El 2 de febrero se celebró el Día Mundial de los Humedales y la pregunta surge de inmediato: ¿Cuántos años más podrán celebrar los limeños este aniversario? La vorágine expansionista del monstruo de cemento llamado “urbe” arremete sin piedad contra esta importante Zona Reservada y como suele suceder, el principal enemigo es el hombre, quien con sus actividades comerciales y su crecimiento descontrolado, atenta contra el medio ambiente. En el caso de Villa, ni las zonas de amortiguamiento, es decir aquellas que “separan” al delicado ecosistema del casco urbano, se encuentran a salvo.
Los Pantanos de Villa fueron incluidos en la Convención Ramsar por ser un humedal representativo y característico de una región biogeográfica y por ser el hábitat de numerosas y significativas aves locales y migratorias. El Estado Peruano aprobó el 28 de enero de 1997 la adhesión del Perú a la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (Convención de Bonn).
Este tratado intergubernamental busca contribuir a la conservación de especies durante la migración y que mejor lugar que los Pantanos de Villa que son un lugar de descanso para muchas aves en su ruta migratoria por el corredor biológico a lo largo de la costa Pacífica de América. Como Zona Reservada, los Pantanos pertenecen, según la clasificación de Áreas Protegidas de la Unión Mundial para la Conservación (UICN), a la Categoría IV. Esto asegura que es un área protegida, donde se puede ejecutar un manejo del hábitat y de las especies dirigido a su conservación, con intervención a nivel de gestión a diferencia, por ejemplo, de un Parque Nacional como el Manu que protege de manera intangible la biodiversidad, salvo para fines científicos.
Villa Rica
Los Pantanos son considerados como un regulador del régimen hidrológico y como hábitat de una gran diversidad de flora y fauna. Estas características le dan un alto valor económico, científico y recreativo. Sumemos a esto su cercanía a Lima y su fácil acceso y tenemos un punto obligado de visita por parte de todos los capitalinos, quienes tienen en sus manos la conservación de este singular ecosistema.
Se han registrado 178 especies de aves (77 migratorias y 52 residentes y el resto registros eventuales) dentro de esta Zona Protegida. Las aves migratorias incluso se pueden subdividir en cuanto a su procedencia: América del Norte, América del Sur, Andes y locales. Del mismo modo es hábitat de especies vegetales y/o animales cuando se encuentran en una etapa crítica de su ciclo biológico.
Este importante humedal alberga también 14 especies de peces, adaptados perfectamente a diversos factores como la salinidad, vegetación y a la distinta cobertura vegetal. La flora está conformada principalmente por 67 especies de plantas en total entre especies acuáticas, totorales y zona arbustiva. Villa presenta también una gran variedad de vegetación en los suelos húmedos. Además alberga 11 especies de moluscos y trece familias de arañas, así como algunos reptiles y anfibios.
La conservación de los Pantanos se está apantanando
Actualmente los Pantanos afrontan distintos problemas que necesitan de la participación de la empresa privada y de los ciudadanos. La administración de los Pantanos está a cargo de PROHVILLA, una entidad autónoma con 20 trabajadores en total y un presupuesto austero proveniente de un monto otorgado por la Municipalidad de Lima y de lo recaudado por las entradas.
Según PROHVILLA, las principales amenazas son externas y se deben al altísimo nivel poblacional de las zonas circundantes a los Pantanos. El crecimiento sin proyección de estas áreas aledañas, la falta de desagüe y de información y la contaminación de las aguas que son principal elemento regulador de este ecosistema y la poca información de los vecinos.
Uno de los canales que alimenta a los Pantanos es utilizado por los pobladores para verter todo tipo de desechos lo que ocasiona la contaminación de las aguas e incluso se pueden observar desechos de basura dentro del área de la Zona Reservada y algunos pobladores ingresan al área para extraer lisas (especie propia del lugar) y tilapias (especie introducida). A estos problemas se le debe agregar el ruido producido por el transito vehicular y en algunos días, el exceso de visitantes.
El reto entonces es ¿cómo incentivar la conservación de esta zona privilegiada, a menos de una hora de la ciudad? Formando e informando. A través de actividades educativas y turísticas para todos los públicos (colegios, universidades, particulares, vecinos) como parte de un paquete ecoturístico que fomente el aprovechamiento racional de los recursos naturales en Lima y en todo el país.
Artículo publicado en febrero de 2005 en la versión online de la Revista Viajeros:
http://www.viajerosperu.com/articulo.asp?cod_cat=1&cod_art=130
Los Pantanos de Villa fueron incluidos en la Convención Ramsar por ser un humedal representativo y característico de una región biogeográfica y por ser el hábitat de numerosas y significativas aves locales y migratorias. El Estado Peruano aprobó el 28 de enero de 1997 la adhesión del Perú a la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (Convención de Bonn).
Este tratado intergubernamental busca contribuir a la conservación de especies durante la migración y que mejor lugar que los Pantanos de Villa que son un lugar de descanso para muchas aves en su ruta migratoria por el corredor biológico a lo largo de la costa Pacífica de América. Como Zona Reservada, los Pantanos pertenecen, según la clasificación de Áreas Protegidas de la Unión Mundial para la Conservación (UICN), a la Categoría IV. Esto asegura que es un área protegida, donde se puede ejecutar un manejo del hábitat y de las especies dirigido a su conservación, con intervención a nivel de gestión a diferencia, por ejemplo, de un Parque Nacional como el Manu que protege de manera intangible la biodiversidad, salvo para fines científicos.
Villa Rica
Los Pantanos son considerados como un regulador del régimen hidrológico y como hábitat de una gran diversidad de flora y fauna. Estas características le dan un alto valor económico, científico y recreativo. Sumemos a esto su cercanía a Lima y su fácil acceso y tenemos un punto obligado de visita por parte de todos los capitalinos, quienes tienen en sus manos la conservación de este singular ecosistema.
Se han registrado 178 especies de aves (77 migratorias y 52 residentes y el resto registros eventuales) dentro de esta Zona Protegida. Las aves migratorias incluso se pueden subdividir en cuanto a su procedencia: América del Norte, América del Sur, Andes y locales. Del mismo modo es hábitat de especies vegetales y/o animales cuando se encuentran en una etapa crítica de su ciclo biológico.
Este importante humedal alberga también 14 especies de peces, adaptados perfectamente a diversos factores como la salinidad, vegetación y a la distinta cobertura vegetal. La flora está conformada principalmente por 67 especies de plantas en total entre especies acuáticas, totorales y zona arbustiva. Villa presenta también una gran variedad de vegetación en los suelos húmedos. Además alberga 11 especies de moluscos y trece familias de arañas, así como algunos reptiles y anfibios.
La conservación de los Pantanos se está apantanando
Actualmente los Pantanos afrontan distintos problemas que necesitan de la participación de la empresa privada y de los ciudadanos. La administración de los Pantanos está a cargo de PROHVILLA, una entidad autónoma con 20 trabajadores en total y un presupuesto austero proveniente de un monto otorgado por la Municipalidad de Lima y de lo recaudado por las entradas.
Según PROHVILLA, las principales amenazas son externas y se deben al altísimo nivel poblacional de las zonas circundantes a los Pantanos. El crecimiento sin proyección de estas áreas aledañas, la falta de desagüe y de información y la contaminación de las aguas que son principal elemento regulador de este ecosistema y la poca información de los vecinos.
Uno de los canales que alimenta a los Pantanos es utilizado por los pobladores para verter todo tipo de desechos lo que ocasiona la contaminación de las aguas e incluso se pueden observar desechos de basura dentro del área de la Zona Reservada y algunos pobladores ingresan al área para extraer lisas (especie propia del lugar) y tilapias (especie introducida). A estos problemas se le debe agregar el ruido producido por el transito vehicular y en algunos días, el exceso de visitantes.
El reto entonces es ¿cómo incentivar la conservación de esta zona privilegiada, a menos de una hora de la ciudad? Formando e informando. A través de actividades educativas y turísticas para todos los públicos (colegios, universidades, particulares, vecinos) como parte de un paquete ecoturístico que fomente el aprovechamiento racional de los recursos naturales en Lima y en todo el país.
Artículo publicado en febrero de 2005 en la versión online de la Revista Viajeros:
http://www.viajerosperu.com/articulo.asp?cod_cat=1&cod_art=130
que hermoso
ResponderEliminarquisiera ir otra vez a pantanos de villa es estupendo........ hermosisimo
ResponderEliminaroe ala firme vete solo ps .l.
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