miércoles, 17 de junio de 2009

EL PROYECTO DE REINTRODUCCIÓN DE LA PAVA ALIBLANCA (Penelope albipennis): UNA ALTERNATIVA DE DESARROLLO LOCAL

El proyecto de reintroducción de la pava aliblanca que viene ejecutado la Asociación Cracidae Perú dentro de los territorios de la comunidad campesina de Santa Catalina de Chongoyape ubicada a 60 Km. de la ciudad de Chiclayo, capital de la región Lambayeque (a 720 Km. al norte de Lima) debe servir como ejemplo y como catalizador de futuros proyectos de conservación de este tipo. En estos territorios se ubican los bosques secos y las quebradas que conforman el hábitat natural de la pava aliblanca. Del mismo modo, y dentro de estos territorios, se ubica el Área de Conservación Privada de Chaparri.

Dicho proyecto consiste en liberar ejemplares de pava aliblanca criados en cautiverio y semicautiverio a fin de que éstos logren reproducirse en libertad y establezcan una población silvestre que pueble las quebradas norteñas. Los mismos pobladores participan del proyecto, protegiendo el hábitat de la pava aliblanca. A través del ecoturismo que se desarrolla en esta zona se benefician de la rentabilidad a corto, mediano y largo plazo. Dichos pobladores apuestan por el desarrollo sostenible y el uso racional de sus recursos.

Un aspecto importante de futuros proyectos de este tipo es incluir una fuerte campaña de difusión e información. Es necesario transmitir a los pobladores la necesidad de velar por la conservación de las áreas protegidas, para rescatar de la extinción a la pava aliblanca y a otras especies endémicas. Se deberá transmitir un mensaje claro y conciso para demostrar que, al conservar el medio ambiente, no sólo están protegiendo el hábitat de esta ave sino que protegen también a todas las especies de flora y fauna del bosque seco ecuatorial.

Es necesario incluir dentro de este discurso dos términos importantes que son necesarios en la protección de hábitats y de las especies que albergan. La denominación de “intangible” se deriva a un mantenimiento de la cobertura vegetal y del hábitat en sí sin la intervención del hombre. Esto permite un régimen de aguas regulado, evita la erosión y desertificación, mantiene el aire limpio y es agradable a la vista (belleza paisajística). El término “tangible” está relacionado con la obtención de algún beneficio económico mediante la conservación a través de la promoción del ecoturismo, birdwatching y otras posibilidades relacionadas con el turismo que pueden contribuir al desarrollo de las comunidades campesinas a través de la generación de ingresos y de puestos de trabajo.

Esta última posibilidad es desconocida en su mayoría por las comunidades. El beneficio que produce el manejo tangible de las Áreas Protegidas es pobremente percibido o comprendido en su totalidad, pues siempre es visto a largo plazo. A esto se le debe sumar la desconfianza hacia las autoridades y hacia los foráneos. Las consecuencias que pueden causar la pérdida total o parcial de un hábitat y las especies propias de éste, son percibidas recién una vez que éstas suceden. Es por esto que se hace sumamente necesaria la información y difusión de los beneficios que suponen la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales.

Dentro del discurso conservacionista se debe incluir sin embargo el término tangible para identificar aquella especie de flora y fauna que sea única en ese hábitat. De este modo se debe intentar lograr hacer de esta especie un “gancho” para atraer al turismo y promocionar la visita a estas áreas. La conservación de estas áreas y de las especies que allí habitan debería ser manejada por los mismos pobladores locales, de tal manera que los turistas que visitan estas áreas puedan percibir que con su aporte e inversión en ese lugar están fomentando la conservación. Se debe percibir que el dinero allí aportado se queda efectivamente en esa área y no es derivado a la administración central.

La región norteña se puede convertir en una de las zonas del país pionera en fomentar el desarrollo sostenible de recursos naturales a través de las comunidades campesinas y de sus pobladores. Este trabajo debe incluir por supuesto a los niños y adolescentes, quienes en un futuro no muy lejano deberán ser los principales actores involucrados en preservar el medio ambiente.

Todo proyecto de conservación debe ir de la mano de una campaña agresiva de difusión sobre el papel que deben asumir los pobladores locales y las ventajas a corto plazo para ellos mismos. No es loable exigirles a los pobladores que se conviertan únicamente en espectadores y que no se involucren en proyectos de conservación. Ellos deben ser partícipes y deben ser escuchados, pues quién mejor que ellos que conocen las verdaderas demandas, carencias y la situación de lo que acontece en su medio geográfico.

Los pobladores deben recibir a corto plazo los beneficios reales e ingresos económicos, los cuales deben convertirse en herramientas para su desarrollo (construcción de colegios, postas médicas, etc.). El discurso que se debe manejar en la presentación de un proyecto debe ser real y concreto. No se les puede exigir a los pobladores que no talen algunos árboles o que dejen de cazar ciertas especies si no se les ofrece una alternativa viable o se les explica por qué es necesario y conveniente preservar estas especies, pues al hacerlo no sólo están preservando a esas especies determinadas, sino a todos los recursos naturales que conforman el hábitat donde se encuentran.

Otro de los problemas es evitar que sólo algunos de los pobladores (los guías locales por ejemplo) se beneficien y los demás sean sólo tácitos espectadores, mientras la población se sigue sumergiendo en la pobreza y subdesarrollo. Es primordial incentivar en los pobladores la necesidad de organizarse y exigir sus derechos, así como promover la participación de todos.

Es necesario fomentar una cultura cívica en todos los pobladores locales, para que ellos mismos identifiquen sus propios problemas y participen activamente en la solución de los mismos. Se deben buscar soluciones tangibles y de aprovechamiento para los propios pobladores. Las soluciones no deben figurar en papeles, reglamentos, etc., sino que deben estar en la mente de los involucrados. El norte del Perú alberga una amplia gama de posibilidades de desarrollo que pueden ser canalizadas y aprovechadas al máximo, luego podrá ser muy tarde. Qué viva el rico norte.

Artículo publicado en noviembre de 2004 en Infoecología:http://www.infoecologia.com/Biodiversidad/bio2004_2006/bio2004/noviembre04/pava_aliblanca-0520041105.htm

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