Seguimos conversando
en un parque limeño con Penélope Cora (PC) y Tyto Furnarius (TF). Ambos están
ansiosos por demostrar que el Perú será el país donde más especies de aves se
puedan ver en las 24 horas del 05 de mayo de 2018. Si bien la idea es también
aumentar el número de grupos que salga por todo el Perú a pajarear, aún se debe
trabajar en eso, pues como comentan Penélope y Tyto, la lista de grupos que
saldrá a pajarear, a la fecha, no es muy extensa. Sin embargo, ambos tienen la
esperanza de que esto cambie conforme se acerca la fecha.
Seguimos conversando.
Tenemos al frente un pelotón de diversas aves pululando por ahí, tales como
Palomas de Castilla (Columba livia), Chisco
(Mimus longicaudatus), Tordo Grande (Dives warszewiczi) y el ave que pienso
debe ser el ave nacional, el Tordo Parásito (Molothrus bonariensis). Les dije a mis entrevistados que yo asumo
que el Perú va a ganar, pero, ¿Qué
sucederá al día siguiente?
TF: Nada en especial. La noticia saldrá en algunos diarios, las redes
sociales rebotarán la noticia y habrá “bulla” unos días, pero luego habrá calma.
Los pajareros se arengarán entre sí, pero salvo eso, no mucho más. El reto es
lograr que antes, durante y sobre todo, después del GBD 2018, más gente salga a
comprar sus binoculares, sus guías de campo y que defina cuál será su siguiente
parada para ir a pajarear.
PC: Tras reponernos del esfuerzo y de las emociones, debemos continuar con
nuestra misión “evangelizadora” y seguir trabajando para difundir nuestra
diversidad biológica y así ponerla en valor. Necesitamos logar —por ejemplo—
que las aves generen sostenidamente beneficios económicos para poder preservarlas
mediante un uso responsable.
¿Y cómo cambiamos el concepto de: “oye tú, conserva
esa porción de bosque porque ahí viven aves que a los turistas le gusta ver y que
te pueden dar beneficios”?
PC: La eterna discusión. Pese a ello, debemos aprovechar la ola y seguir
montados en ella. Existen buenos ejemplos que demuestran que sí es posible
gestionar nuestro patrimonio natural, haciendo que todos salgan ganando. Lo
primero es convencernos de ello y jugar desde el principio con las reglas
claras.
TF: Así es. Existen también ejemplos que nos demuestran lo contrario, como esos
espacios “protegidos” por privados que solo venden humo y que son la antítesis
de lo que se debe hacer para la conservación de nuestra diversidad biológica. Las
personas no conservan solo porque les dicen que deben hacerlo. Si no hay una
retribución económica que, por ejemplo, les permita mandar a sus hijos al
colegio, la cosa no va a funcionar.
Dicho esto, señalé
hacia el cielo. Una pareja de Cernícalos Americanos (Falco sparverius) le hacía la “bronca” a un solitario ejemplar
adulto de Aguilucho Grande (Geranoaetus
melanoleucus), mientras que a varios metros sobrevolaba como siempre un par
de individuos del ave emblemática de Lima, el Gallinazo Cabeza Negra (Coragyps atratus), impávidos ante lo que
pasaba debajo de ellos. Mis interlocutores creen que la razón principal por la
que Colombia nos ganó el año pasado es que muchos espacios del país cafetalero
se han “desmilitarizado” tras el proceso de pacificación. Además, hay que
decirlo, se organizaron muy bien y ojo, también ellos son considerados como un
país megadiverso. No en vano tienen costas en los Océanos Atlántico y Pacífico,
la región del Chocó – Magdalena, Andes tropicales y un sinfín de ecosistemas.
¿A qué te referías, Tyto, con que existen
ejemplos que nos demuestran lo contrario?
TF: Existen emprendimientos privados que solo benefician a los que
invirtieron su dinero y a nadie más. Además, se adueñan de terrenos que no les pertenecen
y crean solo descontento. Adicionalmente, los pobladores locales involucrados
no reciben mucho y únicamente ven gringos entrar y salir de sus terrenos sin
recibir algo de provecho.
PC: Y también pasa lo siguiente, en algunos casos se promociona la
observación de aves y el turismo de naturaleza como la solución a todos los
problemas en lugares altamente intervenidos, donde al final, no hay mucho por
ver. No necesitamos vender cebo de culebra.
TF: Sucede también que a veces se crea falsas expectativas y al final solo
se logra frustrar a la gente y eso es como un boomerang para la conservación.
Tomamos otra vez
asiento en una banca del parque. Cerca de nosotros aparecen tres especies de
aves que ya no son muy común en la capital del Perú. Se trata del Saltapalito (Volantina jacarina), el Gorrión (Zonotrichia capensis) y la Tortolita
Costeña (Columbina cruziana). Es
interesante apreciarlas todavía por aquí. Mientras las veo, lanzo la pregunta
que muchos escépticos se hacen: ¿Cómo
sabemos que nuestros rivales no hacen trampa o que algún connacional o
extranjero en Perú, “presionado” por ganar, ingresa datos falsos?
TF: Partimos del hecho de que los participantes solo anotan las aves que
realmente ven escuchan ese día. En la
plataforma digital que recibe las listas existen ya algunos filtros para
detectar posibles incongruencias, por ejemplo que alguien reporte una especie
de distribución restringida a la llanura amazónica en la costa o viceversa; o
que reporte un número exagerado de individuos de una especie en un sitio,
cuando se sabe que la especie es solitaria o que solo se le ve en grupos pequeños
de dos o tres individuos.
PC: Como ya se dijo, todo esto se basa en la buena fe y en la confianza de
que nadie hace trampa. Existen algunos expertos que igual filtran y validan la
información.
Caminamos unos
metros y divisamos al Mielerito Platanito (Coereba
flaviola), a la Mosqueta silbadora (Camptostoma
obsoletum) y a varias Golondrinas Santa Rosita (Pygochelidon cyanoleuca peruviana) que salían a buscar alimento. Lanzo
mi siguiente pregunta: Al margen del
GBD, ¿cómo ven el futuro ornitológico del Perú? Acto seguido vino un
silencio casi sepulcral que me asustó. No obstante, este fue roto por la
estruendosa presencia de casi una decena de Loros Cabeza Roja (Psittacara erythrogenys) que dieron un
par de vueltas para alejarse alborotando todo a su pasar. Algo rezagados, tres Pihuichos
Ala Amarilla (Brotogeris versicolorus)
parecían “seguirle el vuelo” a los loros en búsqueda de alimento.
PC: Yo veo el futuro con optimismo. El número de aficionados a las aves ha
aumentado significativamente; cada día sabemos más sobre nuestras aves y nos
enteramos de nuevos emprendimientos. Y lo más importante es que estamos
aprendiendo a valorar lo que tenemos. Hace no más de diez años, casi nadie
hablaba sobre nuestra diversidad biológica y menos sobre las especies aladas.
TF: Es cierto, además, vemos a muchos más actores involucrarse con el
entorno, con lo cual, las aves salen ganando. Así por ejemplo, el Servicio
Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), junto a otras organizaciones
públicas y privadas, ha iniciado una campaña para reducir el tráfico ilegal de
fauna silvestre llamada “Si compras,
eres cómplice” que pretende evitar, por ejemplo, que varias especies de
aves sigan siendo víctima de inescrupulosos y que sus poblaciones disminuyan.
PC: Así es. A eso debemos agregar que se está aprovechando mejor lo que la
tecnología nos ofrece, como por ejemplo, las redes sociales, los equipos
especializados de telemetría para hacer seguimiento de individuos y tantas
cosas que nos permiten contar con información actual, certera y precisa para la
toma de decisiones. Sin embargo, aún hay muchas brechas por cerrar.
TF: Exacto. Solo un caso: muerte de cóndores por envenenamiento en varias
partes del país. Ese problema tiene varias aristas que explican parte de lo que
sucede: desconocimiento del rol ecológico de las aves, falta de prevención y de
sanción efectiva a los que atentan contra ellas, aumento de conflictos entre
humanos y fauna silvestre, vacíos de investigación, entre otros. A eso le
sumamos la pérdida de hábitat por diversas actividades, la introducción de
especies exóticas invasoras, los efectos del cambio climático, la contaminación
ambiental y el panorama pinta bastante gris. Pero todavía estamos a tiempo para
cambiar la situación. ¡Vamos con fe! ¡Arriba Perú!
PC: ¡Vamos Perú, carajo!
Veo mi reloj y debo
despedirme ya. Antes de eso, Penélope me pregunta a dónde iré yo a pajarear. Le
contesto que no tengo aún la menor idea. En eso, Tyto nos calla para señalar el
jardín de una casa con enredaderas. A la altura de nuestra vista, un fugaz
ejemplar adulto del Picaflor de Cora (Thaumastura
cora) nos ofrece unos segundos para avistarlo. ¡Qué hermosa ave!, gritamos
casi al mismo tiempo. Para mí, esta especie no tiene nada que envidiar a otros
colibríes. Ahora sí debo irme, pero antes de ello, les pregunté, a modo de
cierre, ¿Y ustedes a dónde irán a
competir? Creo que inicié una pequeña riña entre ellos.
TF: Vamos a ir al Bosque de Frejolillo, en Piura, que está protegido dentro
del Área de Conservación Regional (ACR) Salitral – Huarmaca. Quiero ver Pavas
Aliblancas en estado silvestre y aves de la Región de Endemismo Tumbesina.
PC: ¿Perdón? Ya te dije que vamos a regresar al Abra Malaga en Cusco, porque
fue el lugar donde nos conocimos.
TF: Pero, ya hemos estado ahí un par de veces luego de eso. No me parece.
Veamos en todo caso, qué lugares no están cubiertos entre Lima y Lambayeque o
entre Lima y Cusco.
PC: No. Ya está decidido.
TF: Pero reina, recuerda que habíamos quedado… (Inaudible).
Me despido. Les agradezco
por el tiempo que me brindaron y les deseo todos los éxitos. Siguen
discutiendo. Me alejo unos metros y diviso cuatro individuos del Cardinal de
Cresta Roja (Paroaria coronata), un
ave introducida (¿deliberada o accidentalmente?) en el Perú, pues es originaria
del cono sur americano (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay). Su
avistamiento es un “lifer” para mí, es decir, es la primera vez que veo a esta
especie en estado silvestre. Volteo a pasarles la voz a Penélope y a Tyto, pero
veo que siguen enfrascados en su pequeña discusión. Opto por retirarme.
En algo más de una
hora, haciendo un recuento, he visto 29 especies aves en un parque limeño.
Extrapolando el tiempo, los lugares, la oportunidad, el número de personas que
saldrá a pajarear y teniendo como techo nuestras 1850 y pico especies de aves
en el país, debemos superar la marca del año pasado y ganar. Y no solo eso,
debemos hacer que todos estos esfuerzos se vayan cristalizando en acciones
concretas a favor de nuestra diversidad biológica. Es ahora o nunca.
Artículo publicado originalmente en la Revista Rumbos:
Marzo 2018
Muy interesante tu perspectiva y tu información.
ResponderEliminarComparto tus ideas.
CarlosH.
Excelente.
ResponderEliminarSaludos