Con suma vergüenza debo reconocer que recién hace unas semanas me enteré de que el famoso Informe Brundtland fue dirigido por una mujer. Sí, su nombre es Gro Harlem Brundtland y es de Suecia. El conocido documento, para todos aquellos que pregonan interesarse por el medio ambiente, definió el desarrollo sostenible como aquel que debe “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”, y fue presentado en 1987 por la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Su nombre oficial es “Nuestro futuro común”.
El ex Secretario General de la ONU, nuestro compatriota Javier Pérez de Cuellar, encargó en 1983 a la hoy en día Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland, la realización de dicho informe. Esta economista sueca, originaria de Oslo, había sido anteriormente Primera Ministra del país escandinavo en tres ocasiones, durante un total de diez años.
A través de la Comisión Mundial sobre Desarrollo y Medio Ambiente, Brundtland introdujo el tan mentado término de desarrollo sostenible en el planeta. Hoy en día, cualquier documento que tenga que ver con política o economía ambiental; conservación, uso, manejo de recursos naturales; o con temas similares, lo utiliza y lo repite “n” veces. Además, mediante el trabajo de dicha comisión, se sentaron las bases para la convocatoria y ejecución de la Cumbre de la Tierra, que se realizó en Río de Janeiro en 1992.
Por otro lado, el grupo de trabajo presidido por Brundtland hizo algunas anotaciones importantes e interesantes, las cuales al parecer han quedado solo en el papel. Así por ejemplo, la comisión subrayó que los causantes de la insostenibilidad de una armonía entre el desarrollo y el medio ambiente son la pobreza del hemisferio sur y el consumismo extremo del hemisferio norte. También propuso un sistema o modelo de gestión ambiental sostenible para la industria. Algunos, lo han tomado en cuenta y muchos otros deben pensar que su implementación es algo imposible.
De límites y realidades
En cuanto a los recursos naturales, el Informe Brundtland determinó algunos límites en cuanto a su uso, si es que realmente se quiere aplicar un desarrollo sostenible. El primero establece que ningún recurso natural renovable deberá utilizarse a un ritmo mayor del de su recuperación. Esta primera consigna linda con lo utópico en muchos casos, pues la explotación irracional de especies biológicas comerciales se realiza sin contemplar esta afirmación. ¿Ejemplos? La pesca indiscriminada de la anchoveta y de otras especies marinas, la extracción ilimitada de conchas negras y cangrejos (pese a la veda), y por supuesto la tala forestal descontrolada.
Otro límite que presenta el informe es aquel que sostiene que ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente. En nuestro medio esto es imposible. Por ejemplo, pese a esfuerzos aislados por introducir bolsas biodegradables (de las cuales no conozco el tiempo en que se degradan) en el “país de las bolsas”, no reciclamos casi nada. Además, seguimos utilizando asbesto, fertilizantes, pesticidas y diversos productos tóxicos —que en otros países son prohibidos— sin ningún tipo de control. Las políticas de reciclaje, de manejo de residuos sólidos y de gestión ambiental son insuficientes, y si existen, están archivadas en los estantes de los ministerios, ONG y otros organismos “comprometidos” con este aspecto tan importante para asegurar la calidad de la vida humana.
El último límite al que hace mención Brundtland y su equipo es algo sarcástico: ningún recurso natural no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible. ¿Cómo? Tal vez utilizando el petróleo hasta que podamos producir el etanol necesario para obtener una fuente de energía o dejar de extraer tanto oro hasta que lo reemplazamos por... Lo que se debería hacer, a mi entender, es modificar ciertos usos y costumbres, es decir, dejar de consumir tanto.
Por último, el Informe Brundtland indica que los tres límites anteriormente mencionados, están forzosamente supeditados a la inexistencia de un crecimiento demográfico. Este punto es muy polémico, pero de alguna manera cierto, y hay que decirlo. Una de las medidas para asegurar una sostenibilidad en el planeta es contar con políticas de sexualidad responsable. Cada vez somos más y los recursos naturales escasos. En algún momento habrá que analizar cuanto más podemos seguir creciendo en el planeta. ¿O es que debemos reciclarnos nosotros mismos? Tal vez Angelina Jolie y Brad Pitt, así como Madonna, sean los precursores de una nueva tendencia mundial con sus hijos adoptados.
Desarrollo sostenible y participación local
A 20 años del Informe Brundtland aún hay mucho por hacer. Estamos entrando en tiempos difíciles, tal como lo afirma el último informe del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), en donde se menciona los efectos dramáticos del calentamiento global. Es por eso que ya es hora de empezar a buscar soluciones viables y factibles. Debemos también exigir menos “floro” y más acción. El desarrollo sostenible suena bien. Todo el mundo habla sobre él, pero ¿sabemos exactamente cómo lograrlo? Me temo que no.
El ex Secretario General de la ONU, nuestro compatriota Javier Pérez de Cuellar, encargó en 1983 a la hoy en día Directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Gro Harlem Brundtland, la realización de dicho informe. Esta economista sueca, originaria de Oslo, había sido anteriormente Primera Ministra del país escandinavo en tres ocasiones, durante un total de diez años.
A través de la Comisión Mundial sobre Desarrollo y Medio Ambiente, Brundtland introdujo el tan mentado término de desarrollo sostenible en el planeta. Hoy en día, cualquier documento que tenga que ver con política o economía ambiental; conservación, uso, manejo de recursos naturales; o con temas similares, lo utiliza y lo repite “n” veces. Además, mediante el trabajo de dicha comisión, se sentaron las bases para la convocatoria y ejecución de la Cumbre de la Tierra, que se realizó en Río de Janeiro en 1992.
Por otro lado, el grupo de trabajo presidido por Brundtland hizo algunas anotaciones importantes e interesantes, las cuales al parecer han quedado solo en el papel. Así por ejemplo, la comisión subrayó que los causantes de la insostenibilidad de una armonía entre el desarrollo y el medio ambiente son la pobreza del hemisferio sur y el consumismo extremo del hemisferio norte. También propuso un sistema o modelo de gestión ambiental sostenible para la industria. Algunos, lo han tomado en cuenta y muchos otros deben pensar que su implementación es algo imposible.
De límites y realidades
En cuanto a los recursos naturales, el Informe Brundtland determinó algunos límites en cuanto a su uso, si es que realmente se quiere aplicar un desarrollo sostenible. El primero establece que ningún recurso natural renovable deberá utilizarse a un ritmo mayor del de su recuperación. Esta primera consigna linda con lo utópico en muchos casos, pues la explotación irracional de especies biológicas comerciales se realiza sin contemplar esta afirmación. ¿Ejemplos? La pesca indiscriminada de la anchoveta y de otras especies marinas, la extracción ilimitada de conchas negras y cangrejos (pese a la veda), y por supuesto la tala forestal descontrolada.
Otro límite que presenta el informe es aquel que sostiene que ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente. En nuestro medio esto es imposible. Por ejemplo, pese a esfuerzos aislados por introducir bolsas biodegradables (de las cuales no conozco el tiempo en que se degradan) en el “país de las bolsas”, no reciclamos casi nada. Además, seguimos utilizando asbesto, fertilizantes, pesticidas y diversos productos tóxicos —que en otros países son prohibidos— sin ningún tipo de control. Las políticas de reciclaje, de manejo de residuos sólidos y de gestión ambiental son insuficientes, y si existen, están archivadas en los estantes de los ministerios, ONG y otros organismos “comprometidos” con este aspecto tan importante para asegurar la calidad de la vida humana.
El último límite al que hace mención Brundtland y su equipo es algo sarcástico: ningún recurso natural no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible. ¿Cómo? Tal vez utilizando el petróleo hasta que podamos producir el etanol necesario para obtener una fuente de energía o dejar de extraer tanto oro hasta que lo reemplazamos por... Lo que se debería hacer, a mi entender, es modificar ciertos usos y costumbres, es decir, dejar de consumir tanto.
Por último, el Informe Brundtland indica que los tres límites anteriormente mencionados, están forzosamente supeditados a la inexistencia de un crecimiento demográfico. Este punto es muy polémico, pero de alguna manera cierto, y hay que decirlo. Una de las medidas para asegurar una sostenibilidad en el planeta es contar con políticas de sexualidad responsable. Cada vez somos más y los recursos naturales escasos. En algún momento habrá que analizar cuanto más podemos seguir creciendo en el planeta. ¿O es que debemos reciclarnos nosotros mismos? Tal vez Angelina Jolie y Brad Pitt, así como Madonna, sean los precursores de una nueva tendencia mundial con sus hijos adoptados.
Desarrollo sostenible y participación local
A 20 años del Informe Brundtland aún hay mucho por hacer. Estamos entrando en tiempos difíciles, tal como lo afirma el último informe del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), en donde se menciona los efectos dramáticos del calentamiento global. Es por eso que ya es hora de empezar a buscar soluciones viables y factibles. Debemos también exigir menos “floro” y más acción. El desarrollo sostenible suena bien. Todo el mundo habla sobre él, pero ¿sabemos exactamente cómo lograrlo? Me temo que no.
Por otro lado, siempre escuchamos hablar de la “participación de las poblaciones locales” en la conservación y en el desarrollo sostenible. Este punto también es debatible y difícil de llevarlo a la práctica. Según algunos científicos, ejemplos exitosos inequívocos y convincentes en que las necesidades de desarrollo de las poblaciones locales se han armonizado eficazmente con la conservación de la diversidad biológica, siguen siendo difícil de encontrar. La conservación basada en la comunidad representa un serio desafío que a la fecha ha generado pocos éxitos claros.
Las poblaciones locales, por lo menos algunas en nuestro país, también tienen cierta parte de la culpa en no alcanzar un desarrollo sostenible, pues muchas veces no lo buscan y solo esperan ser asistidos. No es válido echarle toda la culpa al Estado o a la naturaleza. Es necesario que se despabilen y que busquen alternativas para asegurar el buen uso de los recursos naturales. En estos puntos hay mucho pan por rebanar, por lo que me veo obligado a escribir más al respecto. Mientras tanto, creo que deberíamos invitar a la Sra. Brundtland para que nos visite, aunque seguro se iría corriendo a escribir otro informe de lo que no se debe hacer.
Artículo publicado el 2 de diciembre de 2007 en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo de Piura
Gracias a este informe obtuvimos finalmente el término de sustentabilidad o sostenible como bien lo menciona hace mas de 20 años, particularmente me ha ayudado a interpretar la forma con que vivimos día a día y en que manera aplicamos la sustentabilidad, para poder obtener una mejor calidad de vida tanto como para el ser humano y así mismo para la naturaleza además de la convivencia de ambos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que a pesar de todo lo que se ha venido desarrollando a lo largo de estos 22 queda mucho por hacer aunque en efecto es un tanto difícil llevarlo a la práctica, sin embargo confiando en la mejora de la tecnología y la conciencia del ser humano se puede llegar a dar pasos agigantados.
Hola!!! pues gracias a este blog sabemos que desde hace mas de 20 años se ah querido cambiar la mentalidad de los habitantes del mundo entero ya que no todos se preocupan por los problemas que actualmente afectan al planeta.
ResponderEliminarlamentablemente no se ahh podido hacer mucho puesto que mucha gente no esta del todo enterada y por lo mismo pues no hace nada para mejorar o cambiar esos habitos que tienen y que causan que los recursos naturales cada vez se desgasten mas, espero que este articulo sea difundido aun mas para que mas gente conosco el problema que actualmente acontece.
Estamos avanzando a paso de tortuga. Hay mucho por hacer.
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