sábado, 13 de junio de 2009

PARACAS: MAR, LOBOS Y DINAMITA

Hace unos días estuve en la Reserva Nacional de Paracas (RNP). La visita me ha dejado con sentimientos encontrados. Por un lado, regresé alegre porque conocí más de cerca la dinámica que se desarrolla en este importante y bello lugar, además de recorrer nuevos rincones de esta Área Natural Protegida (ANP); pero por el otro, volví preocupado ya que también ví y experimenté parte de la problemática por la que atraviesa la zona y posiblemente gran parte de nuestra costa. Vayamos por partes.

La RNP fue declarada como tal en 1975 y tiene una extensión de 335 mil Ha. de las cuales, el 65% corresponden a la parte marina. Abarca la costa de los distritos de Paracas y Salas, pertenecientes a las provincias de Pisco e Ica, en la región Ica. Al ser una Reserva Nacional, es decir un ANP de uso directo, en ella se permiten algunas actividades extractivas reguladas, tales como la pesca y la extracción de mariscos.

Según el Plan Maestro (2003-2007) de la RNP, desde hace nueve mil años, la zona en la que hoy se ubica es un área laboral y de subsistencia para las poblaciones que la habitan. Asimismo, la disponibilidad y abundancia de recursos marinos ha condicionado el asentamiento de numerosos grupos humanos y sociedades prehispánicas andinas. La pesca artesanal en la zona de Pisco-Paracas es una de las principales actividades extractivas. Existen cuatro centros de operaciones para el desembarque, acopio y comercialización de los productos marinos en forma artesanal: San Andrés, El Chaco, Lagunilla y Laguna Grande.

¿Qué es lo que sucede?

Y justamente en los muelles de San Andrés y de Lagunillas tuve dos encuentros con pescadores que me narraron gran parte de los problemas por los que atraviesa la bahía. En el primer caso me reuní con 39 “cordeleros” asociados, quienes me contaron sobre la lucha que han emprendido contra los “dinamiteros”. Estos curtidos hombres de mar han decidido unirse y combatir a aquellos que utilizan cobardemente dinamita para pescar. Así, luego de tocar diversas puertas sin respuesta alguna, acudieron a la RNP, lo que ha generado una alianza estratégica que promete combatir hasta al final esta gran amenaza.

Los “cordeleros”, junto con el personal de la RNP, ya han detenido a varios “dinamiteros” y les han incautado la dinamita y su pesca. Según me narran, han decidido combatir el problema ellos mismos ya que ni la policía, ni las autoridades hacen algo para frenar esta ilegal actividad, debido a que el soborno y la coima campean impunemente por estos dominios. También me comentan que en el muelle artesanal de San Andrés los “dinamiteros” exhiben su botín con toda la tranquilidad del mundo sin que nadie les diga nada.

Pese a que se empieza a ver un retroceso en las actividades de los “dinamiteros”; debido al control que ahora se ejerce en la zona, posiblemente se trate de un reordenamiento de estos ilegales pescadores para proseguir con sus fechorías. El daño que ocasionan en el mar es irreparable puesto que matan todo lo que está vivo. Para que el mar se recupere de dicho impacto son necesarios varios meses. ¿Cómo reconocer un pez dinamitado? Pues verá que por dentro está todo destruido, fofo y deforme (¡no los compre!), a comparación de un pez extraído con cordel o redes que está entero y compacto. ¿Quiénes compran a veces estos peces? Gran parte de lo obtenido es adquirido por grandes supermercados e intermediarios.

Así también, en el muelle de Lagunillas, unos pescadores me narraron que cada día encuentran menos peces en el mar, debido a que existe una pesca indiscriminada y excesiva por parte de cada vez más pescadores y embarcaciones que utilizan redes con orificios más chicos, en comparación con los permitidos; así como métodos extractivos propios de la pesca de altamar. Tal situación permite la extracción de “todo lo que se mueve”, ocasionando que en este rincón del Perú cada día haya menos riqueza marina.

Al parecer, una de las consecuencias de la escasez de peces es que, como comentaba un curtido marinero, los pescadores deben combatir a los lobos de mar (los chuscos) ya que estos oportunistas y astutos mamíferos “acompañan” a las pequeñas embarcaciones en sus faenas tomando parte de la pesca pues es la única manera de sobrevivir. Por encontrarse en una reserva nacional, no pueden matarlos, lo que ocasiona un conflicto para estos pobladores que vienen ejerciendo la pesca desde mucho antes de que se estableciera esta ANP. La mar está un tanto movida en Paracas.

Que todos se mojen

Sería bueno que el gurú de la cocina peruana, Gastón Acurio, utilice alguna vez parte de su capacidad de rey Midas para apoyar una campaña que ayude a controlar y combatir este gran problema. ¿Se imaginan que tengamos que sufrir para obtener un cebiche de pescado?, ¿será posible sobrevivir sin jaleas, sudados, parihuelas y demás manjares en base a nuestra diversidad de productos marinos? Yo creo que Gastón y los demás chefs peruanos están en la obligación de hacer algo, ya que no solo es importante fomentar y promocionar nuestra cocina, sino también defender nuestra diversidad biológica sobre la cual se basa la riqueza gastronómica del país. Estos señores deberían conocer qué es lo que está pasando y ponerse la camiseta para tomar cartas en el asunto.

Aún disponemos de una gran variedad de productos biológicos, pero no nos confiemos. Es sabido que el boom de la cocina es imparable; pero el boom de la dinamita y la caza indiscriminada y abusiva de peces, debe detenerse de una vez por todas. Asimismo, es necesario que, en el caso expuesto sobre los pescadores de Paracas y en general, en lo que acontece en toda la costa peruana, la Defensoría del Pueblo inicie las labores respectivas, a fin de impulsar que se sancione a los que atentan contra nuestros recursos naturales.

Si bien es cierto que se han ampliado las penas por delitos ambientales en el Código Civil, urge mayor fiscalización y, en especial, que exista la intención real de llevar a estos irresponsables peruanos a la cárcel. También debemos supervisar el cumplimiento de una condena que los desanime a seguir depredando el país. No debemos tolerar la impunidad, pues a través de ella nos estamos haciendo el haraquiri. Exijamos que se sancione drásticamente a los que se afanan en sentarse en los otros.

Demás está decir que a todos nos corresponde luchar contra la corrupción y contra la mala leche de muchos compatriotas. Es comprensible que cuando el hambre y la necesidad aprietan, se puede obrar sin pensar en las consecuencias. No obstante, tal situación no justifica depredar la naturaleza. Para tal fin, deben existir mecanismos de respuesta que nosotros mismos estamos obligados a crear y fomentar. Involucrar a las comunidades más desfavorecidas en la conservación y gestión de los recursos naturales es uno de los grandes desafíos que tenemos.

Finalmente, ojala que así como muchos acudieron en masa a degustar los platos de la I Feria Gastronómica, realizada hace unas semanas (a la cual fui con más ganas que expectativas), el público entusiasta y algunos figuretis hagan bulla para exigir el respeto de nuestra fauna y flora.

P.d (1): A propósito de la mencionada feria y del actual boom de la cocina peruana (incluido el delivery y la comida para llevar), debería existir un día peruano del “No uso de descartables”. Lo digo porque ese es otro de los problemas que debemos afrontar: la cantidad de basura que generamos. Según el ministro del Ambiente, cada peruano genera más de un kilo de residuos sólidos al día; entre papeles, vidrio, plástico y otros materiales. Además, Brack Egg estimó que la producción total de esos desperdicios supera las 22,400 toneladas diarias en el país. Ese día en la feria se debe haber producido mínimo un par de toneladas de desechos sólidos.

P.d. (2): No quiero pecar de exagerado ni de demente, pero lo último que hice en Paracas fue comer un cebiche mixto. El sabor del pescado y de los mariscos encerraba el olor de la bahía, producto de la intensa actividad industrial. Espero que sea solo mi imaginación y que no esté desvariando.

Artículo publicado el 22 de octubre de 2008 en la versión online de la Revista Viajeros:
http://www.viajerosperu.com/articulo.asp?cod_cat=9&cod_art=1143

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