domingo, 14 de junio de 2009

¿LA NATURALEZA CONTRAATACA?


Cuando pensamos o escuchamos hablar sobre Canadá, nos imaginamos a ese país que limita con el polo norte y que es un destino apacible, de interminables bosques y de extensos territorios con poca presencia humana. Otros lo perciben como un posible lugar para dejar el Perú a fin de buscar la prosperidad para los suyos. Sin lugar a dudas, Canadá es un destino apasionante y ha alcanzado altos índices de desarrollo, un ejemplo de progreso y auge.

Canadá forma parte del Grupo de los Ocho (G-8) que reúne a los países más industrializados del mundo: Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia, Italia y Japón; y puede ser considerado una potencia, pese a que su rol en la política internacional parece ser discreto. Sin embargo, pese a esta buena carta de presentación, para muchos, el gobierno canadiense mantiene aún una de las decisiones más polémicas en el planeta en contra de la naturaleza; y específicamente contra los pinnípedos, o sea los mamíferos acuáticos como los otáridos (leopardos y leones marinos), los fócidos (focas) y los obodénidos (morsas).

Cada año el gobierno autoriza el inicio de la temporada de caza contra los ejemplares jóvenes de estos mamíferos. Este año, la cacería se inició el 2 de abril y se autorizó que “solo” estaba permitido cazar hasta un total de 270 mil ejemplares, en comparación con el año pasado en donde se autorizó la caza de 335 mil animales.

Muchos deben haber visto tal vez las indignantes fotos de cazadores apaleando hasta matar a los indefensos animales que, lógicamente, no pueden oponer ningún tipo de resistencia. Pero la situación es aún más crítica si tomamos en cuenta que para estos animales, los efectos del calentamiento global empiezan a mermar sus poblaciones, debido a que las capas de hielo que conforman las plataformas donde las crías son amamantadas, son cada vez más frágiles y no resisten el peso de los animales, ocasionando que muchas de éstas se ahoguen. Esta situación ocasionó que el Department of Fisheries and Oceans (DFO) del gobierno canadiense postergara incluso el inicio de la temporada de caza para investigar sobre la problemática de los hielos árticos. Pese a todo, los expertos no se impresionaron mucho y redujeron la cuota máxima de cacería.

Exterminio en el hielo

En el Golfo de San Lorenzo, que es la mayor desembocadura de un río en el mundo y que a su vez divide a Canadá de los Estados Unidos, ya no se encuentra ninguna porción de hielo estable que sirva de plataforma para que las crías de los lobos de mar, focas y otros mamíferos, puedan desarrollarse hasta que adquieran el pelaje para adentrarse en el mar helado de la zona. Expertos del DFO estiman que 100 mil juveniles ya han sido víctimas de esta situación este año y que posiblemente sean muchos más.

¿Cuál es la razón de esta matanza? El argumento principal de los cazadores -que también es utilizado por el gobierno de Canadá y los cazadores de ballenas- consiste en afirmar que estos animales consumen un gran número de peces. Para muchos biólogos marinos, este argumento no ha sido probado científicamente. Como contra argumento se especifica que dichos mamíferos cazan peces que son considerados enemigos de aquellos que son comestibles para el hombre, es decir, en realidad son beneficiosos. El gobierno canadiense estima que existe una población de 5,5 millones de animales y de ellos la mayoría está conformada por la foca arpa o de Groenlandia (Phoca groenlandica).

Según el diario británico “The Independent”, el gobierno de Canadá consideraría que estas poblaciones estarían amenazadas cuando el número de individuos sea inferior a 1,8 millones. En el 2004 se calculó que existían 5,8 millones. No obstante, dejando de lado el debate relacionado a las poblaciones de estos animales y el balance ecológico, existe un tema moral relacionado a los métodos brutales de caza. Los animales son apaleados y baleados en el hielo, para luego ser despellejados y abandonados. El hielo se convierte en un enorme matadero. Finalmente, las pieles son vendidas como accesorios de moda. En este caso, no ayuda solo indignarnos, sino dejar de consumir productos que tengan como insumo la piel de focas, leones o leopardos marinos y prohibir drásticamente su comercio.

Las pieles son vendidas principalmente a Noruega, Rusia y China. Cada piel está valorizada en cerca de 57 Euros. Estados Unidos prohibió desde 1972 el ingreso de productos en base a la piel de estos animales. La Unión Europea prohibió desde 1983 el ingreso a sus territorios de prendas en base a la piel blanca de las crías de estos mamíferos.

La edad del hielo

Las tropas de cazadores partieron prácticamente disparadas apenas se les dio luz verde para el inicio de la temporada de caza a principios de abril. El 20 del mismo mes, se habían reportado ya más de 200 mil animales asesinados en las costas canadienses. Sin embargo, la naturaleza parece haberse puesto del lado de las víctimas. A la fecha, más de 100 buques de cacería se hallan encallados en los hielos del Ártico y a los cazadores se les empieza a acabar las provisiones y el combustible. El hielo se ha convertido en el aliado de los animales perseguidos. La flota de cazadores está atrapada y a varios ya se les ha tenido que rescatar con helicóptero ante el peligro de que la presión de los hielos acabe con sus buques.

Pese a esta favorable situación para los animales, que ha detenido su matanza, nos debe quedar algo claro: el cambio climático no es lo mismo que un cambio brusco de clima. Las consecuencias del calentamiento global son evidentes y una de ellas es el cambio extremo de climas locales, como en Canadá. En este caso, los vientos del noroeste azotan el golfo de San Lorenzo, donde las focas y otros mamíferos atienden a sus crías. Muchos pescadores locales se atreven incluso a hablar de la ola de frío más severa de los últimos veinte años. La brutal cacería es condenada por todo el mundo.

Artistas internacionales como Paul McCartney y Brigitte Bardot, han formado parte de campañas de protesta; sin embargo, todo parece indicar que el próximo año sucederá lo mismo¿Podemos afirmar que la naturaleza se alió con los pobres animales para impedir de alguna manera su exterminio? Debemos ser concientes que este “mal tiempo” es consecuencia posiblemente del cambio climático originado por el calentamiento global. Entonces esta tregua es solo un llamado desesperado de la situación actual.

Uno de los efectos del aumento de la temperatura en el planeta, ocasiona que los fenómenos metereológicos sean cada vez más severos. No nos quejemos entonces. Lógicamente no deseamos que los cazadores perezcan, pero sí que ellos reflexionen de la brutal matanza que realizan, que sus gobernantes tomen medidas de una vez para frenar el uso indiscriminado de combustibles fósiles y también el comercio de pieles.

Artículo publicado el 26 de abril de 2007 en la versión online de la Revista Viajeros:

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