domingo, 14 de junio de 2009

LAS ABEJAS ASESINA(DA)S

¿Quién no ha se ha visto alguna vez amenazado por una abeja? Es difícil suponer que exista alguien que nunca se ha topado con estos laboriosos insectos. Los encontramos por doquier con sus típicos colores amarillo y negro. Panzonas, grandes, chicas, peludas, amenazadoras, inofensivas; como sea, las abejas son parte de nuestro entorno. Sin embargo, en los últimos meses se ha reportado, en Estados Unidos y en Europa, la muerte masiva de millones de ellas por causas que aún no están muy claras y sobre las cuales se lanzan diversas hipótesis.

Manejo genético, monocultivos, cambio climático, ondas de celulares, son algunas de las hipótesis que se plantea ante la problemática de la muerte masiva de estos insectos. En la costa oeste de los Estados Unidos se ha reportado la muerte de casi el 70% de la población de abejas. Los productores de miel estadounidenses hablan incluso de una “Colony Collapse Disorder (CCD)”. En Alemania, se estima que se ha reducido el 25% de su población total.

En el país teutón, físicos de la Universidad de Landau, en el sureste alemán, llegaron a la conclusión de que las abejas expuestas a emisiones de alta frecuencia, encontraban con más dificultad su colmena que aquellas que no habían recibido emisión alguna. Así también, se barajan hipótesis tales como que existe dentro de las abejas obreras una desconocida enfermedad infecciosa (el SIDA de las abejas); la presencia de una bacteria venenosa producto de los alimentos tratados genéticamente que debilita su sistema digestivo contra parásitos; la existencia de un veneno totalmente desconocido; los efectos del cambio climático que modifican los periodos de floración, crecimiento y el de las estaciones; y finalmente los efectos de las ondas de los celulares que perturban a los parientes de la traviesa Maya.

Abejas al borde de un ataque de nervios

El investigador de abejas de la Universidad de Würzburg, en el centro de Alemania, Jürgen Tautz, mantiene a la teoría “de los celulares” como “firme candidata a ser investigada” por ser sospechosa del exterminio. Según Tautz, se sabe que “la miel reacciona de manera extremadamente sensible a las variaciones del campo magnético de la Tierra”. Para Tautz, las ondas de los celulares pueden ser uno de los factores que estresan a las abejas, “sin embargo, estoy seguro que a una población sana y no estresada de abejas, no le afectarían las ondas de los teléfonos móviles”. Debe haber algo más que esté en juego.

Uno de los principales motivos que podría causar el stress de las abejas europeas es el contagio de un ácaro parásito proveniente de Asia, con un aterrador nombre científico (Varroa destructor) que amenaza las poblaciones locales desde hace más de veinte años. Asimismo, debido a los monocultivos, a las plantaciones tratadas genéticamente y a la fumigación constante de la flores silvestres, se pierde los nutrientes básicos que solía encontrar en la naturaleza. Adicionalmente, Tautz cree que la apicultura intensiva y la consecuente pérdida de la diversidad genética de estos insectos, sean las principales causas de la disminución de sus poblaciones.

Lo que sí se ha logrado determinar, independientemente de este caso, es el ligero aumento de temperatura que producen las ondas de los celulares. Una de las posibles causas de la infertilidad masculina es portar el celular en la cintura, ya que las radiaciones producen un aumento de temperatura en el escroto que aloja a los testículos en donde se producen los espermatozoides a temperaturas ligeramente más bajas que la temperatura corporal. Ante el aumento de la temperatura, los espermatozoides no maduran y por ende no son fértiles.

Regresando a nuestras amigas las abejas, investigadores de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, realizaron pruebas genéticas a insectos moribundos en la colonia y encontraron dispersados en sus cuerpos hongos similares a los que se detectan en pacientes con SIDA o con cáncer. Es posible que las abejas estén sufriendo una debilidad en el sistema inmunológico que posiblemente se derive del stress que las afecta.

Entonces, al parecer la producción agrícola industrial masiva es la principal sospechosa de la catástrofe. Muchas firmas productoras de miel transportan sus abejas en enormes cajas refrigeradas a las enormes plantaciones de frutas para que polinicen las flores. Además, se les aplica antibióticos para evitar que adquieran alguna enfermedad y se les da suplementos alimenticios artificiales. La sobrealimentación parece también afectarlas. Los productores industriales están alarmados.

Abejas vs. Abejas

Ante esta situación, la teoría de los celulares y la de las plantas tratadas genéticamente están casi descartadas, según los investigadores estadounidenses. En dicho escenario salen a la luz nuevas teorías. El neurobiólogo berlines Randolf Menzel plantea que el fenómeno no se debe a una enfermedad, sino más bien a un cambio de conducta, producto de la introducción de abejas africanas en el sur de los Estados Unidos. Estas pueden haberse mezclado con las abejas nativas y con esto podrían haberse modificado sus patrones de conducta.

Las abejas nativas dejan su colmena solo si han asegurado que la generación siguiente podrá sobrevivir en ella. En cambio, las africanas abandonan su colmena cuando ya no tienen alimento. Si las abejas nativas adoptaron esta conducta, abandonarían la colmena en búsqueda de alimento dejando al resto hambriento y moribundo. Menzel no descarta el posible efecto de algunos pesticidas que afectan el sistema de transferencia y recepción de las abejas, perturbando su memoria y ocasionando que no sepan cómo regresar a su colmena.

No obstante, el principal candidato para explicar la barbarie es el ácaro parásito Varroa que se alimenta de la sangre y de las larvas de las abejas. Este ácaro, proveniente de Asia, se expandió por Europa y América del Norte; y mientras las abejas asiáticas pueden reconocer al ácaro, las abejas europeas y norteamericanas no son capaces y sucumben ante ellos. En Hawai, los apicultores reclaman que el Varroa ha destruido la mitad de la población de abejas.

Pero, la tesis de que el Varroa es el causante de este fenómeno no es aún válida. Tal vez estemos frente a un agente patógeno desconocido o frente al producto de alguna mutación que infecta a las abejas y las mata. Hasta el momento, ninguna teoría ha sido demostrada. Esta situación incierta ha ocasionado que muchos expertos estén alarmados, ya que con la desaparición de las abejas se puede generar una crisis en el abastecimiento de alimentos. Las abejas no solo producen miel, sino también fecundan diversas frutas y verduras. Además, muchas plantas que son el alimento del ganado vacuno son fecundadas por estos insectos. ¿Qué pasaría si desaparecen todas las abejas?

Algo peculiar en esta situación es que los cadáveres desaparecen, en comparación con otras muertes masivas de abejas, donde las abejas muertas aparecían cerca del panal. Adicionalmente, según revelan algunos estudios del genoma de las abejas, estas no poseen una carga genética adecuada para combatir venenos y enfermedades, en comparación con moscas o mosquitos. Estos últimos poseen el doble de genes destinados a combatir toxinas. Dicha situación explica en parte la vulnerabilidad de las abejas.

¿Qué pasará con las abejas? Finalmente, ¿cuál será la causa de esta muerte masiva? No deberíamos entrar en pánico, pero sería bueno saber a ciencia cierta qué está sucediendo para tomar todas las medidas de precaución necesarias en nuestro país. Esperemos la respuesta final.
Artículo publicado el 15 de mayo de 2007 en el Diario La Industria de Trujillo.

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