domingo, 5 de febrero de 2012

LA INTÉRPRETE

La última entrega del director Sydney Pollack presenta una peculiaridad. Este es el primer film que se graba en el edificio de las Naciones Unidas. El permiso provino del mismísimo Secretario General de la ONU, Kofi Annan, tras haber recibido el visto bueno de los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Los dos protagonistas; Nicole Kidman y Sean Penn convencen, sin embargo, prevalece la sensación de que hubiesen podido dar mucho más.

Es necesario mantenerse bien atento para seguir el hilo conductor. El film se inicia en un estadio vacío y en un país africano ficticio. El estadio representa de manera clara una crítica severa a los regimenes totalitarios (se nos viene a la memoria algunos países vecinos y por qué no el nuestro). En él vemos a unos niños jugando, los mismo que demostrarían luego qué tipo de educación reciben y en qué condiciones viven. Aquellos son educados (o entrenados) solo para servir en guerras civiles sin solución como sucede aún en estos días. Si bien esto se da en un país africano, pudo haberse dado en alguna republica “bananera” de nuestro querido continente.

Silvia Broome (Nicole Kidman) es una intérprete en la ONU que nació y se crió en África. Estudió en Europa, domina varios idiomas y algunos dialectos africanos. Tras una alarma de bomba en el edificio de la ONU (esto demuestra la paranoia con la que viven los vecinos del norte) y el desalojo de todos los presentes, Silvia regresa a recoger su bolso. Es ahí cuando escucha de casualidad una conversación entre susurros que planea la muerte de Zuwanie, el Presidente del país africano donde Silvia pasó su infancia.

El detective designado para la seguridad del Presidente Zuwanie, Tobin Keller (Sean Penn) debe confrontar a Silvia por lo que ella escuchó. Keller desconfía plenamente de Silvia, sin embargo, con el desarrollo del film, se convertirá en su protector. Los hechos se tornan más complicados con cada escena. Silvia es amedrentada y perseguida. Su vida corre peligro. Mientras el detective se encarga de protegerla y rebusca en su pasado, Keller presume que Silvia está involucrada en el asesinato del presidente africano.

Silvia es una joven que cambió las armas por las palabras. Según su punto de vista, ella trabaja justamente en la ONU como interprete ya que piensa que existen conflictos debido a la mala comunicación y a la fallida traducción de los mensajes que existe entre los pueblos. Una visión un poco simplista de las cosas. Diplomacia en vez de guerras. Si así de fácil fuese todo esto, no habrían tantos conflictos. Eso queda a juicio personal.

El final de la película es un poco débil. La forma como se resuelve el asesinato nos hace recordar a las típicas películas de Hollywood. La manera conciliadora como se muestra la política exterior de los EEUU no convence y menos nos convence la ONU. Los diálogos entre Penn y Kidman son interesantes ya que es una discusión sobre determinados puntos de vista que le dan a la historia diferentes matices de interpretación. A ambos les aqueja la pena de haber perdido un ser querido. Este factor hace que ambos personajes con el tiempo se vayan compenetrando.

En una de las conversaciones entre los personajes, Silvia le hace referencia al detective Keller de una palabra en el dialecto africano: “kepela” que significa estar al otro lado del río. Esta idea nos hace reflexionar sobre la necesidad de definir en qué lado del río nos encontramos y si deseamos cambiar de orilla para bien (o para mal). No podemos actuar de manera ambivalente. Esta palabrita puede a su vez hacernos pensar en lo que dijo el “redentor” Bush: o están conmigo o están contra mí. Esto también queda a juicio personal, sino, no termino nunca esta crítica.

En resumidas cuentas, la cinta vale la pena. Penn y Kidman actúan muy bien (insisto en que se les pudo haber exigido más) y nos ofrecen interesantes diálogos que no son solo complementos a las escenas de intriga y terror. Otro punto a favor es que no hay buenos ni malos a diferencia de lo que estamos acostumbrados. Los personajes obedecen a diferentes circunstancias, algo rescatable en esta buena obra.

Junio 2005

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