El 11 de julio del presente año se convertirá en un día especial para la conservación en nuestro país. En esta fecha estrenamos una nueva categoría de Área Natural Protegida (ANP): el Refugio de Vida Silvestre (RVS), y en este caso, la primera Zona Reservada (ZR) que recibió esta denominación es Laquipampa.
La antigua ZR Laquipampa fue declarada como tal en 1982 y está ubicada en la provincia de Ferreñafe, distrito de Incahuasi, en Lambayeque, a 96 Km. al noroeste de Chiclayo sobre un área de 11.346,90 hectáreas. Tiene una altura que fluctúa entre los 240 y 2600 msnm.
Es necesario recordar que una ZR es una ANP temporal en proceso de evaluación hasta que concluyan los estudios necesarios para su categorización, y que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE).
Estrenando categoría
Los RVS son una categoría de ANP de uso directo que permiten una intervención regular con fines de manejo, con la intención de garantizar la conservación de los hábitats de las especies que allí se encuentran o con el fin de ofrecer ciertas facilidades a especies determinadas para su reproducción y la recuperación de sus poblaciones.
Esta categoría presenta una posibilidad interesante de manejo racional del medio ambiente, modificando el proceso evolutivo y el ciclo natural, en beneficio de las especies que se conservan. Por ejemplo, se pueden cortar totorales, drenar cuerpos de agua, construir refugios o nidos u otras actividades que aseguren la persistencia de diversos procesos que faciliten la adaptación de especies y de su reintroducción.
Laquipampa: refugio de la Pava Aliblanca y del Oso de Anteojos
Laquipampa tiene como uno de sus objetivos de creación, proteger las poblaciones de la críticamente amenazada Pava Aliblanca (Penelope albipennis), del Oso de Anteojos (Tremarctos ornatos), así como del Cóndor Andino (Vultur gryphus). Así también, protege innumerables especies vegetales y animales típicas del Bosque Seco de Montaña y especies de avifauna de la Región de Endemismo Tumbesina.
Es así como Laquipampa recibe la denominación de zona prioritaria para la conservación de la biodiversidad nacional en el documento: “Diversidad Biológica del Perú – Zonas Prioritarias para su Conservación” (1996) y en la “Estrategia Nacional para Áreas Naturales Protegidas del Plan Director”. Adicionalmente, la ex-ZR Laquipampa fue incluida en el directorio de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en los Andes Tropicales, según una reciente publicación de BirdLife International y Conservación Internacional.
Para llegar al RVS Laquipampa se debe tomar la carretera asfaltada que parte de Chiclayo y atraviesa Ferreñafe, Pitipo, finalizando en Batán Grande (en donde se ubica el Santuario Histórico Bosque de Pómac), y continuar ruta por la carretera -que se vuelve afirmada- y que prosigue hasta Incahuasi, atravesando la comunidad campesina San Antonio de Laquipampa. El trayecto dura cerca de tres horas desde Chiclayo y se viaja paralelamente al valle del río La Leche.
La ex-ZR Laquipampa cuenta además con algunos vestigios arqueológicos correspondientes a los orígenes de algunas civilizaciones andinas que datan entre los 1.000 y 800 años a.C. El nombre de Laquipampa proviene del vocablo quechua “Llaquipampa” que hace mención a “La Pampa de los Llantos”. Dentro del área protegida se pueden encontrar petroglifos y representaciones iconográficas de diversas figuras, de los cuales se conoce poco. Sin embargo, dichas huellas de antiguos peruanos representan un legado que debe ser protegido en armonía con el medio ambiente.
Biodiversidad garantizada
Durante la época seca del 2001 (agosto), la Asociación Cracidae Perú y Pro-Aves Perú realizaron la primera evaluación de la biodiversidad de la ZR Laquipampa e identificaron 110 especies de aves, 17 de reptiles, 13 de mamíferos y 2 de anfibios. Entre los años 2001 y 2005 se efectuaron evaluaciones ornitológicas esporádicas que aumentaron la lista de aves a 122 especies. En febrero del 2006 (en plena época húmeda) se realizó la “Expedición Laquipampa 2006”, organizada por la Asociación Cracidae Perú, en estrecha coordinación con la Jefatura de la ZR Laquipampa del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) y financiada por BirdLife International. Esta última expedición confirmó la presencia de 5 anfibios, 14 reptiles (dos nuevas especies para la zona de anfibios y una de reptiles), así como 35 nuevas especies de aves para el área protegida.
Es decir, a la fecha se han registrado en total 157 especies de aves para Laquipampa, de las cuales 33 son exclusivas de la Región de Endemismo Tumbesina, 5 especies están amenazadas, 3 casi amenazadas, 1 está en situación vulnerable y 1 especie críticamente amenazada. Destaca la presencia de la Pava Aliblanca, cuya población silvestre se estima en 23 individuos. En noviembre del 2006 se reintroducirán 8 individuos en la quebrada Negrahuasi como parte del Programa de Reintroducción de la Pava Aliblanca que viene realizando la Asociación Cracidae Perú.
Otras aves importantes que habitan en Laquipampa son: la Paloma Ventriocrácea (Leptotila ochraceiventris), el Pitajo de Piura (Ochthoeca piurae), el Rascahojas Capuchirufo (Hylocryptes erythrocephalus), la Pava Parda (Penelope barbata), el Copetón de Chapman (Tamnophilus zarumae), el Mosquerito Pechigris (Lathotriccus griseipectus) y el Pepitero Negro (Saltator nigriceps).
Problemas y expectativas
Existen diversas comunidades campesinas que colindan con la zona protegida, las cuales ejercen cierta presión hacia la zona, que se traduce directamente en la ganadería y en la caza furtiva. Estas actividades deben ser eliminadas y sancionadas en caso de que se viole la ley. Uno de los siguientes pasos a seguir es la elaboración del Plan Maestro, el cual deberá incluir una zonificación acorde con los objetivos del área y sentar las bases para los Planes de Manejo y Planes de Uso que regularán todas las actividades en el RVS.
Esta importante ANP requiere además futuras investigaciones que apunten a determinar sus potenciales en cuanto a la biodiversidad y permitan identificar sus principales amenazas. Así también, requiere que los Guardaparques Voluntarios reciban una mejor capacitación para que colaboren de una manera más eficaz en la conservación y en el manejo del área. Es imprescindible además, fomentar la implementación de programas de educación ambiental en la zona, con el fin de mejorar la percepción local del manejo y de los beneficios que les puede significar el adecuado uso de los recursos naturales de la zona.
Es imprescindible también fomentar el fortalecimiento de la actuación del Comité de Gestión del área protegida en la resolución de conflictos, así como para promover el desarrollo de estrategias de uso sostenible y sustentable de los recursos naturales, tales como el ecoturismo, en especial, la observación de aves. Para tales fines, se debe mejorar la infraestructura e involucrar a los actores locales, con el fin de que perciban beneficios directos a través de dichas actividades. No dejemos pasar esta oportunidad única en el Perú.
La antigua ZR Laquipampa fue declarada como tal en 1982 y está ubicada en la provincia de Ferreñafe, distrito de Incahuasi, en Lambayeque, a 96 Km. al noroeste de Chiclayo sobre un área de 11.346,90 hectáreas. Tiene una altura que fluctúa entre los 240 y 2600 msnm.
Es necesario recordar que una ZR es una ANP temporal en proceso de evaluación hasta que concluyan los estudios necesarios para su categorización, y que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE).
Estrenando categoría
Los RVS son una categoría de ANP de uso directo que permiten una intervención regular con fines de manejo, con la intención de garantizar la conservación de los hábitats de las especies que allí se encuentran o con el fin de ofrecer ciertas facilidades a especies determinadas para su reproducción y la recuperación de sus poblaciones.
Esta categoría presenta una posibilidad interesante de manejo racional del medio ambiente, modificando el proceso evolutivo y el ciclo natural, en beneficio de las especies que se conservan. Por ejemplo, se pueden cortar totorales, drenar cuerpos de agua, construir refugios o nidos u otras actividades que aseguren la persistencia de diversos procesos que faciliten la adaptación de especies y de su reintroducción.
Laquipampa: refugio de la Pava Aliblanca y del Oso de Anteojos
Laquipampa tiene como uno de sus objetivos de creación, proteger las poblaciones de la críticamente amenazada Pava Aliblanca (Penelope albipennis), del Oso de Anteojos (Tremarctos ornatos), así como del Cóndor Andino (Vultur gryphus). Así también, protege innumerables especies vegetales y animales típicas del Bosque Seco de Montaña y especies de avifauna de la Región de Endemismo Tumbesina.
Es así como Laquipampa recibe la denominación de zona prioritaria para la conservación de la biodiversidad nacional en el documento: “Diversidad Biológica del Perú – Zonas Prioritarias para su Conservación” (1996) y en la “Estrategia Nacional para Áreas Naturales Protegidas del Plan Director”. Adicionalmente, la ex-ZR Laquipampa fue incluida en el directorio de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en los Andes Tropicales, según una reciente publicación de BirdLife International y Conservación Internacional.
Para llegar al RVS Laquipampa se debe tomar la carretera asfaltada que parte de Chiclayo y atraviesa Ferreñafe, Pitipo, finalizando en Batán Grande (en donde se ubica el Santuario Histórico Bosque de Pómac), y continuar ruta por la carretera -que se vuelve afirmada- y que prosigue hasta Incahuasi, atravesando la comunidad campesina San Antonio de Laquipampa. El trayecto dura cerca de tres horas desde Chiclayo y se viaja paralelamente al valle del río La Leche.
La ex-ZR Laquipampa cuenta además con algunos vestigios arqueológicos correspondientes a los orígenes de algunas civilizaciones andinas que datan entre los 1.000 y 800 años a.C. El nombre de Laquipampa proviene del vocablo quechua “Llaquipampa” que hace mención a “La Pampa de los Llantos”. Dentro del área protegida se pueden encontrar petroglifos y representaciones iconográficas de diversas figuras, de los cuales se conoce poco. Sin embargo, dichas huellas de antiguos peruanos representan un legado que debe ser protegido en armonía con el medio ambiente.
Biodiversidad garantizada
Durante la época seca del 2001 (agosto), la Asociación Cracidae Perú y Pro-Aves Perú realizaron la primera evaluación de la biodiversidad de la ZR Laquipampa e identificaron 110 especies de aves, 17 de reptiles, 13 de mamíferos y 2 de anfibios. Entre los años 2001 y 2005 se efectuaron evaluaciones ornitológicas esporádicas que aumentaron la lista de aves a 122 especies. En febrero del 2006 (en plena época húmeda) se realizó la “Expedición Laquipampa 2006”, organizada por la Asociación Cracidae Perú, en estrecha coordinación con la Jefatura de la ZR Laquipampa del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) y financiada por BirdLife International. Esta última expedición confirmó la presencia de 5 anfibios, 14 reptiles (dos nuevas especies para la zona de anfibios y una de reptiles), así como 35 nuevas especies de aves para el área protegida.
Es decir, a la fecha se han registrado en total 157 especies de aves para Laquipampa, de las cuales 33 son exclusivas de la Región de Endemismo Tumbesina, 5 especies están amenazadas, 3 casi amenazadas, 1 está en situación vulnerable y 1 especie críticamente amenazada. Destaca la presencia de la Pava Aliblanca, cuya población silvestre se estima en 23 individuos. En noviembre del 2006 se reintroducirán 8 individuos en la quebrada Negrahuasi como parte del Programa de Reintroducción de la Pava Aliblanca que viene realizando la Asociación Cracidae Perú.
Otras aves importantes que habitan en Laquipampa son: la Paloma Ventriocrácea (Leptotila ochraceiventris), el Pitajo de Piura (Ochthoeca piurae), el Rascahojas Capuchirufo (Hylocryptes erythrocephalus), la Pava Parda (Penelope barbata), el Copetón de Chapman (Tamnophilus zarumae), el Mosquerito Pechigris (Lathotriccus griseipectus) y el Pepitero Negro (Saltator nigriceps).
Problemas y expectativas
Existen diversas comunidades campesinas que colindan con la zona protegida, las cuales ejercen cierta presión hacia la zona, que se traduce directamente en la ganadería y en la caza furtiva. Estas actividades deben ser eliminadas y sancionadas en caso de que se viole la ley. Uno de los siguientes pasos a seguir es la elaboración del Plan Maestro, el cual deberá incluir una zonificación acorde con los objetivos del área y sentar las bases para los Planes de Manejo y Planes de Uso que regularán todas las actividades en el RVS.
Esta importante ANP requiere además futuras investigaciones que apunten a determinar sus potenciales en cuanto a la biodiversidad y permitan identificar sus principales amenazas. Así también, requiere que los Guardaparques Voluntarios reciban una mejor capacitación para que colaboren de una manera más eficaz en la conservación y en el manejo del área. Es imprescindible además, fomentar la implementación de programas de educación ambiental en la zona, con el fin de mejorar la percepción local del manejo y de los beneficios que les puede significar el adecuado uso de los recursos naturales de la zona.
Es imprescindible también fomentar el fortalecimiento de la actuación del Comité de Gestión del área protegida en la resolución de conflictos, así como para promover el desarrollo de estrategias de uso sostenible y sustentable de los recursos naturales, tales como el ecoturismo, en especial, la observación de aves. Para tales fines, se debe mejorar la infraestructura e involucrar a los actores locales, con el fin de que perciban beneficios directos a través de dichas actividades. No dejemos pasar esta oportunidad única en el Perú.
Es muy importante que todos los involucrados trabajen de manera conjunta, contribuyendo a que, la primera muestra de esta nueva ANP, siente los precedentes de este innovador mecanismo de manejo del medio ambiente. A través de esta nueva experiencia, se debe impulsar la efectiva implementación de esta categoría del SINANPE en otros lugares de nuestro rico y diverso territorio.
Artículo publicado el 16 de julio de 2006 en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo de Piura.
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