domingo, 14 de junio de 2009

GUARDAPARQUES. CELEBRANDO EL DÍA DEL GUARDAPARQUE PERUANO

Este 6 de diciembre se celebrará, por primera vez en el Perú, el Día del Guardaparque Peruano. Dicha fecha fue acordada el 2006 en el Primer Congreso Nacional de Guardaparques que se realizó entre el 3 al 7 de diciembre en Cusco. El evento fue organizado por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), y se le denominó “El Capital Humano de las Áreas Naturales Protegidas”. En la reunión participaron cerca de 80 guardaparques de todo el país. Una de las participantes fue Cecilia Mendoza Roque, quien labora actualmente en el Parque Nacional Cerros de Amotape (PNCA) en el sector de Rica Playa.

Conocí a Cecilia hace unos meses en Tumbes. Pude visitar "su cancha", es decir el puesto de control donde trabaja, el cual tiene su "toque" femenino. Asimismo, participé con ella, a fines de octubre, en un curso de monitoreo de aves en la estación biológica El Caucho dentro del PNCA. Y es así que, teniendo como fondo el grito de los monos coto de Tumbes, de los inconfundibles chilalos y de algunas impertinentes urracas, le propuse entrevistarla para conocer más acerca de su labor. Luego, ya en la tranquilidad de la noche, tuvimos una amena charla.

Cecilia es tumbesina y nació el siglo pasado, un cinco de febrero (por supuesto, no me quiso decir el año de su nacimiento). Se inició como guardaparque el 2002, en la Reserva de Biósfera del Noroeste (RBNO) —conformada por el Parque Nacional Cerros de Amotape, la Reserva Nacional de Tumbes y el Coto de Caza El Angolo— junto con la actual especialista del PNCA, Liliana Reaño. Ellas fueron las primeras féminas que osaron hacer esa mal conceptualizada chamba de hombre. Actualmente, Cecilia es la única mujer de los 18 guardaparques de la RBNO.

De profesión ingeniera agrónoma y egresada de la Universidad Nacional de Tumbes, Cecilia se desarrolló profesionalmente —principalmente— fuera de su ciudad natal, antes de trabajar como guardaparque. Trabajó para varias instituciones del Estado, así como para la empresa privada. En ambos sectores adquirió bastante experiencia y conoció distintas realidades. Según me contaba, tras los dos primeros años de trabajar para INRENA, decidió "avanzar dentro de la institución profesionalmente e ir escalando poco a poco, empezando como guardaparque, ya que es una base muy importante para comprender el trabajo de la conservación".

Cecilia en el bosque

Como me narraba Cecilia, los guardaparques de la RBNO cumplen con diversas actividades y encargos que se desprenden de los planes operativos anuales para cada ANP. Además, realizan otras tareas específicas de acorde a las necesidades de cada uno de los sectores donde laboran. En su caso, en el puesto de control de Rica Playa —ubicado a una hora en auto de la ciudad de Tumbes— las principales actividades están referidas al registro y orientación de los turistas. Este acceso al PNCA, así como el Santuario Nacional los Manglares de Tumbes, son dos de los destinos más visitados en el departamento norteño.

Dentro de todas las actividades que realiza Cecilia, se encuentran los monitoreos de flora y de fauna. Por ejemplo, a partir de este año se viene monitoreando la presencia del cocodrilo de Tumbes (Cocodrylus acutus) y de la nutria del noroeste (Lutra longicaudus). Si bien aún no ha visto a los reptiles directamente, sí ha podido registrar su presencia a través de huellas y rastros. En el caso de las nutrias, estas son más comunes, por lo que sí las ha podido ver en estado silvestre; privilegio que tienen muy pocos en la zona.

Además, Cecilia ha venido apoyando en la investigación dentro de la RBNO y formó parte del equipo que elaboró el primer manual de las especies forestales silvestres de la reserva de biósfera. Por otro lado, la gran experiencia de Cecilia se sustenta en que ha rotado por casi todos los puestos de vigilancia, lo que le ha permitido conocer de cerca la realidad de la zona y entender los diversos procesos socioeconómicos y biológicos que se dan. Esto a su vez le sirve para interactuar mejor con el público en general y ayudar a la conservación de la diversidad biológica de la región, lo cual para ella es un gran orgullo.

Cecilia en el Congreso

Cecilia fue una de las que representó a la RBNO en el I Congreso Nacional de Guardaparques, por lo cual se siente muy orgullosa. En dicha ocasión presentó una ponencia referida al ya mencionado manual de especies forestales silvestres. La experiencia que tuvo aquella oportunidad fue "muy bonita" ya que "la atención y el trato humano fue muy bueno". La Intendencia de Áreas Naturales Protegidas (IANP) del INRENA y todo el personal que organizó el evento, les inyectaron a los guardaparques muy buena energía, motivándolos a continuar con su incansable e importante labor.

Uno de los puntos acordados en dicho Congreso fue que el mismo se realizará cada dos años; y el próximo, al parecer, se hará justamente el 2008 en la RBNO, tal como lo comenta Cecilia con mucho orgullo e ilusión (ha prometido invitarme). Adicionalmente, durante dicho encuentro pudo intercambiar valiosa información y muchas experiencias que le sirven para el cumplimiento de sus tareas, así como para alcanzar sus metas profesionales y seguir dando lo mejor de sí.

Cecilia es de la opinión que debería haber muchas chicas más dentro de los guardaparques de la RBNO y de todas las ANP en general, ya que ellas "le ponen un toque de equilibrio" a su labor. Por ejemplo, cuando se enfrentan a los taladores, estos se frenan un poco, tanto en la forma de expresarse, así como en su comportamiento; accediendo a dialogar más fácilmente. Actualmente, el SINANPE tiene más de 200 guardaparques, de los cuales solo 10 de ellos son mujeres. No obstante, Cecilia confía en que la cifra de mujeres se irá incrementando.

Ella les pide comprensión a las comunidades y a las autoridades con las que interactúa día a día en la labor de conservación. Así por ejemplo, uno de los principales impedimentos para el cumplimiento de sus labores se da cuando los guardaparques no son reconocidos como autoridad, pese a serlo, ya que representan al jefe de las ANP. Es importante entender que ellos cumplen un rol fundamental en la misión de conservar nuestra diversidad biológica y de generar un desarrollo más justo para todos a través del aprovechamiento sostenible de nuestros recursos naturales.

Así también, como comentábamos en nuestra conversa, es muy motivador trabajar con gente de primer nivel profesional y comprometida "hasta el tuétano" con la conservación. En el caso de la RBNO, doy fe que todo su personal tiene bien puesta la camiseta. Asimismo, en las diversas ANP que he visitado en el país, he percibido una gran identificación y dedicación por parte de todos los guardaparques con su labor.

Vayan desde estas líneas los mejores deseos para estos sacrificados compatriotas que a veces soportan las embestidas del tiempo y de nuestra accidentada geografía para cumplir con sus tareas. Sabemos que deben permanecer varios días totalmente alejados de la "civilización" y de sus familias, además de soportar estoicamente la soledad para cumplir su importante misión. A todos ellos nuestro mayor reconocimiento y ¡feliz día del guardaparque!


Artículo publicado el 6 de diciembre de 2007 en la edición online de la Revista Viajeros:

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