domingo, 5 de febrero de 2012

CHICAGO

No es exagerado afirmar que con este film, que marca el debut cinematográfico de Rob Marshall, el género cinematográfico del musical se consolida en este siglo. Chicago logra presentar una sincronía perfecta de acción, entretenimiento y “swing”, dejando al espectador atónito ante el impresionante despliegue de majestuosidad y garbo con que se describe el estilo de vida de los “locos años 20”, también conocidos como la “época del jazz”, en la cual la sociedad seguía atenta los pasos de los gansters, personajes que eran tratados como estrellas.

Es en este contexto en el que se desarrolla la vida de las protagonistas de la historia. Velma Kelly, interpretada por Catherine Zeta-Jones, es una célebre bailarina de cabaret quien en un arranque de celos asesina a su hermana y a su propio marido. Una vez en prisión conseguirá la ayuda de Billy Flynn (Richard Gere), el mejor abogado de la ciudad, quien además de defensor, se transformará en el motor de su publicidad y holgorio con la prensa. La película tomará cuerpo justamente cuando Flynn, de forma paralela, ejerza la defensa de otra bailarina, Roxie Hart (Renée Zellweger), quien asesina a su amante y no sólo desea salir de prisión, sino convertirse (a propósito de su historia) en una bailarina famosa, hecho para el cual, la ayuda de su abogado y “promotor de talento” será indispensable.

Varias de las escenas más saltantes de la película se originan justamente como una proyección de los deseos, inquietudes y narraciones de las protagonistas, sobre todo de Roxie quien es una soñadora que imagina las escenas de la vida real como un espectáculo digno de cabaret. Un claro ejemplo de ello es la conferencia de prensa junto a su abogado, donde ridiculiza a la prensa en un espectáculo de cabaret. Las piezas de baile son presentadas en porciones pequeñas y muy bien editadas, de tal forma que no se aprecia mayor diferencia entre la performance de los bailarines profesionales y los protagonistas. Zeta-Jones ha sido bailarina en algunas obras musicales al igual que Richard Gere, quien actuó en Grease por ejemplo, sin embargo, Renée Zellweger sí es novata en este rubro y para su primera vez, lo hace muy bien.

“Chicago” y “Pandillas de Nueva York” de Scorsese son dos películas que reúnen elementos que pueden formar una amalgama de agresión y humor, así como de locura y moral. Estos dos films forman una constelación representativa de la cultura americana: la conjunción de la violencia, patetismo y la auto-escenificación. Ambos nominados al Oscar, podrían formar una excelente muestra del cine norteamericano y el reflejo de sus posibilidades actuales. En resumen, Chicago nos deja un sabor muy agradable a Broadway y a su vez nos hace retroceder en el tiempo y sucumbir ante la imponente coreografía y escenografía.

Marzo 2003

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