viernes, 12 de junio de 2009

FALTA DE ORGANIZACIÓN Y DESAVENENCIAS POLÍTICAS ORIGINARON EL CAOS EN BAGUA

Bagua: Escenario de uno de los capítulos más lamentables en el país.
Foto: Tripadvisor.
Luego de lo acontecido en Bagua y tras haber leído diversos aspectos de lo aparecido en los medios de comunicación; además de haber recogido algo del "ciudadano de a pie limeño", me atrevo a escribir estas líneas. Digo me atrevo porque sé que muchos conocidos discreparán al respecto, pero de eso se trata. No obstante, me siento obligado a plasmar en el papel algunas ideas en la búsqueda de aportar elementos de análisis y reacción sobre lo que sucede en nuestro país.

En primer lugar lamento enormemente que se haya sacrificado tantas vidas humanas en este conflicto que, en mi opinión, terminará con la "victoria" del Gobierno ante los, con el tiempo, apagados reclamos del colectivo ciudadano. Y esto, ¿por qué? porque no estamos organizados, no somos un colectivo que podamos modificar sustancialmente el rumbo de nuestro destino. ¿Acaso existe un partido verde o alguien que políticamente defienda nuestro patrimonio ambiental? No. Por ahí se baraja la posibilidad del Padre Arana. ¿Es eso suficiente? Siempre saltan un grupo de "personajes conocidos", pero ahí queda la cosa.

No creo que los nativos y todos los hermanos selváticos deban ser representados por tipos como Pizango. Me parece totalmente insuficiente y cobarde su accionar. Claro, deberían ser los presidentes regionales y los congresistas de los departamentos amazónicos los que den la cara. ¿Lo han hecho? NO. Y no lo han hecho porque, en primer, lugar ambos tipos de funcionarios son elegidos con muy poco respaldo popular, y en segundo, no representan más que a un par de electores citadinos.

Asimismo, la actitud del Gobierno es de principiante con respecto a la inteligencia y a la planificación de este tipo de operativos. Ya lo ha demostrado con el desalojo de los invasores del Santuario Histórico Bosque de Pómac y con otros hechos similares. Ahora, claro está que violencia engendra más violencia. Esto acá y en la China. Algo más se pudo hacer para evitar tanta desgracia. Cuando los ánimos están caldeados, se debe actuar con sapiencia y no a la mala.

¿Qué nos pasa?

Con todo lo que acontece en el país y en el mundo, está totalmente clara la política del gobierno: sacarle el mayor provecho a nuestros recursos naturales sacrificando lo ya protegido y las tierras indígenas. La tendencia mundial apunta a buscar nuevos terrenos para plantaciones y para explotar gas, petróleo, madera y minerales. Cada día somos más en el planeta. Es ingenuo pensar que todo puede quedar tal cual como está ante un crecimiento humano acelerado y sin vistas de parar (salvo una pandemia incontrolable y mucho más agresiva que la de la mal llamada fiebre porcina, o una guerra mundial).

Entonces, los países "billetones" están buscando ya dónde plantar lo que van a comer en el futuro y las materias primas para alimentar a los suyos. Además, "los ricos" siguen buscando fuentes de energía en base a recursos naturales, ya que la posibilidad en el mundo de utilizar energía eólica y solar es muy cara y no resulta masiva; además el uso de energía nuclear parece quedar poco a poco en el olvido, pese a ser una fuente proveedora -comparativamente-, limpia, pero es muy peligrosa. Es obvio que en sus territorios no van a hacer ni lo uno, ni lo otro, es decir, ni plantar ni explotar fuentes de energía. Para eso están los países como el Perú.

Dado que el mundo está dominado por las grandes potencias pese a quien le pese, estos países han puesto su mira en los países del Tercer Mundo, en vías de desarrollo, o cómo quieran llamarnos, es decir, en nosotros. Así también, en países como Indonesia, Madagascar, Brasil, Congo, Malasia, Vietnam, India y alguno más por ahí que justamente "destacan", entre otros, por su diversidad biológica y por poseer (aún) vastos territorios para explorar y explotar. Los grandes empresarios se deben relamer cuando ven en Google Earth las grandes extensiones de bosques, para ellos, sin uso alguno y que tan solo sirven para cuidar un par de pajaritos y monitos. Adicionalmente, en estos países -incluyéndonos-, viven todavía diversas etnias y culturas lingüísticas que los convierten en naciones multiculturales, lo cual no quiere decir necesariamente que todos los grupos étnicos estén representados políticamente, ni que sean reconocidos.

Entonces, para los grandes capitalistas y en aras del neocolonialismo, estos "tercermundistas" no son nada más y nada menos que sitios donde ir a sacar lo que se necesita. Y en un juego a pared con sus gobiernos de turno, todo esto es más fácil, pues así se evitan miles de problemas como las protestas conservacionistas, la de los derechos humanos, los indigenistas y todos esos "molestosos". Además, sabiendo que aún existen gobiernos dictatoriales productos de golpes de Estado, gobiernos corruptos, y otros que se bajan los pantalones ante los del billete en miras de recibir su "tajada" para la jubilación, no queda más que actuar, es decir, vender el cuento de la inversión, y a explotar se ha dicho.

Con la venia del gobierno de turno, se empieza a lotizar el país. Qué importa si en los lotes existen áreas naturales protegidas, reservas indígenas, si es el territorio de la tribu de los ingas o de la etnia de los mandingas, pues en su concepción, el dinero lo compra todo. Además, esas cosas raras como la participación local, la consulta popular, la explicación de lo que se pretende hacer, es algo que se hace por cumplir (o simplemente no se hace, si además no sirve de mucho y no es vinculante), debido a que la suerte ya está echada. Nuevamente, ¡a explotar! que el mundo se va a acabar.

El país de las maravillas

Entonces, ya en nuestro país, ¿Qué tenemos? Vamos por partes. Tenemos un sistema político totalmente disperso, desordenado, donde todos se pelean sin llegar a consensos, con corrupción, con presidentes regionales ineptos, con congresistas faltosos (y faltones), con una prensa maleable, con cientos de organizaciones, ONG, asociaciones y otros que representan a tres gatos y que no se ponen de acuerdo, y a un Gobierno encaprichado con vender el Perú.

Yo no creo que la solución a la política gubernamental sea esta protesta indígena, y menos encabezada por un tipo como Pizango. Este caudillismo que arrastramos desde hace años nos da malos resultados. Lógicamente, debemos defender nuestro patrimonio biológico, nuestras áreas naturales protegidas, nuestra integridad como Nación, pero de una manera más inteligente, no así, ya que sacamos a las "fuerzas del orden" a defender algo difuso; y buscamos que muchos indígenas, desesperados y desinformados en buena cuenta por caudillos cobardes, salgan también a defender algo que no comprenden totalmente.
Todo esto solo nos puede llevar a lo que acontece actualmente. Siempre nos disparamos a los pies.

Desde el fútbol hasta el día a día del peruano, no sabemos convivir en paz para ahorrar energía en disputas y buscar salidas. Con todo esto, los grandes inversionistas seguirán viéndonos como una tribu que se domina fácilmente y que está pobremente organizada. Yo no creo que debamos mantener todo tal cual como está, sí necesitamos inversión, pero inversión limpia, que respete el medio ambiente y lo ya protegido, que establezca un diálogo con los dueños de la tierra, que deje dividendos y que pueda ser fiscalizada. La humanidad crece y necesitamos abastecer ese crecimiento. Es algo muy difícil de frenar, por lo que no creo que valgan posiciones muy románticas de "no tocar nada" y otras como "tumbarse el monte, sea de quien sea, y haya lo que haya".

Así como vamos, no se puede hacer mucho. Debemos buscar una mejor comunicación entre nosotros para saber qué queremos, qué tenemos para ofrecer, qué debemos proteger y cómo pensamos progresar. Solo uniendo fuerzas, podemos dar batalla, no solo saliendo a quejarnos y repetir como loros la misma cantaleta de que todo se hace mal. Traigamos propuestas, enseñemos a los más necesitados del país a defenderse protegiendo, sembrando, cosechando, dándoles educación; y no pintando todo como que solo las medidas radicales son la solución.

Solo deseo que podamos salir de este embrollo. Asumo que muchos quieren lo mismo. Quedarnos esperando que todo sea tal cual como ya lo es, me parece insuficiente. Condeno la matanza de peruanos por peruanos (y por quien sea) y espero que aprendamos de esto. El Gobierno debe dejar de ser arrogante y de estar cegado por el dinero. Así también los peruanos del Perú profundo deben saber que hay maneras de defender sus territorios. Exíjanles a sus autoridades que los representen. No nos dejemos engañar más, tampoco debemos resignarnos a que nuestra suerte ya esté echada, salgamos adelante de manera inteligente y pacífica. Dejemos de ser perdedores.

Artículo publicado el 09 de junio de 2009 en la versión online de la Revista Viajeros: http://www.viajerosperu.com/articulo.asp?cod_cat=9&cod_art=1404

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