en la
necesidad de contribuir en la medida de lo posible con la comunidad mediante la
educación ambiental y el apoyo para
preservar los espacios naturales y darle un uso sustentable y sostenible en el
tiempo.
Este
código de ética no está escrito que yo sepa; y creo que no es necesario redactar
alguno. Tampoco es que este esté en los genes de los birdwatchers. No. Simplemente son patrones de conducta mínimos que
se sustentan y cultivan en la pasión y en el respeto a la naturaleza. En otras
palabras, estas “normas” de conducta responden más a un código moral. Solo uno
mismo es consciente y responsable de lo que hace; y puede evaluar si lo que
hace es correcto o no lo es. Claro está, existe una minoría que lo deja de
lado. No todo es perfecto.
Pajareando, investigando y
progresando
Mediante
la observación de aves, además de saciar un creciente mercado y de impulsar en
algo la economía local, se aporta información para la investigación científica.
Esta última es un elemento fundamental para nuestro desarrollo. En ese sentido,
los datos que se recoge en campo son muy valiosos y aportan a la construcción
de hipótesis que explicarían qué está sucediendo en el planeta, a la vuelta de
la esquina o incluso en nuestro techo. Adicionalmente, las aves son unos
eficientes indicadores biológicos que nos “informan” sobre la salud y el estado
del medio ambiente; y que nos pueden dar luces sobre medidas ambientales a
tomar en cuenta, por lo que su presencia o ausencia en un lugar determinado es
para tomar en cuenta.
Por
otro lado, hoy en día, con la tecnología existente, es más fácil registrar, por
ejemplo, puntos de avistamiento mediante el uso de GPS para establecer posibles
rutas de migración, analizar los rangos de distribución de una u otra especie
de ave, entre otros fines. Asimismo, se puede tomar fotos de alta resolución
para reforzar la identificación de aves o para comparar diversos tipos de
plumaje en distintas épocas del año; y se puede grabar con alta fidelidad los
cantos y llamados de la avifauna para conocer más sobre su conducta. Estos y
otros datos de primera mano pueden ser compartidos en las plataformas virtuales
en tiempo real para que sean de dominio público y sobre todo, para que puedan
ser utilizados.
Y
así también, con los nuevos avances de disciplinas como la filogenética y la
biología molecular se puede “ordenar la casa”, es decir, hacer un “saneamiento”
—de ser necesario— de la taxonomía ornitológica. Hoy en día es posible saber con
mucha exactitud si el ave X es un nuevo registro para la ciencia o si
finalmente no lo es y más bien se trata de una subespecie de un género y
especie ya existente; o tal vez se trata de una nueva especie o incluso de un
nuevo género. Adicionalmente, mediante estas disciplinas se ha logrado clasificar
de manera más precisa a algunas aves que fueron consignadas en familias,
géneros y especies de manera equivocada y sobre las cuales existían dudas. Esto
es tan solo una pincelada de todo lo que se puede hacer con el aporte de los
pajareros. Lo clave es pajarear y seguir apostando por la investigación
científica en todos los ámbitos.
Reputación, rigurosidad y
honestidad
No
puedo pasar al siguiente punto sin dejar de mencionar que es muy importante la
rigurosidad científica para cualquier trabajo de investigación. Es por eso que
existen reglas muy estrictas para evaluar la información que se obtiene y
comparte. Así por ejemplo, utilizar información de una persona de dudosa
reputación como pajarero o incluso como investigador, no es una alternativa. Me
explico. Si Fulano dice haber visto a la especie X en el lugar Y, habrá que
tener en cuenta sus antecedentes y saber de su accionar en el campo de la
ciencia, pues tampoco cualquier dato puede ser tomado como verdadero. En el
mundo científico, se debe ser estricto. Felizmente los charlatanes, improvisados
y mentirosos no tienen cabida y ya están plenamente identificados.
Ahora,
es necesario separar a los observadores de aves aficionados y a los
investigadores que ven aves. Los primeros no comparten necesariamente sus datos
porque no lo ven necesario, pero cuando lo hacen pueden aportar al conocimiento
científico. En el caso de los segundos, mediante publicaciones científicas,
reportes, elaboración de listas y otros elementos sí aportan al estudio de las
aves y de su entorno. Todo conocimiento y aporte suma. Lo importante es hacer
las cosas bien y con honestidad.
Y el ganador es…
Para
ir acabando, intentaré responder un par de preguntas que muchos se hacen sobre
el Rally. ¿Los equipos no hacen trampa al momento de reportar el número de aves
que han visto? y ¿Por qué no participa un equipo peruano? Antes de eso, es
necesario explicar de manera muy general la dinámica de esta “competencia”
ornitológica. Cada equipo sale con todos sus miembros siempre juntos a
pajarear, acompañados de un guía local que los lleva a los puntos donde se
tiene más probabilidad de ver aves. Los birders
registran todas las aves que ven. Para esto ya han recibido un checklist con todas las especies que puede haber en toda
el área por donde se realizará el Rally.
Al
final del día, un jurado (conformado por expertos peruanos) evalúa cada uno de
los registros de los seis equipos. Así, cada día del Rally tiene un puntaje
para cada equipo y al concluir la competencia se suma todos los resultados
parciales y de ello sale el ganador. El detalle está en lo siguiente: la
honestidad y la ética. Ningún pajarero participante en este evento incluiría
alguna especie de ave que no haya visto. Eso es impensable y es una cuestión de
honor. Todos los participantes se tienen confianza entre sí y no están
preocupados si sus rivales van a hacer trampa. Algo tan simple es vital para
esto y a su vez es un ejemplo de confianza, algo que nos falta en el Perú.
En
resumen, en esto no hay sacadas de vuelta, ni vivezas. La idea final es
promocionar una excelente ruta para ver aves e ir preparando “la cancha” para
los otros grupos de pajareros que vengan más adelante. El premio para el
ganador es lo de menos. Ver aves endémicas, raras, emblemáticas y amenazadas no
tiene precio para los birders. De eso
se trata. Y no participa un equipo peruano por tres posibles motivos: o porque
es dueño de casa y tendría ventaja sobre los otros; porque no estamos
preparados todavía para este tipo de competencias o porque tenemos tan pocos
pajareros que escoger solo a cuatro traería posibles reclamos y resentimientos.
Escojan la respuesta que crean conveniente.
Sobre los equipos:
El objetivo del Rally
es que renombrados observadores de aves de los principales países emisores de
turistas como Estados Unidos y el Reino Unido experimenten y divulguen lo que
significa observar aves en Perú y en sus áreas naturales protegidas. Esta
estrategia complementa los llamados Famtrips
especializados que no alcanzan dicho objetivo.
Se invitó a Sudáfrica
porque es un país que tiene bastantes aficionados a las aves y porque en el
2006 un guía sudafricano fue el principal impulsor, junto con Inkaterra, de las
primeras competencias de observación de aves o Big Birding Days en el país, tanto en Machu Picchu, Lima, como en Tamboptata.
Posteriormente, algunos guías de Inkaterra participaron, en el 2007, en algunas
competencias en el país africano con algunos de los miembros que hoy forman el
equipo de los Zululanders. Invitarlos
es una manera de homenajearlos.
En el caso de España,
se vio por conveniente invitar al "Campeón de Europa". Además, hasta la
fecha, ningún equipo ha batido el record del Tramuntana Birding Team en este tipo de competencias en Europa, por
lo que era conveniente tener a un equipo con algunos de los mejores pajareros
del mundo en “nuestra cancha” (considerada como una de las mejores en el
planeta) para que luego divulguen su experiencia en Perú. Los brasileños del
equipo Ararajuba fueron invitados por
ser los vecinos con los que estamos conectados por la carretera Interoceánica
Sur, por medio de la cual se podría abrir un gran mercado turístico.
Los equipos
estadounidenses, los e-Birders y los LSU Trigrisomas Team, están conformados
por grandes conocedores e investigadores de nuestras aves por lo que no podían
faltar, pues, aunque sea difícil de aceptar, muchos de ellos conocen más de
nuestras aves que nosotros mismos; y juntos con los ingleses del Forest Falcon, representan a dos de los
mercados más grandes de birdwatchers.
Para saber más al respecto, revisar: http://www.birdingrallychallenge.com/2013/index.html
Mayo 2013
Publicado en la versión on line de la Revista Rumbos:
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