El 7 de noviembre se celebra el Día
Internacional de la Región Tumbesina. El siguiente testimonio nos alienta a
festejar dicho efeméride, pero también nos invita a reflexionar sobre la
situación actual de esta zona del país. Conozcamos de cerca lo que nos cuenta
un auténtico tumbesino.
Antes de todo, quisiera presentarme: mi
nombre científico es Leucopternis occidentalis. En el Perú me conocen como
Gavilán o Aguilucho Dorsigris, y en Ecuador como Gavalón de Lomo Gris. Los
gringos me dicen: Gray-backed Hawk. Tengo otras denominaciones, pero ésas son
las más comunes. Vivo en la parte sur occidental del Ecuador (Esmeraldas,
Manabi, Azuay, El Oro, Pichincha y Los Ríos) y en la parte nororiental de Perú
(Tumbes y Piura). Mi zona de distribución es bastante restringida y se
encuentra dentro de la Región Tumbesina, entre los 100 y 2 900 msnm; es decir,
soy exclusivo de esa importante y amenazada región.
Si bien, el 7 de noviembre estamos de
fiesta, yo no tengo muchos motivos para celebrar, pues cada año los bosques en
donde vivo escasean; y a este paso, ya no sé qué futuro le espera a mis nietos
y bisnietos. Además, pese a que los territorios de la Región Tumbesina abarcan
cerca de 135,000 Km² y comprenden los territorios desde la parte sur de la
provincia de Esmeraldas en Ecuador, así como toda la costa norte del Perú, es
decir los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque, parte de Cajamarca y de
La Libertad, veo cómo día a día algunas de las actividades que ustedes realizan
desmesuradamente, van mermando los bosques secos y otros hábitats de la región.
También he podido contemplar que, pese a
algunos esfuerzos por conservar estos hábitats, a través del establecimiento de
zonas protegidas tanto en Perú como en Ecuador, y de las diversas iniciativas
de algunos de ustedes para conservar nuestro bosque, es difícil lidiar con las
amenazas que persisten en mi barrio. Más adelante les relataré algunas cosas
que están sucediendo para que sepan a qué me refiero.
Mis oficiales de ley
Déjenme darles más datos para que me
conozcan mejor. Soy un ave que pertenece al orden: Falconiformes, familia
Accipitridae, género Leucopternis, especie occidentalis. Somos diez especies
pertenecientes a dicho género que nos distribuimos en toda América del Sur
hasta México. En mi caso, mi distribución es restringida como ya se los comenté
y no tengo subespecies. En la actualidad, no debemos ser más de 1 000
ejemplares viviendo en estado silvestre (me cuentan que somos más en Ecuador)
distribuidos en 3 630 Km² aproximadamente.
Mido entre 45 y 48 cm. Mi espalda es negruzca-plomiza,
la parte delantera es blanca ligeramente jaspeada en la parte del cuello, sobre
todo cuando somos jóvenes (también de jóvenes la parte posterior es más clara).
Mi cabeza es blanca y bien jaspeada. Mi cola es corta de color blanco con una
banda negra al final. Vivimos en pareja y nos alimentamos de serpientes,
roedores, pequeñas aves e insectos. Nuestra época de apareamiento coincide con
el periodo de lluvias (de diciembre a abril) de la región.
Como en todas las rapaces, la hembra es
más grande que el macho, siendo esta característica la única manera de
reconocer el sexo de los nuestros. Si me observan a distancia, me pueden
confundir a simple vista con mi primo el Aguilucho Común o Gavilán de Espalda
Roja (Buteo polyosoma); sin embargo, él tiene una coloración más rojiza en el
lomo, cuando es adulto.
Además, les cuento que el destacado
ornitólogo Leslie Brown (1976), se refiere a nosotros en uno de sus libros como
“… curiosos, poco estudiados, aguiluchos aparentemente comedores de reptiles del
género Leucopternis”. Y no le falta razón, hemos sido poco estudiados. Si bien
algunos de mis compañeros discrepan conmigo, deberían investigarnos más para
que comprendan mejor las dinámicas que existen en nuestro hábitat y así
plantear estrategias de conservación. Estamos seguros que no les falta ni
plata, ni ganas.
Generalmente andamos en pareja y bastante
dispersos, procurando aprovechar los pocos espacios de bosque que nos están
dejando. Según vuestras categorías, para la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN), los de BirdLife International y los
ecuatorianos; estamos en peligro. Para los peruanos, en el año 2000 éramos una
especie en situación indeterminada y desde el 2004 aparecemos como en peligro.
Como verán, mi situación es realmente preocupante.
Lugares donde estoy protegido
Felizmente, en algunas áreas que ustedes
han establecido, nos encontramos -en teoría- a salvo y podemos vivir en paz.
Sin embargo, tengan en cuenta que nuestras poblaciones -si es que se logran
estabilizar y recuperar- podrían expandirse; la pregunta es ¿a dónde? Es muy
importante que vean el tema de corredores biológicos, además del tema de la
conectitividad de zonas protegidas.
Esas zonas son: el Parque Nacional
Machalilla, la Reserva Ecológica Mache-Chindul y Manglares-Churute en Ecuador;
además del Parque Nacional Cerros de Amotape, así como la Reserva Nacional de
Tumbes en el Perú; todas reconocidas por el Sistema Natural de Áreas Protegidas
(SNAP) en Ecuador y el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el
Estado (SINANPE) en el Perú.
¿Qué está pasando?
Las principales amenazas que vemos
nosotros son: vuestra ganadería, la agricultura, la tala ilegal, la cacería
furtiva y la contaminación. Por un lado, ustedes insisten con reducir nuestro
hábitat (y el de muchos vecinos) para generar terrenos de cultivo, alterando
todo el orden y provocando que otros compañeros también desaparezcan. No
contentos con eso, vivimos en permanente pánico debido a los cazadores y a la
quema de terrenos.
Somos testigos que vuestra presencia es
cada vez mayor en nuestro hábitat; y si bien no podemos evitarla, vemos que
existen actividades como: venir a observarnos (nuestra región es una zona
privilegiada para que vengan con sus binoculares), caminar por los bosques,
acampar, extraer productos como miel, forraje, frutos y otros, que permiten una
convivencia pacífica.
Además, el bosque les sirve para evitar la
erosión y almacenar agua (después nos va a faltar a todos). Nosotros creemos
que si se dedican al ecoturismo y a actividades que no tengan impacto negativo
en el medio ambiente, todos ganaríamos: ustedes generando ingresos, así como
progreso para los suyos; mientras que nosotros y los vecinos viviríamos
tranquilos. Ya ven, todos nos beneficiaríamos.
La importancia de mi terruño y de la
Región Tumbesina
Mi padre me contó que en 1999, en la
ciudad de Talara, se realizó uno de los primeros esfuerzos para abordar la
conservación de nuestra región. Uno de los acuerdos clave para difundir la
problemática de la zona, fue declarar el 7 de noviembre: Día Internacional de
la Región Tumbesina. Para nosotros fue un verdadero avance, ya que, según el
análisis de Áreas de Endemismo para Aves (Endemic Bird Areas o EBAs) realizado
por BirdLife International, se han identificado 218 EBAs en todo el mundo y
nuestra región destaca por contener 55 especies de aves endémicas o de rango
restringido, como el Perico Macareño (Brotogeris pyrrhopterus), la Cortarrama
Peruana (Phytotoma raimondii), la Estrellita de Esmeraldas (Acestrura
berlepschi) y la Pava Aliblanca (Penelope albipennis); todas ellas con
problemas muy similares a los nuestros.
A nivel mundial, solo nueve de las 218
EBAs poseen más de 50 especies con distribución restringida, lo que demuestra
la gran importancia de mi región en cuanto a endemismo en aves. Nuestra región
también ha sido considerada una de las tres EBAs prioritarias para la
conservación en el planeta.
Bueno querid@s amig@s, espero que podamos
contar con vuestra ayuda para festejar este día, este año y muchos años más
(deberíamos oficializar nuestro día). Vengan a conocer mi región para que
comprueben las posibilidades de desarrollo que existen y para que conozcan el
gran número de vecinos que tengo. Protejamos nuestro hábitat común, todos
queremos permanecer en él, en especial nuestras futuras generaciones. ¡Gracias!
Artículo publicado el 9 de noviembre de
2008 en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo de Piura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario