domingo, 5 de febrero de 2012

EXTERMINIO (28 DAYS LATER)

Los zoombies vuelven a aparecer, esta vez en el Reino Unido. El productor Danny Boyle (“Trainspotting”) nos sitúa, a través de su último filme, Exterminio, en una catástrofe “de origen casero” y nos da un buen susto desde las primeras escenas. Esta cinta está grabada casi en su totalidad, en vídeo digital y por ello nos da la sensación de estar narrando, más que un relato de ficción, un documental tenebroso, pues contiene imágenes difusas y un formato en “grano duro”.

En esta oportunidad, el virus mortal no proviene de China, Africa o del espacio sideral, sino de los “seguros e innovadores” laboratorios de Occidente. Todo comienza cuando un grupo de conservacionistas fanáticos (al estilo Greenpeace) incursiona en un laboratorio de experimentación para liberar a unos furiosos chimpancés. Lo que ellos ignoran es que con esta acción han dado inicio a la peor peste para la humanidad, pues los dichosos animales liberados cargan en su sangre un “virus psicológico” que convierte a todos los infectados en bestias asesinas llenas de furia. A partir de este momento, la regla general para sobrevivir es mantenerse siempre en movimiento y atento.

Tras 28 días de la catástrofe y de haber permanecido en coma, el “courier” Jim (Cillian Murphy) se despierta en el hospital y es testigo de un gran silencio. Las calles de Londres están deshabitadas. Sin saber qué puede haber sucedido, deambula perdido por la metrópoli... y es entonces que sufre su primer ataque. Luego de estar a un milímetro de ser asesinado por el padre de una iglesia de la localidad y de un grupo de feligreses infectados, conoce a Selina (Naomie Harris). Ella será quien, cual amazonas citadina, le enseñará cómo debe comportarse para sobrevivir a la desgracia.

Ambos encuentran a otros dos sobrevivientes: el taxista y padre de familia Frank (Brendan Gleeson) y su hija Hannah (Megan Burns). Juntos iniciarán un viaje desesperado hacia las afueras de Manchester tras haber escuchado por radio que existe un grupo de soldados atrincherados, quienes podrían ser la salvación a la barbarie. La llegada a la base militar les trae más problemas que soluciones. Los soldados, comandados por un mayor de aires fascistas, Henry West, (Chistopher Ecclestone), los esperan con gran fervor, en especial al sexo femenino.

Así, lo que empezó como un film de zoombies, se convierte en un drama psicológico y termina casi como una película a lo Rambo o Terminator. Los zoombies ya no son los “monstruos” lentos y torpes que conocemos, sino bestias violentas y rápidas, con lo cual el espectador esta todo el tiempo pendiente de la atmósfera y se mantiene en permanente estado de alerta.

La película es muy recomendable, tanto por su planteamiento (al utilizar un héroe “normal”) como por la música. En un escenario, en donde hasta las ratas huyen de los infectados y nos pueden indicar el camino a seguir, no es muy difícil discernir entre la dudosa importancia del trabajo de los “fundamentalistas” conservacionistas o entre la frialdad horripilante de los “científicos”. Ambas cualidades nos pueden llevar a la catástrofe (¿o ya nos están llevando?).

Febrero 2006

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