Para dar el gran golpe se necesita tener ingenio matemático, agudeza, muchas agallas y, definitivamente, contar con la lealtad de todos los cómplices. En este caso el plan no tenía fallas, era perfecto y habían pensado hasta en el más mínimo detalle. Todo salió muy bien, el robo y el escape se ejecutaron a la perfección... salvo un pequeño detalle. Justamente ahí es que se origina el trama de “La Estafa Maestra”.
Este filme es uno de esos muy particulares casos en que el “remake” es mejor que el original y ello se debe al acertado manejo de secuencias de acción, combinadas con suspenso, chispazos de humor y una notable sofisticación, proveniente sin duda, del director F. Gary Gray.
Basada en la cinta del mismo nombre (The Italian Job) que en 1969 protagonizaran Michael Caine y Noel Coward, esta nueva versión incorpora los populares autos Mini Coopers. Estos, además de ser las “otras” estrellas del largometraje, se convierten en los únicos personajes que pueden lograr grandes velocidades en los inaccesibles túneles del metro de Los Angeles.
En la romántica y bella Venecia, cuando para felicidad de los locales se han ido ya la tormentosa masa de turistas, se produce un robo perfecto comandado por el ladrón profesional Charlie Crocker (Mark Wahlberg), director y cerebro de la banda. Cada uno de los miembros aporta sus “cualidades” para el robo: un veterano experto en abrir cajas fuertes, John Bridger (Donald Sutherland), el informante, Steve (Edward Norton), el experto en explosivos, Left-Ear (Mos Def), el corredor de autos, Handsome Rob (Jason Statham) y el genio de las computadoras, Lyle (Seth Green). Tras la fuga y prontos a la repartición del botín son traicionados por uno de los miembros quien desaparece con todo el botín. El objetivo siguiente es la venganza y la recuperación del preciado tesoro. Para esta misión se incorpora a la banda Stella (Charlizze Theron), una ladrona de cajas fuertes con nervios de acero.
Cubiertos de una capa de “gracia”, Croker y su grupo son presentados como los “buenos” de la película y como las víctimas de una traición, renuentes a utilizar armas en sus atracos. Esto puede llevarnos a idealizarlos como los chicos buenos, simpáticos e inteligentes, dejando en un segundo plano la maldad intrínseca de un delito grave como es el robo, así como el móvil de la venganza que puede impulsar a medidas violentas y descabelladas.
Estamos frente a un film con un estupendo manejo de las secuencias de acción combinadas con suspenso y sofisticación por parte de su director. El film es recomendable y puede quizá permitirnos pasar un momento grato sin pensar en los problemas cotidianos y más bien ofrecernos la manera perfecta de realizar un atraco de está índole. Si bien en nuestra querida capital esto sería imposible debido al caos vehicular, soñar no cuesta nada.
Setiembre 2003
Este filme es uno de esos muy particulares casos en que el “remake” es mejor que el original y ello se debe al acertado manejo de secuencias de acción, combinadas con suspenso, chispazos de humor y una notable sofisticación, proveniente sin duda, del director F. Gary Gray.
Basada en la cinta del mismo nombre (The Italian Job) que en 1969 protagonizaran Michael Caine y Noel Coward, esta nueva versión incorpora los populares autos Mini Coopers. Estos, además de ser las “otras” estrellas del largometraje, se convierten en los únicos personajes que pueden lograr grandes velocidades en los inaccesibles túneles del metro de Los Angeles.
En la romántica y bella Venecia, cuando para felicidad de los locales se han ido ya la tormentosa masa de turistas, se produce un robo perfecto comandado por el ladrón profesional Charlie Crocker (Mark Wahlberg), director y cerebro de la banda. Cada uno de los miembros aporta sus “cualidades” para el robo: un veterano experto en abrir cajas fuertes, John Bridger (Donald Sutherland), el informante, Steve (Edward Norton), el experto en explosivos, Left-Ear (Mos Def), el corredor de autos, Handsome Rob (Jason Statham) y el genio de las computadoras, Lyle (Seth Green). Tras la fuga y prontos a la repartición del botín son traicionados por uno de los miembros quien desaparece con todo el botín. El objetivo siguiente es la venganza y la recuperación del preciado tesoro. Para esta misión se incorpora a la banda Stella (Charlizze Theron), una ladrona de cajas fuertes con nervios de acero.
Cubiertos de una capa de “gracia”, Croker y su grupo son presentados como los “buenos” de la película y como las víctimas de una traición, renuentes a utilizar armas en sus atracos. Esto puede llevarnos a idealizarlos como los chicos buenos, simpáticos e inteligentes, dejando en un segundo plano la maldad intrínseca de un delito grave como es el robo, así como el móvil de la venganza que puede impulsar a medidas violentas y descabelladas.
Estamos frente a un film con un estupendo manejo de las secuencias de acción combinadas con suspenso y sofisticación por parte de su director. El film es recomendable y puede quizá permitirnos pasar un momento grato sin pensar en los problemas cotidianos y más bien ofrecernos la manera perfecta de realizar un atraco de está índole. Si bien en nuestra querida capital esto sería imposible debido al caos vehicular, soñar no cuesta nada.
Setiembre 2003
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