viernes, 12 de junio de 2009

BORN IN BORNEO (O EN PERÚ): NACIDO PARA DESAPARECER (2)


La isla de Borneo y el Perú tienen muchas similitudes. Tal como lo planteé en el artículo que precede a este, la gran diversidad biológica en ambos lugares está amenazada por actividades extractivas y productivas. Dicha situación significa además una amenaza latente a los pobladores de ambos lugares. Es decir, tenemos la creciente desaparición de especies de flora y fauna, así como la expansiva degradación del medio ambiente que en conjunción nos perjudica.

En este preocupante panorama, en Borneo se han tomado algunas medidas para intentar frenar la tala ilegal, la minería informal, la corrupción e intentar conservar el medio ambiente con la participación local en esta privilegiada isla. Una de esas medidas es la implementación de áreas naturales protegidas (ANP), las cuales, si bien parecen solucionar en parte el problema, resulta que no es así. Por un lado, debido a que deben enfrentar la corrupción del Estado, y por el otro, por el poco financiamiento que reciben para controlar las amenazas a las mismas, así como por el incipiente interés de los pobladores en gestionar responsablemente sus recursos naturales.

No obstante, para sorpresa de muchos, la existencia de las ANP en Borneo no es la mejor solución para frenar la desaparición de la diversidad biológica. La tala podría ayudar a la conservación, claro siempre y cuando esta no sea practicada constantemente y en aumento. Según algunos expertos, los bosques de la parte baja de la isla que deben ser conservados, ya lo están. Es por eso que la premisa ahora es convencer a la gente de la necesidad de respetar dichos bosques conservados para preservar la diversidad de especies.

¿La tala es buena?

Para proteger estos territorios se deben dejar atrás viejas tendencias y replantear las cosas con el fin de encontrar soluciones prácticas, rápidas y efectivas. Se deben aplicar modelos de desarrollo adaptados a la realidad del lugar, lo demás, son especulaciones. Lamentablemente, parte del "futuro biológico" de la isla (y del Perú) se decide lejos de allí, es decir, en la bolsas de New York, Tokio o Londres. Si bien, la mirada romántica de conservar todo tal cual como está sigue vigente, es necesario dar un giro excepcional para revertir los efectos del cambio climático.

Una posibilidad es la tala controlada de ciertas áreas bajo una estricta vigilancia que respete lo que ya está protegido y que genere ganancias. A eso, un trabajo serio de reforestación y de alternativas de uso controlado del bosque debe asegurar un uso sostenible y amigable a los pobladores locales. En Borneo parece ser esa una salida. ¿Acá? posiblemente también.

En algunas zonas de la isla se aprecian zonas totalmente deforestadas sin ningún uso en donde trabajaron muchas personas. Todo se fue al diablo cuando se acabaron los árboles. ¿Cómo pudo darse una situación así? La respuesta es sencilla: corrupción, colusión y nepotismo. La historia es la siguiente: Antes de que en 1998 el presidente Suharto dejara obligadamente el poder (tras 32 años de haber estado entornillado en el mismo) mantuvieron, él, su clan y sus oficiales al bosque indonesio como su propiedad privada.

Tras la dictadura centralista de Suharto, el poder se descentralizó, y con eso la corrupción también, por lo que la política relacionada a los recursos naturales sufrió un cambio. Así, luego de que muchos funcionarios que durante las décadas donde el dictador saqueó parte de la isla fueron meros espectadores, vieron llegar su turno. Era el momento de hacer su "propia caja". Los gobernadores provinciales y distritales (denominados bupati) y hasta la policía estaban preparados para sobornar y ser sobornados.

De esta manera, los permisos para talar bosques protegidos salían como pan caliente sin ningún problema, y el terreno para la plantación de palma aceitera estaba servido. A esto se le sumó una política nada clara sobre usos y derechos de la tierra en donde el caos reinaba. Dicha parte de la isla le pertenecía al que más poder y dinero contaba para jalar agua a su molino.

Buenas y malas

En el noroeste de la isla, en el Estado malayo de Sarawak, gobierna hace 27 años Abdul Taib Mahnud, cuyo régimen es considerado dictatorial y corrupto. Los bosques de este lugar han sido talados ilegalmente de tal manera que hasta los conservacionistas ya han tirado la toalla para salvarlos y han decidido dedicarse mejor a proteger otras zonas de Borneo. En el otro Estado malayo, Sabah, la naturaleza se haya mejor conservada y alberga recintos reconocidos mundialmente por su buen estado y alta diversidad biológica.

En base a estas dos caras de la moneda y a lo que sucede en el resto de la isla, entre las ONG conservacionistas y las agencias de desarrollo se ha ido acuñando el término de good governance, es decir, buena administración. Tal afirmación puede ampliarse a buscar que las manos de los políticos dejen de saquear los bolsillos de los pobres y someter a una permanente fiscalización las actividades gubernamentales de control sobre el acceso a los recursos naturales. Sin esto, toda acción de conservación será en vano.

No obstante, al parecer existen esperanzas de que la situación mejore ya que desde que Susilo Bambang Yudhoyono asumiera el poder de Indonesia en el 2004, se intenta dar un giro significativo a la política medioambiental. En el 2005 asumió el puesto más alto de la Policía, el general Sutano y, según varias ONG ambientalistas, se han hecho importantes avances en el control de la tala ilegal. Bajo su mandato se ha encarcelado a cientos de taladores, comerciantes ilegales y hasta funcionarios del Estado que han atentado contra el patrimonio natural del país.

También se ha invertido en las ANP y en la vigilancia de las mismas. No obstante, erradicar una corrupción tan enraizada, tomará bastante tiempo. Lamentablemente, muchos asuntos aún se deciden y arreglan con dinero bajo la mesa. Los buparti poseen poderosos tentáculos para "callar" y "apabullar" muchas buenas iniciativas que empiecen a "malograr el negocio".

Borneo y Perú

Aún hay mucho por hacer en la isla. Capacitar a los isleños para la toma de mejores decisiones, convencerlos de que el dinero rápido y fácil es momentáneo y explicarles la importancia de la conservación de sus bosques son tareas harto difíciles, pero no imposibles. Mucho de lo ya expuesto tiene una gran similitud con nuestro país sin duda alguna. Es por eso que ante la situación actual urge actuar ya, si no queremos seguir destruyendo nuestra diversidad biológica y dejar a nuestro país en un estado calamitoso y expuesto al cambio climático.
¿Qué podemos pensar de lo que sucede con la minería informal en Madre de Dios, Puno, Cajamarca y Piura? ¿Cómo explicar los atentados ecológicos que se suceden en nuestra patria con la venia de las autoridades? ¿Nos estamos preparando concienzudamente para afrontar posibles crisis de agua, incremento de desgracias ambientales y conflictos socioambientales? Es cuestión de que nos detengamos a analizar estos puntos y a exigir soluciones ¡YA!

Por lo tanto, es indispensable que todos tomemos carta en el asunto. Revisemos las políticas ambientales que tenemos. Es hora de que decidamos qué vamos a hacer con los valiosos recursos naturales que poseemos. Se vienen tiempos difíciles. Por lo pronto, metamos nuestras narices en lo que el Gobierno viene haciendo en materia ambiental. El medio ambiente somos todos.

Artículo publicado el 10 de mayo de 2009 en el Suplemento Semana del Diario El Tiempo de Piura.

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