Recientemente, la UNESCO anunció que 23
nuevas Reservas de Biósfera (RB) habían sido incorporadas a su programa MAB
(Man and Biosphere). Con esto, el número de RB en el planeta asciende a 529,
las cuales están distribuidas en 105 países y el Perú cuenta con tres: la RB
del Noroeste, la RB del Manu y la RB de Huascarán; que fueron reconocidas como
tales el 1 de marzo de 1977.
El concepto de RB fue propuesto en 1974
como zonas de ecosistemas terrestres, costeros y/o marinos, internacionalmente
reconocidos y de importancia a nivel mundial. La red de reservas de biósfera se
inició en 1976 y ya para el año 2000 existían 368 RB en 91 países. Esta red de
RB busca alcanzar un equilibrio sostenible entre las necesidades de las
poblaciones locales, conservar la diversidad biológica, fomentar el desarrollo
económico y conservar los valores que se desprenden de dichas actividades.
En las RB se ensaya, afina y se divulgan
estos objetivos. Las RB no forman parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales
Protegidas por el Estado (SINANPE) en el Perú; sin embargo, están conformadas
en base a las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de dicho sistema y a zonas
aledañas. Estos territorios en su conjunto son reconocidos como zonas
ecológicamente representativas y únicas en el mundo. Tienen como objetivo
principal unificar la conservación con el desarrollo socioeconómico, aplicando
el concepto de la interdisciplinariedad; es decir, asociando diversas
disciplinas para la toma de decisiones.
Además, cumplen tres funciones claramente
definidas que se complementan e interrelacionan entre sí: conservar la
diversidad biológica; desarrollar estrategias para el mejoramiento de la
calidad de vida; y proporcionar la logística, a fin de fomentar y apoyar la
investigación. Todas estas funciones incluyen a las poblaciones locales como
elemento imprescindible en el cumplimiento de sus objetivos. Los territorios
para su reconocimiento como tales, son propuestos por el Estado y reconocidos
por el Programa MAB de la UNESCO, convirtiéndose en una categoría de protección
reconocida mundialmente.
Tres en uno
En la zona núcleo se busca conservar la
diversidad biológica y realizar investigaciones, así como actividades de bajo
impacto al medio ambiente. La zona de amortiguamiento promueve el desarrollo de
actividades compatibles con la conservación, tales como: la educación
ambiental, la investigación, y el turismo sostenible. En las zonas de
transición se busca desarrollar actividades que permitan una interacción entre
las comunidades locales y los diversos organismos que brindan apoyo para
manejar el área. Para esta última zona no se requiere de una delimitación
expresa, ya que sus funciones, así como los espacios, son adaptativos.
Es así como, en el caso del Perú, la
propuesta del Gobierno Peruano para el reconocimiento de las RB, no consideró
las zonas de transición. Es decir, en ninguna de las tres RB con las que cuenta
el país, están definidas las áreas de influencia. Tomando el caso de la Reserva
de Biósfera del Noroeste (RBNO), esta está formada por el Parque Nacional
Cerros de Amotape, como zona núcleo; por el Coto de Caza el Angolo y la Reserva
Nacional de Tumbes, que conforman la zona de amortiguamiento o zona tampón.
Como ya se anotó, al momento de su reconocimiento, no se definieron las zonas
de transición, sin embargo, en este caso estas vendrían a ser las zonas
contiguas a las ANP que la conforman.
En el caso de la RBNO, el Gobierno
Peruano, a través del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), ha
planificado proponer que se anexe a esta RB, el Santuario Nacional los
Manglares de Tumbes (SNLMT), el cual fue establecido en 1988. Actualmente, la
RBNO tiene un área total de 235 827,99 ha, que resulta de la suma del área de
las tres ANP que la conforman.
Las
nuevas RB en el mundo
La Red Mundial de RB aprobó la ampliación
de dos de estas ya existentes: la RB de Frontenac, en Canadá; y la Gran Reserva
de Volzhsko-Kamsky, en Rusia. Adicionalmente, la RB del Bayerischer Wald fue
retirada por Alemania de la red, ya que esta no cumplía con los requisitos
actuales, los mismos que fueron aprobados en 1995. Asimismo, se incluyeron 23
nuevas RB; aumentando, a la fecha, a 529, el número de estos sistemas
integrados de conservación y desarrollo.
Dentro de las 23 nuevas RB en el planeta,
destacan algunas en América del Sur, como la RB Podocarpus – El Cóndor, en
Ecuador; que se extiende a lo largo de un tramo de la frontera con el Perú.
Esta RB conserva diversos ecosistemas que albergan una alta diversidad
biológica, los cuales también se encuentran en Perú como los bosques nublosos,
los altos Andes y el páramo. Esta zona colinda con la parte peruana en donde se
encuentran el Parque Nacional Ichigkat Muja – Cordillera del Cóndor y la
Reserva Comunal Tuntanain, recientemente creados tras la categorización parcial
de la Zona Reservada Santiago Comaina.
Otra nueva RB es la de los Bosques
Templados Lluviosos de los Andes Australes, en Chile; que se encuentra en la
zona costera del país sureño y de Argentina. Además, colinda con la RB Andino
Norpatagónica (también recientemente reconocida), ubicada en costas argentinas.
Ambas RB podrían en un futuro no muy lejano unirse y formar una reserva
transfronteriza de gran importancia. Otra RB recién incorporada a la Red
Mundial es la de Pereyra Iraola, en Argentina; que protege los últimos hábitats
naturales del río de La Plata.
Además, las cuencas hidrográficas
incluidas en la reserva permiten mantener los acuíferos subterráneos
excesivamente explotados, así como abastecer de agua potable sana a la
provincia de Buenos Aires. Estas unidades de conservación están distribuidas en
casi todo el planeta. Su gestión incluye a varios millones de habitantes que
viven en sus zonas de influencia.
A más de 30 años de la creación de las RB,
es importante rescatar algunos avances en cuanto a su gestión, la cual se ha
realizado prioritariamente de manera participativa. Sin embargo, aún resta
mucho por hacer. Es difícil tomar siempre en cuenta a las poblaciones locales,
ya que existen diversos intereses y distintos actores que a veces hacen muy
difícil buscar las mejores estrategias de conservación y desarrollo.
Artículo publicado el 6 de noviembre de
2007 en la versión online de la Revista Viajeros:
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