miércoles, 17 de junio de 2009

LAS ZONAS DE AMORTIGUAMIENTO: ESPACIOS PARA LA CONSERVACIÓN Y LA CONCERTACIÓN

Las Zonas de Amortiguamiento (ZA) son aquellas áreas adyacentes a los límites de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) que conforman espacios de transición entre las zonas protegidas y el entorno. Su establecimiento intenta minimizar las repercusiones de las actividades humanas que se realizan en los territorios inmediatos a las ANP. Así también, su ubicación estratégica obliga a que sean manejadas de tal manera que garanticen el cumplimiento de los objetivos de las ANP.

Al igual que las Zonas Reservadas, forman parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE), pero no representan una categoría de dicho sistema.

Las ZA son áreas de diversa extensión muy importantes en el manejo y preservación de las ANP. Su existencia se justifica plenamente ya que actúan como zonas “buffer” o de contención ante el impacto directo a las zonas que se protegen. Si bien no forman parte de las áreas protegidas, sus características topográficas y su constitución, en cuanto a flora y fauna, son similares a los terrenos protegidos, por lo que requieren un tratamiento especial que garantice su conservación y uso sostenible.

La extensión y usos de las ZA son definidos y establecidos en el Plan Maestro (PM) de cada ANP. En el caso de que el ANP no cuente con un PM aprobado, el área de las ZA puede ser establecida de manera temporal por el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA). Para su delimitación se utiliza preferentemente accidentes geográficos que permitan una fácil identificación del terreno.

Dentro de las ZA es imprescindible velar que las actividades que se realicen no pongan en riesgo la integridad del ANP. Es por eso que se debe promover el ecoturismo, el manejo y recuperación de los suelos, de la flora o de la fauna, la investigación, así como la educación ambiental. Estas prácticas deben contar con la opinión favorable del INRENA, de acuerdo a lo establecido en la Ley.

Las autoridades de las ANP (los Jefes de Área) no tienen competencia legal sobre las ZA, por lo que dicha situación puede traer algunas dificultades si es que la autoridad máxima del ANP percibe que en dichas zonas se realizan actividades que atentan contra las zonas protegidas. Sin embargo, para evitar posibles conflictos de intereses, es imprescindible el diálogo entre los pobladores de las comunidades adyacentes y las autoridades de la sociedad civil con el Estado, para determinar lineamientos claros que definan la conservación y el manejo de las ANP y de sus respectivas ZA.

El uso de los recursos naturales en la ZA está regulado por una ley distinta a la que regula los usos en las ANP, ya que las ZA no son consideradas zonas protegidas. Esta situación genera complicaciones para establecer propuestas y competencias de uso en ambos territorios por lo que es necesario que el organismo encargado de velar por el uso, manejo y conservación de las ZA, así como de las ANP, es decir el INRENA, establezca una política congruente para el desarrollo de las ZA.

Beneficios como nexo de integración con las ANP


Las ZA presentan diversos beneficios para el eficiente manejo de las ANP, tales como: ampliar el rango de distribución de especies biológicas, aumentar la calidad de vida de los pobladores locales, así como incrementar los ingresos que proveen las áreas protegidas, provenientes tanto del uso directo (empleo, cosechas) y del uso indirecto (protección de fuentes de agua, captura de carbono) para la región.

Una ZA manejada adecuadamente ayuda a promocionar a la zona protegida para captar más visitantes y mayores ingresos. Asimismo, es necesario dirigir las políticas de uso y manejo de las ZA para que éstas “descarguen” a las zonas protegidas en algunos aspectos como la oferta de bienes y servicios. Dicha “descarga” consiste en que en la ZA se ofrezcan albergues, alojamientos, servicio de alimentos, incluso parqueo de autos, venta de artículos y otras actividades que permitan aminorar el impacto en la zona protegida y en donde los principales beneficiarios sean los pobladores locales. Esta medida tiene varias ventajas, pues en algunos casos, permitiría al turista o investigador permanecer más tiempo en la zona sin tener que regresar a la ciudad más cercana.

Problemas y expectativas

En las ZA se desarrollan generalmente diversas actividades humanas, tales como agricultura, ganadería, pastoreo, tala u otras; que forman parte del desarrollo económico local. Sin embargo, los pobladores no conocen los límites reales y acceden a las zonas protegidas impulsados por la necesidad de obtener algunos beneficios adicionales para su subsistencia. Así también, ingresan a las ANP debido a la falta de resguardo (ausencia de Guardaparques) y a la inexistencia de una delimitación clara (cercos, hitos) o simplemente por la demanda de sus labores.

Por otro lado, las ZA afrontan otros problemas, uno de ellos es la permanencia del concepto férreo que define lo que se encuentra “dentro” y “fuera” del ANP, ocasionando que esta posición tajante no permita la incorporación de las ZA en los proyectos de conservación y en el manejo de las zonas protegidas por el Estado, situación que eventualmente puede crear conflictos con los pobladores locales.

Además, no existe ningún criterio común, ni estándar para la creación de las ZA en cada una de las ANP; lo que dificulta en sí su determinación y que se definan claramente las actividades que se puedan realizar dentro de estas zonas. A esto debe sumarse la complejidad biogeográfica del territorio peruano, pues no existen parámetros claros en cuanto a la delimitación de las mismas.

Es recomendable desarrollar estrategias que permitan una zonificación de las ANP de tal manera que se incluyan a las ZA como partes de los ecosistemas y como un espacio que también debe ser conservado. El estudio y la investigación en las ZA son fundamentales para desarrollar una visión estratégica del papel de las ANP. Además su conservación y manejo puede facilitar la implementación de corredores biológicos entre las ANP.

Es importante también velar por el buen manejo de las ZA para garantizar que las actividades humanas se circunscriban hasta estas zonas y no dentro de las áreas protegidas. Asimismo, se debe reforzar la presencia de Guardaparques que vigilen y denuncien a los que atenten contra los ecosistemas que se estén protegiendo. Además, es imprescindible fomentar que todos los involucrados en la conservación y en el manejo de las ANP, en participación estrecha con la población local, aseguren la aplicación de estrategias para un desarrollo sostenible en armonía con la naturaleza.

Las ZA deben dejar entrever lo que se está conservando. Es como querer preservar un parque dentro de una ciudad (muchas ANP se establecen dentro de ecosistemas degradados totalmente) que se sigue expandiendo. Los límites del parque deben formar parte de lo que se pretende conservar. En el caso de las ANP -de una mayor extensión- las ZA deben convertirse en los espacios que no solamente amortigüen los posibles efectos negativos, sino que busquen medidas de protección de los espacios que se intenta proteger del avance humano. En esta tarea deben participar los vecinos (pobladores vecinos al ANP), así como las autoridades locales (Jefatura del ANP).

Otro punto importante es asegurar los títulos de propiedad de las tierras con el fin de evitar invasiones ilegales de los terrenos y fomentar actividades compatibles con la conservación de la zona protegida. El diálogo con los pobladores locales es imprescindible y debe abarcar todos los aspectos que generen beneficios tangibles con el fin de asegurar un desarrollo que se sostenga en el tiempo.

En algunas ocasiones, cuando uno visita un ANP y está pronto a ingresar a la zona protegida, piensa que ya está en dichos territorios, sin embargo aún no lo está, encontrándose todavía en la ZA. Esta situación nos indica que las ZA son parte fundamental de lo que se protege y que son espacios que guardan aún los componentes esenciales de los ecosistemas que se preservan. Dichos territorios de transición merecen también nuestra atención, en especial en estos tiempos que nos expandimos aceleradamente.

Artículo publicado en febrero de 2007 en Infoecología:
http://www.infoecologia.com/Biodiversidad/bio2007/amortiguamiento.htm

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